Navarra, el laberinto sin salida
El veto del PSOE a la moci¨®n de censura contra Yolanda Barcina no cierra el bloqueo pol¨ªtico de la comunidad cuando quedan 14 meses de legislatura
¡°Reino de Navarra, tierra de diversidad¡±. Ese es el reclamo con el que el Departamento navarro de Turismo pretende atraer visitantes a un territorio de apenas 10.000 kil¨®metros cuadrados y un paisaje que var¨ªa desde la monta?a pirenaica al p¨¢ramo cercano al l¨ªmite con Arag¨®n o el verde cant¨¢brico que comparte con Gipuzkoa. Diversidad geogr¨¢fica, ¨¦tnica, ling¨¹¨ªstica y, por supuesto, pol¨ªtica. En los 50 esca?os de su Parlamento se sientan siete grupos diferentes y Navarra es la ¨²nica circunscripci¨®n en la que cada uno de los cinco esca?os en el Congreso tienen un titular de diferente partido: de la izquierda a la derecha y del foralismo espa?olista al soberanismo radical vasco.
La crisis institucional abierta en las ¨²ltimas semanas por las denuncias en torno a la Hacienda foral llev¨® al Partido Socialista de Navarra (PSN) a amenazar con una moci¨®n de censura contra el gobierno de la regionalista Yolanda Barcina. La comisi¨®n parlamentaria que investig¨® las supuestas irregularidades considera probadas las ¡°injerencias en grado de tentativa¡± que hab¨ªa denunciado la exdirectora de la Hacienda foral, Idoia Nieves, y por ello solicit¨® la dimisi¨®n de la presidenta, Yolanda Barcina (UPN), y de su consejera de Econom¨ªa, Lourdes Goicoechea. Pero Barcina se neg¨® a dimitir y el PSOE vet¨® la idea de la moci¨®n de censura porque necesitaba los siete votos de Bildu. Finalmente, a rega?adientes, el PSN acept¨® la decisi¨®n de la direcci¨®n federal de los socialistas, pero todos los actores de esta obra pol¨ªtica saben que el tel¨®n en Navarra est¨¢ muy lejos de caer.
La presidenta Barcina y el l¨ªder del PSN, Roberto Jim¨¦nez acordaron un Gobierno de coalici¨®n en 2011, pero la tormentosa relaci¨®n entre ambos acab¨® un a?o m¨¢s tarde con la expulsi¨®n de Jim¨¦nez, y por tanto del PSN, de ese Ejecutivo. En ese combate entre dos l¨ªderes muy desgastados por distintos factores se enmarca esta ¨²ltima crisis. Jim¨¦nez tiene hoy m¨¢s puntos para ser el primero en caer, tras su criticada gesti¨®n en el amago de una moci¨®n de censura para la que no ten¨ªa el permiso de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. De hecho, ha confesado que en alg¨²n momento, se plante¨® dimitir.
Pero el bloqueo en el que se encuentra Navarra seguir¨¢ con Barcina en minor¨ªa y sin capacidad para acordar nada en los 14 meses que quedan todav¨ªa de legislatura.
Desde que UPN gobierna en solitario, con 19 de los 50 parlamentarios, la comunidad se gestiona con los presupuestos aprobados para 2012, tras serle devueltos al Ejecutivo dos proyectos de cuentas consecutivos. El legislativo se ha hecho protagonista derogando incluso decretos pensados por Barcina para medidas muy concretas y aprobando normas en contra del criterio del Gobierno. Nueve de ellas se encuentran recurridas ante el Tribunal Constitucional por parte del Ejecutivo central.
¡°Necesitamos un PSN fuerte¡±, se?ala Yolanda Barcina a EL PA?S, consciente de que ning¨²n partido ha logrado mayor¨ªa absoluta en los 35 a?os de democracia en la comunidad. El debate identitario entre constitucionalismo y nacionalismo vasco ha llevado a que el consenso entre UPN y socialistas haya gobernado desde 1983. Pero hay varios factores que juegan en contra de este sistema. Por un lado, el aspecto generacional que hace que, por ejemplo, muchas familias j¨®venes apuesten por el modelo de educaci¨®n en euskera para sus hijos, sin un convencimiento pol¨ªtico previo. El 25% de los estudiantes navarros lo hacen en euskera y un 14% m¨¢s aprende esta lengua como asignatura. Un dato que supera el apoyo que el nacionalismo vasco tiene en el Parlamento.
