Los deslices de un l¨ªder previsible
Mariano Rajoy exhibe un discurso lleno de obviedades, tics y argumentario Solo da titulares cuando improvisa
El grupo de periodistas que cubre las comparecencias, ruedas de prensa, intervenciones parlamentarias y asaltos en los pasillos del presidente del Gobierno trabaja con una certeza y una esperanza. La certeza de que, salvo emergencia nacional, y no siempre, van a escuchar una m¨²sica y una letra conocidas. Y la esperanza de que Rajoy se ponga lo suficientemente nervioso para sacar los pies del tiesto. De que meta la pata. Solo entonces, y no siempre, podr¨¢n llevar un titular fresco a sus redacciones.
Si no, tendr¨¢n que abrirse paso a machete entre la jungla de puntos de argumentario, obviedades, lugares comunes, ambig¨¹edades, gestos, tics y muletillas que componen el discurso del presidente. Intentar afilar y elevar el tono romo y plano. E interpretar, seg¨²n su experiencia, criterio y conocimiento del personaje, lo que ha querido decir. Solo as¨ª, algunos, logran extraer mena de la ganga.
Rajoy, lo dijo ¨¦l mismo, es previsible. No tanto en lo que hace ¡ªlo contrario a lo que prometi¨® en su programa electoral, en algunas materias¡ª, como en lo que dice. Carece de capacidad de improvisaci¨®n. Quiz¨¢ por eso, suele llevar todas sus intervenciones, incluso sus r¨¦plicas parlamentarias, escritas. O memorizadas de carrerilla, aprovechando la retentiva de quien aprob¨® unas dur¨ªsimas oposiciones a los 23 a?os convirti¨¦ndose en el registrador de la propiedad m¨¢s joven de Espa?a. Pero a veces, pocas, Rajoy se sale de su propio guion y da noticias.
Fue eso, opinan quienes le conocen, lo que ocurri¨® el pasado lunes en la entrevista televisiva en Antena 3. La segunda que concede en sus dos a?os de mandato, lo que da idea de su aversi¨®n a los medios. Todo discurr¨ªa seg¨²n lo previsible cuando la periodista Gloria Lomana le pregunt¨® sobre la infanta Cristina. ¡°Yo tengo que respetar las decisiones de jueces y fiscales y me gustar¨ªa que, como bien dijo el Rey, todos seamos iguales ante la ley (...)¡±, empez¨® a disertar, hasta que Lomana le cort¨® y, entonces, obtuvo la perla: ¡°Le ir¨¢ bien. Estoy convencido de su inocencia¡±, solt¨®, poniendo la mano en el fuego por ella, y anticip¨¢ndose a los ¨²nicos hechos que quiz¨¢ no deb¨ªa en una entrevista en la que su frase m¨¢s repetida fue, precisamente: ¡°No voy a adelantar acontecimientos¡±.
Ese es Rajoy. Se pasa casi una hora recitando mantras como: ¡°El Rey es un ser humano y las cosas que les pasan a sus hijos le duelen, como a cualquier persona¡± (sobre la crisis de la monarqu¨ªa). O ¡°ese es un asunto sobre el que todos, sin duda, tenemos sentimientos. Unos tienen unos; otros, otros¡± (sobre Catalu?a). O ¡°lo que no puedo es no hacer nada porque no le guste a la oposici¨®n¡± (sobre la ley Wert). Y, de repente, acuciado por algo, pierde el hilo, dice lo que se le pasa por la cabeza y abre los informativos.
Manos abrasadas
Cristina de Borb¨®n y Grecia no es la primera ni la ¨²nica persona por la que el presidente Rajoy ha puesto figurada y p¨²blicamente la mano en el fuego, exponi¨¦ndose a abras¨¢rsela.
Jaume Matas, expresidente balear condenado a nueve meses por corrupci¨®n y pendiente de la resoluci¨®n de su petici¨®n de indulto, fue saludado en 2004 por el entonces candidato popular a la presidencia del Gobierno con un entusiasta: ¡°Vamos a intentar hacer en Espa?a lo que Matas en Baleares¡±.
Carlos Fabra, expresidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n y ¡°ciudadano y pol¨ªtico ejemplar¡±, en palabras de Rajoy, ha sido condenado a cuatro a?os por fraude de 700.000 euros.
Francisco Camps, expresidente de la Comunidad Valenciana salpicado por los casos G¨¹rtel y N¨®os, fue piropeado con un ¡°siempre estar¨¦ detr¨¢s de ti, o delante, o a un lado¡±.
