Guevara, el magistrado intocable
Sin ser competente intent¨® forzar la entrega a Kazajist¨¢n de un opositor Sus broncas con los ch¨®feres obligan a cambiar el servicio
¡°Les pongo en busca y captura como no est¨¦n en la puerta del restaurante¡±, asegura un conductor del Parque M¨®vil que le espet¨® el juez F¨¦lix Alfonso Guevara, presidente de la Secci¨®n Tercera de la Audiencia Nacional. El magistrado se niega a decir a sus ch¨®feres la hora a la que va a terminar de comer. Al largo rosario de incidentes con procesados, abogados, compa?eros, colegas y funcionarios se suma ahora su enfrentamiento con los ch¨®feres del Parque M¨®vil que le trasladan desde Madrid a San Fernando de Henares, a 20 kil¨®metros de la capital, que han presentado m¨¢s de 60 quejas por su actitud ¡°grosera e insultante¡±, su negativa a dejar de fumar en el veh¨ªculo y su imposici¨®n de que le recojan y dejen en su domicilio particular, adem¨¢s de otros caprichos.
La gota que colm¨® el vaso fueron los graves insultos personales vertidos a un ch¨®fer por el magistrado cuando el conductor le comunic¨® por tel¨¦fono que el Ministerio de Justicia hab¨ªa dado orden de no recogerlo ni llevarlo a su domicilio para asistir a los juicios que se celebran en San Fernando de Henares mientras la sede de la Audiencia Nacional permanece en obras. El servicio contratado por Justicia al Parque M¨®vil comprende los traslados desde y hasta la madrile?a calle Prim, actual sede provisional.
¡°Es un hombre complaciente con el poder¡±, le recrimina un compa?ero
Las broncas de Guevara han provocado que se haya suprimido varios d¨ªas el traslado a domicilio que todos los ch¨®feres prestaban sin ninguna queja al resto de los magistrados: ¡°Me van a joder a m¨ª, pero yo voy a joder a todos los dem¨¢s¡±, replic¨® a su conductor, seg¨²n aseguran fuentes del Parque M¨®vil. Y el resultado es que Antonio D¨ªaz Delgado, un juez con dificultades para caminar a causa de una lesi¨®n, ha pedido la baja m¨¦dica ante la imposibilidad de viajar solo a San Fernando de Henares.
Ante el plante de Justicia, Fernando Grande-Marlaska, presidente de la Sala de lo Penal Audiencia Nacional, inst¨® al ministerio a recuperar un protocolo que garantice que los jueces no se vean obligados a viajar en metro o autob¨²s cargados con sus sumarios. Marlaska destaca en su escrito el riesgo de p¨¦rdida o robo de la documentaci¨®n que manejan los magistrados sobre asuntos de terrorismo, narcotr¨¢fico o corrupci¨®n. El pasado viernes el servicio se recuper¨® y Marlaska reuni¨® a los ch¨®feres para darles instrucciones precisas. Los trayectos incluir¨¢n solo desde Prim a las casas de los jueces sin interrupciones para comidas, caf¨¦s o compras.
Guevara camina, en ocasiones, por el filo de una navaja. La ¨²ltima vez, el pasado 19 de febrero cuando intent¨® forzar sin ser competente la entrega a Kazajist¨¢n de Alexander Pavlov, un opositor kazajo, aprovechando la ausencia en la Secci¨®n Segunda ¡ªla competente en el caso¡ª de la secretaria judicial, la ¨²nica que pod¨ªa firmar la entrega. La actitud firme de una funcionaria, pese al estilo intimidatorio del juez, paraliz¨® el intento de Guevara que ofreci¨® a su secretaria para que firmara la orden y asegur¨® que el embajador kazajo le hab¨ªa comunicado que hab¨ªa un avi¨®n esperando a Pavlov.
Unas horas m¨¢s tarde la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional dictaba un auto por el que acordaba una medida cautelar¨ªsima sobre el rechazo del Ministerio del Interior a conceder el asilo a Pavlov y ordenaba que no saliera de territorio nacional mientras este tribunal no se pronuncie sobre el recurso presentado por sus abogados. Si Guevara hubiera logrado su prop¨®sito los jueces de este tribunal se habr¨ªan encontrado con el hecho consumado de que el preso volaba rumbo a Astan¨¢, capital de la rica rep¨²blica postsovi¨¦tica. Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs de la UE que tiene convenio de extradici¨®n con este pa¨ªs gobernado por el dictador Nursult¨¢n Nazarb¨¢yev y donde empresas espa?olas tienen importantes negocios.
