¡°Quiero invitarles a un acuerdo...¡±
Los discursos de Su¨¢rez reflejan las dificultades de sus cinco cruciales a?os de Gobierno ¡°Ya las palabras parecen no ser suficientes¡±, dijo al marcharse
En julio de 1976, Adolfo Su¨¢rez, entonces ministro secretario general del Movimiento, recibi¨® del Rey el encargo de formar Gobierno y desmontar, desde dentro, las estructuras franquistas. En enero de 1981 anunci¨® su dimisi¨®n irrevocable. Hab¨ªa estado al frente del Ejecutivo menos de un lustro, y en ese tiempo hab¨ªa pilotado la conversi¨®n de la dictadura en una democracia parlamentaria. Este es un resumen de sus planteamientos, tal y como quedaron recogidos en algunos de sus discursos.
EL DESMANTELAMIENTO. ¡°Lo que a nivel de calle es simplemente normal¡±
Discurso en TVE sobre el proyecto de Ley para la Reforma Pol¨ªtica (10 de septiembre de 1976).
¡°Creemos haber llegado a la recta final de este proceso iniciado hace tiempo, del modo m¨¢s racional y congruente con la sinceridad democr¨¢tica: dar la palabra al pueblo espa?ol [...] Se trata de acomodar nuestros esquemas legales a la realidad del pa¨ªs [...] La opini¨®n pide hechos, y con ellos queremos responder [...] Comenzamos a convertir en realidad lo que ya dije en otra ocasi¨®n: elevar a la categor¨ªa pol¨ªtica de normal lo que a nivel de calle es simplemente normal¡±.
¡°Cuando este pueblo haga o¨ªr su voz se podr¨¢n resolver otros grandes problemas pol¨ªticos con la autoridad que da la representatividad electoral [...] La gran misi¨®n para el pueblo espa?ol: se trata de la definici¨®n de una gran pol¨ªtica de objetivos nacionales comunes, que no pueda ser rechazada con fundamento por ning¨²n grupo, por ning¨²n partido, por ninguna instituci¨®n que participe de la esencia de esa comunidad de ideas e intereses que llamamos Espa?a [...] No es l¨®gico que cada gabinete que llegue al poder cambie de objetivos, cuya consecuci¨®n solo se obtiene tras largos a?os de esfuerzos [...] No es presentable para un pa¨ªs necesitado de seguridad que la pol¨ªtica educativa cambie cada pocos a?os; que la falta de claridad en pol¨ªtica agraria lleve al desaliento a los hombres de nuestro campo; que la Administraci¨®n se vea sometida a se¨ªsmos cada vez que hay un relevo en los puestos clave¡±.
¡°Quiero invitarles a todos a un acuerdo b¨¢sico [...] El Gobierno desea que el nuevo horizonte de Espa?a no tenga solo metas irrenunciables y entra?ables como Gibraltar. Nuestro tiempo habla de nuevas aspiraciones[...] Tenemos la confianza de que nada de lo que espere al pueblo espa?ol en el futuro puede ser m¨¢s dif¨ªcil de superar que lo que ya ha sido resuelto en el pasado [...] No hay por qu¨¦ tener miedo a nada. El ¨²nico miedo racional que nos debe asaltar es el miedo al miedo mismo [...] El futuro no est¨¢ escrito, porque solo el pueblo puede escribirlo. Para ello, tiene la palabra¡±.
LA SOBERAN?A POPULAR. ¡°Realizar un cambio verdadero, y hacerlo pac¨ªficamente¡±
Discurso en TVE en la v¨ªspera del refer¨¦ndum nacional sobre la Ley para la Reforma Pol¨ªtica (14 de diciembre de 1976).
¡°Es evidente que todo ha cambiado en esta naci¨®n. Desapareci¨® la excepcional figura de Franco. Surgi¨® en la piel de Espa?a, en toda su riqueza, un pluralismo que tiene que ser aprovechado y canalizado [...] ?Hemos de asistir impasibles a esta profunda mutaci¨®n de nuestras relaciones? ?Es l¨ªcito que adoptemos la c¨®moda postura de contemplar el cambio sin proporcionarle los instrumentos jur¨ªdicos y pol¨ªticos para que sea positivo y creador? [...] Tenemos la seguridad de que en la Espa?a de hoy la integraci¨®n plena de todos en la comunidad nacional no puede darse sin libertad pol¨ªtica [...] Hemos aceptado el compromiso de la reforma para engrandecer la legalidad, para hacer m¨¢s s¨®lida la concordia¡±.
