Pablo Crespo, el hombre de orden... o no

El entramado de Correa crec¨ªa a la sombra de G¨¦nova y en un momento determinado se necesit¨® que alguien con la cabeza ordenada pusiera orden en aquel caos de pagos en negro, sobres cochambrosos y cuentas sumadas con los dedos de las manos. O sea, que se necesitaba una persona de orden. Todo sea dicho, de orden¡­ pero sin exagerar, porque bajo ning¨²n concepto se quer¨ªa acabar con el fraude, el bajo mano, la ocultaci¨®n a Hacienda y cualquier chapuza que sirviera, seguramente a todos, g¨¹rteles y populares, para lograr una suculenta recaudaci¨®n. El elegido fue Pablo Crespo Sabar¨ªs, secretario de organizaci¨®n del PP gallego, cargo m¨¢s que respetable y hombre del partido de toda la vida, como lo fue su padre, Manuel Crespo, un dirigente hist¨®rico.

Pablo Crespo deja la secretar¨ªa de organizaci¨®n cuando cae su protector, Xos¨¦ Cu¨ª?a, en 2003, seg¨²n su biograf¨ªa oficial. Pero ante el juez Antonio Pedreira, Crespo declara que dej¨® su actividad pol¨ªtica en 2001 y que en el 2002 ya est¨¢ trabajando para Correa en la direcci¨®n de Special Events y en el resto de las empresas. Desde su incorporaci¨®n, Crespo es el hombre que todo lo mueve en el entramado de las decenas de empresas de Correa, donde es administrador o cualquier otro cargo en la mayor¨ªa de ellas. Da igual de la que se trate, en esa lista interminable de tapaderas financieras: Rialgreen, Special Events, FCS, Estudios Vesubio o Forever Tracer. Crespo es, de hecho, su hombre de confianza hasta la detenci¨®n de ambos. Da igual la fecha de su contrato, peccata minuta, porque esa empresa -y otras de la trama- ya llevaban a?os, todos los que Crespo hab¨ªa sido secretario de organizaci¨®n, encarg¨¢ndose del montaje de los actos del PP en Galicia. Solo entre 1996 y 1999 la red de Correa factur¨® m¨¢s de seis millones de euros (1.027 millones de pesetas) al PP. Una amistad consolidada en el tiempo, pues.

Como la que ten¨ªa con el entonces gerente, Luis B¨¢rcenas. Las famosas fotocopias publicadas por EL PA?S -tan reales como la vida misma- ya registraban la entrega por parte de Crespo a B¨¢rcenas de 21 millones de pesetas, dinero en billetes y sin declarar en ning¨²n sitio. La polic¨ªa confirm¨® los hechos y averigu¨® de d¨®nde sal¨ªa ese dinero en negro: "Los fondos destinados al pago generado por esa formaci¨®n pol¨ªtica proceden de recursos ajenos a los circuitos financieros, que pueden ser de terceros que financian los actos del partido con dinero ajeno a los circuitos econ¨®micos". La polic¨ªa tambi¨¦n hall¨® otros documentos referidos a los actos de las empresas de Correa, antes de que Crespo trabajara de facto en ellas y que reflejaban c¨®mo se financiaba el PP.

Dec¨ªamos una cabeza seria. Pues no del todo. Porque Pablo Crespo tiene un raro sentido del humor. Tanto como para utilizar el alias "Maxwell Smart" -as¨ª se llamaba el Superagente 86 de la serie televisiva de los setenta- en sus intercambios de correos cuando trata de las cuentas del grupo en los bancos de Suiza o Singapur. Quiz¨¢ por ello la polic¨ªa encontr¨® varias armas en la oficina - ¡°un rev¨®lver detonador de doble acci¨®n Blow 38 Magnum, y un ME 38 Compact calibre Kal 380/91000 Rkan II¡±- y en su domicilio de Madrid: ¡°una escopeta -con permiso y licencia-, una pistola de fogueo y una Derringer de nueve mil¨ªmetros¡±. ¡°Es que me gustan las armas¡±, declar¨® ante el juez Pedreira.

Crespo, el n¨²mero dos, est¨¢ acusado, como el resto de protagonistas del caso, de "pertenecer a una trama que ha cometido delitos de blanqueo, delito fiscal, falsedad, cohecho, asociaci¨®n il¨ªcita y tr¨¢fico de influencias".