Aire fresco
El problema de don Felipe ser¨¢ devolver a esta naci¨®n la ilusi¨®n que la crisis ha destruido
La semana pasada, este peri¨®dico public¨® un editorial que cobra hoy fuerza y vigencia. Su t¨ªtulo, Garant¨ªa de futuro, era el recordatorio de que la m¨¢xima instituci¨®n de nuestra democracia tiene un brillante porvenir y que la jefatura del Estado pasar¨¢ a manos de un hombre altamente cualificado, prudente, atento a los deseos de la sociedad de la que forma parte y consciente de la particular relaci¨®n de la Corona espa?ola con un pueblo que no es vocacionalmente mon¨¢rquico.
Hace m¨¢s de 20 a?os ya escuch¨¦ a don Felipe, entonces un joven estudiante, explicar que solo reinar¨ªa si los espa?oles as¨ª lo quer¨ªan, y que todos sus esfuerzos estar¨ªan dedicados a ganarse el respeto, el cari?o y la confianza de los ciudadanos, tal como su padre le ense?¨®.
Desde aquel momento, el Pr¨ªncipe ha sabido actuar en esa direcci¨®n. Tanto en sus constantes recorridos por Espa?a como en sus frecuentes viajes al extranjero, ha demostrado sensibilidad en los momentos de dolor, inter¨¦s por el progreso de un pa¨ªs que es hoy muy diferente al de la coronaci¨®n de don Juan Carlos y responsabilidad en la defensa y la promoci¨®n de los intereses de Espa?a. Es especialmente relevante la asiduidad con la que don Felipe ha visitado en los ¨²ltimos meses Catalu?a, cuya lengua ha aprendido y donde tiene su primer gran reto.
El Pr¨ªncipe ser¨¢ coronado a los 46 a?os. No es ya un muchacho, pero s¨ª es a¨²n un representante de la generaci¨®n que est¨¢ asumiendo las m¨¢ximas responsabilidades en la pol¨ªtica, la econom¨ªa y otras ¨¢reas decisivas para definir el futuro. Le corresponde, por tanto, capitanear ese relevo generacional.
Algunos modelos del pasado est¨¢n ya agotados, como lo est¨¢n algunas de las figuras que los desarrollaron. El clamor del pa¨ªs por aire fresco, nuevas ideas y nuevas energ¨ªas es evidente para todo aquel que est¨¦ en contacto con la calle.
El Pr¨ªncipe puede traer ese aire. Don Felipe ha seguido de cerca la transformaci¨®n que se ha producido en el mundo en las ¨²ltimas d¨¦cadas, incluidos los movimientos en otras monarqu¨ªas europeas; conoce las nuevas tecnolog¨ªas y las personas que est¨¢n marcando el horizonte hacia el que nos movemos todos. Ser¨¢ sencillo para ¨¦l identificar c¨®mo viven hoy los j¨®venes y qu¨¦ es lo que quieren.
El ¨¦xito de su reinado depende de ello. Espa?a es hoy un pa¨ªs sometido a muchas incertidumbres. Nada se puede dar por descontado. Una encuesta reciente publicada por este peri¨®dico demostraba que una mayor¨ªa de menores de 35 a?os ve con buenos ojos el relevo en el Trono, pero al mismo tiempo se declara republicana. Esa es una realidad desde hace mucho tiempo y, probablemente, lo seguir¨¢ siendo en las pr¨®ximas d¨¦cadas.
No debe ser eso un problema para don Felipe, que cuenta con muchos amigos que tambi¨¦n son republicanos. Su problema ser¨¢ el de responder a las expectativas, devolverle a esta naci¨®n la ilusi¨®n que la crisis econ¨®mica y las disfunciones de las principales instituciones han destruido.
No ser¨¢ f¨¢cil. Esta es, en estos momentos, una sociedad profunda y justificadamente esc¨¦ptica. Despu¨¦s de m¨²ltiples casos de corrupci¨®n y mal gobierno, los espa?oles tienen razones sobradas para dudar de sus dirigentes.
Don Felipe, que ha sabido salir inc¨®lume de los malos tiempos sufridos tambi¨¦n dentro de su propia familia, posee hoy una oportunidad ¨²nica de levantar los ¨¢nimos de sus compatriotas. Capacidad tiene para hacerlo. Hace falta tambi¨¦n que encuentre la inspiraci¨®n y la valent¨ªa que se requerir¨¢n para conseguirlo.
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