En sus palabras
Historia de un pr¨ªncipe en 32 discursos Don Felipe ha expresado sus ideas en la entrega de los premios Pr¨ªncipes de Asturias
Cuando ten¨ªa siete a?os y la democracia no caminaba sola en Espa?a fue proclamado heredero de la Corona (22 de noviembre de 1975). Cuando ten¨ªa nueve, el Gobierno le nombr¨® Pr¨ªncipe de Asturias, de Girona y de Viana (Real Decreto de 21 de enero de 1977). El 3 de octubre de 1981, cuando ten¨ªa 13, pronunci¨® su primer discurso con p¨²blico como presidente de honor de la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias.
Aquella intervenci¨®n sum¨® apenas un minuto: cinco p¨¢rrafos de agradecimientos hilvanados a base de f¨®rmulas de cortes¨ªa que ley¨® bajo la atenta mirada de sus padres. Era la primera entrega de los premios Pr¨ªncipe de Asturias, un reconocimiento anual a personalidades destacadas del mundo de las artes, las ciencias y el deporte.
Luego han llegado otros 31 discursos de Felipe Juan Pablo y Alfonso de Todos los Santos, con la ¨²nica excepci¨®n de 1984, porque estaba estudiando en el Lakefield College School de Canad¨¢.
Sus intervenciones, mucho m¨¢s largas e intencionadas a medida que pasaban los a?os, resumen una parte de la historia de Espa?a, de los principales acontecimientos que ha vivido el mundo en los ¨²ltimos 32 a?os, y de su propia vida.
1981. Un patriota asturiano de solo 13 a?os. ¡°He querido que las primeras palabras en p¨²blico que pronuncio en mi vida tengan precisamente como marco este Principado de Asturias, cuyo t¨ªtulo con tanto honor ostento (¡). Mi felicitaci¨®n m¨¢s sincera a la Fundaci¨®n, que inicia ahora una labor importante y que ha de tener una significaci¨®n destacada en beneficio de esta Asturias querida, que llev¨® y llevar¨¦ siempre en lo m¨¢s profundo de mi coraz¨®n¡±.
En las palabras de aquel joven Pr¨ªncipe no estaba la zozobra de una democracia en peligro, ni la incertidumbre por un Gobierno descompuesto. Meses antes de la celebraci¨®n de los premios Pr¨ªncipe de Asturias, Espa?a estuvo unas horas en manos de su pasado. El golpe de Estado del 23-F fracas¨®, pero el ruido de militares insatisfechos se volvi¨® insoportable. En el mundo, los atentados terroristas contra los grandes l¨ªderes gobernaban todos los titulares: asesinato del presidente egipcio, Anuar el Sadat (6 de octubre de 1981); el Papa Juan Pablo II, herido de gravedad tras ser tiroteado en la Plaza de San Pedro por Ali Agca (13 de mayo de 1981); un demente hiri¨® al presidente estadounidense Ronald Reagan ¨Cuna bala le pas¨® muy cerca del coraz¨®n-. El loco dispar¨® seis veces al presidente cuando ¨¦ste sal¨ªa de dar una conferencia.
1982. Apuesta por la cultura y la educaci¨®n. La Espa?a del cambio ¨Cel PSOE gan¨® este a?o las elecciones generales con mayor¨ªa absoluta- cogi¨® al Pr¨ªncipe con 14 a?os y nueve meses. Su discurso en Oviedo se centr¨® en la bondad de los premios para un pa¨ªs mejor: ¡°En la cultura y en la educaci¨®n est¨¢ el secreto de que las relaciones entre los espa?oles conduzcan al progreso y a la paz que de coraz¨®n deseo para Asturias y para Espa?a".
1983. Un gui?o de afecto eterno a Latinoam¨¦rica, ¡°hermosa y plural¡±. En 1983, don Felipe comenz¨® a introducir en sus textos de los premios Pr¨ªncipe de Asturias palabras cargadas de afecto hacia Latinoam¨¦rica.
¡°A comienzos de junio pasado, en representaci¨®n de mi padre, el Rey, hice mi primer viaje a Am¨¦rica para asistir a la conmemoraci¨®n del cuatrocientos cincuenta aniversario de la fundaci¨®n de Cartagena de Indias. Para m¨ª ha sido algo inolvidable. A Am¨¦rica, hermosa y plural, prolongaci¨®n de nuestra patria m¨¢s all¨¢ de los mares, desear¨ªa volver una y otra vez¡±.
1985. ¡°Tender la mano, unir razas y pueblos¡±. Apenas dos minutos de terremoto reci¨¦n abierto el d¨ªa (jueves 19 de septiembre de 1985) dej¨® en la capital de M¨¦xico los da?os m¨¢s graves de toda su historia y cerca de 10.000 muertos. Unos d¨ªas despu¨¦s de la tragedia, el pr¨ªncipe Felipe (17 a?os) volv¨ªa al teatro de los premios en Oviedo: ¡°Sean mis primeras palabras en este acto para enviar desde aqu¨ª un mensaje de apoyo y de cari?o a M¨¦xico y a los mexicanos que viven, con entereza y valent¨ªa, momentos de angustia y de desgracia. Este empe?o de tender la mano al que necesita ayuda; de unir razas y pueblos; de fomentar la comunicaci¨®n entre los hombres; de vitalizar culturas y engrandecer los espacios comunes de la civilizaci¨®n, es tambi¨¦n el servicio al que la Fundaci¨®n est¨¢ entregada¡±.
El pr¨ªncipe de Asturias empez¨® a coquetear desde aquel a?o con la idea de una triple aspiraci¨®n de la juventud, una utop¨ªa en la que se sent¨ªa c¨®modo: ¡°La verdad, la belleza y la bondad, y la consideramos lejana, tal vez inalcanzable (¡)¡±. Todo para llegar a una conclusi¨®n que inspir¨® todas sus intervenciones: ¡°Sin hombres de ciencia, sin investigadores y profesores, sin artistas y poetas, sin personas de buena voluntad, las sociedades se mover¨ªan ciegas y torpes y acabar¨ªan muriendo¡±.
1986. ¡°Una monarqu¨ªa alejada de limitados o variables conceptos pol¨ªticos¡±. Con 18 a?os, don Felipe jur¨® ante las Cortes Espa?olas como heredero de la Corona. Aquella circunstancia, trascendente e hist¨®rica, atraves¨® su discurso de aquel a?o en el que Espa?a se integr¨® en Europa. El Pr¨ªncipe reivindic¨® la monarqu¨ªa y traz¨® su manual de uso: ¡°Una instituci¨®n que se caracteriza por su continuidad y su permanencia; que trasciende a las personas y que, tanto en el ¨¢mbito nacional como en el internacional, ha de estar por encima de situaciones transitorias y circunstanciales. Si en lo nacional, la Monarqu¨ªa ha de esforzarse en ejercer su misi¨®n constitucional para todos los espa?oles, en lo internacional tiende a extender sus sentimientos de amistad y sus deseos de paz a todas las naciones de la tierra, manteniendo con ellas las m¨¢s cordiales relaciones. Esta generalidad, este punto de vista amplio y generoso, que es consustancial con la instituci¨®n en la que me corresponde servir a Espa?a, ha de estar alejada de limitados o variables conceptos pol¨ªticos, para integrarse en el gran sentimiento inmutable de la armon¨ªa, de la paz, de los valores permanentes del arte y la cultura en su conjunto y en sus representaciones m¨¢s destacadas y valiosas¡±.
