Gallard¨®n conf¨ªa en que el juez evite el ¡®pase¨ªllo¡¯ de la Infanta al juzgado

El juez decano de Palma, Francisco Mart¨ªnez Espinosa, ser¨¢ quien decida c¨®mo se realiza el acceso de la infanta Cristina, el pr¨®ximo 8 de febrero, al juzgado en el que tiene que declarar, como imputada, para responder de los presuntos delitos de blanqueo de capitales y fraude fiscal de los que est¨¢ acusada. Mart¨ªnez Espinosa ya tiene experiencia en episodios parecidos, tras las dos declaraciones del yerno del Rey, I?aki Urdangarin, principal protagonista del caso N¨®os.

Ahora tendr¨¢ que tomar una decisi¨®n despu¨¦s de que este martes el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, alentara a que la entrada no se haga a pie, por la llamada cuesta de la verg¨¹enza, y expuesta a la mirada, sobre todo, de los medios de comunicaci¨®n. ¡°No se pueden producir penas paralelas y si no es necesario para el buen fin de la declaraci¨®n y adem¨¢s puede considerarse perjudicial, yo estoy seguro de que se establecer¨¢n las medidas para evitarlo¡±, afirm¨® el ministro.

Mientras, en el Congreso y por la tarde, el PP vet¨® la comparecencia de los ministros de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, y de Justicia para que explicaran las actuaciones de la Abogac¨ªa del Estado y la fiscal¨ªa, que han respaldado la estrategia de la Infanta de no recurrir la imputaci¨®n.

Al margen de la consideraci¨®n del ministro, el reglamento de los ¨®rganos de gobierno de tribunales otorga a los jueces decanos, en su art¨ªculo 86, la resoluci¨®n sobre ¡°la adecuada utilizaci¨®n de los edificios y dependencias en cuanto se refiere a las actividades que guarden relaci¨®n con la funci¨®n judicial¡±.

No existe reglamento ni normativa general sobre el acceso a los juzgados. Sin embargo, la Audiencia Nacional s¨ª tiene un protocolo espec¨ªfico. El acuerdo para que todos los imputados y testigos accedieran a la sede por la puerta principal se adopt¨® por la Sala de Gobierno despu¨¦s de que la esposa del extesorero del PP Luis B¨¢rcenas entrara en la Audiencia por el garaje, sin que tuviera permiso para ello.

En el caso de haber singularidades, habitualmente, es en la propia citaci¨®n donde se especifican. Y, aunque en la de Infanta no aparece ninguna salvedad, eso no es ¨®bice para que, en cualquier momento, se decida darle un trato distinto al del resto de imputados.

No obstante, el decano de Palma tratar¨¢ con los representantes de las fuerzas de seguridad del Estado y de la Casa del Rey el dispositivo para el 8 de febrero. Y hasta Palma se trasladar¨¢ una unidad de la polic¨ªa nacional para marcar un circuito externo para garantizar el orden p¨²blico en caso de posibles protestas,

Gallard¨®n conf¨ªa en que la Infanta no tenga que llegar a pie al juzgado de Castro

En el caso de Urdangarin, la polic¨ªa y la Casa del Rey propusieron que el duque llegara en coche hasta la misma puerta trasera de los juzgados, con lo que apenas hubiera quedado a la vista de las c¨¢maras. Sin embargo, el propio duque y sus asesores optaron por llegar andando por el patio trasero del juzgado, el ¨²nico acceso que se abre los s¨¢bados, d¨ªa en el que se produjeron las dos comparecencias del yerno del Rey y en el que se celebrar¨¢ la de su hija. Evitar problemas de agenda de los muchos letrados personados en el caso Urdangarin es el motivo por el que las citaciones se fijan en s¨¢bado.

La popular cuesta del patio de los juzgados se recorre en apenas cincuenta pasos, tiene poco m¨¢s de 35 metros. Es un callej¨®n interior que forma parte de la sede judicial, por el que solo acceden los veh¨ªculos de una decena de jueces y, que usan, especialmente, los furgones policiales para la conducci¨®n de presos y detenidos.

El juez ha acordado, adem¨¢s, la grabaci¨®n del interrogatorio, un procedimiento habitual para evitar la lentitud que implica levantar actas escritas, la posterior revisi¨®n de las transcripciones y los res¨²menes dictados por el juez. Pero, para asegurar la confidencialidad, no hay reparto de copias de los registros audiovisuales, que son depositados en la caja fuerte del juzgado.

Durante la primera declaraci¨®n de Urdangarin ¡ªa petici¨®n de este¡ª no se sigui¨® este sistema de grabaciones, por lo que la declaraci¨®n del duque de Palma se prolong¨® durante dos jornadas, a causa de la transcripci¨®n manual de su declaraci¨®n. La duraci¨®n real de la declaraci¨®n super¨® las 12 horas.