¡°Los Estados son hip¨®critas con la UE en asuntos de inmigraci¨®n¡±
Cuatro expertos coinciden en criticar las trabas que los Gobiernos plantean a los intentos de Bruselas para elaborar una pol¨ªtica com¨²n
La llegada de sin papeles a Europa se triplica. Cientos de subsaharianos intentan saltar las vallas de Ceuta y Melilla. Las encuestas profetizan el auge de los partidos xen¨®fobos. La inmigraci¨®n est¨¢ en el centro de la campa?a europea.
Cuatro reconocidos expertos espa?oles en inmigraci¨®n se han reunido en la redacci¨®n de EL PA?S ¡ªuno de ellos, por videoconferencia¡ª para debatir sobre la gesti¨®n de ese fen¨®meno: Miguel Pajares, doctor en antropolog¨ªa social y presidente de CEAR Catalu?a; Ana Abril, directora del ¨¢rea de desarrollo social e institucional de C¨¢ritas; Emilio Gallego, secretario general de la Federaci¨®n Espa?ola de Hosteler¨ªa, y Gil Arias, director adjunto de la agencia europea de control de fronteras (Frontex). Lo que sigue es un resumen de sus intervenciones.
Integraci¨®n social
Miguel Pajares:
Miguel Pajares. La mentalidad sobre inmigraci¨®n est¨¢ muy influida por un discurso pol¨ªtico constante que la plantea como algo contra lo que hay que luchar, por todo lo que tiene que ver con la entrada de inmigrantes por el sur y las vallas de Ceuta y Melilla, las pateras¡ Todo eso influye y es l¨®gico que haya una percepci¨®n m¨¢s bien negativa de ella, pese a que se ha dicho muchas veces que ha tenido efectos globalmente positivos en la sociedad: en la econom¨ªa, en el crecimiento de la poblaci¨®n, en la creaci¨®n de diversidad y por tanto m¨¢s capacidad de emprendimiento¡
Ana Abril. Todos los estudios hablan de lo positiva que es la inmigraci¨®n, pero la mentalidad social no es esa. Creo que en las elecciones europeas tenemos un riesgo enorme. Es muy f¨¢cil en un momento de crisis econ¨®mica, de escasez de recursos, de personas que est¨¢n luchando por sobrevivir, hacer que cale un discurso que nos enfrenta a unas personas con otras, obviando los problemas reales de desigualdad a nivel mundial, obviando los problemas reales a nivel mundial, de modelo social europeo, de qu¨¦ modelo estamos construyendo, con qu¨¦ valores, con qu¨¦ ¨¦tica, con qu¨¦ respaldo a los derechos humanos.
Emilio Gallego. El efecto que la inmigraci¨®n ha tenido en esta ¨²ltima d¨¦cada es positivo. En 20 a?os hemos pasado de una poblaci¨®n de 38 o 39 millones a 46 millones. Seis millones han llegado en 10 a?os. Creo que por eso no hemos dispuesto del necesario debate sobre qu¨¦ modelo tenemos de inmigraci¨®n. Y creo que, a pesar de todo, la sociedad ha asimilado el fen¨®meno y las posibilidades de las que han dispuesto los inmigrantes han sido bastante positivas.