¡°Solo disfrutaremos de seguridad, de estabilidad pol¨ªtica y de horizontes claros si la reforma se asienta en la voluntad popular. Porque creemos que es as¨ª, hemos dado este paso [...] Quiz¨¢ todo esto no se pod¨ªa hacer cuando nuestra principal preocupaci¨®n era reconstruir Espa?a. Pero hoy, s¨ª [...] Sentimos acuciante la obligaci¨®n de devolver al pueblo espa?ol su soberan¨ªa y su protagonismo¡±.
¡°El proceso pol¨ªtico que est¨¢ viviendo Espa?a es quiz¨¢s ¨²nico en la historia[...] El Gobierno es plenamente consciente de las graves dificultades que comporta conducir la transici¨®n pol¨ªtica, pues en etapas como ¨¦sta se suelen generar, l¨®gicamente, recelos e incomprensiones en los diferentes sectores de la sociedad, sean de centro, de derecha o izquierda. Es muy estrecho el camino por el que tiene que transcurrir la acci¨®n del Gobierno en estas circunstancias [...] Realizar un cambio que es verdadero, y hacerlo pac¨ªficamente, sin revoluciones y sin traumas, es una empresa merecedora de despertar las mayores ilusiones [...] Sabemos de la dificultad de gobernar una situaci¨®n de cambio, cuando la legislaci¨®n est¨¢ anclada en el puerto de salida y tenemos que llegar al puerto de destino de una democracia plena. Tenemos que conseguir un dif¨ªcil equilibrio: el dif¨ªcil equilibrio de conjugar la leg¨ªtima autoridad del Estado y el prestigio de sus normas con los cambios sociales ya producidos y que son irreversibles¡±.
¡°El ¨²nico riesgo insalvable para el pa¨ªs es volverse de espaldas al curso de la historia [...] Pedimos el s¨ª, porque es necesario abrir las puertas a nuevos representantes leg¨ªtimos que encaren, con la autoridad emanada de las urnas, las reformas precisas [...] Ma?ana comienza, si su voto es afirmativo, una nueva etapa hist¨®rica basada en la soberan¨ªa popular¡±.
LAS AUTONOM?AS. "Un reto de futuro¡±
Ante la Diputaci¨®n de Barcelona (20 de diciembre de 1976).?
¡°Al pueblo de Catalu?a quiero decirle que sus aspiraciones son contempladas desde el Gobierno con realismo y af¨¢n de soluci¨®n [...] Venir a Catalu?a, se?ores, es encararse de lleno con el hecho regional [...] La regi¨®n ha de satisfacer las leg¨ªtimas aspiraciones de afirmaci¨®n de la personalidad de los pueblos, pero tiene que ser, adem¨¢s, un modo y un medio para la eficaz prestaci¨®n de servicios p¨²blicos y, consecuentemente, para el progreso de la naci¨®n entera [...] Institucionalizar la regi¨®n no es solo una necesidad de la hora presente sino un reto de futuro en la organizaci¨®n del Estado [...] El Gobierno se plantea como tema capital el hecho catal¨¢n: el hecho de un pueblo con personalidad propia y perfectamente definida, el hecho de una comunidad resultante de un proceso hist¨®rico que le confiri¨® car¨¢cter y naturaleza propia dentro de la armon¨ªa de la unidad de Espa?a¡±.
¡°El Gobierno comparte el principio de la cooficialidad del castellano y del catal¨¢n en el territorio de Catalu?a [...] Pretendemos, en fin, algo tan normal como que todos los espa?oles puedan expresarse en la lengua espa?ola que realmente hablan, y todo ello con naturalidad, sin perjuicio de la lengua com¨²n que Espa?a eligi¨® libremente y sin ninguna imposici¨®n, y que es de hecho su unitario medio de expresi¨®n hace ya m¨¢s de cuatro siglos¡±.
LA LEGALIZACI?N DEL PCE. "No es buena pol¨ªtica la de cerrar los ojos¡±
Discurso en TVE para anunciar su candidatura a las elecciones generales (3 de mayo de 1977).
¡°Me siento identificado, como lo demuestra la gesti¨®n de casi 300 d¨ªas, con todas aquellas fuerzas que hacen de la moderaci¨®n su principio; con quienes sienten la imperiosa necesidad de continuar la evoluci¨®n hasta que no haya ni una sola nota discordante entre la realidad social y la realidad legal del pa¨ªs [...] Debemos evitar entre todos que se repita ¡ªreal o dial¨¦cticamente¡ª la divisi¨®n pol¨ªtica de los espa?oles en dos frentes antag¨®nicos, porque ahora que estamos estrenando la democracia podr¨ªa tener muy graves consecuencias para nuestra patria. Y porque la Historia nos ense?a que debemos tomarnos muy en serio esa posibilidad¡±.