Jim¨¦nez, l¨ªder del PSN, tiene m¨¢s puntos para ser el primero en caer
Por otra parte, el final del terrorismo de ETA hace que este asunto descienda cada vez m¨¢s en la lista de preocupaciones ciudadanas.
La de esta semana es la segunda vez que el PSOE aborta un intento de alternativa a UPN. Lo hizo en 2007, cuando el PSN, con Batasuna fuera del Parlamento, hab¨ªa cerrado un acuerdo con IU y Nafarroa Bai (EA, Aralar, PNV y Batzarre). Los socialistas, que hab¨ªan llegado a tener 20 esca?os en 1983, bajaron de 12 a 9, desgastados por ofrecer un cambio que no lleg¨®. Muchos socialistas temen que este segundo veto lamine de nuevo el apoyo al partido en las elecciones forales. ¡°Ni podemos acordar con UPN porque no nos fiamos, ni nos dejan hacerlo con otros. Eso no nos lleva a ning¨²n sitio¡±, se lamenta un miembro de la direcci¨®n socialista.
Varias encuestas auguran resultados cercanos a los 10 parlamentarios tanto para Bildu como a Geroa Bai, coalici¨®n que agrupa a PNV y no afiliados y que encabeza la diputada Uxue Barkos, una de las l¨ªderes mejor valoradas a nivel nacional. Frente a ellos, UPN, que lleva gobernando desde 1991, y un PP lastrado por intentar diferenciarse en Navarra de unos regionalistas que los ningunean en Pamplona y que les siguen sin fisuras en Madrid. El segundo veto en siete a?os y el castigo que puede recibir el PSN en las urnas hace aparecer un fantasma que acecha siempre a los partidos bisagra: el dejar de ser necesarios.
El experimento de Bildu
El nombre de la coalici¨®n entre Sortu, EA, Alternatiba y no afiliados de la izquierda abertzale, ha sido el m¨¢s repetido por todos los protagonistas de la crisis pol¨ªtica navarra de las ¨²ltimas tres semanas. Bildu, que significa reunir en euskera, recoge la herencia pol¨ªtica de la izquierda abertzaley su esp¨ªritu movilizador en las calles, proveniente del origen marxista de Herri Batasuna. Pancarta frente a instituci¨®n, una contraposici¨®n que en Bildu matiza la presencia de Eusko Alkartasuna, un partido nacionalista que hereda del PNV la voluntad netamente institucional. El experimento de Bildu, al que algunos auguraban corta vida, arraiga en la pol¨ªtica navarra.
Miembros de la coalici¨®n afines a Sortu reconocen que el perfil institucional de EA ha moderado mucho las actitudes impulsivas en su acci¨®n p¨²blica. Tambi¨¦n lo ha hecho la constataci¨®n de que la calma, acabada la violencia de ETA, da mejores resultados de imagen que los comportamientos exaltados. As¨ª se explica que mientras el PSN se afanaba por explicar que no iba a acordar con Bildu la moci¨®n de censura contra Barcina, nadie en la coalici¨®n abertzale perdiera las formas recordando que sus siete esca?os son vitales para lograr una mayor¨ªa alternativa a UPN. Ni siquiera alzaron la voz cuando el PSN, intentando convencer a la direcci¨®n socialista de su idea, los excluyera de la ronda de contactos de la semana pasada. "Con Bildu ni a la vuelta de la esquina", proclam¨® la n¨²mero dos del PSOE, Elena Valenciano.
Y Bildu solo dijo que apoyar¨ªa cualquier iniciativa que llevara a la convocatoria de elecciones anticipadas. Incluido apoyar a un candidato del PSN, algo que en las bases de Bildu ¡°ha requerido mucha pedagog¨ªa¡±, como reconoce uno de sus dirigentes.
El reto de Bildu, al que se ha sumado ahora Aralar, es mostrarse como una alternativa a UPN de aspecto abierto m¨¢s all¨¢ del abertzalismo radical. En este sentido, niegan, por ejemplo, que sus listas vayan a estar encabezadas por viejas glorias de Batasuna, como se ha augurado tras la legalizaci¨®n de Sortu.
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