Aznar quiere marcar la pauta a Rajoy tambi¨¦n sobre Catalu?a desde FAES
La fundaci¨®n del expresidente publica un dur¨ªsimo alegato contra el nacionalismo catal¨¢n
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no estar¨¢ en la convenci¨®n del PP este fin de semana en Valladolid. Y no podr¨¢, por tanto, hacer lo que ya es casi una tradici¨®n en los ¨²ltimos a?os: marcar el camino que a ¨¦l le gustar¨ªa que siguiera Mariano Rajoy, su sucesor, al que ¨¦l eligi¨® a dedo. Pero aunque no est¨¦ all¨ª para marcar la pauta, su fundaci¨®n, FAES, ha hecho ese trabajo por ¨¦l. Un d¨ªa despu¨¦s de que Aznar confirmara su plant¨®n a Rajoy, FAES ha publicado un extenso documento sobre la crisis independentista en Catalu?a. El sector de Aznar y Jaime Mayor Oreja achaca a Rajoy poca firmeza con los nacionalistas catalanes y vascos. Y el documento, redactado en la forma de ¡°20 preguntas con respuesta sobre la secesi¨®n de Catalu?a¡±, es un dur¨ªsimo alegato contra el nacionalismo, en el que marca el camino y unas claras l¨ªneas rojas.
En realidad, la l¨ªnea de fondo del texto, un documento de 80 p¨¢ginas muy trabajado, lleno de datos, citas y referencias hist¨®ricas, no es del todo contradictoria con el discurso que Rajoy pronunci¨® el pasado s¨¢bado en Catalu?a. Pero el tono es bien diferente y sobre todo incide en lo que m¨¢s le reprochan al presidente: entra de lleno en el combate ideol¨®gico y con datos contra el independentismo, precisamente lo que hasta ahora Rajoy no ha querido hacer, hasta el punto de que ni siquiera quiso contestar al documento de supuestos agravios econ¨®micos ¡ªque sumaban 9.000 millones de euros¡ª que hizo la Generalitat en octubre de 2013.
Ya desde el arranque, Francisco Javier Zarzalejos, secretario general de FAES y hombre de tal confianza de Aznar que fue uno de los tres enviados a la reuni¨®n con la c¨²pula de ETA en Z¨²rich en 1999 (con Pedro Arriola y Ricardo Mart¨ª Flux¨¢), deja clara la filosof¨ªa de combate ideol¨®gico del nacionalismo: ¡°La situaci¨®n que vive Catalu?a vuelve a demostrar c¨®mo los nacionalismos, al mismo tiempo que se atribuyen la representaci¨®n aut¨¦ntica e intemporal de los pueblos, terminan siendo los agentes m¨¢s profundamente divisivos de las sociedades a las que dicen encarnar. Incapaces de aceptar lo que se escapa a su visi¨®n dogm¨¢tica, se niegan a asumir la pluralidad que es intr¨ªnseca a sociedades de largas trayectorias hist¨®ricas compartidas¡±. ¡°El proceso secesionista quiere ofrecer una cara amable y dialogante, pero arranca con el ¡®Espa?a nos roba¡¯. Dice buscar un futuro de armon¨ªa, pero retrata con los trazos m¨¢s negros una historia falsa de agresi¨®n continuada de Espa?a a Catalu?a. Alardea de europe¨ªsmo, pero oculta que esa Catalu?a vendida como utop¨ªa de bienestar quedar¨ªa fuera de la Uni¨®n Europea y afectar¨ªa sin remedio a generaciones de catalanes, empezando por los actuales y futuros pensionistas¡±, escribe Zarzalejos en el pr¨®logo.
Ya en el texto, el tono es duro: ¡°Se trata de un empe?o da?ino socialmente, antihist¨®rico, gravemente lesivo econ¨®micamente para Espa?a y para Catalu?a, pero que tambi¨¦n socava la democracia en nombre de la propia democracia y pone en cuesti¨®n el Estado de derecho y los valores de paz y concordia que persiguen las normas b¨¢sicas de nuestra convivencia¡±.
¡°?Espa?a roba ahora a Catalu?a?¡±, se pregunta. ¡°Por supuesto que no. El secesionismo afirma que existe un presunto maltrato fiscal que padecen los ciudadanos catalanes en el actual modelo de Estado y que por ello es urgente alterar el sistema de financiaci¨®n de Catalu?a. Pero eso no es m¨¢s que un mito. Es, simplemente, la propaganda que algunos partidos catalanes han alimentado para activar uno de los factores m¨¢s peligrosos del populismo nacionalista: el sentimiento de pertenencia a una comunidad que es agredida desde el exterior y cuya identidad est¨¢ siendo puesta en peligro¡±.
El documento ofrece una serie de an¨¢lisis econ¨®micos y gr¨¢ficos para tratar de desmentir el supuesto agravio. Pero sobre todo recuerda que todas las grandes decisiones en Espa?a, tambi¨¦n financieras, se han tomado con la participaci¨®n directa de los pol¨ªticos catalanes. Incluso alude a un texto, de Josep Mar¨ªa Ainaud de Lasarte, en el que se concluye que hubo hasta 66 ministros catalanes desde 1818 hasta 2000. Y asegura que han estado en todas las instituciones clave, hasta el punto de que ¡°el propio presidente del Consejo Asesor para la Transici¨®n Nacional, Carles Viver i Pi-Sunyer, ha sido vicepresidente del Tribunal Constitucional¡±.
Lleno de referencias hist¨®ricas para desmontar los ¡°mitos del nacionalismo¡±, el texto llega a recordar que en 1714, en la batalla de referencia, ¡°los barceloneses lucharon exhortados por las autoridades catalanas a ¡®derramar gloriosamente su sangre y su vida por su Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda Espa?a¡¯ (bando difundido por los Tres Comunes en Barcelona el 11 de septiembre de 1714)¡±.
La conclusi¨®n es especialmente dram¨¢tica. Bajo el t¨ªtulo ¡°Un proceso para una Catalu?a empobrecida, desgarrada y aislada¡±, argumenta que ¡°el resultado m¨¢s grave del proceso secesionista ser¨ªa la quiebra de la sociedad catalana y de toda la sociedad espa?ola. Tambi¨¦n la posible ruptura territorial interna de Catalu?a. La ruptura de una convivencia que en ocasiones, no tantas, puede ser exigente e incluso compleja, pero que es real desde hace siglos¡±. Y por ¨²ltimo a?ade: ¡°La secesi¨®n probablemente es el m¨¢s absurdo y gratuitamente destructivo empe?o pol¨ªtico, econ¨®mico y social de la historia de Catalu?a. Un acto contrario a la civilizaci¨®n pol¨ªtica espa?ola y europea, civilizaci¨®n que los catalanes han contribuido a hacer posible¡±.
El PP se desvincul¨® del texto y Mar¨ªa Dolores de Cospedal, a pesar de que es vicepresidenta de FAES, dijo este mi¨¦rcoles que no lo hab¨ªa le¨ªdo y que ¡°una cosa es la fundaci¨®n y otra el partido¡±.
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