?Somos suficientemente catalanes?
Lo realmente extra?o es que la crisis actual del PSC no se hubiera producido antes: habr¨ªa sido mucho mejor para los socialistas catalanes. Porque el problema del PSC desde que en 2010 se acab¨® el Gobierno tripartito, con Montilla al frente, ha sido su ambig¨¹edad en la gran cuesti¨®n de la independencia, el derecho a decidir o como se le quiera llamar. Es decir, en aquello que los nacionalistas catalanes denominan ¡°el proceso¡± y que en Catalu?a tapa y oculta cualquier otro debate.
Este problema concreto de los ¨²ltimos tres a?os es consecuencia de una larga historia, una historia que se hace ya visible en las primeras elecciones auton¨®micas de 1980 y que confirman todas las posteriores. El problema es que el PSC siempre ha sido un partido acomplejado por temor a no ser suficientemente catal¨¢n.
Este incomprensible temor ¡ªya que se trata de un partido que act¨²a en Catalu?a, y en las cuestiones que afectan a este ¨¢mbito tiene libre capacidad de acci¨®n¡ª proviene de que buena parte de los dirigentes socialistas catalanes creen en la misma concepci¨®n de Catalu?a que, por ejemplo, Jordi Pujol: Catalunya es su lengua, su historia, su cultura, su car¨¢cter colectivo¡ Siempre que esto se defina como yo quiero. Entre los dirigentes acomplejados est¨¢n los tres diputados d¨ªscolos y los varios centenares de militantes que han firmado una carta de apoyo. Para ellos Catalu?a no son las personas que la habitan, que son muy variadas y todas merecen igual respeto, sino un especial modo de ser decantado a lo largo de la historia. Sucede lo mismo en todos los nacionalismos.
El principal problema de Pere Navarro es que se sepa d¨®nde est¨¢ el PSC en el debate independentista
Ello no tendr¨ªa ninguna relevancia si no fuera por un dato pol¨ªtico clave: el PSOE no se presenta en Catalu?a como tal y su franquicia es el PSC. El resultado es una anomal¨ªa que los socialistas ¡ªtanto catalanes como espa?oles¡ª nunca han querido reconocer: en todas las elecciones generales desde 1977 (a excepci¨®n de 2011) en Catalu?a ha ganado el PSOE y en todas las elecciones auton¨®micas el PSC ha perdido y ha ganado CiU (matiz: en 1999 y 2003 los socialistas ganaron en votos y CiU en esca?os debido al sistema electoral).
Si se analizan los resultados electorales puede comprobarse que en determinadas zonas de Catalu?a ¡ªlas llamadas zonas industriales, granero de voto socialista¡ª la abstenci¨®n aumenta exponencialmente en las auton¨®micas, y por eso el PSC pierde, mientras que la participaci¨®n aumenta en la misma proporci¨®n en las generales, y por eso el PSC gana. En definitiva, cuando se trata de elegir a un candidato a presidente de Gobierno, hasta ahora siempre del PSOE y nunca del PSC, los socialistas catalanes obtienen, con alguna excepci¨®n, entre un 30% y un 40% m¨¢s de votos. Muchos votantes socialistas no se reconocen en el PSC porque cierta parte de sus dirigentes son nacionalistas catalanes
El principal problema al que se enfrenta Pere Navarro en estos momentos no es que se deba expulsar a algunos diputados porque no han acatado las decisiones de los m¨¢ximos ¨®rganos de direcci¨®n que se acordaron, mediante voto secreto, por una mayor¨ªa del 85% de sus miembros. Tampoco que unos centenares de militantes, en apoyo de los expulsados, se den de baja del partido. El principal problema es que se sepa con claridad d¨®nde est¨¢ el PSC en el debate independentista. El problema tambi¨¦n es que desde que el PSC se ali¨® con ERC tras las elecciones de 1999, hasta las ¨²ltimas auton¨®micas de 2012, el PSC ha perdido 660.000 votos, m¨¢s de la mitad de los que ten¨ªa: ha pasado de un 37% a un 14% de porcentaje de voto, de 52 esca?os a 20 y, seg¨²n los sondeos, bajando.
La sangr¨ªa, pues, ha sido brutal y no s¨¦ si Navarro estar¨¢ a tiempo de atajarla. Pero en todo caso, para atajarla y remontar, los potenciales votantes deben saber d¨®nde se sit¨²a el PSC en el actual debate, y los llamados diputados d¨ªscolos ¡ªy los que opinan como ellos¡ª impiden esta necesaria clarificaci¨®n como se ha comprobado por sus declaraciones de estos ¨²ltimos d¨ªas, jaleadas por los medios de comunicaci¨®n nacionalistas.
Poco despu¨¦s de la gran manifestaci¨®n por la independencia del 11 de septiembre de 2012, Marina Geli, una de las diputadas por el momento suspendidas de cargo, afirm¨® que dentro del PSC caben independentistas, federalistas y confederalistas. Ya puestos, no s¨¦ por qu¨¦ no dijo que tambi¨¦n cab¨ªan los centralistas. En todo caso, un partido que admite una cosa as¨ª no es un partido serio; mejor dicho, no es un partido sino un movimiento confuso y embarullado. Con ideas como esta no se va a ninguna parte. Pere Navarro y la actual direcci¨®n est¨¢n demostrando personalidad, firmeza y sentido com¨²n. Los m¨¦dicos parecen buenos y desacomplejados, el enfermo agonizante y, aunque es ya es muy tarde, la enfermedad no ser¨¢ mortal si suministran al paciente las medicinas oportunas.
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