Ana Abril: ¡°Es muy f¨¢cil con la crisis enfrentar a unas personas con otras¡±
Gil Arias. Es cierto que es el debate pol¨ªtico el que produce esos cambios en la percepci¨®n de la ciudadan¨ªa, pero ese debate viene provocado normalmente por fen¨®menos puntuales. Si esos fen¨®menos no se dan, parece que no sucede nada. Por ejemplo, la UE, en t¨¦rminos de inmigraci¨®n, estuvo pr¨¢cticamente durmiente desde su creaci¨®n. Y s¨®lo a partir de los atentados de las Torres Gemelas y los de los trenes [el 11-M] se produce una hiperactividad en sus instituciones pol¨ªticas y se crean leyes e instrumentos incluso financieros. Despu¨¦s, durante un tiempo considerable, parec¨ªa que no pasaba nada tampoco. Hasta que se produjo un momento oportunamente pol¨ªtico para Berlusconi y Sarkozy, y los dos fueron de la mano a la UE con propuestas similares: desmontar el sistema Schengen. Eso se qued¨® ah¨ª, las medidas no llegaron m¨¢s all¨¢. Y ahora imagino que algo parecido suceder¨¢ con las tragedias de Lampedusa y de los 15 muertos de Ceuta. Concluyendo: existe una cierta hipocres¨ªa en la sociedad europea, y las sensibilidades se suscitan s¨®lo cuando suceden tragedias.
Mercado laboral
Miguel Pajares. [En la ¨²ltima EPA, la tasa de paro fue del 25,93%: entre espa?oles del 24,25% y entre extranjeros del 37,72%]. Las restricciones a la entrada legal llevaron a que la forma de entrada de la mayor parte de los inmigrantes fuera irregular y por tanto inicialmente se insertaron en la econom¨ªa sumergida, y en unos sectores que han sido los que han sufrido m¨¢s la crisis. Y como los extranjeros estaban en una proporci¨®n muy alta en ellos, han tenido un efecto de tasa de paro mayor. Adem¨¢s, su reinserci¨®n en otros sectores les est¨¢ resultando m¨¢s dif¨ªcil, por falta de conocimientos del entorno, quiz¨¢ tambi¨¦n por discriminaci¨®n. Cuando el paro empiece a decrecer es previsible que empiece a decrecer m¨¢s para los espa?oles que para los extranjeros, con lo cual esa situaci¨®n de desventaja en la tasa de paro creo que se va a mantener e incluso se va a acrecentar.
Emilio Gallego: ¡°Ahora competimos por los empleos de los extranjeros¡±
Emilio Gallego. Es cierto. ?Qu¨¦ puestos de trabajo vienen a ocupar los extranjeros en esos 15 a?os de gran expansi¨®n de la econom¨ªa espa?ola que hemos vivido antes de la crisis? Primero, simult¨¢neamente, en el sector agr¨ªcola y el del servicio dom¨¦stico. El siguiente sector es la construcci¨®n. Al ser la construcci¨®n el sector que m¨¢s empleo ha destruido, sufren el drama del desempleo. Pero ocurre que el desempleo afecta a todos. A los espa?oles la crisis econ¨®mica nos ha puesto en una situaci¨®n muy grave. Espa?oles que en aquel momento estaban ubicados en unos segmentos de producci¨®n determinados han pasado a competir por empleos que antes no ten¨ªan demanda por parte de la poblaci¨®n activa espa?ola. Sin embargo, yo destacar¨ªa los aspectos positivos, y es que, a pesar de esa situaci¨®n, el 12,7% del empleo en nuestro pa¨ªs sigue estando ocupado por extranjeros. Y si eso lo trasladamos a cu¨¢l es el porcentaje de empleo que ocupan, no es muy distinto. Lo que s¨ª es cierto es que son m¨¢s poblaci¨®n activa [la tasa de actividad es del 64,13% entre los extranjeros y del 37,72% entre los espa?oles].
