Sin legitimidad de origen

Esta semana el primer ministro de Escocia ha dado a conocer el Libro Blanco, en el que se dibuja el futuro del pa¨ªs para el caso del triunfo del s¨ª en el refer¨¦ndum del 18 de septiembre. Los ciudadanos escoceses van a acudir a las urnas despu¨¦s de que en las ¨²ltimas elecciones le dieran la mayor¨ªa absoluta al Partido Nacionalista Escoc¨¦s, que llevaba en su programa la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum para la independencia del pa¨ªs y despu¨¦s de que el Gobierno legitimado por ese resultado electoral haya elaborado un proyecto de lo que ser¨ªa una Escocia independiente.

El refer¨¦ndum escoc¨¦s del 18 de septiembre de 2014 tiene la legitimidad de origen de unas elecciones parlamentarias, en las que los ciudadanos mandataron al Gobierno para que pusiera en marcha un proceso hacia la independencia. Y tiene la legitimidad de ejercicio que deriva de que ha sido el mismo partido que obtuvo dicho mandato, presidido por el mismo candidato que se convirti¨® en presidente del Gobierno, el que ha dirigido todo el proceso y el que se compromete a gestionar el resultado del 18 de septiembre.

Los ciudadanos escoceses saben por qu¨¦ van a votar el 18 de septiembre: porque ellos mismos lo decidieron en unas elecciones parlamentarias, d¨¢ndole mayor¨ªa absoluta a un partido con un programa independentista inequ¨ªvoco. Saben tambi¨¦n qu¨¦ es lo que van a votar y cu¨¢les van a ser las consecuencias de su decisi¨®n, aunque en esto ¨²ltimo no puede no haber una dosis significativa de incertidumbre, ya que no hay apenas experiencia en procesos de secesi¨®n.

El Parlamento de Catalu?a carece de legitimidad para poner en marcha un proceso independentista

Quiere decirse, pues, que el refer¨¦ndum escoc¨¦s va a ser un refer¨¦ndum limpio, que va a estar presidido desde el primer momento hasta el ¨²ltimo por el principio de legitimaci¨®n democr¨¢tica. El ejercicio de democracia directa del 18 de septiembre ser¨¢ el sello de lo que ha sido un ejercicio impecable de la democracia representativa.

En esto ¨²ltimo es en lo que se diferencia el proceso escoc¨¦s del catal¨¢n. En Catalu?a no se ha solicitado todav¨ªa a los ciudadanos en unas elecciones parlamentarias la obtenci¨®n de un mandato para poner en marcha un proceso de independencia. Ha habido manifestaciones multitudinarias con reclamos independentistas, hay estudios de opini¨®n que indican que la independencia es una opci¨®n con notable apoyo, pero no ha habido todav¨ªa un debate electoral centrado en la independencia de Catalu?a, que permitiera al cuerpo electoral tomar una decisi¨®n sobre la misma.

Dicho con otras palabras: el Parlamento de Catalu?a carece de la legitimidad exigible en un tema de esta naturaleza para poner en marcha un proceso independentista. Solicitar la convocatoria de un refer¨¦ndum, sin tener previamente un mandato inequ¨ªvoco para hacerlo, es poner la carreta delante de los bueyes. Las elecciones parlamentarias son el ¨²nico elemento de legitimidad del que puede arrancar un proceso independentista en Espa?a, como en cualquier otra democracia parlamentaria europea. Un mandato claro tras un debate expreso en unas elecciones parlamentarias. Esta es la condici¨®n sine qua non para que se pueda poner en marcha un proceso de independencia.

En este terreno ¨²nicamente se puede recurrir al momento de la democracia directa una vez que se haya recorrido el camino de la democracia representativa. Para tener legitimidad para hacer la pregunta hay que haber debatido previamente en un proceso electoral y tiene que haber despu¨¦s un debate parlamentario a partir del resultado de las elecciones. ?nicamente as¨ª se puede delimitar el objeto de la consulta que se quiere someter a refer¨¦ndum. Los dirigentes pol¨ªticos tienen que asumir la responsabilidad de liderar el proceso y no transferir esa responsabilidad a los ciudadanos, cuyo momento es el del punto final.

En Catalu?a no se ha hecho nada de esto. En ning¨²n momento desde la entrada en vigor de la Constituci¨®n se le ha pedido a los ciudadanos que se pronuncien sobre la independencia de Espa?a. En las ¨²ltimas elecciones ha habido una propuesta en este sentido por parte de Esquerra Republicana, pero el resultado obtenido, aunque expresivo, en modo alguno avala la puesta en marcha de un proceso de independencia.