¡°Nadie podr¨¢ probar que B¨¢rcenas no es inocente¡±, dijo en 2009 Rajoy. Hoy, el aludido duerme en prisi¨®n por varios presuntos delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales.
Sucedi¨®, tambi¨¦n, en Berl¨ªn, en febrero de 2013. En pleno esc¨¢ndalo por la publicaci¨®n de los papeles de B¨¢rcenas, con la prima de riesgo disparada y todos los ojos fijos en Espa?a, un Rajoy incomod¨ªsimo a la vera de Angela Merkel en la rueda de prensa tras la cumbre hispano alemana solt¨®: ¡°Todo lo que se refiere a m¨ª y a mis compa?eros de partido no es cierto. Salvo alguna cosa que es lo que han publicado algunos medios. Dicho de otra manera, es total y absolutamente falso¡±. La resaca de aquel desliz a¨²n colea.
Desde entonces, m¨¢s si cabe, Rajoy huye de los medios como de la peste. F¨ªsicamente: hay pruebas gr¨¢ficas del presidente saliendo por piernas del Senado para evitar las c¨¢maras. Y verbalmente, como cuando sali¨® por peteneras con frescas como ¡°est¨¢ lloviendo mucho¡±, al preguntarle los informadores del Congreso su opini¨®n sobre la derogaci¨®n de la doctrina Parot por Estrasburgo. O cuando divag¨®: ¡°eh... la segunda... ya tal¡± para no contestar una pregunta sobre la entrada en prisi¨®n de Luis B¨¢rcenas. Por no hablar del aparato gestual que suele acompa?ar sus evasivas. Un veterano fot¨®grafo confiesa que tiene que desechar ¡°el 80%¡± de las fotos del presidente ¡°porque aparece con muecas o con el ojo al bies¡±.
Para muchos observadores, esta actitud no responde a un problema de incapacidad comunicativa del presidente, sino que es el resultado de una estrategia perfectamente calculada. ¡°La pol¨ªtica de comunicaci¨®n de Rajoy es no comunicar nada. Est¨¢ convencido de que las elecciones no se ganan en los medios. Y, adem¨¢s, siempre ha tenido a alguien para comerse el marr¨®n por ¨¦l¡±, resume un cronista que le sigue hace lustros.
Otro, en campa?a electoral, le oy¨® decir: ¡°Cuando sea presidente, no ser¨¦ como Zapatero, que se echa encima todo y ejerce de pararrayos de sus ministros¡±. Lo ha cumplido escrupulosamente. Es a sus ministros a quienes env¨ªa a luchar contra los elementos de la prensa. ¡°Aqu¨ª se han anunciado recortes dur¨ªsimos y ¨¦l no ha dado la cara, para eso estaban Montoro y Guindos. El d¨ªa que se anunci¨® la reforma del aborto, ¨¦l estaba, no por casualidad, en Bruselas. Hasta los medios hemos picado y llamamos ley Gallard¨®n o ley Wert a leyes que son netamente suyas. Ha logrado transmitir la impresi¨®n de que no est¨¢ en eso, pero est¨¢ en todo¡±, subraya otro redactor.
Quiz¨¢ por eso mantiene a todos en sus puestos, e, incluso, les rindi¨® homenaje expreso en la citada entrevista televisiva: ¡°Apoyo a los ministros valientes que toman las decisiones que hay que tomar¡±, dijo. Como si ¨¦l no fuera el jefe de todos ellos. Y el presidente de todos los espa?oles.
Una reportera que sigue al presidente desde los tiempos de ¡°los hilitos de plastilina¡± del Prestige, cuando Rajoy era portavoz del Gobierno de Aznar, observa ¡°un antes y un despu¨¦s¡± en su actitud ante los medios. ¡°Nunca ha sido Aza?a, pero era relativamente accesible. Sin embargo, desde febrero de 2009, cuando estando en la oposici¨®n estall¨® G¨¹rtel y empezaron las preguntas inc¨®modas, se ha cerrado en banda y no se expone en absoluto. Ni en p¨²blico, ni en privado¡±. ¡°Rajoy es el ¨²nico pol¨ªtico que en off the record dice exactamente lo mismo que en on: nada¡±, cuenta otro periodista.
Al trascender sus SMS con B¨¢rcenas, los periodistas no tuvieron duda de que eran aut¨¦nticos. ¡°La vida es resistir, y que alguien te ayude, tampoco hacen falta muchos¡±, escrib¨ªa el presidente a Rosal¨ªa Iglesias. Cien por cien Rajoy.
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