Durante los juicios ha protagonizado numerosos incidentes
Las gestiones de Guevara para acelerar la entrega de Pavlov, de 37 a?os, no terminaron ah¨ª. D¨ªas despu¨¦s, el magistrado telefone¨® a Jes¨²s Garc¨ªa Paredes, presidente de la Secci¨®n Segunda de la Sala de lo Contencioso- Administrativo ¡ªla que hab¨ªa decidido paralizar la entrega del kazajo¡ª para interesarse por la fecha en la que dictar¨ªan al auto de medidas cautelares. ¡°No recuerdo la fecha exacta en la que llam¨®. Me pregunt¨® cuando lo ¨ªbamos a dictar¡±, reconoce Garc¨ªa Paredes. Guevara telefone¨®, tambi¨¦n, al Ministerio de Justicia, donde plante¨® preguntas similares, seg¨²n se?ala una fuente de este organismo.
La actividad del embajador de Kazajist¨¢n para lograr la extradici¨®n de Pavlov ¡ªacusado de una supuesta estafa y de un supuesto intento de atentado terrorista que nunca se consum¨®¡ª ha molestado a los jueces que ten¨ªan que decidir sobre su entrega. En especial, las llamadas a sus despachos en horarios fuera de oficina para ofrecerse a ¡°colaborar¡±.
El promotor de la Acci¨®n Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial, Antonio Fonseca, ha archivado la investigaci¨®n de oficio abierta contra Guevara. En su acuerdo asegura ¡°que el inter¨¦s mostrado por Guevara nunca represent¨® ning¨²n tipo de orden o presi¨®n... ni tan siquiera una recomendaci¨®n real y seria para actuar en ese sentido¡±. Fonseca omite el ofrecimiento del juez de que su secretaria firmar¨ªa la orden de entrega de Pavlov, que presenciaron varios funcionarios, y su actitud, que seg¨²n estos, supuso ¡°una evidente presi¨®n¡± ya que asegur¨® que un avi¨®n aguardaba la entrega del preso.
¡°Es evidente que los mecanismos de limpieza del Poder Judicial no funcionan¡±, se queja un magistrado de la Audiencia Nacional. ¡°Hay connivencia con Guevara. Es un hombre complaciente con el poder y siempre que hace alg¨²n disparate no le pasa nada. Est¨¢ protegido¡±, apostilla otro.
Los incidentes de Guevara son innumerables. El anterior a su choque con los ch¨®feres lo protagoniz¨® el a?o pasado cuando espet¨® al procesado Mohamed Ajnan: ¡°?Usted se calla porque, si yo soy mi escolta, ayer... el culatazo que se lleva por el esc¨¢ndalo que estaba armando all¨ª... hoy tiene la cabeza ?vend¨¢! Pero claro, como aqu¨ª nos la cogemos con papel de fumar antes de tocar a nadie... ?Vamos, si yo llevo arma, ?un culatazo!¡±. Entonces, el Poder Judicial le sancion¨® por falta grave a una multa de 600 euros por vejaciones. En 2010, cuando presid¨ªa el tribunal que juzgaba a los presuntos autores del atentado de ETA en la T-4 tres de las v¨ªctimas sufrieron la altaner¨ªa del juez.
¡°Siempre est¨¢ dispuesto a hacer favores a alguno¡±, le recrimina uno de sus compa?eros magistrados, que pide el anonimato. Favor fue colar a Enrique Cerezo, presidente del Atl¨¦tico de Madrid, en el juicio del caso Saqueo II del Ayuntamiento de Marbella. El testigo pas¨® por la puerta reservada a jueces y fiscales despu¨¦s de haber tomado juntos un caf¨¦ fuera del edificio judicial. Guevara interrumpi¨® la declaraci¨®n de otro testigo clave para dar paso a Cerezo, amigo ¨ªntimo de Jes¨²s Gil, el personaje que hab¨ªa urdido toda la trama corrupta. ¡°No es amigo. Le he visto tres veces en mi vida. Mis amigos me los busco yo¡±, explica Cerezo. El juez se sienta muchos domingos en el palco de invitados del Atl¨¦tico de Madrid.
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