Adolfo Su¨¢rez, la pol¨ªtica con may¨²sculas

Durante todos estos d¨ªas de homenaje al presidente Adolfo Su¨¢rez hemos recordado con emoci¨®n estas palabras de consuelo y cari?o que nos expres¨® con motivo del fallecimiento de nuestro padre, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, hace ahora m¨¢s de 22 a?os.Les un¨ªa una relaci¨®n de amistad y de lealtad mutua que se forj¨® en 14 a?os intensos de compromiso pol¨ªtico y social, en los que defendieron el valor del centro, primero desde el Gobierno de UCD y posteriormente a trav¨¦s de la construcci¨®n del CDS.

Al releer las cartas que me env¨ªo mi padre en 1986, mientras yo viv¨ªa en Nueva York, me doy cuenta de lo apasionante, que fue aquella ¨¦poca, y aquel a?o, que culmin¨® con unos resultados electorales que situaron al CDS como la tercera fuerza pol¨ªtica en Espa?a.

En todas y cada una de esas cartas mi padre me habla con un enorme cari?o y admiraci¨®n hacia Adolfo Su¨¢rez. Menciona con detalle sus encuentros diarios, adjunta art¨ªculos, entrevistas y fotos en los que se les ve trabajando codo con codo. Hace referencia a las m¨²ltiples iniciativas parlamentarias que desarrollan y expresa su orgullo por colaborar con ¨¦l. Juntos recorren, en fines de semana, todos los lugares de Espa?a para conectar con la gente de forma directa y conocer en detalle cu¨¢les son sus principales preocupaciones. Viven una campa?a electoral de la que mi padre me expresa: ¡°Realmente, es una pena que no hayas estado, pues ha sido la campa?a m¨¢s ilusionante de todas (¡­) hemos estado rodeados de una enorme credibilidad y arropados por la gente¡± y en la que, utilizando sus palabras, ¡°Adolfo ha estado hecho un jabato (¡­) y yo creo que podemos hacer un buen papel futuro si la gente sabe seguir trabajando¡±. Y prosigue: ¡°La semana que viene se constituyen las C¨¢maras. Hemos pedido que nos coloquen en el centro del hemiciclo y nos llamaremos Grupo Parlamentario del CDS¡±.

Adem¨¢s de una gran amistad personal, les mueve una visi¨®n compartida de Espa?a y la convicci¨®n de que es posible una forma diferente de hacer pol¨ªtica, que se anticipe a los problemas de los ciudadanos y propicie el di¨¢logo y el entendimiento.

Esta profunda admiraci¨®n que mi padre siente por Adolfo Su¨¢rez como persona y como pol¨ªtico ¡ªcompartida por toda nuestra familia¡ª queda patente en la reivindicaci¨®n que hace de su figura en un art¨ªculo publicado en este peri¨®dico en noviembre de 1985. En ¨¦l se refiere al expresidente Su¨¢rez como uno de esos hombres que ¡°tienen la fortuna excepcional de convertirse en s¨ªmbolos de una ¨¦poca, (¡­) forjadores de una gran ilusi¨®n colectiva. (¡­) Con su imaginaci¨®n y tenacidad hacen posible lo que s¨®lo poco tiempo atr¨¢s todos consideraban imposible, encarnan el esp¨ªritu de la modernidad que muchos han so?ado y hacen crecer a un pueblo entero, en su seguridad y confianza¡±. Conclu¨ªa: ¡°Me parece obvio que Adolfo Su¨¢rez pertenece ya a la gran historia pol¨ªtica, a esa historia que se escribe con may¨²sculas¡±.

Gracias, presidente, por haber hecho posible la concordia.

Sof¨ªa Rodr¨ªguez-Sahag¨²n firma este texto con Rosa Mar¨ªa Mart¨ªnez Guisasola y sus hijos Virginia, Gonzalo, Alfonso y Tirso Rodr¨ªguez-Sahag¨²n.