1987. ¡°La ret¨®rica in¨²til¡±. Seis a?os despu¨¦s de creados los premios Pr¨ªncipe de Asturias se a?adi¨® el deporte entre las disciplinas que merec¨ªan el galard¨®n. Don Felipe lo inaugur¨® con el mediofondista Sebastian Coe, s¨ªmbolo ¡°de la nobleza y el esp¨ªritu de exigencia que es connatural al atletismo¡±. Su discurso de ese a?o, en el que Espa?a vot¨® en refer¨¦ndum su permanencia en la OTAN (52,53% de s¨ªes), fue asesinado Olof Palme y se registr¨® en peor accidente nuclear de la historia de la humanidad en Chernobyl, termin¨® con un ataque a la ret¨®rica: ¡°Todos los premiados, sus vidas y sus obras, nos invitan a ser mejores en nuestras actividades. Los ideales de los hombres y de las sociedades no pueden limitarse a grandes declaraciones conceptuales y filos¨®ficas, porque si se quedasen en la pura ret¨®rica carecer¨ªan de toda utilidad¡±.
1988. ¡°El futuro se basa en el pasado y se llena de energ¨ªa en el presente¡±. ETA, que intentaba imponer su r¨¦gimen de terror en Espa?a con un asesinato cada tres d¨ªas, decret¨® un alto de 60 d¨ªas en su actividad criminal para dialogar con el Gobierno socialista en Argel. Eran tiempos oscuros en los que jueces y fiscales persegu¨ªan los cr¨ªmenes de Estado perpetrados por los GAL con el amparo del Gobierno de turno. En ese contexto llegaron los premios Pr¨ªncipe de Asturias, con don Felipe muy impactado con la experiencia que vivi¨® en las olimpiadas de S¨¦ul.
¡°El futuro no puede contemplarse como un salto en el vac¨ªo, como una locura o una aventura sin retorno. El futuro se basa en el pasado y se llena de energ¨ªa en el presente. Vosotros los premiados sois, como creadores, artistas y pensadores, quienes hab¨¦is de nutrir nuestra imaginaci¨®n para que los a?os venideros no nos asusten y en ellos la humanidad se haga m¨¢s plena y m¨¢s fecunda¡±.
1989. ¡°En Espa?a, el que resiste, gana¡±. ¡°No me corresponde a m¨ª emplear un tono doctoral y distante. Pero con naturalidad y sinceridad he de deciros que me siento comprometido profundamente con esta labor de la Fundaci¨®n del Pr¨ªncipe de Asturias que fomenta la cultura y tiende a promover la uni¨®n entre los pueblos. Asturias adquiere as¨ª un car¨¢cter universal. Desde aqu¨ª hemos de luchar por la superaci¨®n de las fronteras del atraso y sentirnos comprometidos con las exigencias de nuestra hora para poner las ciencias, las artes, los conocimientos de todo orden al servicio de la humanidad¡±.
Acudi¨® el Pr¨ªncipe a los premios de aquel a?o con un galard¨®n que hizo universal a Espa?a: Camilo Jos¨¦ Cela, premio Nobel de literatura: ¡°Quiero terminar estas palabras expresando mi honda satisfacci¨®n por la reciente concesi¨®n a Camilo Jos¨¦ Cela, Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras, del Premio Nobel de Literatura, galard¨®n del que, como todos los espa?oles, me siento orgulloso. Aprovecho esta ocasi¨®n para, desde aqu¨ª, reiterarle mi felicitaci¨®n y enhorabuena. Y plagiando su prosa, recuerdo lo que ¨¦l me aconsejaba en sus palabras de hace dos a?os: ¡°En Espa?a, y os lo digo, Alteza, porque sois joven y espa?ol, el que resiste gana¡±.
1990. ¡°Espa?a, solar de reencuentro con los sefard¨ªes¡±. En el d¨¦cimo aniversario de los premios, el Pr¨ªncipe dedic¨® un gui?o a la comunidad judia ¨Clas comunidades sefard¨ªes recibieron el premio de la concordia- y su pasado en Espa?a. ¡°La grandeza del mundo hisp¨¢nico es inseparable de la diversidad cultural de sus componentes, y la de los sefard¨ªes constituye, sin duda, parte entra?able de esta gran familia. A¨²n cuando tuvieron que abandonar su tierra en circunstancias dram¨¢ticas, supieron ser leales a ella, quiz¨¢s esperando que llegase un d¨ªa en que Espa?a fuera otra vez un solar de reencuentro para ellos. Desde el esp¨ªritu de concordia de la Espa?a de hoy, y como heredero de quienes hace 500 a?os firmaron el decreto de expulsi¨®n, yo los recibo con los brazos abiertos y con una gran emoci¨®n¡±.
Fue en este acto cuando el Pr¨ªncipe dedic¨® el primer recuerdo a quienes luchaban contra la injusticia en el mundo. ¡°Quisiera, por ¨²ltimo, dedicar un emocionado recuerdo a quienes, en las condiciones m¨¢s dif¨ªciles, luchan contra la ignorancia y la injusticia. Ignacio Ellacur¨ªa, Ignacio Mart¨ªn Bar¨®, Segundo Montes, Jos¨¦ Ram¨®n Moreno, Amando L¨®pez, Joaqu¨ªn L¨®pez y L¨®pez, Alba Ramos y Cristina Ramos rindieron el tributo de su vida por tan noble objetivo¡±.
Muchos a?os despu¨¦s, el Gobierno elimin¨® mediante una reforma legal de urgencia la posibilidad de juzgar en Espa?a cr¨ªmenes como el asesinato de cinco jesuitas espa?oles en El Salvador. Aunque el juez Eloy Velasco, instructor de esta causa, entendi¨® que aquel caso era un supuesto claro de asesinato terrorista y se agarr¨® a la ley para seguir investigando 25 a?os despu¨¦s.
En aquel 1990, el Pr¨ªncipe quiso concluir su discurso con un canto a la libertad y a la justicia: ¡°Porque pienso que entre todos debemos contribuir a la perfecci¨®n de una Espa?a basada en la libertad y la justicia, el respeto a la pluralidad de verdades, la lucha contra la pobreza, la enfermedad y la ignorancia, la protecci¨®n de la naturaleza, y la creaci¨®n de las condiciones necesarias para que, como en una ocasi¨®n dijo mi padre, el Rey, nuestra Patria sea una 'Espa?a prodigiosa en su capacidad creadora' en las Artes, las Ciencias y las Letras¡±.
1991. ¡°Cobarde y desalmado terrorismo¡±. Tres atentados ¨Cun militar muerto y tres heridos graves- golpean Madrid en la v¨ªspera de que el pr¨ªncipe Felipe acuda a Oviedo para premiar la excelencia de artistas, cient¨ªficos y periodistas. En el nacimiento de su discurso, don Felipe incluye la condena a ETA, cargada de rabia e impotencia. ¡°La satisfacci¨®n que hoy sentimos se ha visto empa?ada por unos hechos dram¨¢ticos. Quiero condenar con todas mis fuerzas los sangrientos acontecimientos ocurridos ayer en Madrid en los que ciudadanos inocentes perdieron la vida o sufrieron terribles mutilaciones como consecuencia de un cobarde y desalmado terrorismo asesino¡±.
1992. ¡°Pasemos de so?ar a poner en obra lo so?ado¡±. Fue el a?o en que la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias homenaje¨® la batalla contra el sida. ¡°La victoria sobre la gran tragedia del sida, una enfermedad que no s¨®lo desorganiza las defensas inmunol¨®gicas del cuerpo sino tambi¨¦n a la sociedad misma cuando se discrimina, margina o estigmatiza a quienes la padecen, es uno de los grandes retos de esta hora de la humanidad. Es hermoso ver c¨®mo una mujer, Elizabeth Taylor, en la cumbre del ¨¦xito, transforma su vida en sacrificio y encabeza, en continuada dedicaci¨®n, la m¨¢s importante organizaci¨®n mundial no gubernamental, la Fundaci¨®n Americana para la Investigaci¨®n sobre el Sida, para llevar sus nobles ideales a todos los rincones de la Tierra. Deseamos que este premio abra la esperanza entre quienes padecen la enfermedad, promueva la confianza en quienes puedan sentir el miedo a ella y sea tambi¨¦n un homenaje a todos aquellos que en tantos frentes luchan por vencerla¡±.
