El Supremo confirma la pena de 34 a?os por la muerte de dos ¡®ertzainas¡¯
La Audiencia conden¨® a Mikel Mirena Otegi y lo absolvi¨® de pertenencia a organizaci¨®n terrorista
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 34 a?os de c¨¢rcel que la Audiencia Nacional impuso a Mikel Mirena Otegi por el asesinato en 1995 de los ertzainas I?aki Mendiluze y Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez en la localidad guipuzcoana de Itsasondo.
La Sala de lo Penal ha confirmado la sentencia dictada en julio de 2012 por la Audiencia Nacional que consider¨® a Otegi culpable de dos delitos de asesinato terrorista en concurso con uno de atentado, aunque le absolvi¨® de pertenencia a organizaci¨®n terrorista, amenazas y coacciones y le aplic¨® la atenuante de consumo excesivo de alcohol.
Otegi ya fue juzgado y absuelto por estos hechos en 1997 por un jurado popular de la Audiencia Provincial de Guip¨²zcoa aunque el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco (TSJPV) orden¨® repetir el juicio con una decisi¨®n que fue avalada por el Tribunal Constitucional en 2004. Posteriormente, se estim¨® que la competencia correspond¨ªa a la Audiencia Nacional.
El Alto Tribunal defiende el campo de actuaci¨®n de la Audiencia Nacional ya que no le provoc¨® ninguna indefensi¨®n y se determin¨® cuando, tras su absoluci¨®n inicial, se obtuvieron nuevos datos que corroboraban el posible car¨¢cter terrorista del asesinato.
Las investigaciones desvelaron que Otegi huy¨® tras resultar absuelto en un primer momento, se integr¨® en un comando de ETA, fue detenido en posesi¨®n de armas de fuego el 22 de febrero de 2003 en Francia y su nombre apareci¨® entre la documentaci¨®n incautada al etarra Ib¨®n Fern¨¢ndez de Iradi, alias Susper.
La sentencia, con ponencia del magistrado Miguel Colmenero, determina que la Audiencia Nacional no hizo una afirmaci¨®n 'caprichosa' ni 'irrazonable' cuando dijo que en la fecha en que asesin¨® a los dos agentes 'simpatizaba con la ideolog¨ªa propia de la izquierda abertzale', aunque no quedara acreditada su pertenencia a Jarrai o a cualquier otra organizaci¨®n af¨ªn a ETA.
El hecho de que, tras el crimen, su madre y sus hermanos le convencieran para que llamara a la Polic¨ªa se trata de una "cuesti¨®n puramente anecd¨®tica" y lleva al tribunal a denegar la atenuante de confesi¨®n por la "inveracidad de lo confesi¨®n y por su huida posterior".
Tambi¨¦n rechaza atenuar m¨¢s la pena por el consumo de alcohol ya que la prueba pericial conclu¨ªa que Otegi "en ning¨²n caso" estuvo afectado por una "fuerte intoxicaci¨®n alcoh¨®lica". Respalda adem¨¢s que el acusado no padec¨ªa ninguna enfermedad mental, sino que "controlaba perfectamente" sus actos.
'He matado a dos zipayos"
Otegi protagoniz¨® el 10 de diciembre de 1995, tras pasar la noche de juerga, un altercado en un bar con un miembro de la Ertzaintza que se encontraba fuera de servicio. Despu¨¦s de la pelea, el acusado se dirigi¨® a velocidad excesiva al caser¨ªo donde viv¨ªa. Su extra?a forma de conducir llam¨® la atenci¨®n de una patrulla de la Ertzaintza compuesta por los agentes Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Villanueva, de 34 a?os, y Jes¨²s Mendiluce, de 26, que prestaban servicio de rutina en la zona.
Cuando Otegi vio a los dos agentes adentrarse en su propiedad sali¨® al exterior del caser¨ªo e hizo dos disparos contra ellos con una escopeta semiautom¨¢tica. Los ertzainas no tuvieron la oportunidad de reaccionar y murieron en el acto. Tras cometer los dos asesinatos, el condenado envi¨® un mensaje a trav¨¦s de la radio del coche patrulla en el que dijo que un casero hab¨ªa matado a 'dos zipayos' por la pol¨ªtica que segu¨ªan.
Otegi, que hab¨ªa participado ya en anteriores enfrentamientos de las juventudes radicales con la Ertzaintza, fue detenido poco despu¨¦s de realizar los disparos en su propia casa y gracias a la llamada de denuncia realizada por su propio hermano. Sin embargo, y al no considerarse un crimen terrorista, fue procesado en el Pa¨ªs Vasco.
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