2008-2013: Balance de da?os

Cinco a?os de recesi¨®n econ¨®mica, de recortes sociales, de sobresaltos, de incertidumbre y de malas noticias no solo socavan los cimientos del Estado de bienestar. Tambi¨¦n est¨¢n minando los nervios de la poblaci¨®n. El consumo de ansiol¨ªticos y de medicamentos para el insomnio empez¨® a aumentar en el a?o 2000 con la normalizaci¨®n de su uso para procesos cotidianos de la vida. Pero el crecimiento sostenido peg¨® un claro aceler¨®n con el inicio de la crisis. El primer a?o, entre 2008 y 2009, se prescribieron un 6,5% m¨¢s de ansiol¨ªticos. En 2011 (¨²ltimo dato oficial), los espa?oles consum¨ªan un 8% m¨¢s que al final de la bonanza, seg¨²n un informe de la Agencia Espa?ola del Medicamento que muestra tambi¨¦n que el incremento es superior al de pa¨ªses del entorno como Francia o Italia. ¡°La crisis est¨¢ teniendo un efecto en los problemas de salud mental, y hay un riesgo claro de empeoramiento en la salud de la poblaci¨®n general¡±, asegura Fernando Benavides, presidente de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa.

La imagen de una persona con los nervios rotos es la met¨¢fora de un pa¨ªs modelado por los pu?etazos de la recesi¨®n. Desde aquel d¨ªa en que cay¨® Lehman Brothers ¡ªla compa?¨ªa de servicios financieros cuya quiebra sacudi¨® los mercados mundiales¡ª y termin¨® de estallar la burbuja inmobiliaria, Espa?a ha visto c¨®mo se disparaban las cifras de paro a la vez que se recortaba en gasto social ¡ªprestaciones por desempleo, educaci¨®n, sanidad, servicios sociales¡ª de tal manera que se tardar¨¢n dos d¨¦cadas en recuperar el nivel de empleo previo a 2008, seg¨²n un reciente estudio de la consultora PricewaterhouseCoopers, y, en general, el nivel de bienestar, seg¨²n calcularon hace un a?o las ONG Interm¨®n Oxfam, M¨¦dicos del Mundo, Unicef y C¨¢ritas. Ahora que termina 2013 y las instituciones europeas ven ya ¡°fr¨¢giles brotes verdes¡±, los primeros s¨ªntomas de esa recuperaci¨®n que se prev¨¦ lenta y penosa, toca hacer balance de da?os.

Si empezamos por el que preocupa al catedr¨¢tico Benavides ¡ªel aumento de los problemas en la salud mental¡ª, los datos se?alan que las consultas por depresi¨®n en los centros de atenci¨®n primaria aumentaron el 19,4% entre 2007 y 2011; las visitas por s¨ªntomas relacionados con la ansiedad generalizada, un 8,4%; por trastornos psicosom¨¢ticos, un 7,3%, y por problemas de alcoholismo, un 4,6%, seg¨²n una encuesta de la Escuela de Salud P¨²blica y Medicina Tropical de Londres. Ese incremento, afirma Martin McKee, uno de los autores del estudio, tiene relaci¨®n con la situaci¨®n econ¨®mica. ¡°Alrededor de un tercio de los problemas de salud mental en la poblaci¨®n atendida por estos des¨®rdenes puede deberse al riesgo combinado del desempleo y las dificultades para pagar la hipoteca¡±, dice. Tambi¨¦n Eudoxia Gay, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa, establece el nexo entre el aumento de estas patolog¨ªas y la situaci¨®n del pa¨ªs. ¡°Las consultas sobre estos problemas son cada vez m¨¢s habituales, pero el verdadero efecto de los problemas econ¨®micos del pa¨ªs en la salud lo veremos a largo plazo¡±, advierte.

La crisis se ha llevado por delante millones de puestos de trabajo. El n¨²mero de parados ha pasado de 2,1 millones en 2008 a casi 6 millones, m¨¢s del 26% de la poblaci¨®n, y Espa?a se ha situado a la cabeza de Europa en tasa de desempleo, solo superada por Grecia. Adem¨¢s, un 37%, los que llevan m¨¢s de dos a?os buscando trabajo, han perdido la prestaci¨®n. El INE tiene registradas ahora a 630.000 familias que no reciben ning¨²n tipo de ingresos. Un deterioro gigantesco de las condiciones de vida que se extiende tambi¨¦n a aquellos que a¨²n mantienen su empleo. Los salarios reales (contando el efecto de los precios) han menguado un 7% en los ¨²ltimos tres a?os y el PIB real por habitante ha regresado a niveles de hace una d¨¦cada.

