La trampa electoral de Ana Botella
La alcaldesa de Madrid no dice si ser¨¢ candidata en 2015 pero adopta medidas que restan margen a sus rivales del PP. Promete rebajar o eliminar tributos, pero tras las elecciones
Los votantes del Partido Popular consideran que Madrid marcha bien y que est¨¢ bien gestionada. La pr¨¢ctica totalidad sabe que la alcaldesa es Ana Botella. Pero no quieren bajo ning¨²n concepto que siga si¨¦ndolo. Cuando llegue el momento, en mayo de 2015, votar¨¢n a su partido. Y est¨¢n convencidos de que ganar¨¢. Pero, seg¨²n revela la encuesta de Metroscopia publicada el viernes por EL PA?S, el 76% desea que el PP elija a otra persona como candidata.
Botella es consciente de lo uno y de lo otro. ¡°Me siento orgullosa¡±, dijo el lunes sobre su gesti¨®n, ¡°se requer¨ªa coraje¡±. Pero, aunque desea seguir al frente del Ayuntamiento, evita proclamarlo. ¡°Llegar¨¢ el momento, a su debido tiempo, de tomar la decisi¨®n¡±. Al contrario que el presidente regional, Ignacio Gonz¨¢lez, ella no requiere abiertamente al l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, ser la elegida. Solo pide ser tenida en cuenta: ¡°Estoy segura de que vamos a hablar juntos de eso, como debe hacerse¡±. Pero no ahora. No es el momento. Ella aduce que no lo es para los ciudadanos. Pero tampoco lo es para ella.
Est¨¢ convencida de que puede mejorar en los sondeos. Si no comete errores. O si los cometen sus posibles rivales. La presidenta del PP madrile?o, Esperanza Aguirre, a la que todos ve¨ªan como la ¨²nica candidata capaz de mantener el Ayuntamiento, ha perdido tracci¨®n entre sus votantes tras su incidente policial.
La encuesta de Metroscopia da a Botella el 32,5% de votos. No solo perder¨ªa la mayor¨ªa absoluta: se la transmitir¨ªa a PSOE e IU. Pero el PP maneja un sondeo propio que le otorga el 38% de votos en el Ayuntamiento. Como partido, independientemente del candidato. Esa es la marca que deben alcanzar tanto Gonz¨¢lez (seg¨²n Metroscopia, lograr¨ªa el 36,7%) como Botella. Cinco puntos m¨¢s en el Ayuntamiento. Suficientes para lograr 25 concejales, a cuatro de la mayor¨ªa absoluta (que casi ning¨²n otro candidato lograr¨ªa) pero muy por encima de los 21 que pronostica Metroscopia. Botella lo ve posible. Y gana tiempo.
Pero no solo.
La regidora promete rebajar o eliminar tributos, pero tras las elecciones
¡°Tengo en la cabeza el futuro de Madrid, independientemente de qui¨¦n lo encabece¡±, dijo el lunes. Esa frase resume una doble estrategia: por una parte, ¡°concentrar el 100% de la energ¨ªa¡± en los ciudadanos y apartarse de luchas internas que desagradan tanto a ella como a Rajoy. Por otra, dise?ar un ¡°futuro¡± para la ciudad a la medida de sus aspiraciones y posibilidades.
Las elecciones primarias del PP durar¨¢n meses. Las encuestas ser¨¢n el juez, pero el terreno de juego lo marcar¨¢ la alcaldesa. Porque lo es, y porque sus rivales en el PP no pueden hacer p¨²blicas sus ambiciones sin arriesgarse a indisponer a Rajoy. Consciente de ello, Botella, sin decir que quiere ser candidata, est¨¢ trabajando para que solo ella pueda serlo. O quiera serlo.
Pese al optimismo de los votantes del PP, Madrid no marcha bien. Seis de cada diez ciudadanos creen que va entre regular y muy mal. El a?o pasado, el Ayuntamiento destin¨® uno de cada tres euros de su presupuesto a pagar una deuda que no mengua.
La alcaldesa ha logrado no gastar m¨¢s de lo que ingresa a fuerzas de recortar servicios (¡°tomando decisiones dif¨ªciles y haciendo sacrificios¡±). Pero la ciudad sigue intervenida por el Ministerio de Hacienda, que tiene la ¨²ltima palabra sobre cualquier decisi¨®n econ¨®mica. O sea, pr¨¢cticamente todas. La situaci¨®n financiera mejora, eso s¨ª, y mejorar¨¢ m¨¢s en los pr¨®ximos a?os. Y Botella, que se atribuye parte del m¨¦rito, quiere gestionar tambi¨¦n la bonanza.
De hecho, ya lo est¨¢ haciendo. En eso consiste su trampa para el resto de posibles candidatos de su partido. Temerosa de incurrir en d¨¦ficit ahora que es anticonstitucional, Botella ha recortado de m¨¢s. Y le sobra dinero. Pero no le sobra ahora, sino en 2015. Y, pese a que ni siquiera sabe si ser¨¢ ella la candidata, ha decidido ya c¨®mo gastarlo: bajando impuestos.
