La cuesti¨®n catalana se enquista

¡°Los espa?oles no quieren que ahora nos dediquemos a reinventar Espa?a, sino que la saquemos de esta crisis cuanto antes¡±. Mariano Rajoy dio carpetazo con esta frase a la propuesta de reforma constitucional que todos los grupos menos el PP pusieron encima de la mesa en el ¨²ltimo debate del Estado de la naci¨®n. La cuesti¨®n territorial, que el a?o pasado transcurri¨® sin grandes estridencias por el debate, promete este a?o convertirse en un asunto central.

Rajoy vuelve al Congreso mientras el Tribunal Constitucional sigue sin ponerse de acuerdo sobre la legalidad o no de la declaraci¨®n de soberan¨ªa aprobada por el Parlamento catal¨¢n que define a Catalu?a como ¡°sujeto pol¨ªtico¡± con ¡°derecho a decidir¡± sobre su futuro. Los partidos nacionalistas catalanes reprochar¨¢n al Gobierno su ¡°inmovilismo¡± mientras el n¨²mero de independentistas en Catalu?a se mantiene en posiciones r¨¦cord.

El gran cambio desde el ¨²ltimo debate de la naci¨®n es que hoy la Generalitat ha marcado ya una fecha en el calendario para formular la pregunta a los ciudadanos. La intenci¨®n de Artur Mas es celebrar el refer¨¦ndum el 9 de noviembre. Ante las dificultades para poner de acuerdo a los partidos nacionalistas catalanes al final la pregunta es doble. La primera: ¡°?Quiere que Catalu?a sea un Estado?¡± Y la segunda: ?Quiere que este estado sea independiente?¡±.

El desaf¨ªo llegado desde Catalu?a ha trascendido las fronteras y tanto el Gobierno como la Generalitat han librado la gran batalla en el ¨¢mbito internacional. El Gobierno ha conseguido que las instituciones europeas hayan dejado meridianamente claro que una secesi¨®n implicar¨ªa que Catalu?a quedase fuera de los tratados europeos. La Generalitat, en cambio, busca complicidades destacando que todo pa¨ªs democr¨¢tico permite votar a sus ciudadanos aludiendo siempre al caso escoc¨¦s.

Los socialistas llegan al debate tras haber acordado una propuesta de reforma Constitucional en clave federal que, firmada el 6 de julio con el t¨ªtulo de Declaraci¨®n de Granada, ha permitido sellar la paz entre el PSOE y el PSC.

Nadie espera que Rajoy cambie ahora de rumbo y se avenga a negociar una salida con el presidente catal¨¢n, Artur Mas, menos a¨²n en v¨ªsperas de las elecciones de mayo. Sin embargo la presi¨®n para que el Gobierno mueva ficha es cada vez mayor. Hasta la Comisi¨®n Europea ha requerido este fin de semana que Rajoy y Mas se sienten a hablar ¡°con la mente abierta¡± para evitar la ruptura de Espa?a.