Ana Abril. Quiero introducir el aspecto de la irregularidad sobrevenida: inmigrantes que llevan trabajando regularmente mucho tiempo, al perder su empleo pierden tambi¨¦n la documentaci¨®n y caen en una situaci¨®n de irregularidad sobrevenida que les hace muy dif¨ªcil volver a acceder al empleo. Es una p¨¦rdida social enorme, porque se trata de personas integradas que estaban trabajando. Hay que flexibilizar esa norma. Y Europa deber¨ªa plante¨¢rselo. Eso est¨¢ vinculado con las pol¨ªticas de integraci¨®n. Se han reducido fondos en cooperaci¨®n al desarrollo salvo para pol¨ªticas de externalizaci¨®n de fronteras, y en las pol¨ªticas de integraci¨®n y convivencia de inmigrantes. Cuando empez¨® la crisis, una de las primeras medidas del Gobierno anterior fue el plan de retorno. El mensaje que se lanzaba era que en un momento de crisis los inmigrantes que nos hab¨ªan ayudado a construir el crecimiento econ¨®mico deb¨ªan irse. Eso queda en el sustrato social. El Papa habla de esta cultura del descarte. Gil Arias ha pronunciado una palabra clave: hipocres¨ªa. Hablamos de defensa de derechos, pero despu¨¦s no la llevamos a cabo.
Estados frente a la UE
Miguel Pajares. Est¨¢ pendiente abordar en serio la gesti¨®n de las migraciones. Y la Comisi¨®n est¨¢ intentando desde 2000 hacer un planteamiento para Europa, pero ha tenido dificultades porque ya desde 2001, con los atentados de las Torres Gemelas, lo que se ha llamado lucha contra la inmigraci¨®n ilegal pasa a ser el tema central. Pese a todo, ha hecho intentos de establecer normativa para la entrada legal de la inmigraci¨®n laboral, que no han prosperado en t¨¦rminos generales. Cuando la Comisi¨®n Europea ha querido desarrollar esa pol¨ªtica de inmigraci¨®n, quienes la han boicoteado han sido los Estados. Para que la pol¨ªtica de movilidad con los pa¨ªses emisores de inmigrantes funcione, por ejemplo, una de las condiciones que se requieren es que los Estados den visados, y no los dan. Lo que quieren los Estados del sur de Europa con respecto a Marruecos, Senegal o Mauritania es que hagan de polic¨ªas y readmitan a los que expulsamos, nada m¨¢s. En las exigencias de una pol¨ªtica de inmigraci¨®n por parte de algunos Estados tras sufrir una tragedia hay un cinismo enorme.
Emilio Gallego. De acuerdo. Aunque los Estados deben ser quienes marquen las entradas de los inmigrantes, debe haber un marco homog¨¦neo. Espa?a siempre ha sido consciente de la necesidad de una pol¨ªtica europea. En la presidencia de la UE de 2002, el mensaje de la inmigraci¨®n era central en el plan de trabajo que estableci¨® el Gobierno. Los modelos de gesti¨®n ordenada, conectada con el tejido productivo de cada uno de nuestros territorios, se hicieron con un sistema de contingentes, corto, en donde lo que fallaba eran los recursos para aplicarlo. Cuando se defini¨® que las mayores llegadas se iban a producir desde pa¨ªses sudamericanos y que por ello hab¨ªa que reforzar los consulados en ellos, esto no se hizo, y las organizaciones empresariales tuvieron que poner en marcha sus propios dispositivos.
Gil Arias: ¡°La sensibilidad europea solo surge ante
Ana Abril. Cuando se habla de pol¨ªticas de la UE se debe hablar tambi¨¦n de solidaridad. Y de la cuota del respeto a las convenciones de derechos humanos.
Gil Arias. Es cierto que la Comisi¨®n Europea tiene el deber de presentar propuestas a los Estados miembros, y luego corresponde a estos debatirlas y en su caso aprobarlas. Lo que no s¨¦ es por qu¨¦ en esta materia, como en la de seguridad, los Estados no quieren ceder ni una pizca de soberan¨ªa a la UE. Por esa raz¨®n, algunas de las propuestas a las que Miguel hac¨ªa referencia no salen adelante. Y, respecto al tema de los visados, hay algunos hechos que pueden prevenir a los Estados para ser muy prudentes en su extensi¨®n. Me refiero a las pol¨ªticas que ya hay en marcha para liberalizaci¨®n de visados. Los cinco Estados de los Balcanes occidentales est¨¢n a prueba. Y la Comisi¨®n ya ha planteado dar marcha atr¨¢s y volver a pedirles el visado porque, aprovechando esa liberalizaci¨®n, se han producido muchos abusos. Numerosos ciudadanos de esos pa¨ªses, ante las pocas posibilidades que tienen de obtener un puesto de trabajo, entran en territorio de la Uni¨®n con visado, o a trav¨¦s de las peticiones de asilo y refugio, para acogerse a las ayudas sociales que otorgan algunos Estados.