Y el a?o de la Expo de Sevilla, la capitalidad cultural de Madrid y los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona: ¡°Con especial emoci¨®n quiero recordar tambi¨¦n el momento en que tuve el honor de encabezar, llevando la bandera de Espa?a entre mis manos, la delegaci¨®n de deportistas de nuestro pa¨ªs en la inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona. Deseo que este recuerdo emocionado vaya acompa?ado de mi felicitaci¨®n a nuestros deportistas por sus ¨¦xitos, as¨ª como a tantos otros compatriotas que, a lo largo del a?o en que conmemoramos el Quinto Centenario del Descubrimiento de Am¨¦rica, han hecho posible, con su ilusi¨®n, entusiasmo, imaginaci¨®n y generosidad, que los espa?oles, como un d¨ªa pidi¨® Unamuno, pas¨¢semos de so?ar a poner en obra lo so?ado¡±.
1993. ¡°All¨ª donde hay miedo no existe la verdadera libertad¡±. Don Felipe se agarr¨® a la esperanza para su discurso del a?o en el que muri¨® su abuelo, Don Juan de Borb¨®n, hijo y padre de rey. ¡°Cuando alzamos la mirada ilusionadamente hacia el futuro nos vienen a la mente estos luminosos versos de Pedro Salinas: 'No rechaces los sue?os por ser sue?os. Todos los sue?os pueden ser realidad, si el sue?o no se acaba¡±.
La glosa a su abuelo fue as¨ª: ¡°La palabra concordia resume la vida y la obra de mi abuelo, Don Juan de Borb¨®n, pues dedic¨® sus mayores desvelos y sacrificios a construir la Espa?a de todos los espa?oles. Siento una honda tristeza al notar su falta. Bien s¨¦ con cu¨¢nto inter¨¦s y cari?o segu¨ªa cada a?o este acto. Por ello, esa llamada al coraz¨®n que a veces es el recuerdo, tiene hoy en m¨ª un eco de nostalgia, de amor y de soledad. Una soledad s¨®lo atenuada por la convicci¨®n de que su ausencia no es silencio: su legado moral y su invocaci¨®n permanente a la unidad y a la reconciliaci¨®n quedan entre nosotros para siempre como llama viva de amor a Espa?a.
ETA sigui¨® con sus cr¨ªmenes y la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias concedi¨® uno de sus galardones a Gesto por la Paz, una organizaci¨®n que trabajaba intensamente por el fin de la violencia terrorista y contra la intolerancia. ¡°Es m¨¢s f¨¢cil incitar al odio que desterrarlo y Gesto por la Paz est¨¢ haciendo mucho para desterrar el odio y para que la concordia prospere y fructifique en esa querida tierra. Sois los representantes de la nobleza de un pueblo que lucha sin armas para conseguir una sociedad m¨¢s pac¨ªfica y justa. Sois combatientes contra el miedo y por la libertad. Porque all¨ª donde hay miedo no existe la verdadera libertad. En este acto tan decididamente inspirado en la exaltaci¨®n de lo mejor de los seres humanos, uno mi voz a los que claman por la reconciliaci¨®n y exigen el cese de la violencia (¡). Afortunadamente, en esa tierra tan querida se ha acabado el tiempo del miedo, y ha comenzado el de la esperanza¡±.
1994: ¡°Creo en el sol, aunque no brille, creo en el amor, aunque yo no lo sienta¡±. El genocidio de Ruanda ocup¨® parte de la intervenci¨®n de este a?o para ensalzar a los misioneros que trabajaron en aquel infierno. ¡°Desde el humilde hospital de Kibuye, en el coraz¨®n de ?frica, la voz angustiada y valerosa de una hermana misionera, Pilar D¨ªez Espelos¨ªn, transmitida por tel¨¦fono, en directo y a trav¨¦s de la radio, alertaba al mundo del genocidio que se estaba produciendo en Ruanda, haciendo reverdecer la advertencia de Albert Camus de que no hay ya un solo sufrimiento aislado, una sola tortura en este mundo que no repercuta en nuestra vida cotidiana.
Los fanatismos raciales, que est¨¢n en el origen de la tragedia de Ruanda, junto con los ideol¨®gicos, los religiosos o los del nacionalismo extremista, est¨¢n llevando la guerra a extensas ¨¢reas de nuestro planeta. Los resultados de estos conflictos son desoladores, pues, a la vez que causan centenares de miles de v¨ªctimas inocentes, impiden el valioso y enriquecedor pluralismo de las culturas y la leg¨ªtima defensa de la identidad de los pueblos, que s¨®lo pueden florecer dentro de la convivencia pac¨ªfica, enlazando las diferencias por la concordia y las ideas opuestas por la tolerancia¡±.
Se ha querido reconocer con este premio, al mismo tiempo, la inmensa tarea desarrollada en todo el mundo por tantos y tantos misioneras y misioneros que, desde la fortaleza de su fe, su compasi¨®n y la alegr¨ªa de obrar bien, son capaces de vivir y hasta de morir por los dem¨¢s, como lo han demostrado recientemente dos hermanas, Esther Paniagua Alonso y Mar¨ªa Alvarez Mart¨ªn, asesinadas en Argelia¡±.
Este mismo a?o, los premios Pr¨ªncipe de Asturias buscaron tambi¨¦n la paz entre dos pueblos enfrentados; Israel y Palestina. As¨ª lo explic¨® el heredero de la Corona: ¡°Un proverbio de Sefarad -aquella Espa?a que quiso ser regazo de la armon¨ªa y de la convivencia entre ¨¢rabes, jud¨ªos y cristianos-, que habla de austeridad y de prudencia, dice que la flor m¨¢s poderosa nace, crece y vive en la sombra. As¨ª, al amparo de la discreci¨®n, sembraron el olivo de la paz estos dos excepcionales hombres que hoy homenajeamos al hacerles entrega del Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Cooperaci¨®n Internacional. Son el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, y el primer ministro de Israel, Isaac Rabin, dos personalidades hist¨®ricas que han tenido la valent¨ªa de atravesar el desierto de la guerra para llegar a la tierra prometida de la paz.
Creo en el sol, aunque no brille. Creo en el amor, aunque yo no lo sienta. Creo en Dios, aunque no pueda verlo. Por todo ello, desde lo m¨¢s hondo de nuestro coraz¨®n, queremos que se haga realidad en todos los hogares de vuestras patrias, tan queridas por los espa?oles, esta bell¨ªsima plegaria: 'Y enjugar¨¢ toda l¨¢grima de sus ojos, y no habr¨¢ ya muerte ni habr¨¢ llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado'. Shalom. Salam. Paz¡±.
1995. ¡°La felicidad es el acuerdo entre un ser y la existencia que lleva¡±
Con motivo del premio de Ciencias Sociales a los historiadores Miquel Balltori y Joaqu¨ªm Ver¨ªssimo Serr?o, don Felipe cit¨® El Quijote: ¡°Los historiadores deben ser puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el inter¨¦s ni el miedo, el rencor ni la afici¨®n, les haga torcer del camino de la verdad, cuya madre es la Historia, ¨¦mula del tiempo, dep¨®sito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir¡±.
Don Felipe introdujo en su discurso de los premios una defensa apasionada de la igualdad entre el hombre y la mujer aprovechando el galard¨®n concedido a Hassiba Boulmerka (atleta argelina campeona ol¨ªmpica de 1.500 metros en Barcelona 92 y campeona del mundo en 1995): ¡°Para los que amamos la convivencia respetuosa y en paz, y ¨¦sta es imposible sin la presencia permanente, activa y libre de la mujer (¡) La verdad no est¨¢ en la separaci¨®n sino en la uni¨®n, y en la idea, como pensaba Voltaire, de que 'la discordia es el peor de los males que aquejan al g¨¦nero humano, y ese mal s¨®lo tiene un remedio: la tolerancia".
