Marcelino Bilbao, conejillo de indias en Mauthausen
Un nazi le inyect¨® benceno en el coraz¨®n solo para ver cu¨¢nto aguantaba
Al menos 4.440 espa?oles murieron en campos de concentraci¨®n nazis, seg¨²n el censo elaborado por el Ministerio de Justicia. Casi 400 en el de Mauthausen. Marcelino Bilbao (Alonsotegui, Bizkaia, 1919) logr¨® salir con vida despu¨¦s de haber sido un humano conejillo de indias para los disparatados experimentos de Aribert Heim, el infame Doctor Muerte, un nazi que inyectaba a los reclusos del campo benceno en el coraz¨®n sin otro fin que ver lo que aguantaban.
¡°All¨ª llegabas t¨², para que te inyectara, como castigo o como experimento a ver cu¨¢nto resist¨ªas. Y aquel hombre, all¨ª sentado, sin mirar a nadie, pinchaba... A algunos les daban convulsiones; a otros se los llevaban a rastras (...) Luego me toc¨® a m¨ª, seis s¨¢bados consecutivos me inyectaron al lado del coraz¨®n. Nos cogieron a 30. Solo siete logramos sobrevivir a los pinchazos. Entonces no me importaba morir, no ten¨ªa familia...¡±, relata en el libro Vivos en el Averno nazi, de Montserrat Llor.
Bilbao no sab¨ªa qu¨¦ era lo que le inyectaba aquel hombre que le pinchaba sin mirarle, pero s¨ª era muy consciente de lo importante que era no parecer enfermo despu¨¦s de recibir aquellas inyecciones porque los enfermos de Mauthausen acababan en el crematorio.
Se hab¨ªa integrado en el batall¨®n Isaac Puente de la CNT con apenas 16 a?os. Fue testigo del bombardeo de Gernika y particip¨® en la batalla de Teruel y en la del Ebro durante la Guerra Civil. El avance de las tropas franquistas le fue arrinconando, hasta que, ya en Francia, empez¨® su periplo por campos de concentraci¨®n: Saint-Cyprien, Argel¨¦s sur Mer... y finalmente, Mauthausen.
All¨ª vio morir a muchos compa?eros durante el lustro que permaneci¨® en un lugar pensado para el exterminio: desde diciembre de 1940 hasta mayo de 1945. Bilbao tuvo mucha suerte. Hab¨ªa ingresado en el campo con apenas 19 a?os y logr¨® sobrevivir gracias a su juventud y picaresca, y una vez abandonado el campo, tener una vida larga y plena hasta que falleci¨® el pasado s¨¢bado en Poitiers (Francia) con 95 reci¨¦n cumplidos.
La familia que no ten¨ªa cuando ingres¨® en el infierno la construy¨® despu¨¦s, al salir de Mauthausen. De hecho hab¨ªa conocido a su futuro cu?ado, Jes¨²s Mar¨ªa Aguirre, en otro campo de concentraci¨®n anterior, en Gurs (Francia). Cuando sali¨®, y ante la imposibilidad de volver a la Espa?a de Franco, Aguirre le ofreci¨® su casa en Chatelleraut. Y all¨ª conoci¨® a Mercedes, con la que tendr¨ªa dos hijas.
Al salir del campo empez¨® a trabajar en una lecher¨ªa y despu¨¦s, en una f¨¢brica de petroqu¨ªmica, donde se afili¨® en la CGT y llev¨® la iniciativa en diversas huelgas, seg¨²n recuerda orgulloso el sindicato.
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