Un para¨ªso para Catalu?a
?Podr¨ªa ser esa comunidad independiente una nueva Liechtenstein, a cubierto de las normas de transparencia de la UE?
En este momento no existe ning¨²n tipo de inversor nacional que considere posible un proceso secesionista en Catalu?a. Ese es el dictamen rotundo del ministro de Econom¨ªa y Competitividad, Luis de Guindos, en recientes declaraciones a la cadena SER donde explicaba que los inversores y agentes econ¨®micos hacen sus proyecciones de futuro con ¡°hip¨®tesis razonables y viables¡± y que descartan escenarios irrealizables. Ven¨ªa as¨ª a confirmar que los inversores y agentes econ¨®micos, como los dem¨¢s que intervienen en el proceso pol¨ªtico, configuran sus actitudes, compromisos y proyecciones en funci¨®n de las expectativas que detectan. De manera que si el prop¨®sito secesionista presentara expectativas de ser realizable, estar¨ªa por ver el comportamiento que adoptar¨ªan los inversores. Por eso, partidarios y adversarios de la independencia de Catalu?a intentan alentar o enfriar las expectativas, mientras debaten en tres planos. En el ideol¨®gico, las ventajas y los perjuicios del nacionalismo; en el pol¨ªtico, las l¨ªneas de fractura de la ciudadan¨ªa; y en el econ¨®mico, la viabilidad de un nuevo Estado con su deuda, su d¨¦ficit y su canes¨². Pero cabr¨ªa tambi¨¦n considerar un cuarto plano de debate: el de los eventuales intereses transnacionales que se vieran favorecidos al prosperar el intento secesionista. Porque, habida cuenta del volumen de recursos aparcados en para¨ªsos fiscales, ?podr¨ªa descartarse la existencia de grupos de inter¨¦s dispuestos a comprarse un pa¨ªs en Europa al m¨®dico precio de 50.000 millones de euros, que es el montante de la deuda de Catalu?a?
Y, a la rec¨ªproca, ?alcanzar¨ªa una Catalu?a independiente mayor viabilidad si, colocada fuera de la Uni¨®n Europea, hiciera de la necesidad ventaja y optara por dotarse de los atractivos de un para¨ªso fiscal? ?Se dispone de alg¨²n mecanismo que bloqueara el intento de esos grupos de inter¨¦s para acabar convirtiendo a Mas, Jonqueras y afines asimilables independentistas en una simp¨¢tica organizaci¨®n juvenil dispuesta a cumplir el trabajo pol¨ªtico que mejor les conviniera? ?La Catalu?a independiente podr¨ªa ser una nueva Liechtenstein, a cubierto de las normas de transparencia adoptadas por los pa¨ªses miembros de la UE, as¨ª como de los exigentes mecanismos de supervisi¨®n bancaria? ?Su situaci¨®n geogr¨¢fica la dotar¨ªa de mejor accesibilidad para el manejo de las cuentas que all¨ª se depositaran? ?Tendr¨ªa por ello ventajas comparativas para competir como receptora de fondos ahora residenciados en para¨ªsos fiscales remotos y peor comunicados?
Por otra parte, parafraseando a otro Arthur, en este caso el Koestler de La escritura invisible (Editorial Lumen. Barcelona, 2011), observamos que aprovecharse plenamente de las libertades constitucionales, conseguidas en la transici¨®n, para destruirlas es un principio validado sin esfuerzo por la dial¨¦ctica independentista y que, cuando las relaciones con los dem¨¢s dejan de guiarse por la confianza para regirse por la ¡°vigilancia nacionalista¡±, se instala la pendiente desastrosa del vale todo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.