1996. ¡°Adolfo Su¨¢rez, un hombre flexible, persuasivo, dialogante, amante de la libertad¡±. El porvenir de Espa?a, aquel 1996, estaba en otras manos distintas a las que hab¨ªan dirigido el pa¨ªs en los ¨²ltimos 14 a?os. Los socialistas perdieron el poder. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hab¨ªa formado el primer gobierno del PP en democracia.
Don Felipe se aplic¨® en una lecci¨®n de historia reciente para reivindicar la figura de Adolfo Su¨¢rez, premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Concordia: ¡°Los espa?oles vivimos a mediados de los a?os setenta un delicado y fundamental proceso de transici¨®n pol¨ªtica que llevaba consigo una profunda transformaci¨®n social. Era preciso conjugar arm¨®nicamente, sin tensiones ni violencias, dos tiempos diversos para asegurar la convivencia en paz en el camino hacia la democracia. Era preciso superar las diferencias del pasado y neutralizar viejos recelos para abrirse a un futuro de ilusiones compartidas.
Una tarea de esta ¨ªndole exig¨ªa un esfuerzo de concertaci¨®n a la que contribuy¨® decisivamente una persona dotada de flexibilidad, af¨¢n de di¨¢logo y de entendimiento, amor a la libertad, respeto a las ideas ajenas, mucho coraje y no poca capacidad de persuasi¨®n. Hac¨ªa falta alguien que, adem¨¢s de reunir estas infrecuentes virtudes, pusiera la vida en el empe?o. ?sta fue la obra de Adolfo Su¨¢rez, que hoy ha recibido el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Concordia¡±.
1997. ¡°Creer en una Espa?a que no se opone sino que dialoga, que no se enfrenta sino que escucha¡±. En el umbral del centenario de 1898, el Pr¨ªncipe de Asturias homenaje¨® a la Generaci¨®n del 98 e intent¨® sacar lecciones de aquella experiencia. ¡°Debemos a este grupo de escritores, pensadores y artistas, una lecci¨®n imborrable; la del amor a Espa?a y el reconocimiento gozoso de la diversidad que enriquece a nuestra naci¨®n. Las andanzas del vasco Unamuno por tierras castellanas, la sensibilidad de la mirada con que el sevillano Antonio Machado contempl¨® la meseta, los paisajes de la Espa?a interior revividos por el levantino Azor¨ªn, la visi¨®n dolorida y fraterna de las provincias de Castilla y Le¨®n que precisamente tuve el honor de recorrer esta primavera y que hoy tienden a consolidar su progreso tras duras pruebas seculares, son otros tantos ejemplos de lo que la fecha de 1898 desencaden¨®. Son tambi¨¦n una ense?anza permanente. Esta idea de armon¨ªa entre nuestras tierras que desarrollaron los noventayochistas ilumina el momento presente, porque es necesario seguir creyendo en una Espa?a que no se opone, sino que dialoga; que no se enfrenta, sino que escucha; que no silencia o se encierra, sino que viaja y se abre fraternalmente¡±
1998. ¡°Una nueva Europa que no se puede construir s¨®lo desde las relaciones econ¨®micas y comerciales¡±. El acuerdo sobre la moneda ¨²nica en Europa sirvi¨® al Pr¨ªncipe Felipe, europe¨ªsta convencido, para mostrarse esperanzado ante el nuevo proceso econ¨®mico que se abr¨ªa paso. ¡°Supone dar el paso a una Comunidad solidaria e irreversible para los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y sus ciudadanos. Representa adem¨¢s, tras siglos de desuni¨®n y guerra, una apuesta para, fortalecidos por la unidad, ser libres en la diversidad; una apuesta, en definitiva, por la paz. La transformaci¨®n econ¨®mica que significar¨¢ la moneda ¨²nica tendr¨¢ tambi¨¦n hondas consecuencias de alcance pol¨ªtico y social que afectar¨¢n profundamente al diario vivir de los europeos. Estamos ante un gran momento de la historia de la Humanidad, pues una Europa fuerte no s¨®lo es buena para los europeos. Lo es tambi¨¦n para el mundo. Esa nueva Europa no se puede construir s¨®lo desde las relaciones econ¨®micas y comerciales. Los nutrientes del esp¨ªritu europeo han de ser, adem¨¢s, la solidaridad para hacer frente al desempleo, la ayuda humanitaria, la cooperaci¨®n con los pa¨ªses m¨¢s pobres, la democratizaci¨®n de las instituciones pol¨ªticas supranacionales y la cultura com¨²n, esa cultura plural formada a su vez por tantas y tan ricas culturas nacionales¡±.
1999. ¡°Fin del milenio: Conseguir un mundo m¨¢s justo y solidario debe seguir siendo un objetivo prioritario¡±. ¡°Cuando estamos acerc¨¢ndonos al final de este milenio parece inevitable mirar hacia adelante, meditar acerca de lo que deseamos que sea el tiempo que nos aguarda, tratar de concebir los grandes principios que articular¨¢n la historia del ma?ana, recogiendo del pasado lo que tiene de eterno. Salen a nuestro encuentro de inmediato las grandes contradicciones, los vaivenes de la historia, las luces y las sombras que ti?en una civilizaci¨®n parad¨®jica, de progreso y degradaci¨®n, de respeto y humillaci¨®n, de belleza y fealdad absolutas. En el siglo que se aproxima a su fin, hemos logrado mejorar las condiciones de vida de millones de seres humanos que, gracias a la generalizaci¨®n de la educaci¨®n, la cultura y la sanidad, y al intenso desarrollo t¨¦cnico y cient¨ªfico, llevan una existencia m¨¢s digna.
Pero, al tiempo, hemos ahondado las diferencias entre ricos y pobres, entre dominadores y dominados, dejando a gran parte de la Humanidad condenada a la injusticia y la miseria. Nos resultan tristemente familiares los sufrimientos de aquellos para los que la sola menci¨®n de modernidad es un humillante sarcasmo. Y acaso porque nos importan cada vez m¨¢s el respeto a los derechos humanos, a la dignidad del individuo, la libertad de opini¨®n y pensamiento, el derecho al trabajo, somos m¨¢s conscientes de sus constantes violaciones y tambi¨¦n m¨¢s responsables de ellas.
Conseguir un mundo m¨¢s justo y solidario debe seguir siendo un objetivo prioritario de la acci¨®n humana. En la apoteosis de las comunicaciones planetarias es a¨²n necesario fortalecer la idea de que existe una sola Humanidad, muchas identidades y que todos en la Tierra debemos ser iguales en dignidad, derechos y deberes¡±.
En una intervenci¨®n tan solemne, en una v¨ªspera tan se?alada, el Pr¨ªncipe reiter¨® su compromiso a favor de la igualdad de la mujer: ¡°Quiero finalizar mis palabras haciendo referencia a lo que considero uno de los grandes logros de este siglo: la conquista por la mujer de sus derechos. Como bien sabemos, la mujer ha vivido a lo largo de la historia en un estado de permanente minor¨ªa de edad, marcada por la discriminaci¨®n y el sometimiento. Privadas de los derechos fundamentales, sin poder participar en la vida pol¨ªtica, econ¨®mica y cultural, salvo en contadas y espl¨¦ndidas excepciones, el acceso a la educaci¨®n y la conquista de la igualdad por parte de las mujeres del mundo, entre ellas las espa?olas, han permitido en buena medida la reparaci¨®n de esta absurda e injusta situaci¨®n. El siglo XX, que s¨®lo por los triunfos alcanzados merecer¨ªa pasar a la Historia como una centuria fundamental en el devenir de nuestra civilizaci¨®n, no ha podido ver culminados todos estos anhelos puesto que la dignidad de las mujeres y el respeto a su integridad siguen siendo vulnerados. Nos ilusiona pensar, no obstante, que la Espa?a que se adentra en el siglo XXI ser¨¢ construida, por primera vez en nuestra historia, y ya para siempre, con el esfuerzo, la creatividad y el talento unidos de las espa?olas y los espa?oles¡±.