Desde que el castillo de naipes de la econom¨ªa espa?ola salt¨® por los aires en 2008, la tasa de ciudadanos en riesgo de exclusi¨®n social y pobreza ¡ªes decir, los que sufren privaciones graves o viven en hogares con trabajos espor¨¢dicos¡ª ha subido del 23% al 27%, seg¨²n los an¨¢lisis de la oficina de estad¨ªstica europea Eurostat. Ni siquiera tener un empleo garantiza salir del agujero. La llamada ¡°pobreza laboral¡± ¡ªla que coloca bajo ese umbral a quienes trabajan¡ª pas¨® de afectar al 10,8% de los ocupados al 12,7% entre 2007 y 2010, seg¨²n un informe de la Fundaci¨®n Alternativas. El catedr¨¢tico de Econom¨ªa Luis Ayala lo explica como el efecto de una precarizaci¨®n que comenz¨® antes incluso de la crisis y de la p¨¦rdida de eficacia de los mecanismos de redistribuci¨®n (impuestos y prestaciones).

El colch¨®n social, que en mejores tiempos habr¨ªa ayudado a amortiguar golpes, ha adelgazado tambi¨¦n. ¡°Si tras las crisis de la d¨¦cada de los setenta se cre¨® el Estado de bienestar, el legado de esta va a ser su deterioro¡±, apunta Francisco Com¨ªn, catedr¨¢tico de Historia e Instituciones Econ¨®micas en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. La escasez de recursos es tal que los espa?oles se han merendado buena parte de su ahorro para financiar el gasto corriente. La tasa de ahorro ¡ªel porcentaje de renta que se guarda¡ª ha llegado a bajar hasta el 8,2% al cierre de 2012; el nivel m¨¢s bajo desde que el INE inici¨® esta estad¨ªstica (en 2005).

La destrucci¨®n de una gran masa salarial intermedia junto con una peor distribuci¨®n de la riqueza han dado alas a otro legado negro: el auge de la desigualdad, se?ala el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona Josep Oliver, es una coz que est¨¢ golpeando con dureza a la clase media. Nacer en el norte o en el sur del pa¨ªs tiene ahora m¨¢s importancia, ya que la convergencia regional ha retrocedido entre 2008 y 2012: mientras las comunidades m¨¢s ricas (Pa¨ªs Vasco, Navarra, Madrid, Catalu?a¡­) han aumentado su PIB por habitante con relaci¨®n a la media, las m¨¢s pobres (Extremadura, Andaluc¨ªa...) lo empeoran. La primera, Pa¨ªs Vasco, ten¨ªa un PIB por habitante en 2008 del 129,7 sobre la media de 100; mientras, Extremadura estaba en el 68,4 sobre 100. Son 61 puntos de diferencia entre una y otra. En 2012, esta brecha acab¨® en 67,8 puntos. En el an¨¢lisis de los recursos se aprecia esta desigualdad. Un ejemplo: Navarra dedica 1.400 euros por habitante a la sanidad, mientras que la Comunidad Valenciana no llega a los 1.000.

La brecha social tambi¨¦n ha crecido entre Espa?a y sus socios de la UE. La diferencia de ingresos ha colocado al pa¨ªs en la cuarta posici¨®n de los m¨¢s desiguales, solo superado por Bulgaria, Letonia y Portugal, seg¨²n el coeficiente Gini (un bar¨®metro habitual para medir la desigualdad). Conforme a este indicador, en el que 0 es la igualdad absoluta y 100 la desigualdad total, Espa?a lleg¨® al 34 en 2011, el nivel m¨¢s alto desde que comenz¨® la estad¨ªstica (2001) y tres puntos por encima del nivel previo a la crisis. Y aunque no es lo mismo pobreza que desigualdad, en el caso espa?ol ambas han ido de la mano. Un informe del Banco de Espa?a sobre la dispersi¨®n salarial lo atribuy¨® a que la destrucci¨®n de empleo se ha cebado en aquellos situados en la parte media y baja de la escala salarial ¡ªsobre todo en el arranque del declive¡ª y volvi¨® a agrandar la brecha entre los empleos de baja cualificaci¨®n y los de m¨¢s alta, que el boom del ladrillo hab¨ªa acortado.

