Xabier Arzalluz: ¡°La secesi¨®n no entraba en sus categor¨ªas pol¨ªticas¡±
¡°El desarrollo estatutario que conocemos se hizo casi todo en su ¨¦poca¡±, dice el exdirigente
¡°Los militares nunca perdonaron a Adolfo Su¨¢rez el haber legalizado el Partido Comunista¡±. As¨ª lo asegur¨® ayer Xabier Arzalluz (Azkoitia, Gipuzkoa, 1932), diputado en el Congreso por Gipuzkoa entre 1977 y 1979 y presidente del EBB del PNV entre 1980 y 2004, al recordar su relaci¨®n con el fallecido expresidente del Gobierno espa?ol.
Arzalluz estaba en la sede de la agencia Efe en Bilbao cuando escuch¨® que Su¨¢rez, secretario general del Movimiento, ¡°por tanto un cargo azul intenso¡±, hab¨ªa sido nombrado presidente. ¡°Cre¨ª que no hab¨ªa nada que hacer. Sin embargo, las cosas fueron muy diferentes. Y con cualquier otro que no fuera Su¨¢rez, como por ejemplo Abril Martorell, dif¨ªcilmente hubi¨¦ramos llegado a ning¨²n acuerdo serio¡±, recuerda ahora. A tal punto llega el reconocimiento posterior, que el PNV le tribut¨® ¡°tal vez el ¨²nico homenaje que se le hizo en vida, en un hotel de Bilbao. Yo personalmente le entregu¨¦ como homenaje una makila vasca y s¨¦ que eso le conmovi¨®¡±, afirma Arzalluz al calificar de ¡°aceptable¡± la relaci¨®n con Su¨¢rez.
Arzalluz sostiene que Su¨¢rez ¡°cumpli¨® con la misi¨®n para la que fue elegido y llev¨® a cabo la transici¨®n pol¨ªtica de una forma muy aceptable, a pesar de todas las dificultades que unos y otros le pusieron en el camino¡±. De hecho, el veterano l¨ªder nacionalista cree que ¡°Su¨¢rez no tuvo el premio que le correspond¨ªa por la labor tan tremenda que realiz¨®. Ni los suyos, ni el Ej¨¦rcito, ni el pueblo espa?ol se portaron con ¨¦l como se hubiera esperado, y lo marginaron de una forma harto dolorosa¡±.
Precisamente, Arzalluz incide en el factor desestabilizador del Ej¨¦rcito. ¡°Entre los militares hab¨ªa quienes pensaban de otra manera. Pero la mayor¨ªa estaban de acuerdo con Mil¨¢ns, Tejero y compa?¨ªa. Y nunca perdonaron a Su¨¢rez el haber legalizado el Partido Comunista¡±.
Para el expresidente del PNV, la ca¨ªda de Su¨¢rez se debi¨® ¡°inicialmente¡± a ¡°su propia gente, que dej¨® de apoyarle, sobre todo por las ambiciones personales de todos los jefes y jefecillos que hab¨ªa en aquella UCD¡±. Arzalluz recuerda c¨®mo ¡°en una ocasi¨®n, me coment¨® en La Moncloa que todos sus barones estaban con un ojo puesto en su silla, dispuestos a desbancarle en cuanto tuvieran ocasi¨®n. ¡°Yo le pregunt¨¦: ?pero todos? ?Hasta Marcelino Oreja? Y me dijo: ¡®todos¡±.
Para ahondar en esta desconfianza interna, apunta esta an¨¦cdota: ¡°Su¨¢rez no pudo ir a una cumbre a Bogota y envi¨® a Marcelino Oreja, con la casualidad de que en la v¨ªspera del viaje de Marcelino se le present¨® otra crisis con su gente, y tuvo que llamar a este dici¨¦ndole que necesitaba su cartera. A Oreja ni le pas¨® por la mente que le estaba pidiendo su Ministerio y, con un pie en el avi¨®n, le contest¨®: 'No faltaba m¨¢s, presidente. ?Cu¨¢nto necesitas?' Su¨¢rez necesitaba la cartera para otro de sus barones que se le hab¨ªa plantado en aquella ocasi¨®n.
En cuanto a su relaci¨®n con el Pa¨ªs Vasco y sus reivindicaciones pol¨ªticas, coincidentes adem¨¢s con un periodo de indudable tensi¨®n porque la ofensiva sanguinaria de ETA era incesante, Arzalluz admite que ¡°Su¨¢rez cre¨ªa realmente en una autonom¨ªa pol¨ªtica propiamente dicha, cosa que no puede decirse de todos los hombres que negociaron con nosotros el Estatuto¡±. Y lo justifica diciendo que el entonces presidente del Gobierno espa?ol ¡°sab¨ªa, al igual que los que estaban prefigurando lo que se llam¨® la Transici¨®n, que uno de los temas que hab¨ªa que afrontar, si quer¨ªa sacarla adelante, era una v¨ªa de soluci¨®n de los problemas vasco y catal¨¢n¡±.
Ahora bien, cuando se le plantea la posible respuesta que hubiera dado Adolfo Su¨¢rez a las actuales exigencias soberanistas, el expresidente del PNV reconoce que ¡°no lo comprender¨ªa hoy en plenitud¡±. Desde su an¨¢lisis, ¡°ni Su¨¢rez ni aquellos que estaban detr¨¢s de ¨¦l hubieran aceptado el planteamiento de una independencia de Catalu?a¡±. M¨¢s a¨²n, ¡°tampoco hubiera aceptado el plan Ibarretxe¡± porque, seg¨²n Arzalluz, ¡°la secesi¨®n no entraba en las categor¨ªas pol¨ªticas de Adolfo Su¨¢rez ni de la Constituci¨®n que se hizo en su tiempo¡±.
Al analizar las relaciones con el Gobierno vasco que presid¨ªa Carlos Garaikoetxea, Arzalluz, entonces ya como m¨¢ximo dirigente de los nacionalistas vascos, destaca que ¡°el desarrollo estatutario que conocemos se hizo pr¨¢cticamente en su totalidad en tiempos de Su¨¢rez, porque los socialistas apenas tocaron, salvo en alg¨²n punto, como la estructura de la Ertzaintza, el tema estatutario¡±.
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