2000: ¡°Un reinado innovador, moderno y cercano¡±. Con 32 a?os, don Felipe coron¨® su discurso de la vig¨¦sima edici¨®n de los premios con una apolog¨ªa al reinado de su padre: ¡°Perm¨ªtanme ahora, antes de finalizar estas palabras, que recuerde p¨²blicamente -con la alegr¨ªa y naturalidad de los gestos verdaderos- la proximidad de un aniversario de especial significaci¨®n para los espa?oles que apreciamos y agradecemos la obra conseguida de una Espa?a democr¨¢tica en paz y libertad. Hace 25 a?os que Su Majestad el Rey, con Su Majestad la Reina a su lado, comenz¨® un reinado que por innovador, moderno y cercano supo ocupar el lugar apropiado que la Historia y la convivencia democr¨¢tica y plural demandaba.
Es hermoso para m¨ª, aunque confieso que no f¨¢cil por la proximidad que nos une, evocar as¨ª Su obra desde esta querida Asturias, origen de tantas emociones, inquietudes e iniciativas que han contribuido, de manera fundamental a construir Espa?a. Desde aqu¨ª quiero resaltar Su entrega a la misi¨®n hist¨®rica, la prudencia que impulsa Su quehacer y Sus desvelos por ser, como en verdad es, el Rey de todos los espa?oles.
Con el aliento de la Corona, el amparo de la Constituci¨®n y el trabajo ilusionado de los espa?oles, Espa?a, con sus problemas, es hoy un Pa¨ªs que ha progresado enormemente unido en la libertad, respetado en el mundo, depositario de valores irrenunciables (¡). A Sus Majestades los Reyes por su decisiva contribuci¨®n a esta obra, les expreso mi m¨¢s profunda admiraci¨®n y gratitud como espa?ol y como hijo¡±.
2001. Atentados del 11-S en Estados Unidos: ¡°Que las llamas pac¨ªficas venzan a las llamas del horror y la muerte¡±. Dos meses despu¨¦s de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, el Pr¨ªncipe Felipe reflexion¨® sobre la tragedia y sus consecuencias en la tribuna de los premios que llevan su nombre: ¡°Todos nosotros hemos sido testigos tambi¨¦n del espanto producido por los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos, y de sus trascendentales consecuencias que nos afectan de tantas maneras. Antes que atemorizarnos, nos deben impulsar a la b¨²squeda de lo que nos une y nos salva; es decir, el amparo y la generalizaci¨®n universal de los derechos humanos, el respeto a las diferencias entre culturas y civilizaciones y el convencimiento de que el sentimiento religioso constituye una honda actitud ¨¦tica y espiritual que nos ayuda a ir al encuentro de los dem¨¢s. Evitaremos as¨ª que triunfen las interpretaciones fundamentalistas, tan injustas con la raz¨®n humana y con la propia religi¨®n a la que dicen defender.
No queremos que la historia de los hombres sea una vez m¨¢s la de sus guerras, sino la que se gu¨ªe por la voluntad de construir una comunidad universal en paz y libertad; un mundo donde no exista el terrorismo, cuya brutalidad y fanatismo, por desgracia, son bien conocidos para los espa?oles. Por eso reiteramos nuestro pensamiento de que su erradicaci¨®n debe ser una m¨¢xima prioridad de la comunidad internacional de naciones libres y democr¨¢ticas, pues ninguna causa, ning¨²n proyecto, ninguna aspiraci¨®n colectiva puede servir de argumento para practicar, alentar o justificar ninguna forma de violencia terrorista. Queremos un mundo, en definitiva, que se deje guiar por la tolerancia y la solidaridad. Nos lo ha dicho con bellas y sentidas palabras uno de nuestros premiados, el profesor Steiner: 'Todos los seres humanos deben aprender a vivir unos y otros como invitados de la vida. No hay sociedad, religi¨®n, ciudad o pueblo que no sean dignos de mejorar. Por la misma raz¨®n no hay ninguno que merezca ser abandonado cuando se imponen la injusticia o la barbarie'.
Que las llamas pac¨ªficas que hemos visto temblar en las manos de los habitantes de Manhattan venzan a las llamas del horror y de la muerte. Que las conciencias y las voluntades encuentren en Oriente Medio su cauce de concordia. Que sean las palabras vibrantes y emocionadas de los poetas las que nos iluminen en esta hora dif¨ªcil del mundo. Hoy m¨¢s que nunca, so?amos con una Humanidad para la que no exista el desaliento, en la que sea realidad la hondura expresada en estos versos: 'Que no se quiebre todav¨ªa el hilo sin fin de la esperanza y la memoria dure bajo la luz tendida de la tarde¡±.
2002. ¡°Uni¨®n no significa uniformidad, sino f¨¦rtil suma de variedades¡±. El nuevo siglo lleg¨® a Espa?a con nuevos fervores independentistas. Donde primero creci¨® ese impulso fue en Euskadi, cuyo Gobierno nacionalista aprob¨® un nuevo estatuto para erigir al Pa¨ªs Vasco como estado asociado a Espa?a.
El Pr¨ªncipe Felipe recalc¨® este a?o en los premios que llevan su nombre las bondades de la unidad, sin citar expresamente las tensiones territoriales que empezaba a sufrir Espa?a por los planteamientos de algunos gobiernos aut¨®nomos.
¡°De la uni¨®n, de la cooperaci¨®n, han surgido las grandes empresas humanas. Una uni¨®n que no significa uniformidad, sino f¨¦rtil suma de variedades, armon¨ªa de esfuerzos diferentes, de ideas distintas que conviven, se amalgaman y se enriquecen mutuamente. Si en cualquier lugar del mundo, si desde alg¨²n pueblo perdido en las monta?as de un remoto pa¨ªs, un solo ni?o, una sola ni?a ve esta ceremonia y siente el deseo de llegar a ser alg¨²n d¨ªa tan generoso, tan brillante, tan sabio como los que nos honran al recibir nuestros galardones, nuestro esfuerzo y nuestra dedicaci¨®n se habr¨¢n llenado de significado. Podremos entonces afirmar que esta ha sido, sin duda, una hermosa tarde, una tarde llena de esperanza¡±.
2003. ¡°Nunca antes Espa?a ha sido m¨¢s libre, m¨¢s pr¨®spera, m¨¢s capaz, m¨¢s admirada¡±. Los premios Pr¨ªncipe de Asturias destacaron este a?o al presidente de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva en el cap¨ªtulo de Cooperaci¨®n Internacional. Don Felipe aprovech¨® para citar a un escritor judio y su aventura en Brasil: ¡°A mediados del siglo pasado, su gran pa¨ªs deslumbr¨®, como a todos los que lo hemos visto por primera vez, al gran escritor jud¨ªo Stefan Zweig, que buscaba refugio en Am¨¦rica cuando Europa estaba a punto de sucumbir a la vieja barbarie de la guerra. Brasil le arrebat¨® el ¨¢nimo por su grandiosidad y hermosura, y sobre todo por la armoniosa convivencia entre las diferentes razas que lo pueblan. 'All¨ª -escribi¨® Zweig admirado-, el hombre no ha sido separado del hombre por absurdas teor¨ªas de sangre, raza y origen'. Y agreg¨®: 'Con ojos felices ante las mil formas de la belleza de aquella nueva naturaleza, vi el futuro'.
Hoy, se?or presidente, Brasil ha alcanzado un nivel de desarrollo muy apreciable que confirma el pron¨®stico de quien lo observ¨® entonces con tanta emoci¨®n, pero a¨²n no ha podido resolver enormes problemas causados por los desequilibrios sociales. Ahora, con su inspiraci¨®n y con el apoyo de su pueblo, ese admirado pa¨ªs se empe?a en proseguir por el ilusionante camino del progreso, bajo el signo de la justicia y contra la exclusi¨®n social¡±.
