Un punto y seguido

?C¨®mo debe ser gestionada la abdicaci¨®n del Rey? Tres de cada cuatro espa?oles (74%) lo tienen claro: siguiendo lo que establece la Constituci¨®n. Es decir, b¨¢sicamente como se est¨¢ haciendo. Lo dice no solo el 86% de los votantes del PP, sino tambi¨¦n el 76% de los del PSOE e, incluso, el 64% de los de IU. Esta masiva apuesta ciudadana por la legalidad vigente guarda, por otro lado, un claro paralelismo con la generalizada convicci¨®n (que los espa?oles llevan ya a?os declarando en los mismos t¨¦rminos, seg¨²n han ido detectando los bar¨®metros de Metroscopia) de que la Corona est¨¢ ya firmemente asentada en nuestro pa¨ªs y que la sucesi¨®n de don Juan Carlos por el pr¨ªncipe Felipe se va a producir con toda normalidad: as¨ª lo cree el 78% (porcentaje que sube hasta el 83% entre los votantes del PP y que queda en un asimismo destacable 79% tanto entre los votantes del PSOE como de IU).

?Cabe deducir de estos datos que los espa?oles dan por zanjada, definitivamente, la disyuntiva monarqu¨ªa-rep¨²blica? No necesariamente. Lo que parecen m¨¢s bien expresar es que existe una legalidad institucional consolidada y que, mientras no se cambie, debe ser respetada. ?Y existe aqu¨ª y ahora, en nuestra sociedad, un deseo generalizado de cuestionar la forma del Estado, es decir, de plantear la opci¨®n entre monarqu¨ªa y rep¨²blica? Por lo pronto, lo que s¨ª existe, y de forma clara, es el deseo (mayoritario en proporci¨®n de dos a uno: 62% frente a 34%) de que, en alg¨²n momento, la cuesti¨®n monarqu¨ªa-rep¨²blica sea sometida a debate p¨²blico y a decisi¨®n ciudadana mediante refer¨¦ndum. En otras palabras, no es ahora el momento y quiz¨¢ tampoco es urgente, pero es algo que hay que ir pensando en hacer. Lo reclama el 68% de los votantes del PSOE, el 98% de los de IU y hasta el 39% de los del PP.

Ahora bien, este mayoritario deseo de que la cuesti¨®n sea debatida y zanjada plebiscitariamente no prefigura, al menos hoy por hoy, el resultado final de esa consulta: en el supuesto de que el refer¨¦ndum se planteara ahora, el 49% de los espa?oles se inclinar¨ªa por una monarqu¨ªa con Felipe VI como rey y el 36% por una rep¨²blica presidida por una figura p¨²blica relevante. Por la monarqu¨ªa optar¨ªan el 79% de los votantes del PP y el 57% de los mayores de 55 a?os; entre los votantes del PSOE, los partidarios de la monarqu¨ªa obtendr¨ªan una muy ajustada ventaja y, entre los de IU, el 86% preferir¨ªa una rep¨²blica. De alg¨²n modo, y teniendo en cuenta el b¨¢sico pragmatismo desemocionalizado (en plan ¡°mientras la cosa funcione¡­¡±) con que la ciudadan¨ªa tiende a enfocar esta cuesti¨®n, lo que cabe quiz¨¢ concluir es que, por elevados que sean en esta coyuntura la esperanza, la confianza y el respeto que el heredero suscita (y ciertamente lo son, como de forma inequ¨ªvoca se desprende de los datos del sondeo), don Felipe¡ªal igual que en su d¨ªa su padre¡ª habr¨¢ de ganarse la Corona mediante su forma de ejercerla. Para ello cuenta, de entrada, con muchas bazas a su favor: por dif¨ªcil y compleja que sea ahora la situaci¨®n de nuestro pa¨ªs ¡ªnecesitado como est¨¢ de una revitalizaci¨®n ejemplarizante, urgente y a fondo, de su entramado institucional¡ª ni ahora hay una ETA asesinando pr¨¢cticamente a diario, ni ruido alguno de sables en unos cuarteles que la ciudadan¨ªa ha pasado a percibir como garantes de la democracia y de las libertades ciudadanas.

En cuanto a don Juan Carlos, en esta hora de su despedida, obtiene el masivo apoyo ciudadano a su decisi¨®n y recupera una evaluaci¨®n muy cercana a su m¨¢ximo hist¨®rico. Y, 33 a?os despu¨¦s del 23-F, el 72% de los espa?oles (y, significativamente, tambi¨¦n de los menores de 35 a?os) siguen pensando que sin el Rey la transici¨®n a la democracia no hubiera sido posible en Espa?a. Un reconocimiento que parece estar a prueba del paso del tiempo y que sin duda acabar¨¢ cristalizando como el rasgo definitorio de su legado hist¨®rico.