Ana Abril. Los Estados no quieren ceder soberan¨ªa en el tema de pol¨ªticas migratorias. Y mi pregunta es si piden ayuda para una pol¨ªtica migratoria com¨²n o lo hacen para el control de las fronteras.
Gil Arias. Ni siquiera es ayuda para el control de las fronteras: es ¡°dame dinero¡±. Cuando, tras las tragedias de Lampedusa, las autoridades italianas clamaban ¡°Europa nos deja solos¡±, lo que en realidad dec¨ªan es ¡°Europa no nos da dinero¡±. Y supongo que las peticiones que pueda haber hecho Espa?a a Bruselas tras la tragedia de Ceuta ser¨¢n tambi¨¦n de fondos. Pero obviamente queda mucho m¨¢s elegante decir ¡°queremos pol¨ªticas europeas¡±.
Miguel Pajares. Es verdad: se exige a Europa pero luego no se ponen los medios. Este tema pas¨® a ser competencia europea con el tratado de Amsterdam, hace ya 15 a?os, y a partir de ese momento deber¨ªa haber habido una normativa comunitaria que regulase tanto el asilo como la inmigraci¨®n en toda Europa. Hay unas directivas sobre temas parciales, pero no ha habido manera de plasmarlas en normas concretas y efectivas, porque cada pa¨ªs ten¨ªa un criterio distinto.
Derecho de asilo
Miguel Pajares. Hay algunas directivas, como la de procedimiento y la de acogida, un poco m¨¢s precisas que las que hay sobre inmigraci¨®n. Pero la Convenci¨®n de Ginebra dice que hay que llegar a territorio de asilo para poder solicitarlo¡ Y no estamos dejando llegar a los solicitantes. Parte de los que quedan atrapados en las vallas de Ceuta y Melilla vienen de pa¨ªses en los que hay persecuciones; ser¨ªan posibles solicitantes de asilo. Antes Espa?a contemplaba la posibilidad de que se solicitara asilo en sus embajadas, pero eso lo hemos quitado en la ¨²ltima reforma de la ley.
Gil Arias. Hay conflictos en muchas partes del mundo que explican que se intensifiquen las peticiones de asilo. Casi el 60% de las que se producen en Europa se dan en Alemania (42%) y Suecia (17%). ?Es que solo dan una protecci¨®n adecuada esos dos pa¨ªses o es que se utilizan los procedimientos de asilo para otra cosa, porque son pa¨ªses ricos y en las peticiones subyace un componente econ¨®mico? Lo normal ser¨ªa que los pa¨ªses que tienen m¨¢s presi¨®n en sus fronteras exteriores fueran los que recibiesen m¨¢s peticiones de asilo.
Ana Abril. Si adem¨¢s llegan a territorio europeo y entran por una puerta y salen por otra, como sucede con las devoluciones en caliente, estamos negando la posibilidad de ver si hay ah¨ª un posible solicitante de asilo. Tenemos en estas elecciones europeas la posibilidad de decir qu¨¦ tipo de Europa queremos, y tenemos el alza que todas las encuestas anuncian de partidos racistas y xen¨®fobos. Creo que el debate sobre los valores y sobre los derechos humanos tendr¨ªa que estar presente.