La Constituci¨®n, aprobada en 1978 por los espa?oles, cumpl¨ªa 25 a?os y el Pr¨ªncipe de Asturias aprovech¨® para alabar la convivencia de la pluralidad y la integraci¨®n de la mujer en todos los ¨¢mbitos de la vida social: ¡°Celebramos esta edici¨®n en el mismo a?o en que conmemoramos tambi¨¦n el vig¨¦simoquinto aniversario de nuestra Constituci¨®n, que naci¨® para que Espa?a fuera un lugar entra?able para la convivencia pac¨ªfica de nuestra enriquecedora pluralidad de culturas y sentimientos, y nunca espacio para la divisi¨®n, la insolidaridad o la discordia. Bajo su amparo y gu¨ªa, Espa?a ha liberado lo mejor de s¨ª misma y ha desplegado, con extraordinaria vitalidad, muchas de sus grandes posibilidades y lo m¨¢s esencial de sus recursos humanos, entre los que destaca, por su importancia, la integraci¨®n de la mujer en todos los ¨¢mbitos de la vida social, de los que tan injustamente hab¨ªa estado excluida¡±.
¡°Nunca antes Espa?a ha sido m¨¢s libre, m¨¢s pr¨®spera, m¨¢s capaz y admirada que en esta ¨¦poca iluminada por nuestra ley de leyes. Ha vuelto a ser ante el mundo una gran naci¨®n cuya historia es imprescindible para entender la historia de la humanidad.
Por eso, en este d¨ªa tan querido para m¨ª, quiero tener un recuerdo, impregnado de honda gratitud, para quienes hicieron posible nuestra Carta Magna y para los que sacrificada y lealmente la han desarrollado y aplicado. Para aquellos que, tras heredar una sociedad marcada por la guerra, tuvieron la nobleza de ¨¢nimo y la generosidad necesarias para hacer, de las Espa?as que helaban el coraz¨®n del gran poeta, la Espa?a democr¨¢tica en que vivimos; Todos ellos contribuyeron con lucidez y altura de miras a esa hermosa y noble tarea de la reconciliaci¨®n. Con esos mismos sentimientos recuerdo tambi¨¦n, con especial emoci¨®n, a quienes, v¨ªctimas de la intolerancia y del terrorismo, han perdido sus vidas defendiendo su libertad y la libertad de todos¡±.
2004. Atentados del 11-M: ¡°El terrorismo se erige como una de las mayores amenazas para el presente y el futuro¡±. El a?o m¨¢s tr¨¢gico en la reciente historia de Espa?a, con 191 muertos victimas del peor atentado terrorista conocido nunca en el pa¨ªs, coincidi¨® con la boda del Pr¨ªncipe.
¡°La ceremonia de este a?o adquiere para m¨ª un nuevo y emocionante significado, pues me acompa?a por primera vez mi esposa, la princesa de Asturias. A ella me un¨ª hace hoy cinco meses; un paso ilusionado de ambos por construir un hogar, formar una familia y compartir el hermoso af¨¢n de servir a Espa?a con plena entrega, leales a nuestra historia y comprometidos con el futuro de nuestra sociedad. Pero nuestra felicidad, que la queremos tambi¨¦n para todos, no nos hace olvidar, sin embargo, las tristes pruebas a las que la vida colectiva nos enfrenta, muchas veces como consecuencia de la acci¨®n fan¨¢tica e inhumana de grupos despojados de todo orden moral que, destilando odio y rencor, amenazan la vida en paz y la existencia misma de millones de personas en todos los continentes. As¨ª, el terrorismo con todas sus ramificaciones, modalidades y conexiones se erige en una de las mayores amenazas para nuestro presente y futuro.
Entre esos dolorosos recuerdos, ninguno tan imborrable para nosotros como el espantoso atentado terrorista del pasado 11 de marzo en Madrid, que de manera tan mort¨ªfera y brutal ensangrent¨® la pac¨ªfica convivencia de los espa?oles y provoc¨® un inmenso y conmovedor movimiento de solidaridad dentro y fuera de Espa?a. Hoy no queremos olvidar esa larga lista de v¨ªctimas que el terrorismo produce en todo el mundo con una menci¨®n especial de tantos compatriotas que han sufrido o sufren sus consecuencias.
Para hacer frente a estas amenazas contamos con el firme compromiso de luchar con la eficacia que nos proporcionan los instrumentos del Estado de Derecho y con la fortaleza de nuestras convicciones, entre ellas, la protecci¨®n y la defensa de los valores, bienes e ideales que nos definen como una sociedad libre y democr¨¢tica. Todo ello desde la solidaridad y lealtad que merecen todas las v¨ªctimas de la intolerancia, y la gratitud m¨¢s honda hacia quienes tienen el valor de arriesgar sus vidas para salvar las de los dem¨¢s¡±.
2005. ¡°Comprometido para acometer con ¨¦xito el futuro de Espa?a, de forma unida, solidaria y respetuosa con la riqueza de nuestra pluralidad y diversidad territorial¡±. En el 30? aniversario de la proclamaci¨®n de don Juan Carlos, su hijo volvi¨® a recordar todos sus m¨¦ritos en el discurso de entrega de los premios Pr¨ªncipe de Asturias: ¡° Creo que es particularmente oportuno rendir un tributo de reconocimiento y gratitud a Su Majestad el Rey, al que junto a tantos otros espa?oles de muy diversas generaciones, debemos la construcci¨®n de la Espa?a democr¨¢tica de nuestros d¨ªas.
Los espa?oles podemos estar leg¨ªtimamente orgullosos de este periodo de nuestra historia. La confianza que demostramos en nosotros mismos, al ser capaces de organizar nuestra convivencia en paz y libertad, y al mismo tiempo de ser sensibles a los cambios tan importantes que se han producido en el mundo, nos ha permitido vivir los a?os m¨¢s pr¨®speros de los que se tiene memoria. Una etapa que ha transformado a Espa?a en un pa¨ªs al fin protagonista de la modernidad, abierto y admirado en el mundo, con un bienestar creciente y convergente con los m¨¢s pr¨®speros de nuestro entorno. Un pa¨ªs, finalmente incorporado a la hoy Uni¨®n Europea, y que ha potenciado sus v¨ªnculos con todo el mundo, especialmente en el Mediterr¨¢neo y sobre todo con Iberoam¨¦rica.
La Corona, desde la proclamaci¨®n de Su Majestad el Rey, promovi¨® la devoluci¨®n de la soberan¨ªa nacional al pueblo espa?ol y el pacto constitucional. Como heredero de la Corona estoy firmemente comprometido con ese proyecto de convivencia al servicio de Espa?a. As¨ª, contando con el impulso integrador de la Corona, la Constituci¨®n nos ofrece el marco m¨¢s s¨®lido, as¨ª como los principios y valores para poder acometer con ¨¦xito el futuro de Espa?a, de forma unida, solidaria y respetuosa con la riqueza de nuestra pluralidad y diversidad territorial¡±.
2006. ¡°La b¨²squeda incansable y comprometida de una humanidad de hombres y mujeres libres¡±.? ¡°Los Premios y la Fundaci¨®n que los sustenta, a¨²nan en la historia de su ¨¦xito las mismas virtudes que han guiado la vida de los espa?oles durante los ¨²ltimos a?os: determinaci¨®n y prudencia, firmes convicciones, fe y confianza en nuestro proyecto com¨²n. La Princesa y yo vivimos felices al pensar que transmitiremos a nuestros hijos todo ese inmenso caudal de emociones y ense?anzas, todo este emotivo patrimonio de imborrables recuerdos. Porque queremos que as¨ª crezcan en sus corazones la esperanza, el anhelo de un mundo m¨¢s justo, la b¨²squeda incansable y comprometida de una humanidad de hombres y mujeres libres. Porque queremos, en fin, que ellos, como nosotros, crean tambi¨¦n en la luz aun antes de que despunte el alba¡±.
