Por una izquierda europea
La respuesta de la izquierda a la gesti¨®n neoliberal de la crisis ha consistido en una estrategia defensiva llevada a cabo por partidos y sindicatos socialdem¨®cratas y en estallidos sociales
Todo el mundo conoce los datos. La gesti¨®n neoliberal de la crisis econ¨®mica, con Alemania como pa¨ªs-vanguardia, ha producido enormes costes sociales, sin por ello generar una clara inversi¨®n de la tendencia, en direcci¨®n al crecimiento. La respuesta de la izquierda ha consistido, por una parte, en una estrategia defensiva de escasa eficacia, llevada a cabo por partidos y sindicatos socialdem¨®cratas, y por otra en estallidos sociales de muy distinto signo, desde levantamientos espor¨¢dicos de cariz insurreccional a movimientos sociales basados en la espontaneidad y en la reflexi¨®n colectiva. Nuestros indignados fueron la expresi¨®n y el modelo de esta forma de movilizaci¨®n. No obstante, aun cuando mostraran una notable capacidad de supervivencia, pusieron de manifiesto algo bien conocido: la incapacidad para dotarse de una estructura org¨¢nica y la acefalia llevaban al fracaso.
La participaci¨®n social es un ingrediente inevitable del ¨¦xito que hasta ahora ha sonre¨ªdo al intento del ingeniero griego Alexis Tsipras por organizar una nueva izquierda radical europea, pero tambi¨¦n lo ha sido contar con una base partidaria, Syriza, sobre la cual deber¨¢ consolidarse en las elecciones de mayo el Partido de la Izquierda Europea. Su candidatura personal a la presidencia de la Comisi¨®n Europea es testimonial, pero tiene por objeto lograr una actuaci¨®n cohesionada frente a lo que Tsipras llama la Europa de los poderes financieros. Radicalismo no es romper la baraja, salir de la eurozona, sino luchar de forma radical, partiendo de una conferencia para la reducci¨®n de esa deuda que atenaza a pa¨ªses como Grecia, Portugal, Espa?a o Italia, y de una apuesta por el crecimiento y la reducci¨®n de la desigualdad. Por otra Europa. En Italia, intelectuales como Flores d'Arcais, Spinelli o Camilleri han suscrito un llamamiento para apoyar una Lista Tsipras en ese sentido.
?Y en Espa?a? El referente de Tsipras es Izquierda Unida, m¨¢s antieuropeo en sentido cl¨¢sico. Muy PCE. Tal vez el mejor encaje tendr¨ªa lugar con la minoritaria Izquierda Abierta, de Llamazares y Garc¨ªa Montero. Claro que despunta un competidor, favorecido por la rigidez de IU; de car¨¢cter personalista y dispuesto a jugar a fondo con el m¨¢rketing y con la red. Para promocionarse y para apartar como sea obst¨¢culos (incluso los propios de un tiempo cercano, cuando como contrapoder se defend¨ªa la violencia para dejar sin voz a pol¨ªticos de centro o se recomendaba ir militarizados a las manifestaciones). Del contrapoder al we can, que se vende mejor que "alternativa anticapitalista". Al frente del nuevo grupo est¨¢ tambi¨¦n un personaje m¨¢s fiable, el te¨®rico del "socialismo del siglo XXI" con Ch¨¢vez en Venezuela: buen antecedente. Desde 1920, en las crisis, conviene desconfiar de los tribunos autodesignados (ejemplo Grillo), los anti-Tsipras, ansiosos por afirmar su poder personal.
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