Un rey para Latinoam¨¦rica
?Existen mon¨¢rquicos en Am¨¦rica Latina? Seguramente solo en Colombia y la mayor¨ªa, que no sabe que lo son, forman parte de lo que en la parla local llaman godos, y fueron uniformemente franquistas durante la pasada dictadura. El caso de Mutis puede considerarse un simple coqueteo con la historia.
Juan Carlos I ha sido el primer y ¨²nico monarca espa?ol en visitar el vasto continente de nuestra lengua. Las cumbres iberoamericanas y visitas protocolarias de todo orden, le han permitido exhibir por esas tierras la pasable incongruencia de una monarqu¨ªa que las se?ore¨® durante m¨¢s de tres siglos. Es m¨¢s dif¨ªcil, con todo, que un camello entre por el ojo de una aguja que encontrar en Am¨¦rica Latina posiciones racionalmente desplegadas en favor de la monarqu¨ªa, y s¨ª, en cambio, suficiente apoyo a una III Rep¨²blica espa?ola, pero, en conjunto, dir¨ªase que la instituci¨®n ha hecho una labor positiva en la antigua colonia. Hasta el presidente boliviano, Evo Morales, cree apropiado decir que se lleva muy bien con don Juan Carlos, aunque para que nada manche su vitola republicana a?ada que ¡°el pr¨ªncipe Felipe¡± le mira raro. Y m¨¢s que le va a mirar con la corona en las sienes.

Pero el r¨¦cord Guinness de ¨¦xito institucional hay que buscarlo en Cuba. Un destacado intelectual cubano, ni castrista ni anticastrista, o sea anticastrista inactivo, cont¨® un d¨ªa que cuando los cubanos dec¨ªan: ¡°El Rey¡±, nadie preguntaba a qu¨¦ testa coronada se refer¨ªan. La joya de la Corona nunca dej¨® de serlo.
Juan Carlos I tuvo tambi¨¦n sus 15 minutos de intensa celebridad, para unos negativa y otros positiva, cuando en una cumbre tuvo la ins¨®lita ocurrencia de soltarle a Hugo Ch¨¢vez el famoso: ¡°?Por qu¨¦ no te callas? La insolencia, venga de donde venga, era indiscutible y pocas personalidades latinoamericanas salieron al albero para defender la imprecaci¨®n, pero en privado no solo la derecha ¡®recalcitrante¡¯ sino una gama m¨¢s extensa del ruedo pol¨ªtico, se felicitaba y te felicitaba por haberle dicho al l¨ªder bolivariano lo que en alguna ocasi¨®n habr¨ªan deseado hacer ellos mismos. Pero eso no quita que los Reyes de Espa?a est¨¢n para cortar crisantemos, besar ni?os multi¨¦tnicos, y mostrar toda la afabilidad de que es capaz la antigua metr¨®poli; como un vendedor de aspiradoras de lujo.
Felipe VI no solo tendr¨¢ que seguir ese camino, sino que habr¨ªa de convertirlo en pieza esencial de su reinado, si los espa?oles no deciden otra cosa. Para reinar en el siglo XXI hay que saber ser el Monarca, por supuesto sin corona, de toda Am¨¦rica Latina.
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