Con esta decisi¨®n mina el terreno liberal que sostiene a Aguirre entre los votantes del PP, tal y como ha hecho ya en otros temas clave para los conservadores como la lucha contra el terrorismo o el desaf¨ªo soberanista catal¨¢n. A estandarte de la derecha no le gana nadie, clama su entorno. Y es cierto: por m¨¦ritos propios y por estar casada con el expresidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Ni siquiera los choques de este con Rajoy parecen afectar a las relaciones de la alcaldesa con el l¨ªder del PP, que vienen de largo y son de cari?o y respeto. Botella jam¨¢s le causa problemas: de hecho, no proclamarse candidata cuando puede que ¨¦l decida prescindir de sus servicios forma parte de esa l¨ªnea de actuaci¨®n.
Botella descubri¨® hace siete meses que la mejora de la econom¨ªa nacional le iba a permitir contar con 2.400 millones m¨¢s de lo calculado entre 2014 y 2022 en transferencias de ingresos del Estado. Acto seguido, anunci¨® una rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles, que lleva a?os subiendo a un ritmo del 6%. Pero la rebaja se aplicar¨¢ a partir de 2016. Es decir, puede que no sea ella quien tenga que tomar la decisi¨®n. Pero ya ha anunciado que lo har¨¢.
As¨ª se lleva el r¨¦dito electoral ahora, que es cuando lo necesita. Y, al mismo tiempo, marca la senda a cualquier otro que quiera su puesto, que se ver¨ªa en problemas en caso de revertir esa decisi¨®n. Lo mismo ocurre con su anuncio de suprimir la tasa de basuras. Lo prometi¨® el lunes, pero lo pondr¨¢ en marcha en 2015. Y, aun as¨ª, ya es pr¨¢cticamente irreversible en t¨¦rminos electorales.
Esas dos decisiones (como la supresi¨®n de los parqu¨ªmetros fuera de la M-30, que avanz¨® tambi¨¦n ese d¨ªa) son una enmienda directa a Gallard¨®n. Una bofetada que el ministro de Justicia comprende porque tambi¨¦n Botella necesita sus bazas electorales. La alcaldesa sabe que cerrando las heridas de Gallard¨®n (deuda, instalaciones a medio construir, etc¨¦tera) no se ganan unas elecciones. Hiri¨¦ndole, tal vez s¨ª. No lo desea, porque le quiere, pero, tras un cuarto de siglo en el poder, el PP necesita hacerse oposici¨®n a s¨ª mismo para ganar. De hecho, ya lo hizo el propio Gallard¨®n con Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano en 2003.
Los contratos de servicios a 10 a?os concentran a corto plazo la inversi¨®n
La oposici¨®n (PSM, IU y UPyD) se olvid¨® del ahora ministro en cuanto se fue: ten¨ªa un rival m¨¢s f¨¢cil en Botella. Pero ¨¦sta necesita hacer oposici¨®n a Gallard¨®n para construir su propio proyecto. Lo lleva haciendo, de hecho, desde que cerr¨® la crisis del Madrid Arena, hace un a?o. Al tiempo, eso s¨ª, que solventa sin abrir la boca los flecos y desaguisados, que tambi¨¦n los hay, de la gesti¨®n del exalcalde.
La trampa de Botella a sus posibles rivales internos tiene una tercera pata: los contratos integrales. El Ayuntamiento ha puesto sus principales servicios (desde la limpieza viaria hasta el asfaltado o el cuidado de parques) en manos de empresas privadas con contratos de una d¨¦cada de duraci¨®n que hipotecan la gesti¨®n futura de la ciudad. Pero gran parte de los beneficios para Madrid los ha concentrado a corto plazo.
El contrato de obras, por ejemplo, prev¨¦ un plan de choque de aqu¨ª a 2015 para limpiar de baches la ciudad que supone un gran pedazo de la inversi¨®n total de todo el contrato. En parte, se justifica por el abandono de a?os anteriores debido a la crisis. Pero tambi¨¦n es verdad que Botella saldr¨¢ beneficiada electoralmente.
?Ser¨¢ todo esto suficiente para asegurarse la confianza de Rajoy? El l¨ªder del PP no puede permitirse perder la ciudad porque, con ella, podr¨ªa caer la regi¨®n y, seis meses despu¨¦s, tal vez La Moncloa. Los seguidores de Aguirre aducen que solo ella puede salvar Madrid, y no elegirla como candidata municipal por la enemistad manifiesta que se profesan ambos convertir¨ªa la derrota de Botella en una derrota de Rajoy. Sin embargo, en el Gobierno se maneja la tesis contraria: quitar a Botella, con lo que esta significa dentro del PP, para luego perder la mayor¨ªa absoluta, como parecen pronosticar las encuestas sea quien sea el candidato, s¨ª que har¨ªa da?o a Rajoy.
Botella, entre tanto, sigue a lo suyo. ¡°Tengo en la cabeza el futuro de Madrid, independientemente de qui¨¦n lo encabece¡±.
Un futuro, eso s¨ª, a su medida.
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