¡°Era absolutamente necesario encontrar un campo de juego para todas las fuerzas pol¨ªticas que aceptasen la legalidad constitucional. Sin embargo, algunos recientes actos del Gobierno realizados con esta inspiraci¨®n han sido vividos como factores de perturbaci¨®n de la normalidad. Me refiero, naturalmente, a la legalizaci¨®n del Partido Comunista de Espa?a. Yo s¨¦ con cu¨¢nta preocupaci¨®n ha sido vista esta medida por muchos ciudadanos. Y porque lo s¨¦, y porque estoy convencido de la necesidad de ese paso [...], quiero exponer aqu¨ª nuestras razones [...] Acepto por completo la responsabilidad de esta decisi¨®n, que se fund¨® en dos principios b¨¢sicos: el del realismo y el del patriotismo. Realismo, porque entiendo que no es buena pol¨ªtica la que se basa en cerrar los ojos a lo que existe. Patriotismo, porque el servicio que en estos momentos nos exige Espa?a es aclarar las reglas de juego y numerar a los participantes [...] Mal podr¨ªamos, se?oras y se?ores, mirar a nuestro futuro de concordia si dej¨¢semos que hubiese una acci¨®n pol¨ªtica socavando los cimientos, en lugar de sacarla con todos los derechos, pero tambi¨¦n con todas las obligaciones, a la luz del d¨ªa¡±.
¡°Yo, se?ores, no solo no soy comunista sino que rechazo firmemente su ideolog¨ªa, como la rechazan los dem¨¢s miembros del gabinete que presido. Pero s¨ª soy dem¨®crata, y sinceramente dem¨®crata. Por ello pienso que nuestro pueblo es suficientemente maduro como para asimilar su propio pluralismo. Pienso que este pueblo nuestro no quiere encontrarse fatalmente obligado a ver las c¨¢rceles llenas de gente por motivos ideol¨®gicos. Pienso que en una democracia todos somos vigilantes de nosotros mismos [...], que entre los derechos y los deberes de la convivencia figura el de aceptar al adversario y, si hay que hacerle frente, hac¨¦rselo en competencia civilizada¡±.
¡°Los convoco a hacer posible el entendimiento social y pol¨ªtico que nuestra naci¨®n requiere [...] Si todos hemos ganado laboriosamente la paz y una porci¨®n de bienestar, vamos a conservarlo¡±.
EL CANDIDATO. "UCD es la s¨ªntesis de las dos Espa?as¡±
Campa?a por UCD en TVE (13 de junio de 1977).
¡°Si este pa¨ªs necesita que se superen los enfrentamientos, que haya una s¨ªntesis de esas dos Espa?as de ingrato recuerdo, en UCD se unen los ideales de hombres que durante a?os lucharon en la oposici¨®n por la democracia y hombres que consideraron un deber participar dentro de la legalidad¡±.
¡°No procedo ni estoy ligado a ning¨²n sector privilegiado. Y mis cuentas est¨¢n claras [...] El candidato que les habla procede del mundo rural y sabe de las penalidades del hombre de campo, que sigue esperando una mano redentora. Soy una persona normal y he procurado gobernar desde la normalidad. Escuch¨¦ a todos e intent¨¦ hacer posible que todos los grupos, cualquiera que fuese su ideolog¨ªa, pudieran trabajar por Espa?a desde la legalidad. Acert¨¦ algunas veces, me habr¨¦ equivocado en otras ocasiones¡±.
[Discurso ¨ªntegro en la ¨²ltima p¨¢gina de este suplemento]
PACTOS DE LA MONCLOA. ¡°El trauma fue siempre la falta de solidaridad¡±
Intervenci¨®n en el Congreso sobre los Pactos de la Moncloa (17 de octubre de 1977).
¡°Por primera vez, fuerzas con una ideolog¨ªa dispar han coincidido en unos planteamientos b¨¢sicos para el diagn¨®stico y la soluci¨®n de la evidente crisis econ¨®mica que est¨¢ sufriendo Espa?a [...] No hay m¨¢s ganador que una comunidad de 36 millones de ciudadanos libres. No hay m¨¢s ganador que una sociedad que puede comprobar que sus representantes elegidos el 15 de junio han hecho posible un pacto, tanto m¨¢s valioso cuanto que uno de los mayores traumas de nuestra historia ha sido siempre la tendencia al enfrentamiento y la falta de solidaridad¡±.