El derrumbe ha dejado cicatrices claras como esas. Tambi¨¦n otras se?ales, a¨²n latentes, pero que no tardar¨¢n en asomar, seg¨²n los expertos. Indicadores como los educativos, culturales o sanitarios ¡ªclaves en el desarrollo de un pa¨ªs¡ª necesitan a?os para reflejar las variaciones. ¡°En algunos indicadores, como empleo en la construcci¨®n, estamos a niveles de 1994; en otros, como sanidad o educaci¨®n, en 2004 o 2005. Yo creo que, mirando el conjunto, podr¨ªamos decir que Espa?a ha retrocedido a 2003¡±, dice el profesor de Econom¨ªa de la Pompeu Fabra Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo. ?Cu¨¢nto se tardar¨¢ en recuperar lo perdido? ¡°Mucho, y depender¨¢ de los medios que se pongan y que se acabe con problemas como el fraude fiscal¡±, a?ade. Y advierte adem¨¢s que quiz¨¢ algunas cosas no lleguen a recuperarse nunca, pues fueron fugaz producto de eso tan irreal que fue la burbuja inmobiliaria.

De momento, un pilar tan importante para la cohesi¨®n social y el progreso como el sistema educativo, mordisco a mordisco, se ha ido resintiendo. Los presupuestos p¨²blicos destinados a escuelas y universidades han sufrido un hachazo de 7.300 millones entre 2010 y los previstos para 2014, una bajada de m¨¢s del 16%. El ajuste ha derivado en una p¨¦rdida de 21.800 profesores entre los cursos 2010-2011 y 2012-2013. Y los educadores que quedan deben abarcar a 191.000 alumnos m¨¢s. Eso significa, seg¨²n los expertos, que aquellos alumnos con dificultades o necesidades especiales reciben menos atenci¨®n. Son los que m¨¢s sufren. Los presupuestos del Gobierno para educaci¨®n compensatoria se han reducido un 68% (116 millones), lo que ha dejado sin fondos a los programas de refuerzo, orientaci¨®n y apoyo. Para los ni?os con m¨¢s dificultades de aprendizaje o en riesgo de exclusi¨®n social es m¨¢s complicado seguir con los estudios, como tambi¨¦n lo es para los 20.000 alumnos que, seg¨²n los datos del Ministerio de Educaci¨®n, se quedaron el curso pasado sin beca en bachillerato, FP o universidad. Los requisitos de renta son los mismos, pero hace falta m¨¢s nota.

Esa reducci¨®n de becas se mezcla con el encarecimiento de las matr¨ªculas universitarias en buena parte de Espa?a, aunque las diferencias entre comunidades es enorme. Dos ejemplos ilustran muy bien la brecha. Derecho, una carrera tradicionalmente barata, ha pasado de costar 627 euros en Madrid en el curso 2008-2009 a 1.620 en este; y Medicina ha pasado de 980 a 1.980. Sin embargo, en Galicia los precios apenas han variado en cinco a?os: 591 euros en Derecho y 835 euros en Medicina.

Los ajustes causan estragos en la econom¨ªa de los hogares con hijos en edad escolar. En muchas casas, apunta Ana Lima, presidenta del Consejo General de Trabajadores Sociales, no pueden costear el comedor y muchos ni?os van a la escuela sin libros de texto. El recorte de 137 millones en las partidas de material escolar ha dejado a 1,1 millones de estudiantes sin ayudas, dice un informe del Defensor del Pueblo. Tambi¨¦n el n¨²mero de becas de comedor, calculan las asociaciones de padres, ha sufrido un tijeretazo de entre el 30% y el 50%. Esa cifra preocupa a los expertos porque implica que algunos de los menores dejan de tomar la ¨²nica comida equilibrada que hac¨ªan.

