La simb¨®lica renuncia al yate ¡®Fortuna¡¯
La nave fue un regalo de empresarios y el Gobierno balear que cost¨® 18 millones de euros
El Rey renunci¨® hace un a?o, en mayo de 2013, al uso y posesi¨®n de su yate r¨¢pido Fortuna, de 41,6 metros de eslora, que amarraba cerca de su residencia de verano, el Palacio de Marivent, en la bah¨ªa de Palma. Fue una decisi¨®n por recomendaci¨®n m¨¦dica pero tambi¨¦n por cuestiones de imagen y austeridad. Don Juan Carlos dej¨® de gozar de una de sus pasiones, surcar el mar balear en la lujosa nave que le hab¨ªan regalado en 2000 un grupo de empresarios y el Gobierno balear. El Fortuna hab¨ªa sido lugar de encuentro y ocio de la Familia Real y de numerosas personalidades invitadas, desde el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, a Lady Di y el Pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra.
En la decisi¨®n de dejar patronear la embarcaci¨®n ¡ªque fue uno de los m¨¢s veloces del mundo en su clase¡ª pesaron tambi¨¦n los recortes presupuestarios directos en el organismo que ten¨ªa asignada el mantenimiento de la embarcaci¨®n, Patrimonio Nacional, que sufragaba los sueldos de la plantilla de diez marineros, reparaciones y los gastos de combustible. Llenar los dep¨®sitos de carburante requer¨ªa cada vez un desembolso de 20.000 euros.
En el verano de 2012 el monarca ya dej¨® de navegar, no solo por las secuelas en sus operaciones que mermaron su estabilidad, sino a modo de ejemplo en tiempos de crisis, seg¨²n se traslad¨® desde el entorno de Marivent. El pr¨ªncipe Felipe y la princesa Letizia no usaron con frecuencia el espectacular yate, que habitualmente recalaba en el parque nacional de Cabrera. La Reina si lo hizo tradicionalmente con sus nietos pero en los ¨²ltimos tiempos ya naveg¨® en lanchas menores de las que dispone la familia.
El fastuoso Fortuna lo pagaron 25 empresarios con una donaci¨®n de 600.000 euros cada uno y 2,5 millones el Gobierno balear. El barco ya no se llama as¨ª, es el Foners y est¨¢ en venta p¨²blica para uso particular. Cost¨® m¨¢s de 18 millones de euros y en semanas no se ha cerrado el traspaso por la mitad.
Despu¨¦s de que don Juan Carlos renunciara y traspasara la nave a Patrimonio Nacional, los mecenas del Rey organizados por razones operativas y fiscales en la Fundaci¨®n Tur¨ªstica y Cultural, Fundatur, reclamaron su titularidad porque su donaci¨®n fue finalista, para el uso y disfrute del Rey y su familia. El regalo fue retornado. El beneficio de la venta se dedicar¨¢ a promoci¨®n cultural y fines sociales, se?alan los mecenas.
El Fortuna privado se llama Foners. Es un cambio por respeto al Rey que ha usado este mismo nombre para una saga de distintos barcos de recreo y vela. La nueva denominaci¨®n de Foners del ex-Fortuna ayudar¨¢ a sus nuevos due?os a mantener la F en la vajilla, toallas y sabanas.
El anterior Fortuna fue un regalo, en 1979, del Rey Fahd de Arabia Saud¨ª. Posteriormente, en 1991 don Juan Carlos renunci¨® a otra embarcaci¨®n en construcci¨®n que hab¨ªa encargado. Evit¨® poseer una nave que era excesivamente ostentosa y despu¨¦s, tampoco quiso que se la regalara Mario Conde, que era presidente de Banesto, que acab¨® condenado y preso.
La ruptura con el Patrimonio Nacional, el retorno de la nave a sus donantes, supuso el despido de sus diez marineros, que lograron en los tribunales una indemnizaci¨®n global 1,2 millones de indemnizaci¨®n por rescisi¨®n de su contrato laboral, por despido improcedente. La n¨®mina de la tripulaci¨®n la abonaba directamente un astillero, la Uni¨®n Naval de Levante, por razones operativas.
El Rey nada m¨¢s anunciar que dejaba el Fortuna invit¨® a cenar en Marivent a su antigua tripulaci¨®n. El m¨¢s veterano de los marineros lleva m¨¢s de 30 a?os de relaci¨®n con los barcos del monarca.
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