2007. ¡°Sigamos trabajando todos unidos¡±. Don Felipe quiso destacar en su discurso anual de los premios Pr¨ªncipes de Asturias el valor de la unidad: ¡°Nos reunimos en una noche como esta para recibir y honrar a hombres y mujeres que vienen de lugares muy distintos y lejanos del mundo, hablan diferentes lenguas, y se sienten parte de culturas, tradiciones y creencias muy variadas. No piensan igual; no pueden ser m¨¢s diversos. Pero, a pesar de sus diferencias estamos seguros de que es mucho lo que les une: Representan, por encima de todo, la lucha por los derechos fundamentales, especialmente por el derecho a la vida y a la dignidad de las personas; son defensores de la libertad y de los valores democr¨¢ticos; son capaces de convivir en la diferencia y consideran su propia diversidad como una fuente de enriquecimiento colectivo. En definitiva, son ejemplo vivo de lo que tambi¨¦n los espa?oles nos propusimos hace ahora treinta a?os para nuestro pa¨ªs y que seguimos construyendo para las futuras generaciones.
Como heredero de la Corona dedico y dedicar¨¦ a esta gran tarea todos mis esfuerzos. Sigamos trabajando todos unidos, poniendo nuestro mayor empe?o, en esa gran empresa de hacer de Espa?a una sociedad cada vez m¨¢s s¨®lida y cohesionada en torno a los principios y valores de nuestra Constituci¨®n¡±.
2008. La necesaria lucha contra el cambio clim¨¢tico. En el a?o de la concesi¨®n del premio de Comunicaci¨®n y Humanidades a Google, y el premio de los Deportes a Rafael Nadal, el Pr¨ªncipe Felipe se ocup¨® de los trastornos medioambientales del planeta: ¡°Uno de los problemas m¨¢s graves a los que se enfrenta la Humanidad es el de la preservaci¨®n del medio ambiente y la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Para ello reducir a niveles sostenibles nuestra dependencia de los combustibles f¨®siles, especialmente del petr¨®leo, y frenar el amenazador calentamiento global es uno de los mayores retos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos actuales¡±.
Para resaltar el premio a la Concordia, el Pr¨ªncipe busc¨® las palabras de un poeta: ¡°Unos hermosos versos de Salvador Espr¨ªu rezan as¨ª: 'Los hombres no pueden nunca ser si no son libres'. Es cierto: los seres humanos no podemos vivir sin libertad. Sobrevivimos sin ella, pero no vivimos con plenitud. Esta es la lecci¨®n m¨¢s profunda que podemos extraer de la experiencia de Ingrid Betancourt. Y quienes tenemos la fortuna de poder denunciar situaciones tan injustas y tan duras, debemos defender la dignidad, la felicidad y el bienestar del ser humano en libertad. Por todo ello, reconocemos esta tarde su heroica resistencia, su victoria, la ausencia de rencor en su coraz¨®n, la grandeza de su ¨¢nimo¡±.
2009. ¡°Necesitamos nuevas bases para crecer y generar empleo¡±. La ciudad de Berl¨ªn, 20 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda del Muro, recibi¨® el premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Concordia. Don Felipe se encarg¨® de explicar los motivos: ¡°Devastada por la guerra se convirti¨® en una ciudad fragmentada, dividida, repartida por los vencedores, seccionada en dos partes por un muro atroz que no s¨®lo dividi¨® a Berl¨ªn y a los berlineses, sino tambi¨¦n a todos los alemanes, a los europeos y al mundo. La ca¨ªda de aquel muro, despu¨¦s de tantos a?os oscuros, de sacrificios y de dolor, fue uno de los momentos m¨¢s emocionantes de los que hemos sido testigos con el que se abr¨ªa la puerta a la reunificaci¨®n alemana, algo que vivimos con especial j¨²bilo. Mientras los ciudadanos de Berl¨ªn, conmovidos, se abrazaban al cruzar aquella frontera que hab¨ªa sido construida para ser insalvable, las dos mitades de Europa, ve¨ªan tambi¨¦n empezar a derrumbarse los muros ideol¨®gicos que imped¨ªan mirar hacia un futuro de cooperaci¨®n e integraci¨®n en paz.
Hoy, Berl¨ªn celebra aquella fuerza imparable, hecha de esperanza y de valor, de perd¨®n y de concordia, que consigui¨® abatir el Muro; y ha recobrado vertiginosamente su antiguo esplendor y el brillo ¨Crealmente nunca del todo perdido¨C de su cultura y de su creatividad. Ha renacido en una ciudad otra vez llena de vida, amante del progreso y de la paz. El a?o en que se derrumb¨® el Muro se inaugur¨® una nueva ¨¦poca, tal vez m¨¢s incierta e imprevisible, pero m¨¢s humana y m¨¢s libre. Hoy Berl¨ªn es una gran capital europea, s¨ªmbolo sobre todo de esperanza: es amada por los j¨®venes, es una referencia mundial para quienes apuestan por todo cuanto suponga cultura, creatividad y convivencia¡±.
La crisis econ¨®mica en Espa?a ha provocado un colosal aumento del desempleo, y el Pr¨ªncipe introduce este a?o la palabra y la preocupaci¨®n en su discurso:
¡°El paro, que es la consecuencia m¨¢s dolorosa de la crisis econ¨®mica que vivimos, hiere nuestra dignidad como seres humanos y constituye nuestra principal preocupaci¨®n. Exige que los Estados faciliten a quienes se encuentran en esa situaci¨®n la necesaria protecci¨®n social, al tiempo que poner en marcha todos los medios precisos para que los j¨®venes puedan encontrar trabajo y los desempleados puedan reincorporarse cuanto antes a la vida laboral. En Espa?a, adem¨¢s, la crisis nos muestra que necesitamos nuevas bases para crecer y generar empleo, que hagan posible que los ciudadanos puedan desarrollar sus vidas y las de sus familias con dignidad, seguridad, y confianza en el futuro.
2010. ¡°Los tiempos de crisis nos obligan a redefinir proyectos y modos de vida¡±. La crisis econ¨®mica sigue golpeando a Espa?a, empeorando las condiciones de vida de sus ciudadanos y no se atisban esperanzas de mejor¨ªa en el inmediato futuro. El Pr¨ªncipe vuelve a insistir sobre este problema, y el de la corrupci¨®n, en su discurso de los premios en Oviedo: ¡°Los tiempos de crisis nos obligan tambi¨¦n a redefinir proyectos y modos de vida. Es en los momentos dif¨ªciles cuando los pueblos deben expresar m¨¢s claramente la altura de sus ideales, su lucidez y su grandeza de ¨¢nimo. Demos un mayor vigor e impulso a nuestra vida p¨²blica. Renovemos comportamientos y cambiemos actitudes. Generemos otra vez ilusi¨®n y confianza en proyectos que nos integren y cohesionen cada d¨ªa m¨¢s.
Y el camino es fortalecer nuestras instituciones, porque a trav¨¦s de ellas se pueden y deben articular las soluciones que esperan los ciudadanos. Pero tambi¨¦n debemos buscar la moderaci¨®n donde haya habido excesos; ¨¦tica donde haya habido abusos. Y actuar as¨ª con realismo, coraje y rigor a partir de la integridad, el esfuerzo y la cultura del trabajo bien hecho.
Dec¨ªa Ortega y Gasset que s¨®lo es posible avanzar cuando se mira lejos y s¨®lo cabe progresar cuando se piensa en grande. Est¨¢ en nuestras manos demostrar que los espa?oles de hoy no s¨®lo aprendimos aquella gran lecci¨®n de responsabilidad nacional, sino que podemos volver a ser ejemplo de capacidad, superaci¨®n y grandeza. Ellos lo consiguieron. Estoy convencido de que nosotros, que creemos en la gran realidad de Espa?a, podemos volver a conseguirlo. No teng¨¢is ninguna duda. Yo no la tengo¡±.