Un porcentaje creciente de ciudadanos ni siquiera son capaces de afrontar el coste de la cesta de la compra y se ven obligados a recurrir a comedores sociales y a bancos de alimentos. En 2012 se atendi¨® a 1,5 millones de personas, el doble que en 2009, seg¨²n la Federaci¨®n Espa?ola de Bancos de Alimentos. Tampoco han salido indemnes los h¨¢bitos de consumo de los que s¨ª pueden permitirse acudir al supermercado. El porcentaje de personas que consume fruta a diario ha bajado un 5,4% desde 2007, y un 5,1% los que consumen l¨¢cteos a diario, seg¨²n la Encuesta Nacional de Salud y los datos del Panel de Consumo Alimentario. Adem¨¢s, ha disminuido el n¨²mero de ciudadanos que consumen pescado habitualmente: ahora lo hacen, como mucho, dos veces a la semana. La ca¨ªda es acumulada, pero en solo un a?o el consumo total de pescado y marisco ha bajado un 1,2%.

Estos cambios tienen mucho que ver con el precio. En 2011, el 41% de los ciudadanos consultados por el CIS reconocieron que hab¨ªan cambiado sus h¨¢bitos de alimentaci¨®n por la crisis. Lo han hecho, por ejemplo, dejando de lado el aceite de oliva, uno de los principales protagonistas de la dieta mediterr¨¢nea, que ha disminuido desde 2008. La ca¨ªda se ha acentuado adem¨¢s de 2011 a 2012: en un solo a?o ha bajado en los hogares un 3,8%, seg¨²n muestran las estad¨ªsticas del Ministerio de Agricultura. Las familias trasladan su consumo de los alimentos frescos a los preparados, carnes transformadas y boller¨ªa industrial. Aunque los espa?oles comen menos fuera de casa, los locales que menos han acusado la ca¨ªda han sido los de comida r¨¢pida. Bajan un 2,4%, frente al 5% de los restaurantes.

Esto, unido al sedentarismo, no ayuda al abordaje de patolog¨ªas como la obesidad o la diabetes, que han aumentado un 1% entre 2009 y 2011, datos de Sanidad. La radiograf¨ªa de la salud de la poblaci¨®n tambi¨¦n muestra que ha aumentado otro 1% el porcentaje de menores (hasta 17 a?os) que padecen obesidad: son ahora el 9,56%. Cifras preocupantes porque adem¨¢s la atenci¨®n a dolencias relacionadas con el sobrepeso absorbe el 7% del presupuesto sanitario.

La crisis tambi¨¦n se mastica en la salud bucodental. Los problemas dentales aumentaron un 2,2% entre 2007 y 2012, seg¨²n la Encuesta Nacional de Salud. Casi el 24% de los encuestados por el CIS afirmaban que hab¨ªan pospuesto la consulta al odont¨®logo a pesar de necesitarla. Algo que, a la larga, puede salir muy caro. ¡°Los problemas bucodentales, por las infecciones, pueden causar tambi¨¦n otros: infecciones renales, problemas cardiacos...¡±, apunta Federico Sim¨®n, responsable del servicio dental comunitario del Pa¨ªs Vasco, autonom¨ªa con un programa pionero de salud bucodental para menores.

No es esta la ¨²nica prestaci¨®n de primera necesidad que deben cubrir ¡ªy en este caso, casi al 100%¡ª los ciudadanos. El pago por los medicamentos es ahora m¨¢s alto que hace cinco a?os. La reforma sanitaria del Gobierno ¡ªque adem¨¢s ha dejado sin asistencia normalizada a los extranjeros en situaci¨®n irregular¡ª se nota mucho. Antes, todos los ciudadanos activos pagaban un 40% de los f¨¢rmacos con receta; ahora esa cantidad depende de la renta y puede llegar al 60%. Adem¨¢s, por primera vez, unos 8,5 millones de pensionistas pagan por las medicinas que hasta ahora, si se las recetaba el m¨¦dico, ten¨ªan gratis. El 16,83% de los pensionistas consultados en Madrid por la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica aseguraron que, debido a problemas econ¨®micos, dejaban de comprar alguno de los f¨¢rmacos prescritos; un porcentaje que sub¨ªa al 27,29% en las unidades familiares con ingresos inferiores a 400 euros por persona al mes.

Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn Moreno, catedr¨¢tico de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica y experto en la OMS, asegura que estos y otros indicadores ya apuntan a que la crisis tendr¨¢ un importante efecto en el bienestar. ¡°Hay que emprender importantes reformas en salud p¨²blica para que los da?os no sean permanentes¡±, dice. Sin embargo, la directora general de Salud P¨²blica, Mercedes Vinuesa, asegura que las alertas de los analistas ¡ªtambi¨¦n internacionales¡ª sobre los efectos de la situaci¨®n econ¨®mica en la salud se rigen ¡°m¨¢s por el miedo al impacto¡± que por una situaci¨®n real. ¡°No hay datos fehacientes de que la crisis impacte en la salud¡±, insiste. Sin embargo, ese impacto est¨¢ marcado por todos esos condicionantes sociales que afectan al bienestar de la poblaci¨®n, no solo por los recursos del sistema sanitario. Y estos, adem¨¢s, tampoco son buenos.

