El traicionero y silencioso gris¨²

¡°?El gris¨²! He aqu¨ª el enemigo m¨¢s cruel del minero. Traicionero y temible, se oculta en los recovecos de las partes altas de las galer¨ªas, en las chimeneas y en los pozos; y all¨ª espera agazapado para sembrar la muerte con su enorme fuerza expansiva; vol¨¢til, ligero e invisible. Solo teme a un enemigo m¨¢s poderoso que ¨¦l porque lo destruye y lo deshace con su fuerte soplo: el viento¡±. As¨ª describ¨ªa en 1922 el facultativo de minas Juli¨¢n Garc¨ªa Mu?iz el gris¨², conocido por los trabajadores del carb¨®n como el ¡°enemigo silencioso¡± y causante de la tragedia de este lunes en Llombera de Gord¨®n.

La presencia de gas metano (gris¨² en la jerga minera) es una de las peculiaridades m¨¢s peligrosas de algunos de los yacimientos hulleros espa?oles, y hace de estas explotaciones las m¨¢s dif¨ªciles, peligrosas y costosas de la miner¨ªa europea, junto a la estrechez y verticalidad de las capas de mineral.

Las emanaciones de gas asociado al carb¨®n, y en ocasiones sus explosiones, han sido, junto a los desprendimientos de mineral (derrabes) y el hundimiento de talleres y tajos (quiebras), tres de las causas m¨¢s recurrentes de los grandes desastres en la miner¨ªa carbonera, anta?o recurrentes y desde hace d¨¦cadas cada vez menos frecuentes como consecuencia de la concentraci¨®n y reducci¨®n del tama?o del sector, el cierre de numerosas minas y las crecientes sumas de dinero que se destinan a ventilaci¨®n, detecci¨®n y otras medidas de seguridad.

Estos peligros, junto a la silicosis (la enfermedad respiratoria y pulmonar cr¨®nica habitual de los mineros de carb¨®n), han sido las principales causas de mortalidad en una actividad con una larga historia de cat¨¢strofes y una elevad¨ªsima tasa de siniestralidad.

El gris¨² es el resultado de la mezcla de aire y de emanaciones de gas metano que se desprenden del carb¨®n. Para que sea explosiva precisa que la concentraci¨®n de metano alcance proporciones entre el 5% y el 14%, y requiere adem¨¢s la presencia de una fuente de calor. Una elevada concentraci¨®n, bien por emanaci¨®n lenta o por un desprendimiento s¨²bito, causa asfixia.

Anta?o, el sistema de detecci¨®n era la famosa jaula con un jilguero cuya muerte era el aviso de que hab¨ªa que abandonar la mina de forma precipitada. Hoy las explotaciones est¨¢n dotadas de sistemas fijos y est¨¢ticos de medici¨®n y algunos mineros portan consigo medidores m¨®viles mientras realizan sus tareas. Unos y otros emiten advertencias luminosas o ac¨²sticas, seg¨²n los casos. Las minas actuales cuentan, adem¨¢s, con poderosos sistemas de ventilaci¨®n.