¡°Esto no es hacer dejaci¨®n de funciones [...] No es establecer un Gobierno paralelo ni un Gobierno de concentraci¨®n. Esto es gobernar de una forma distinta ¡ªa nuestro juicio, la m¨¢s v¨¢lida en la hora presente¡ª a como se efectu¨® la gobernaci¨®n del pa¨ªs antes del 15 de junio o a como se realizar¨¢ despu¨¦s de aprobada la Constituci¨®n¡±.
LA CONSTITUCI?N. ¡°Hemos vencido en la batalla contra el miedo¡±
Votaci¨®n final de la Constituci¨®n en el pleno del Congreso (31 de octubre de 1978).
¡°La Constituci¨®n expresa la convicci¨®n de que no hay dos Espa?as irreconciliables y en permanente confrontaci¨®n. Creo que es el triunfo de la voluntad com¨²n de alcanzar una razonable, ordenada y pac¨ªfica convivencia para todos los espa?oles [...] Es el fruto de una cooperaci¨®n de las distintas fuerzas pol¨ªticas y sociales, con el resultado pretendido de construir un Estado sin partir de ruinas o quiebras de legalidad [...] Creo que es una Constituci¨®n de su tiempo que contiene los valores de un tiempo nuevo y mejor¡±.
¡°Si, como esperamos, los espa?oles ratifican lo hecho por las Cortes que ellos mismos eligieron, la Constituci¨®n ser¨¢ la obra de la soberan¨ªa nacional. El largo proceso que la Corona ha impulsado y ha hecho posible, de devolver al pueblo espa?ol su soberan¨ªa, habr¨¢ culminado as¨ª con el fruto de esa soberan¨ªa: una Constituci¨®n [...] Quienes, desde el mandato recibido ¡ªtodos nosotros¡ª hemos protagonizado este proceso de devoluci¨®n de la soberan¨ªa al pueblo, a trav¨¦s de cauces legales y pac¨ªficos, podemos alegrarnos como vencedores; no en una contienda concreta, sino pienso que en la mejor y m¨¢s noble de las batallas: la batalla contra el miedo, contra el des¨¢nimo, contra el pesimismo secular, contra la violencia y contra nuestras propias pasiones mantenidas¡±.
LA DIMISI?N. ¡°Ha merecido la pena¡±
Discurso de dimisi¨®n. Emitido en TVE (29 de enero de 1981).
¡°He llegado al convencimiento de que hoy, y en las actuales circunstancias, mi marcha es m¨¢s beneficiosa para Espa?a que mi permanencia en la Presidencia [...] No me voy por cansancio. No me voy porque haya sufrido un rev¨¦s superior a mi capacidad de encaje. No me voy por temor al futuro. Me voy porque ya las palabras parecen no ser suficientes y es preciso demostrar con hechos lo que somos y lo que queremos [...] Mi desgaste personal ha permitido articular un sistema de libertades, un nuevo modelo de convivencia social y un nuevo modelo de Estado. Creo, por tanto, que ha merecido la pena. Pero, como frecuentemente ocurre en la historia, la continuidad de una obra exige un cambio de personas y yo no quiero que el sistema democr¨¢tico de convivencia sea, una vez m¨¢s, un par¨¦ntesis en la historia de Espa?a¡±.
¡°No me he quejado en ning¨²n momento de la cr¨ªtica. Siempre la he aceptado serenamente. Pero creo que tengo fuerza moral para pedir que, en el futuro, no se recurra a la in¨²til descalificaci¨®n global, a la visceralidad o al ataque personal, porque creo que se perjudica el normal y estable funcionamiento de las instituciones . La cr¨ªtica p¨²blica y profunda de los actos de Gobierno es una necesidad, por no decir una obligaci¨®n [...] Pero el ataque irracionalmente sistem¨¢tico, la permanente descalificaci¨®n de las personas y de cualquier tipo de soluci¨®n con que se trata de enfocar los problemas del pa¨ªs, no son un arma leg¨ªtima¡±.
¡°Deseo para Espa?a, y para todos y cada uno de ustedes y de sus familias, un futuro de paz y bienestar. Esta ha sido la ¨²nica justificaci¨®n de mi gesti¨®n pol¨ªtica y va a seguir siendo la raz¨®n fundamental de mi vida [...] Muchas gracias a todos y por todo¡±.
Los discursos extractados han sido obtenidos de las actas del Congreso, la web de la Fundaci¨®n Transici¨®n Espa?ola y el archivo documental de EL PA?S.
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