Los presupuestos de sanidad de Gobierno y comunidades han sufrido un tijeretazo de en torno al 11%, es decir, 6.875 millones desde 2010 ¡ªel a?o en que empezaron los recortes en esta partida¡ª hasta 2013, el equivalente a unos 160 euros al a?o menos por habitante y a?o. Un ajuste notable para un sistema que, pese a estar entre los m¨¢s valorados, llevaba a?os por debajo de la media de la OCDE. Una de las partidas m¨¢s afectadas ha sido la destinada a salud p¨²blica y prevenci¨®n, que ha ca¨ªdo un 45%. Esto preocupa extremadamente a los expertos, sobre todo porque desde 2008 se han incrementado algunas enfermedades infecciosas prevenibles, como las paperas, la tosferina (que en 2008 afectaba a un habitante por cada 100.000, y en 2011, a 7,06) o el sarampi¨®n (que ha pasado de 0,05 casos a 7,97). ¡°Hacer recaer el peso de los recortes en las pol¨ªticas de prevenci¨®n es un riesgo. Estamos hablando de elementos efectivos en relaci¨®n con su coste y que, si se aplican adecuadamente, pueden ayudar a reducir el gasto sanitario global¡±, indica Antoni Trilla, presidente de la Agencia de Calidad y Evaluaci¨®n de la Salud en Catalu?a. Los repuntes de estas patolog¨ªas infecciosas pueden ser puntuales. Como la mayor¨ªa de los indicadores sanitarios, establecer una causa efecto a corto plazo es complejo, pero los expertos observan de cerca a Grecia. En ese pa¨ªs, los recortes y la situaci¨®n de la poblaci¨®n han derivado en un incremento abrumador de enfermedades como la tuberculosis.

En Espa?a, el tijeretazo tambi¨¦n est¨¢ poniendo en riesgo la calidad de la asistencia al adelgazar las plantillas: no se cubren bajas ni se hacen sustituciones, y en dos a?os se han perdido m¨¢s de 18.500 trabajadores, seg¨²n los datos del Registro Central de Personal de las Administraciones p¨²blicas (los sindicatos elevan las cifras de p¨¦rdida de empleo en el sector de la sanidad a 53.000). As¨ª, ya se aprecia el deterioro en las listas de espera para acudir al especialista ¡ªpara lo que hay que aguardar 59 d¨ªas de media¡ª o pasar por el quir¨®fano.

En enero de este a?o hab¨ªa 51.396 personas en espera para una operaci¨®n en Espa?a, un 6,4% m¨¢s que seis meses antes. En ese tiempo (de junio de 2012 a enero de 2013), el plazo que los pacientes esperan de media para una intervenci¨®n quir¨²rgica se ha disparado de 76 d¨ªas a 100. Es el mayor incremento registrado en un a?o desde que en 2004 el Ministerio de Sanidad empez¨® a registrar esos datos. La directora general Mercedes Vinuesa insiste aqu¨ª de nuevo en que la demora no tiene impacto en la salud de los que aguardan. ¡°Lo importante est¨¢ garantizado¡±, dice. Sin embargo, a esa disminuci¨®n de recursos humanos le sigue la merma de medios materiales. Los hospitales tienen menos camas en funcionamiento que hace cinco a?os: 3,22 por cada 1.000 habitantes en 2011 frente a las 3,29 de 2007. Y todo indica que el declive ser¨¢ superior cuando se computen los datos de 2012. En definitiva, hay menos medios y personal para la misma cantidad de usuarios. O para m¨¢s, porque el envejecimiento y los cambios en la dieta y estilo de vida de la poblaci¨®n ¡ªel 44,4% llevaba una vida sedentaria frente al 39,4% de 2006, seg¨²n la Encuesta Nacional de Salud¡ª han modificado la radiograf¨ªa sanitaria. En Espa?a, una de cada seis personas tiene un problema de salud cr¨®nico, muchas de las cuales son mayores.