2011. Fin de ETA: ¡°La libertad y la raz¨®n se abren camino sobre la barbarie¡±. En el oto?o de 2011, ETA anunci¨® el fin definitivo de su actividad criminal, una noticia que Espa?a esperaba desde hace mucho tiempo. ¡°Quienes han martirizado durante tantos a?os a la sociedad espa?ola con su violencia terrorista asumen su derrota. Es, desde luego, una buena noticia. Es, sobre todo, una gran victoria de nuestro Estado de Derecho. Una victoria de la voluntad y determinaci¨®n de las instituciones democr¨¢ticas; del sacrificio y el trabajo abnegado, eficaz, de las fuerzas y cuerpos de seguridad; en definitiva, del conjunto de nuestra sociedad. En esta hora en la que la libertad y la raz¨®n se abren camino sobre la barbarie, quiero volver la mirada, querr¨ªa que todos unidos volvi¨¦semos la mirada, con inmenso cari?o y respeto hacia las v¨ªctimas, hacia su dolor y rendir el homenaje m¨¢s emocionado a su memoria, a su dignidad¡±.
El pr¨ªncipe de Asturias pas¨® de la buena noticia del fin de la actividad terrorista de ETA a la principal preocupaci¨®n instalada en Espa?a: ¡°Ciertamente, no es f¨¢cil este tiempo, pero es el nuestro, el que nos ha tocado vivir. Vivimos hoy una crisis ¨Cya larga- que nos afecta de pleno, con graves consecuencias en todos los ¨®rdenes, y cuyas dimensiones y complejidad est¨¢n poniendo a prueba nuestros modos de vida y nuestras capacidades. Si queremos resolver los desaf¨ªos que nos plantea, debemos actuar con decisi¨®n y valent¨ªa.
Ninguna gran naci¨®n puede abordar la crisis desde el pesimismo. Ninguna gran naci¨®n puede salir de ella sin el concurso de todos. Cumplamos cada uno con nuestras responsabilidades y promovamos un esp¨ªritu colectivo de superaci¨®n, ilusi¨®n y esperanza que descanse en las bases s¨®lidas que ya tenemos. Porque a lo largo de estas ultimas d¨¦cadas han sido muchos los ¨¦xitos y los logros que hemos alcanzado juntos, no sin sacrificios ni renuncias, y de ellos nos debemos sentir leg¨ªtimamente orgullosos.
Los espa?oles debemos ser conscientes de que estamos en una empresa com¨²n en la que hoy, m¨¢s que nunca, tenemos que estar unidos en torno a nuestros grandes objetivos nacionales y, muy especialmente, para afrontar ese gran reto que es recuperar el empleo. Recuperarlo a todos los niveles y, sobre todo, para los m¨¢s j¨®venes, que quieren, que tienen derecho, a que la sociedad les abra las puertas de la esperanza¡±.
2012. ¡°Nuestros pol¨ªticos tienen la gran tarea de dar respuesta a la crisis econ¨®mica¡±. ¡°Nuestros representantes pol¨ªticos tienen leg¨ªtimamente la gran tarea de encauzar y dar respuesta a los graves problemas que vivimos, especialmente a los derivados de la crisis econ¨®mica. No cabe mayor exigencia de compromiso y responsabilidad de los poderes p¨²blicos ante los ciudadanos. Los sacrificios que est¨¢n haciendo tantos espa?oles, la grave preocupaci¨®n e incertidumbre de otros muchos por su futuro, acent¨²an a¨²n m¨¢s ese deber de todas las instituciones del Estado de servir a los ciudadanos, de animar su vitalidad y confianza, atendiendo en todo momento a los intereses generales y teniendo como norte su bienestar.
Los espa?oles tenemos ante nosotros, en estos momentos, nuevos objetivos comunes en los que trabajar unidos, concentrando toda nuestra energ¨ªa para llevar a Espa?a por el camino del S.XXI: que ser¨¢, m¨¢s que nunca, el siglo del conocimiento, la ciencia, y las nuevas tecnolog¨ªas; de la innovaci¨®n, la comunicaci¨®n y la creatividad; tambi¨¦n el siglo de un humanismo renovado.
Esos objetivos implican grandes retos en un contexto internacional en el cual tenemos que ser conscientes de que, como respuesta a la imparable interdependencia, el mundo avanzar¨¢ cada vez m¨¢s hacia una mayor integraci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. Necesitaremos m¨¢s respuestas globales a los problemas que ya hace tiempo lo son. Esto supone afrontar enormes desaf¨ªos que solo podremos superar e influir en ellos a nuestro favor, si todos los espa?oles colaboramos y caminamos en la misma direcci¨®n¡±.
El Pr¨ªncipe utiliz¨® la crisis econ¨®mica como argumento para reivindicar la necesidad de la unidad de Espa?a para encarar este problema: ¡°En ese camino tambi¨¦n todos conocemos muy bien el valor de la convivencia. Desde el a?o 1978 millones de espa?oles hemos sido educados en libertad y democracia; hemos aprendido a expresar nuestras opiniones y a escuchar y valorar ideas distintas a las nuestras; tambi¨¦n a resolver nuestras diferencias respetando las leyes en el marco de nuestro Estado de Derecho, que tantos sacrificios nos ha costado alcanzar. Un futuro basado en el respeto y la confianza mutua entre todos los espa?oles y en el que podamos trabajar cada uno con su propia personalidad y con esp¨ªritu constructivo en una empresa com¨²n, en un mismo proyecto de convivencia¡±.
2013. ¡°No estamos en la Espa?a que entristeci¨® a Unamuno en la que vive cada cual solo entre los dem¨¢s¡±. ¡°A finales de julio pasado, un barrio de Santiago de Compostela, Angrois, nos dio a todos los espa?oles una lecci¨®n de coraje y solidaridad, de gran humanidad. Nada m¨¢s producirse aquel terrible accidente ferroviario, sus vecinos bajaron de inmediato a las v¨ªas del tren para salvar vidas; para ayudar a los heridos y colaborar con los servicios de emergencia; para consolar a los familiares.
La Princesa y yo, d¨ªas despu¨¦s, escuchamos con gran emoci¨®n su relato: con el coraz¨®n en un pu?o nos detallaban su dif¨ªcil experiencia y nos reconoc¨ªan humildemente tan solo haber cumplido con su deber, como seres humanos y como ciudadanos. Estoy convencido de que cualquier pueblo o ciudad de Espa?a hubiera actuado como Angrois en circunstancias igualmente tr¨¢gicas ¨Cy ejemplos no faltan. Pero ello no resta en nada el gran m¨¦rito de su actitud y el valor ejemplar de su acci¨®n.
No estamos, por otra parte en la Espa?a que entristeci¨® a Unamuno; en la que ¨Ccomo dijo¨C 'vive cada cual solo entre los dem¨¢s'. La solidaridad est¨¢ muy presente. Much¨ªsimos espa?oles est¨¢n dedicando una parte de su tiempo a ayudar a los dem¨¢s; y son tambi¨¦n muchos los j¨®venes voluntarios que han hecho del compromiso social su bandera¡±.
Don Felipe recogi¨® en este discurso los nuevos fen¨®menos de participaci¨®n social en la calle para debatir los asuntos p¨²blico: ¡°En la sociedad civil se debaten los asuntos p¨²blicos; se crean instituciones y foros con voluntad de aportar ¨Ccon esp¨ªritu constructivo¨Cideas y propuestas... No es una sociedad indiferente frente a la gesti¨®n de los intereses generales, frente a nuestro futuro. Tenemos una sociedad con vitalidad, con pulso¡±.
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