Sin el Rey no habr¨ªa democracia
Sus casi 40 a?os de reinado han sido los mejores de nuestra historia moderna
La abdicaci¨®n es, veros¨ªmilmente, el ¨²ltimo servicio fundamental que Juan Carlos I va a hacerle a este pa¨ªs. El primero consisti¨® en contribuir de manera decisiva, durante la segunda mitad de los a?os setenta, a instaurar la democracia: sin el Rey, quiz¨¢ no hubiera habido democracia, o no la hubiera habido tal y como la conocemos, o hubiera tardado a?os en llegar. El segundo servicio fundamental fue impedir que el 23 de febrero de 1981 la democracia terminase antes de empezar, o que se convirtiese en una semidemocracia: ese d¨ªa ¡ªque es el d¨ªa en que empieza de veras la democracia y terminan el franquismo y la Guerra Civil¡ª el Rey conquist¨® una legitimidad con la que hasta entonces ni siquiera pod¨ªa so?ar, porque hasta ese momento su poder proven¨ªa de Franco y su legitimidad del hecho de haber renunciado a los poderes o a parte de los poderes de Franco para ced¨¦rselos a la soberan¨ªa popular y convertirse en monarca constitucional. Asombrosamente, aquel contin¨²a siendo, sin embargo, el d¨ªa m¨¢s controvertido de su reinado.
O no tan asombrosamente. Como todo el mundo sabe, el 23 de febrero de 1981 es una gran ficci¨®n colectiva amasada, a lo largo de ya m¨¢s de 30 a?os, por una serie de ideas fantasiosas, teor¨ªas sin fundamento, especulaciones noveleras, medias verdades y simples mentiras, todo ello sostenido gracias al hecho de que el golpe fue un golpe improvisado y sin documentos y por tanto no existen evidencias capaces de desmentir de forma incontestable tanto disparate. Pues bien, la primera y quiz¨¢ la principal ficci¨®n sobre el golpe es que lo mont¨® el Rey. Adem¨¢s de una ficci¨®n, es una solemne estupidez, que sin embargo siguen sosteniendo montones de memos solemnes (como montones de memos solemnes sostienen que el 11-M no est¨¢ del todo claro; por supuesto que no lo est¨¢, igual que el 23 de febrero, el asesinato de Kennedy o el de Abel por Ca¨ªn: en la historia, del todo claro, lo que se dice del todo claro, no hay nada). Y es una estupidez, entre otras razones, por lo evidente, y es que, si el Rey llega a montar el golpe, el golpe triunfa. La verdad es, como casi siempre, lo evidente: que el Rey par¨® el golpe; al fin y al cabo, s¨®lo ¨¦l pod¨ªa pararlo, usando la ¨²ltima baza de un Rey sin poder: la que ten¨ªa como jefe simb¨®lico del Ej¨¦rcito y heredero de Franco.
Lo indudable es que el Rey par¨® el golpe, y par¨¢ndolo salv¨® la democracia
Esto no significa, por supuesto, que, antes del golpe (repito: antes del golpe), el Rey no cometiera errores; los cometi¨®, muchos y algunos de ellos importantes. El problema es que no s¨®lo los cometi¨® ¨¦l, sino tambi¨¦n much¨ªsimos otros responsables pol¨ªticos y sociales: todos esos errores, y no s¨®lo los del Rey, fueron los que desembocaron en el golpe. Y tampoco significa eso que la actuaci¨®n del Rey durante el golpe fuera irreprochable, pero es que todav¨ªa no se ha escrito el manual sobre c¨®mo parar irreprochablemente un golpe. Lo indudable, repito, es que el Rey par¨® el golpe y que, par¨¢ndolo, salv¨® la democracia. S¨®lo por eso deber¨ªamos estarle agradecidos.
Aclaro que no soy mon¨¢rquico. Pero aclaro tambi¨¦n que, en mi opini¨®n, ahora mismo el dilema real de este pa¨ªs no es el que obliga a elegir entre monarqu¨ªa y rep¨²blica, sino el que obliga a elegir entre mejor o peor democracia. O dicho de otra manera: prefiero mil veces vivir en una monarqu¨ªa como la sueca que en una rep¨²blica como la siria, y no veo qu¨¦ parte del problema del paro, de la educaci¨®n o de la sanidad resolver¨ªamos sustituyendo por una rep¨²blica la monarqu¨ªa.
Mucha gente de mi generaci¨®n tiende a atribuir todos los males de nuestro presente a las carencias de la Transici¨®n; me parece una actitud hip¨®crita y comodona. No hay duda de que la Transici¨®n fue un apa?o, pero hay que estar loco para no preferir mil veces ese apa?o al ominoso conflicto civil que el mundo entero auguraba para nuestro pa¨ªs a la salida de la dictadura.
Sus casi 40 a?os de reinado han sido los mejores de nuestra historia moderna
La Transici¨®n cre¨® una democracia fr¨¢gil, pobre y escasa, como no pod¨ªa ser menos despu¨¦s de cuarenta a?os de dictadura, pero si hoy no tenemos una democracia fuerte, rica y abundante no es por culpa de nuestros founding fathers, sino por nuestra culpa: hemos sido nosotros, y no ellos, los que no hemos sido capaces de mejorarla. No hay que tener mucha imaginaci¨®n para conjeturar que la abdicaci¨®n del Rey se produce porque se siente viejo y cansado, y porque cree que es lo mejor para la monarqu¨ªa que tanto trabajo le cost¨® restaurar y quiz¨¢ porque piensa que puede ser un revulsivo para este pa¨ªs; ojal¨¢ lleve raz¨®n. Por lo dem¨¢s, hay que ser lo m¨¢s cr¨ªtico posible con el duro presente que est¨¢ viviendo ahora mismo tanta gente a nuestro alrededor, pero ignorar que los casi cuarenta a?os de reinado de Juan Carlos I han sido los mejores de nuestra historia moderna, los de mayor libertad y prosperidad, es simplemente ignorar nuestra historia moderna. Y esa ignorancia de nuestro presente puede devolvernos lo peor de nuestro pasado.
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