Sacar la lengua
Iberoam¨¦rica, si se ancla en lo cultural, podr¨ªa convertirse en un actor relevante en la construcci¨®n de un nuevo orden
La celebraci¨®n de la XXIII Cumbre Iberoamericana en Panam¨¢ va a permitir la adopci¨®n de un valioso informe sobre la consolidaci¨®n del espacio cultural de esa comunidad de naciones. Nota distintiva que caracteriza "esa mixtura de lo originario, lo afrodescendiente y lo europeo, donde radica su energ¨ªa creativa y su originalidad y que explica su diversidad". Se trata de un gran proyecto interno, y tambi¨¦n de contribuir a la puesta en valor de la riqueza cultural de la regi¨®n en el concierto mundial. Porque Iberoam¨¦rica, si se anclara en lo cultural, poseer¨ªa las capacidades para convertirse en un actor relevante en la construcci¨®n de un nuevo orden. De ah¨ª que los autores del informe se?alen que "una Am¨¦rica culturalmente fuerte ser¨ªa m¨¢s reconocida y se desenvolver¨ªa con m¨¢s seguridad en s¨ª misma en la hora de su apertura pol¨ªtica y comercial al Pac¨ªfico".
Los prop¨®sitos del informe traen causa de la afirmaci¨®n que se hizo en la declaraci¨®n final de la cumbre anterior celebrada en C¨¢diz el pasado noviembre, a favor de la singularidad y de la diversidad de la cultura que comparten los pa¨ªses iberoamericanos. Tambi¨¦n del prop¨®sito de velar por los derechos culturales y facilitar la circulaci¨®n e intercambio de bienes y servicios culturales en la regi¨®n. En un momento pol¨ªtico espa?ol que impulsa el entusiasmo por el desastre y el prestigio del fracaso. Con ministros del Gobierno que compiten por la negaci¨®n de la evidencia ¡ªese don de la ebriedad, que manejan de modo admirable los titulares de Hacienda, Sanidad Empleo y Educaci¨®n¡ª. Mientras, se atisba la prescripci¨®n de los delitos como el ¨²ltimo refugio de los canallas. Invadidos por la plaga del eufemismo tergiversador, cuesta reconocer esa espl¨¦ndida realidad de que "Iberoam¨¦rica sea el espacio regional del planeta que disfruta de mejores condiciones para hacerse fuerte en la integraci¨®n cultural y generar sinergias favorecedoras del desarrollo de las dem¨¢s esferas".
Por eso, deber¨ªamos comprometernos con la puesta en marcha de un proyecto de cooperaci¨®n entre quienes se reconocen portadores de valores merecedores de igual dignidad. Una integraci¨®n en la que las partes no pierden su personalidad sino que se incorporan a un conjunto que les proporciona seguridad y nuevas posibilidades de despliegue de sus capacidades. En suma, impulsor de una esfera inclusiva en la que han de caber todos y en la que todos pueden desenvolver sus diferencias interactuando con los dem¨¢s. Todo ello impregnado de la preocupaci¨®n por superar las discriminaciones de las gentes y de las comunidades. Y activado por la funci¨®n social de la cultura, la erradicaci¨®n de la pobreza ¡ªde conocimientos y material¡ª, la igualdad de g¨¦nero y la inclusi¨®n social en pro de la construcci¨®n de la ciudadan¨ªa y de un cambio civilizatorio. Siempre sobre la base de los derechos fundamentales de los que han de formar parte sustancial los derechos culturales como ideal humanizador.
El espacio cultural iberoamericano resulta as¨ª "una realidad vigorosa, rica y creativa, con unas ventajas y potencialidades de proyecci¨®n que ning¨²n otro espacio cultural del planeta disfruta". El proyecto deber¨ªa ser sensible a la demanda de los j¨®venes como actores sociales y valerse de las virtualidades intr¨ªnsecas de la cultura como palanca para la erradicaci¨®n de la violencia. En definitiva, se trata de hacer de ese espacio "un ¨¢rea fluida, libre de fronteras y obst¨¢culos para la comunicaci¨®n, la interacci¨®n y la diseminaci¨®n de dichos valores, de pensamiento y conocimiento de los creadores, as¨ª como de bienes y servicios culturales. De esa manera actuar¨ªa y ser¨ªa reconocida desde el exterior como una comunidad compleja de identidad y diversidad cultural y funcionar¨ªa como un actor capaz de "negociar de modo ventajoso en el comercio internacional de bienes y servicios culturales".
Formamos parte de una comunidad como la Iberoamericana pero nos olvidamos de las fortalezas enumeradas en el informe que venimos comentando. La ignorancia de fuerza que supone nuestra condici¨®n de copropietarios de una lengua que podr¨ªamos sacar con provecho es nuestra mayor debilidad. Muy en particular, en el ¨¢rea de los medios de comunicaci¨®n. Porque es un hecho adquirido que la comunicaci¨®n cambia la balanza de poder. Y nuestra carencia de visi¨®n estrat¨¦gica nos instala en la autocompasi¨®n. Ah¨ª est¨¢ el cierre decidido del centro emisor de Radio Exterior de Espa?a en Costa Rica y, as¨ª, la comunidad iberoamericana estar¨¢ falta de una vertebraci¨®n informativa capaz de convertirla en comunidad de la comunicaci¨®n. Su centro de gravedad se encontrar¨¢ fuera de ella misma y ser¨¢n otros ojos y otros intereses los que tracen el perfil con que ser¨¢ vista y considerada en el ¨¢mbito mundial. De forma que ser¨¢ imposible que supere su condici¨®n de periferia y de sat¨¦lite de otros agentes. Vale.
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