Un s¨ªmbolo de la reconciliaci¨®n
El Rey ha servido de nexo entre Espa?a y Latinoam¨¦rica
Viajero frecuente en un subcontinente hist¨®ricamente agobiado por las sublevaciones castrenses y la fragilidad de los poderes civiles, el Rey visit¨® todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina promoviendo el ¨¦xito de la transici¨®n espa?ola y desarrollando gestiones diplom¨¢ticas sobre asuntos pol¨ªticos y empresariales. Inevitablemente, el choque de 2007, en Santiago de Chile, con el fallecido presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez ¡ª¡°?Por qu¨¦ no te callas?¡±¡ª, caus¨® sensaci¨®n al quebrantar los usos y costumbres de las reuniones presidenciales, pero la mayor¨ªa de las gestiones del Rey han sido discretas, calladas, sin publicidad.
Su primera reuni¨®n en Latinoam¨¦rica con un jefe de Estado tuvo lugar en 1976. De camino a Washington, el Monarca hizo escala en Rep¨²blica Dominicana para verse con el presidente Joaqu¨ªn Balaguer. Quince a?os despu¨¦s, los d¨ªas 18 y 19 de julio 1991, el Rey viaj¨® a Guadalajara (M¨¦xico) para inaugurar la I Cumbre Iberoamericana, organizada por los entonces presidentes de M¨¦xico y Espa?a, Carlos Salinas de Gortari y Felipe Gonz¨¢lez.
El Rey sigui¨® la lectura de la Declaraci¨®n de Guadalajara, que tuvo especial trascendencia pues recomend¨® medidas ausentes en las administraciones latinoamericanas desde Crist¨®bal Col¨®n: disciplina fiscal, reducci¨®n del gasto p¨²blico, reforma impositiva, apertura a la entrada de inversiones extranjeras directas, privatizaci¨®n, desregulaci¨®n y garant¨ªa jur¨ªdica de los derechos de propiedad. A inicios de 1992, con las primeras privatizaciones en Argentina, tomaron posiciones Telef¨®nica, Iberdrola, Gas Natural, Repsol, Iberia y Mapfre.
Poco a poco, las democracias regionales cobraron fuerza tras decenios de inestabilidad y cuartelazos, y nadie mejor que el Rey, nacido en una dictadura militar, para simbolizar el ¨¦xito de la reconciliaci¨®n social y pol¨ªtica en Espa?a. Invitado a todas las investiduras presidenciales como jefe de Estado, aprovech¨® esas citas para cumplimentar las misiones encomendadas por los sucesivos Gobiernos. Felipe Gonz¨¢lez conoci¨® bien y antes que nadie las intervenciones de la monarqu¨ªa espa?ola en el subcontinente pues trabaj¨® para que fuera aceptada y tuviera un papel activo en el proceso de integraci¨®n iberoamericano. Desde los a?os setenta, Gonz¨¢lez manten¨ªa contactos con los principales dirigentes del ¨¢rea, y especialmente con el paname?o Omar Torrijos, el venezolano Carlos Andr¨¦s P¨¦rez y el mexicano Luis Echeverr¨ªa.
Su momento m¨¢s sonado fue el choque con Ch¨¢vez en 2007 y su frase ¡°?Por qu¨¦ no te callas?¡±
Los Reyes viajaron a las cumbres y visitaron todos los pa¨ªses iberoamericanos, incluido Cuba, para asistir a la IX Cumbre, celebrada en noviembre de 1999, en La Habana.
La Corona promocion¨® la marca Espa?a destacando la recuperaci¨®n de la convivencia social, y ayudando, cuando se le pidi¨®, para desbloquear conflictos a las multinacionales espa?olas interesadas en privatizaciones de Argentina, Per¨², M¨¦xico, Brasil y otros pa¨ªses: desde el BBVA, el Banco Santander y Abengoa, hasta Iberdrola, Uni¨®n Fenosa y las grandes constructoras.
Pero la presencia del Rey en Am¨¦rica Latina m¨¢s sonada fue la del ¡°?Por qu¨¦ no te callas¡± del 9 de noviembre de 2007, cuando Hugo Ch¨¢vez denunci¨® un supuesto apoyo del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en complicidad con EE UU, al golpe de estado de 2002 contra el presidente venezolano. Ocurri¨® durante la ¨²ltima jornada de la XVII Cumbre de Santiago de Chile, mientras interven¨ªa el expresidente Zapatero, interrumpido constantemente por Ch¨¢vez, que llamaba ¡°fascista¡± a Aznar. Trataba de calmar los ¨¢nimos la anfitriona, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Minutos despu¨¦s de la famosa frase, el Rey se retiraba de la cumbre mientras el presidente de Nicaragua, Danel Ortega criticaba a una el¨¦ctrica espa?ola por su comportamiento en el pa¨ªs.
El rifirrafe m¨¢s pol¨¦mico de las cumbres se desarroll¨® as¨ª:
Zapatero: ¡°Se puede estar en las ant¨ªpodas de una posici¨®n ideol¨®gica, no ser¨¦ yo el que est¨¦ cerca de las ideas de Aznar, pero el expresidente Aznar fue elegido por los espa?oles, y exijo, exijo...¡±
¡ª Ch¨¢vez: ¡°D¨ªgale a ¨¦l que respete la dignidad de nuestro pueblo¡±.
¡ª Zapatero: ¡°Exijo...¡±
¡ª Rey: ¡°?T¨²!¡±
¡ª Zapatero: ¡°Un moment¨ªn...¡±
¡ª Ch¨¢vez: ¡°D¨ªgale lo mismo a ¨¦l¡±.
¡ª Zapatero: ¡°Exijo... exijo ese respeto, por una raz¨®n, adem¨¢s...¡±
¡ª Ch¨¢vez: ¡°D¨ªgale usted lo mismo a ¨¦l, presidente¡±.
¡ª Zapatero: ¡°Por supuesto¡±.
¡ª Ch¨¢vez: ¡°D¨ªgale lo mismo a ¨¦l...¡±
¡ª Zapatero: ¡°Por supuesto¡±.
¡ª Ch¨¢vez: ¡°Porque ¨¦l anda irrespetando a Venezuela por todas partes, yo tengo derecho a defender...¡±
¡ª Zapatero: ¡°Bien...¡±
¡ª Rey: ¡°?Por qu¨¦ no te callas?¡±
¡ª Bachelet: ¡°Por favor, no hagamos di¨¢logo; han tenido tiempo para plantear su posici¨®n. Presidente, termine, y deprisa¡±.
No todo fueron d¨ªas de vino y rosas en el trabajo diplom¨¢tico del Rey. Argentina y Uruguay, enfrentados durante a?os por la construcci¨®n de dos papeleras, encomendaron la soluci¨®n de sus diferencias a los buenos oficios del monarca, durante la XVI Cumbre Iberoamericana de Montevideo. La instalaci¨®n de plantas de celulosa de la empresa espa?ola ENCE y la finlandesa BOTNIA en la orilla oriental del fronterizo r¨ªo Uruguay desencaden¨® el litigio. Fidel Castro quiso que viajara a Cuba en viaje oficial, sin conseguirlo.
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