Emilio Gallego. Las fronteras tienen su papel y deben seguir teni¨¦ndolo. En Europa tenemos un modelo social y un modelo de desarrollo econ¨®mico y las fronteras marcan el espacio en el que una civilizaci¨®n se desarrolla de determinada manera frente al lugar en el que otras sociedades lo hacen de manera distinta. Las fuerzas de seguridad est¨¢n para defender las fronteras. Eso hay que compatibilizarlo con los derechos. Y es l¨®gico que los Estados sigan teniendo un peso importante y una capacidad de decisi¨®n en cu¨¢les tienen que ser sus pol¨ªticas migratorias. Creo que esa tiene que seguir siendo una competencia nacional.
Devoluciones en caliente
Gil Arias. Gesti¨®n fronteriza y respeto a los derechos fundamentales no son conceptos contrapuestos. De hecho, uno es parte integrante del otro. Nosotros en Frontex as¨ª lo entendemos. Y ese es el modelo dise?ado a nivel de la UE. Por eso siempre que rescatamos o interceptamos a alguien en el mar lo desembarcamos en territorio europeo. El principio de non refoulement, la prohibici¨®n de devolver a una persona a un lugar donde su vida o su libertad pueden correr peligro, es de obligado cumplimiento para los Estados.
Miguel Pajares. No entro a debatir la labor de Frontex, pongo en cuesti¨®n la de nuestras fuerzas de seguridad. Las devoluciones en caliente son ilegales porque est¨¢ muy claramente establecido que hay que conocer cada caso concreto y dar la posibilidad de solicitar asilo a las personas que llegan al territorio espa?ol.
Gil Arias: La posibilidad de denegaci¨®n de entrada existe en todos los tipos de frontera. Pero requiere examinar las circunstancias del ciudadano, por si tuviese derecho al asilo. Eso, tanto en un puesto habilitado como frontera como por otro lugar. Es obvio que la mayor¨ªa de inmigrantes que tratan de saltar la valla ni siquiera tienen documentaci¨®n, por lo que se dan las condiciones para denegarles la entrada. Donde quiz¨¢ el sistema empieza a quebrar es si no se llegan a analizar sus circunstancias.
Emilio Gallego. El Gobierno espa?ol est¨¢ optando por un mal menor. Como hoy todo se est¨¢ viendo en directo, imagin¨¦monos qu¨¦ ocurrir¨ªa si esa visi¨®n fuera la de gente que pasa la valla y se queda en Espa?a. El Gobierno est¨¢ lanzando el anuncio de que esa no es la forma de entrar en el pa¨ªs y que por tanto la autoridad en frontera te manda de vuelta. Si no, habr¨ªa un efecto llamada.
Miguel Pajares. Se da por supuesto que si fu¨¦ramos m¨¢s flexibles tendr¨ªamos una invasi¨®n. Y la sociolog¨ªa de las migraciones ha demostrado hace a?os que esto no es as¨ª. Los migrantes econ¨®micos van a sitios donde saben que van a encontrar trabajo. Nosotros hemos tenido un flujo migratorio enorme en los a?os de bonanza econ¨®mica y no hab¨ªa una legislaci¨®n que facilitara la entrada. Cuando se ha acabado la bonanza econ¨®mica ya no nos viene inmigraci¨®n, se nos est¨¢n yendo m¨¢s extranjeros de los que vienen. Y no tenemos una legislaci¨®n distinta de la de 2006. Quiero decir que siempre habr¨¢ un cierto volumen que venga en cualquier circunstancia (de hecho, sigue entrando gente), pero ese volumen ser¨¢ peque?o si no estamos ofreciendo trabajo. Por tanto, respecto a los pa¨ªses subsaharianos, lo que deber¨ªamos estar ofreciendo es cierta flexibilidad en la concesi¨®n de visados. Si los j¨®venes pudieran ir y venir, no pasar¨ªa nada, no tendr¨ªamos ninguna invasi¨®n igual que no la tenemos con los pa¨ªses latinoamericanos.
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