Monago busca un aliado en el PSOE contra la ley del aborto

La oferta tiene escasas posibilidades de prosperar, pero refleja un clima de divisi¨®n incontenible. Jos¨¦ Antonio Monago, el bar¨®n rojo del PP, pretende marcar las pautas de esa oposici¨®n interna a la futura ley del aborto con una estrategia dirigida a afianzar un perfil propio. Tras desatender las instrucciones del propio Mariano Rajoy, que orden¨® evitar debates p¨²blicos sobre la reforma, el presidente extreme?o lleg¨® a plantear ayer una alianza con el PSOE contra el proyecto de Alberto Ruiz-Gallard¨®n. El objetivo, seg¨²n fuentes del partido, es formar un frente com¨²n y conseguir as¨ª ¡°una voz ¨²nica¡± sobre la reforma. Monago ¡ªque gobierna Extremadura gracias apoyo de IU¡ª hizo su propuesta, en la que llama a alcanzar una postura com¨²n y a la revisi¨®n de los supuestos que marca la nueva norma, la v¨ªspera del primer gran pronunciamiento sobre la reforma de la ley: hoy los diputados nacionales votar¨¢n en secreto una proposici¨®n del PSOE que pide su retirada inmediata.

Despu¨¦s de promover en el Parlamento de Extremadura un pronunciamiento que parte de la premisa de que ¡°nadie puede negar a una mujer su derecho a ser madre, ni tampoco nadie puede obligarla a serlo¡±, el PP de Monago quiere ahora pactar una moci¨®n conjunta en la C¨¢mara regional con el principal partido de la oposici¨®n. El bar¨®n popular propone paralizar la reforma para lograr mayor consenso y una ¡°combinaci¨®n racional de los plazos con la regulaci¨®n espec¨ªfica de los supuestos¡±. El anteproyecto impulsado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, solo permite el aborto en casos de violaci¨®n o riesgo grave para la salud de la mujer. No recoge la opci¨®n de abortar exclusivamente por causa de malformaci¨®n fetal, un ¨¢ngulo que incomoda, y mucho, a diversos dirigentes populares.

Francisca Rosa, portavoz regional de los populares, coment¨® ayer abiertamente que su formaci¨®n ¡°ofrece consenso¡± a los socialistas para lograr una postura com¨²n que derive en esa declaraci¨®n. Esto, en t¨¦rminos administrativos, podr¨ªa alcanzarse con un mero tr¨¢mite: ambos partidos tendr¨ªan que retirar las mociones que ya hab¨ªan presentado en el Parlamento regional sobre la reforma; en la suya, el PP instaba a ¡°abrir un proceso de di¨¢logo y debate¡±, la del PSOE exige la retirada de la reforma.

¡°Nosotros estar¨ªamos en disposici¨®n de retirar la nuestra [moci¨®n], y finalmente a ver si se suman a ese esp¨ªritu de consenso, a esa voluntad de consenso que le estamos ofreciendo desde el Partido Popular¡±, afirm¨® Rosa. El texto de Monago, sin embargo, choca con la posici¨®n inicial del partido de Guillermo Fern¨¢ndez Vara y con el planteamiento de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y la direcci¨®n nacional: el PSOE no rechaza el di¨¢logo, pero paralizar el anteproyecto no es lo mismo que retirarlo; algo que los socialistas reclaman sin matices.

¡°Ya hubo consenso pol¨ªtico y social en 2010 [cuando se dio luz verde a la actual Ley de Salud Sexual y Reproductiva]¡±, defiende Valent¨ªn Garc¨ªa, portavoz socialista en la Asamblea de Extremadura. ¡°Monago no est¨¢ en contra de la ley del aborto; pide que se paralice, pero nosotros no nos conformamos con esto¡±, agrega antes de reiterar: ¡°Si quiere consenso, bienvenido el consenso de 2010¡±.

El PSOE defender¨¢ hoy en el Congreso de los Diputados esta postura con el impulso de las movilizaciones de las ¨²ltimas semanas, en las que ¡ªprimero en el Tren de la Libertad y despu¨¦s en varias mareas violetas¡ª decenas de miles de personas han salido a la calle para exigir al Gobierno que no siga adelante con la tramitaci¨®n de la pol¨¦mica ley. Los socialistas han forzado una votaci¨®n secreta de una iniciativa sobre la reforma, con la que tratan de mantener la presi¨®n contra el Ejecutivo de Rajoy, poner a prueba la cohesi¨®n del Grupo Parlamentario Popular y tratar de favorecer la disidencia interna. Algo que ya est¨¢n logrando en decenas de Ayuntamientos, en los que, gracias al apoyo o la abstenci¨®n de ediles populares, se est¨¢n aprobando mociones que exigen la retirada inmediata de la reforma.

Pero es muy complicado que lo que est¨¢ ocurriendo en algunos municipios peque?os y medianos ¡ªmuy aut¨®nomos¡ª se repita en los grandes. Y m¨¢s dif¨ªcil a¨²n que se d¨¦ en el Senado o el Congreso. Sin embargo, muchos diputados populares, empezando por la vicepresidenta de la C¨¢mara baja, Celia Villalobos, ya han manifestado p¨²blicamente su oposici¨®n a la futura ley. Y, al margen de la postura oficial de la direcci¨®n nacional, en el partido mayoritario hay varios dirigentes que solo ven necesario modificar la edad, actualmente fijada en 16 a?os, para poder abortar sin permiso paterno.

El PP no es la ¨²nica formaci¨®n con divisi¨®n de opiniones sobre la futura ley. Pero en otros grupos la discrepancia no supone un problema de imagen ni de cohesi¨®n. As¨ª ocurre, por ejemplo, en CiU y el PNV, en los que suele haber libertad de voto. Tanto los socialistas como Izquierda Plural, UPyD, ERC, BNG, Garoa Bai y Coalici¨®n Canaria-Nueva Canaria, en cambio, se oponen a la reforma.

De hecho, numerosas diputadas de estos partidos ¡ªy todas las de PSOE, IU, BNG y Amaiur¡ª han suscrito un compromiso impulsado por 150 organizaciones de mujeres, con la Plataforma Feminista de Alicante a la cabeza, que piden el voto en contra del proyecto Gallard¨®n. El documento, llamado Pacto entre mujeres, en recuerdo a lo ocurrido en la legislatura constituyente cuando varias parlamentarias rompieron la disciplina de voto de su partido para pronunciarse en contra de la discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo en la sucesi¨®n a la Corona, se dirig¨ªa en gran medida a las diputadas del Partido Popular. Apelan a su ¡°conciencia de mujer¡±.