Un sector de la poblaci¨®n que ya ha visto c¨®mo sus rentas han perdido un 3,1% de poder adquisitivo desde 2011 y aguarda con inquietud los nuevos cambios en sus pensiones, que ya no supeditar¨¢n sus incrementos a la evoluci¨®n de los precios. Y eso que, como indica un estudio de la Fundaci¨®n La Caixa, los jubilados son el colch¨®n de muchas familias. En 2010, el 7,8% de los hogares con todos sus miembros activos en paro conviv¨ªan con un mayor de 65 a?os como principal sustentador. Una tasa que supera en 3,7 puntos a la de 2007 y en 7 a la de Reino Unido o Dinamarca.

Los tijeretazos sociales, especialmente en la Ley de Dependencia, han alimentado el desamparo de los m¨¢s d¨¦biles. El n¨²mero de personas que reciben estas ayudas se ha reducido en 12.438 en el ¨²ltimo semestre, seg¨²n el Observatorio de la Dependencia. Los ajustes se han llevado de un plumazo 283 millones destinados a esta prestaci¨®n. Un tijeretazo que se suma al sufrido por los cuidadores familiares, a quienes, adem¨¢s de excluirles de la cotizaci¨®n, se les ha recortado un 15% la paga. La prestaci¨®n de la Ley de Dependencia est¨¢ en los huesos. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil recibirla o mantenerla.

Las pol¨ªticas sociales, de las que Espa?a hizo bandera antes de la crisis, se han convertido en un lujo. Lo que antes era inversi¨®n de futuro, ahora es gasto superfluo. Es lo que ha ocurrido con la innovaci¨®n, la investigaci¨®n o la cultura. El gasto p¨²blico en investigaci¨®n y desarrollo ha ca¨ªdo desde los m¨¢s de 9.000 millones de euros de 2008 a los 6.100 en 2014. ¡°Es una amenaza para el sistema de I+D espa?ol, construido con mucho esfuerzo durante 30 a?os, que se tardar¨¢ una d¨¦cada o dos en recuperar¡±, advierte Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez, portavoz del colectivo de investigadores precarios. Ejemplo de esta sangr¨ªa es la situaci¨®n del buque insignia de la investigaci¨®n p¨²blica. El Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) tuvo que ser este a?o rescatado de la bancarrota con dos partidas extra del Gobierno por un total de 95 millones.

Miles de investigadores ven truncadas sus posibilidades en Espa?a. Y no solo los que empiezan ¡ªlas becas de formaci¨®n del profesorado se redujeron de 950 a 800 en 2013, despu¨¦s de que el Gobierno se saltara una convocatoria, la de 2011, y las de personal investigador han pasado de 1.225 en 2008 a 940 este a?o¡ª, sino tambi¨¦n los que est¨¢n ya a mitad de camino: el programa Ram¨®n y Cajal, para que cient¨ªficos dirijan nuevas l¨ªneas de investigaci¨®n de excelencia, ofreci¨® en 2012 unos 175 contratos, 75 menos que el a?o anterior. As¨ª, alertaba el presidente de la Sociedad Espa?ola de Neurociencia, Juan Lerma, en este diario, ¡°va a ser dif¨ªcil retener el talento¡±.

Igual que a la ciencia, las Administraciones est¨¢n tratando a la cultura como algo prescindible. La subida del IVA de los productos culturales al 21% ¡ªel doble de la media europea¡ª ha provocado un descalabro de en torno a un 20% entre 2008 y 2012 en la asistencia a espect¨¢culos, compra de libros, pel¨ªculas, m¨²sica y videojuegos. ¡°La fortaleza intelectual, cultural y educativa de una naci¨®n es un factor clave para el crecimiento econ¨®mico. Un ambiente cultural floreciente atrae a personas m¨¢s creativas, que a su vez atraen a trabajadores m¨¢s excepcionales¡±, dice el rector de la Universidad de Nueva York, John Sexton.

Han pasado cinco a?os desde que cay¨® Lehman Brothers y las previsiones del Fondo Monetario Internacional dicen que a Espa?a le queda otro lustro para volver al nivel de actividad previo a la crisis. Igual que con la Gran Recesi¨®n, que lo cambi¨® todo, el c¨®mo afrontar esta etapa y gestionar la complicada herencia y secuelas que ha dejado la recesi¨®n ser¨¢ la clave para el presente y futuro del pa¨ªs.