El 12 de octubre sin hinchaz¨®n nacionalista
Hay muchas maneras de celebrar la fiesta nacional en aquellos pa¨ªses donde est¨¢ marcada en el calendario. Que en el programa de ese d¨ªa figure una parada militar sucede con normalidad en capitales tan respetables como Par¨ªs. Es inobjetable que as¨ª sea y para los militares el desfile es una ocasi¨®n de recibir el respeto y el homenaje de sus conciudadanos. Porque los militares est¨¢n sujetos por su palabra sin que haya otro poder de coerci¨®n capaz de sobreponerse a ellos por las armas. Obedecen al gobierno porque en ello les va el sentido del honor que se les inculca desde su alistamiento. Y en esa obediencia disciplinada est¨¢n dispuestos a arriesgar sus vidas, conforme las Reales Ordenanzas.
Pasaron los tiempos en que Espa?a era un pa¨ªs ocupado por sus fuerzas armadas, a las que el general Franco encomend¨® la pervivencia de un r¨¦gimen que negaba la libertad a los espa?oles. As¨ª qued¨® de manifiesto en la concentraci¨®n de los antiguos alf¨¦reces provisionales en el cerro de Garabitas de la Casa de Campo de Madrid el 27 de mayo de 1962. All¨ª en la mirada de los excombatientes el general superlativo percibi¨® la preocupaci¨®n por el futuro porque 25 a?os despu¨¦s algunos entusiasmos deca¨ªan y empezaba a cundir la l¨®gica aristot¨¦lica de los silogismos. De modo que establecidas las premisas seg¨²n las cuales primero todo hombre era mortal y segundo Franco era hombre, muchos se deslizaban a la conclusi¨®n de que el caudillo ser¨ªa mortal. Entonces fue cuando queriendo dar garant¨ªas ultraterrenas dijo aquello de que ¡°todo quedar¨¢ atado y bien atado, bajo la guardia fiel de nuestro ej¨¦rcito¡±.
Desde 1978, las Fuerzas Armadas no son una amenaza y han pasado a ser instrumento de defensa del pa¨ªs
Pero la frase se prob¨® inservible por la utilizaci¨®n indebida del vocablo nuestro, porque ese pronombre posesivo en la primera persona del plural mayest¨¢tico dej¨® de cumplirse. Los ej¨¦rcitos hicieron la delicad¨ªsima tarea de llevar a cabo el cambio de lealtades de Franco al Rey y a trav¨¦s del Rey a la Constituci¨®n de 1978. Desde entonces, las Fuerzas Armadas han dejado de ser parte de la amenaza y han pasado a ser instrumento de la defensa del pa¨ªs y respaldo de su pol¨ªtica exterior. Nada fue f¨¢cil pero se logr¨®. Tampoco cesaron las provocaciones terroristas empe?adas en suscitar una reacci¨®n que destruyera la democracia que nos est¨¢bamos dando. De modo que los militares acabaron por abandonar su cristalizaci¨®n golpista, optaron por dejar de considerarse hu¨¦rfanos de Franco y aceptaron quedar bajo el mando supremo del Rey. El desfile de la victoria del ¨²ltimo domingo de mayo en los alrededores de la fiesta de Fernando III el Santo, perdi¨® el nombre que arrinconaba en la derrota a otros espa?oles y pas¨® a denominarse en adelante de las Fuerzas Armadas por iniciativa del general Manuel Guti¨¦rrez Mellado entonces vicepresidente y ministro de Defensa.
De aquel r¨¦gimen del movimiento continuo, progresivamente deste?ido pero capaz de fusilar todav¨ªa el 27 de septiembre de 1975, para el que no hab¨ªa lugar en la Comunidad Econ¨®mica Europea ni en la Alianza Atl¨¢ntica, que se hac¨ªa perdonar alquilando la geograf¨ªa para bases militares de libre disposici¨®n a Washington, se pas¨® a una democracia homologable y reconocida. Nuestros militares dejaron la lupa obsesiva con la que segu¨ªan la pol¨ªtica interior sobre la que se consideraban con derecho a intervenir. Pasaron a ajustarse los prism¨¢ticos en los ejercicios combinados y conjuntos con efectivos de tierra, mar y aire de los pa¨ªses aliados. Tambi¨¦n fueron desplegados y cumplieron de manera admirable misiones en Am¨¦rica Central, en los Balcanes, en ?frica, en L¨ªbano o en Afganist¨¢n. Adem¨¢s sin que conste comportamiento indebido alguno cuando en tantos otros componentes nacionales han aflorado casos con final en los tribunales internacionales.
No hay m¨¢s liturgias que la eclesi¨¢stica, la militar y la taurina y a la vista est¨¢ que las tres han perdido parte de su respaldo popular. A las procesiones de Semana Santa les cuesta competir con las playas, a los desfiles con el ¨¦xodo de los fines de semana y la Feria de San Isidro pierde abonados por la ausencia de figuras como Jos¨¦ Tom¨¢s. Para sostener las instituciones democr¨¢ticas que nos hemos dado hacen falta patriotas constitucionales pero nos viene mejor que est¨¦n anclados en la raz¨®n sin hinchazones emocionales. As¨ª fue el 12 de octubre de 2012 sin arrastre alguno de respuesta a convocatorias nacionalistas. As¨ª deber¨ªa ser el 12 de octubre del s¨¢bado que presidir¨¢ el Pr¨ªncipe de Asturias. Recordaba Rafael S¨¢nchez Ferlosio que los esp¨ªas persas enviados para examinar los preparativos de los griegos que defend¨ªan las Term¨®pilas dieron cuenta de que los hoplitas se estaban peinando, de lo cual Jerjes concluy¨® que iban a batirse hasta morir. O sea, la marcialidad del desfile es prueba de civismo comprometido.
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