¡°Espa?a ha decidido cambiar los derechos humanos por dinero¡±
¡°Desde 1959, la represi¨®n china en mi pa¨ªs ha sido constante¡±, asegura el director de la Casa de T¨ªbet


Thubten Wangchen (T¨ªbet, 1955) se presenta bajo el aguanieve que azota Madrid vestido solo con una t¨²nica azafr¨¢n que le deja los brazos al aire. La ¨²nica concesi¨®n indumentaria que hace este monje budista para evitar el fr¨ªo y la lluvia son unos mocasines y unos finos calcetines a juego con el h¨¢bito. ¡°Este clima es como el del T¨ªbet, me siento como en casa¡±, bromea Wangchen, director de la Casa del T¨ªbet y firmante de la querella por el genocidio contra su pueblo. Su iniciativa ha llevado a la Audiencia Nacional, en virtud del principio de justicia universal, a ordenar la detenci¨®n del expresidente chino Jiang Zemin y otros miembros de la c¨²pula del gigante asi¨¢tico, un movimiento judicial que ha tensado las relaciones diplom¨¢ticas entre Espa?a y China.
La pr¨¢ctica supresi¨®n de la jurisdicci¨®n universal que promueve el Gobierno de Mariano Rajoy y que supondr¨¢ el archivo autom¨¢tico de la causa sobre los cr¨ªmenes de lesa humanidad en el T¨ªbet, entre otros sumarios, es ¡°una verg¨¹enza para Espa?a¡±, asegura el monje. Este martes asisti¨® en el Congreso al debate de la proposici¨®n de Ley Org¨¢nica del PP para limitar la competencia de los jueces espa?oles sobre los delitos cometidos fuera del territorio nacional.
Wangchen, nacionalizado espa?ol desde 1996, est¨¢ acostumbrado a la intemperie. ¡°En 1959, cuando los chinos invadieron mi pa¨ªs, yo ten¨ªa cuatro a?os. Mataron a mi mam¨¢ y tuve que cruzar el Himalaya para instalarme en Nepal¡±, relata sin prisa. En Katmand¨², el ni?o Thubten sobrevivi¨® a base de mendigar. Con 16 a?os, despu¨¦s de trasladarse a India, el Dalai Lama lo acogi¨® en su monasterio privado. ¡°Pas¨¦ 11 a?os estudiando filosof¨ªa budista y en 1982 me traslad¨¦ a Espa?a como traductor de un lama en un templo budista de Ibiza¡±, rememora.
Desde Espa?a, Wangchen se ha dedicado a luchar ¡ª¡°siempre pac¨ªficamente¡±¡ª por la libertad del T¨ªbet, un territorio con una superficie que triplica la espa?ola y en el que la represi¨®n y las repoblaciones ordenadas desde Pek¨ªn han llevado a los seis millones de tibetanos a convertirse en una minor¨ªa en su propia tierra. ¡°Desde 1959 la represi¨®n es constante. Hace pocos d¨ªas seis ni?os de 15 y 16 a?os fueron encarcelados por hacer una pintada de Free T¨ªbet [Libertad para T¨ªbet]. Desde 2009 un total de 125 j¨®venes tibetanos se han autoinmolado. China ha infiltrado esp¨ªas en los monasterios y se producen desapariciones de maestros budistas¡±, denuncia.
Wangchen se muestra muy agradecido por la ¡°dignidad¡± que, seg¨²n ¨¦l, ha demostrado la Audiencia Nacional al investigar los hechos relatados en su querella, y tiene claro que la decisi¨®n de recortar a toda prisa la justicia universal es consecuencia de un ¡°gran toque¡± que ha dado el Gobierno chino al espa?ol. El gigante asi¨¢tico, que posee el 20% de la deuda espa?ola en manos extranjeras, ha presionado por v¨ªa diplom¨¢tica al Ejecutivo de Rajoy para que fuerce el cierre del caso sobre el T¨ªbet.
¡°Espa?a ten¨ªa hasta ahora una consideraci¨®n internacional de jueces fuertes, como no los tienen ni Estados Unidos ni Alemania. A partir de ahora Espa?a va a perder su valor internacional de defensa de los derechos humanos. Y lo va a hacer a cambio de dinero. Es una decisi¨®n no sabia de Mariano Rajoy, pero en definitiva es la decisi¨®n de un pueblo y es una verg¨¹enza para el pa¨ªs cambiar los derechos humanos y la libertad por la econom¨ªa¡±, se lamenta el director de la Casa del T¨ªbet.
Pese a las adversidades pol¨ªticas, Wangchen no pierde la esperanza, aunque esta no venga ya de la justicia espa?ola. ¡°El Gobierno chino no va a durar mucho, y los j¨®venes chinos, a medida que tengan m¨¢s acceso a la informaci¨®n, van a cambiar todo¡±, sonr¨ªe.
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