Fabra cuestiona la imparcialidad de los inspectores que le acusan de fraude
El dirigente del PP pide que los funcionarios de Hacienda no sean considerados peritos ¡°Era un mago en la consecuci¨®n de fines il¨ªcitos¡±, dice la acusaci¨®n
La defensa del expresidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n y del PP provincial, Carlos Fabra, marc¨® este mi¨¦rcoles el inicio de su estrategia judicial. Hasta ahora, hab¨ªa negado los hechos y hab¨ªa despotricado contra la actuaci¨®n de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, de la acusaci¨®n popular e incluso de los jueces. ?l siempre se ha considerado v¨ªctima de una campa?a de persecuci¨®n pol¨ªtica que, sin embargo, le ha llevado al banquillo de los acusados por los presuntos delitos de tr¨¢fico de influencias, cohecho y fraude fiscal. En la primera sesi¨®n del juicio, el ataque se centr¨® en los inspectores de Hacienda que destaparon los delitos fiscales de los que est¨¢ acusado por defraudar, entre 1999 y 2003, cerca de 700.000 euros al no declarar unos ingresos de casi dos millones de euros. Son los delitos por los que las acusaciones piden ocho de los 13 a?os de c¨¢rcel que reclaman para el dirigente del PP.
Las acusaciones de tr¨¢fico de influencias son dif¨ªciles de acreditar, aunque en el caso Fabra hay decenas de documentos que certifican el inter¨¦s y las gestiones que hizo ante los Ministerios de Sanidad y Agricultura para lograr las autorizaciones para comercializar unos productos concretos: los que fabricaba Vicente Vilar, entonces amigo del dirigente del PP castellonense. Igual ocurre con el cohecho, pese a que en el proceso tambi¨¦n ha habido constancia de pagos del empresario a una de las sociedades de Fabra que, seg¨²n Anticorrupci¨®n, utiliz¨®, adem¨¢s, para ocultar otros cobros.
As¨ª, el objetivo se centr¨® en la acusaci¨®n del fraude fiscal, la m¨¢s contundente tras la investigaci¨®n que, durante cinco a?os y con dificultades para obtener informaci¨®n, dos inspectores de Hacienda hicieron de sus cuentas y patrimonio. En su informe concluyeron, en un principio, que Fabra y su esposa, Amparo Fern¨¢ndez, hab¨ªan ingresado 3,7 millones de euros cuya procedencia no pudieron justificar. El dirigente del PP present¨® m¨¢s documentaci¨®n pero solo pudo aclarar el origen de un 9% de esa cifra, 332.565 euros, con lo que los peritos rebajaron los ingresos injustificados a 3,3 millones.
Javier Boix, abogado de Fabra, se?al¨® como cuestiones previas a la declaraci¨®n de los imputados, que los inspectores de la Agencia Tributaria no son imparciales y, por lo tanto, no pueden ser considerados como peritos. ¡°Su imparcialidad est¨¢ contaminada¡±, dijo. Y argument¨® su petici¨®n en el hecho de que son funcionarios que forman parte de la misma Administraci¨®n que se presenta como perjudicada en la causa, la Agencia Tributaria, por el dinero defraudado. ¡°Esta sujeci¨®n comporta que necesariamente los criterios que se establezcan est¨¢n en la l¨ªnea de actuaci¨®n del ministerio fiscal con evidente inter¨¦s de que la causa prospere¡±, manifest¨® el letrado. ¡°No pueden ser denunciantes y peritos¡±, a?adi¨®. El fiscal Anticorrupci¨®n le contest¨® recordando que los inspectores son designados por el juez y respondi¨® a la sentencia del Supremo esgrimida por la defensa como doctrina con la existencia de otros fallos que afirman que los inspectores de Hacienda sirven a los intereses generales y por ello han de considerarse legalmente investidos de imparcialidad.
El tribunal, constituido por los tres magistrados que intentaron excluir el delito de cohecho de la causa, no se pronunci¨® sobre la consideraci¨®n que deben tener los inspectores de Hacienda, algo que resolver¨¢ en la sentencia, seg¨²n indicaron. S¨ª respondieron a la petici¨®n del dirigente popular de excluir del caso a la acusaci¨®n popular, que representa a la Uni¨®n de Consumidores. El tribunal se neg¨®.
Fabra lleg¨® al juzgado aparentemente impasible. As¨ª sigui¨® durante pr¨¢cticamente toda la lectura de los escritos de acusaci¨®n, tanto de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n como de la Abogac¨ªa del Estado. Apenas le cambio el gesto para dibujar una sonrisa, cuando el abogado de la acusaci¨®n ley¨®: ¡°A la vez que el se?or Fabra hablaba con el presidente Aznar tratando que su esposa, Ana Botella, se interesara tambi¨¦n¡±. La alusi¨®n hizo referencia a la relaci¨®n que el expresidente del PP de Castell¨®n fragu¨® con la familia Aznar-Botella durante sus vacaciones estivales en Castell¨®n.
¡°Carlos Fabra era un mago en la consecuci¨®n de il¨ªcitos fines¡± dijo tambi¨¦n la acusaci¨®n popular que le se?ala como dise?ador de ¡°lo que podr¨ªamos llamar una empresa criminal¡± a trav¨¦s de ¡°un sistema para participar en mejores condiciones¡± de los beneficios que generaban sus gestiones y que este fuera ¡°lo m¨¢s opaco posible¡±.
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