Retrato de un Rey
La semblanza de Felipe VI a trav¨¦s de ocho hitos que configuran su mundo
Se convertir¨¢ en rey de Espa?a a las 00.00 horas del 19 de junio, cuando entre en vigor la ¨²ltima ley que sancionar¨¢ su padre, la de su propia abdicaci¨®n. Felipe de Borb¨®n y Grecia reinar¨¢ como Felipe VI. Letizia Ortiz, la periodista con la que se cas¨® por amor hace diez a?os, ser¨¢ la nueva reina. La proclamaci¨®n ser¨¢ un acto solemne y austero en el Congreso. Los reyes m¨¢s j¨®venes de Europa han evitado los fastos de la proclamaci¨®n en Holanda, que costaron m¨¢s de diez millones de euros. Saben que les miran con lupa y que su mayor reto ser¨¢ vencer el desencanto de una poblaci¨®n esc¨¦ptica con las instituciones que no han sabido dar soluci¨®n a sus problemas durante la crisis.
elipe de Borb¨®n y Grecia
El nuevo rey de Espa?a es incapaz de decirle a nadie: "?Por qu¨¦ no te callas?" Y esa ser¨¢ una de las principales diferencias del reinado de Felipe VI y el de Juan Carlos I: el car¨¢cter opuesto de ambos monarcas. De aquella frase, dirigida al presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, y que le vali¨® a su padre uno de sus ¨²ltimos momentos de popularidad, se hicieron camisetas y hasta politonos, pero don Felipe nunca lo har¨ªa, del mismo, modo que, seg¨²n su entorno, es dif¨ªcil imaginarle cometiendo un error como la inoportuna cacer¨ªa en Botsuana por la que el monarca pidi¨® perd¨®n ante las c¨¢maras a todos los espa?oles. El car¨¢cter de Felipe de Borb¨®n, opuesto al de don Juan Carlos y muy parecido, por tanto, al de su madre, tiene pros y contras. Don Felipe carece del carisma o c¨¦lebre campechan¨ªa del monarca. No se permite la improvisaci¨®n. Cuando llega a un pa¨ªs, de viaje oficial, ha devorado antes toda la informaci¨®n que ha ca¨ªdo en sus manos, de forma que siempre es capaz de mostrarse interesado porque la documentaci¨®n le ha llenado de preguntas. Cuanto m¨¢s sabe, m¨¢s quiere saber. El nuevo rey de Espa?a, como la nueva Reina, es un pregunt¨®n.
jemplaridad
La Corona es una instituci¨®n sin poderes cuya raz¨®n de ser y primer cometido es, precisamente, el de dar buena imagen. La falta de ejemplaridad ha sido el gran factor de desgaste interno de la instituci¨®n, motivado, sobre todo, por el caso N¨®os, la gota malaya que erosiona el prestigio de la monarqu¨ªa desde que estall¨® el esc¨¢ndalo, en 2011. Don Felipe, antes muy unido a su hermana Cristina y su cu?ado, I?aki Urdangarin, cort¨® por lo sano. La pasada nochebuena ni ¨¦l ni do?a Letizia se sentaron a la mesa en la que los Reyes, los duques de Palma y la infanta Elena cenaron juntos. Siempre que han podido han evitado cualquier encuentro p¨²blico o privado con el matrimonio que lastra la imagen de la Corona. La Reina, a quien m¨¢s le ha costado mantener esa distancia, logr¨® juntarles el pasado marzo en Atenas, en el homenaje por el 50 aniversario de la muerte de su abuelo, pero apenas hablaron y al final, cuando hubo que posar para la foto de familia, los Pr¨ªncipes se colocaron en el extremo derecho, separados por 17 personas de la infanta Cristina. A don Felipe no le entra en la cabeza que alguien con la vida resuelta como su cu?ado se haya metido en este l¨ªo, que est¨¢ lejos de acabar. El juez Castro est¨¢ a punto de cerrar la instrucci¨®n del caso N¨®os y de decidir, por tanto, si mantiene la imputaci¨®n de la Infanta, que compart¨ªa con Urdangarin, al 50%, Aizoon, una de las sociedades a las que se desvi¨® dinero p¨²blico supuestamente malversado. Pero a Felipe VI le tocar¨¢ vivir el juicio y la posibilidad de que su cu?ado entre en la c¨¢rcel. ¡°El martirio¡±, como lo describi¨® el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, contin¨²a.
etizia Ortiz
La mujer que eligi¨® hace diez a?os como esposa y futura Reina representa, probablemente, el ¨²nico gesto de rebeld¨ªa que se conoce del nuevo Rey, que se enamor¨® de una periodista divorciada y no permiti¨® que nadie vetara su entrada en palacio. Una boda por amor con todas sus consecuencias. La nueva reina es la peor valorada de la familia (reyes y pr¨ªncipes) en las encuestas. A diferencia que su marido y su predecesora, ella no ha sido preparada durante toda su vida para el oficio, para la obligaci¨®n de enterrar la personalidad propia, disimular el aburrimiento, ocultar el enfado, aunque sea precisamente todo eso, su espontaneidad, lo que sedujo a un Pr¨ªncipe entrenado desde ni?o en el saber estar. Esa personalidad es un arma de doble filo, que puede servir para modernizar la instituci¨®n o para dar munici¨®n a quienes nunca han aprobado la elecci¨®n de don Felipe. Su boda, en cualquier caso, seg¨²n cuentan exempleados de La Zarzuela, sirvi¨® para definir al Pr¨ªncipe, hasta ese momento, ¡°un gran desconocido¡± para la opini¨®n p¨²blica, y el nacimiento de su primera hija, Leonor, que ser¨¢ la nueva Princesa de Asturias, para dar continuidad a la monarqu¨ªa. Do?a Letizia ha ayudado al Pr¨ªncipe a soltarse y a comunicarse mejor. Una de las actuaciones m¨¢s aplaudidas de don Felipe fue la que hizo en Buenos Aires, en la presentaci¨®n de la candidatura madrile?a a los juegos ol¨ªmpicos de 2020 y en la que utiliz¨®, por primera vez, una t¨¦cnica period¨ªstica, televisiva, para comunicar mejor: un prompter que le permit¨ªa mirar al frente, en lugar de a un papel, su discurso.
nquietudes y retos
Son muchos. ¡°Felipe no lo va a tener tan dif¨ªcil como su padre, porque los enemigos de su padre ten¨ªan tanques, y los de Felipe son compartidos, con el resto de instituciones, como los partidos pol¨ªticos¡±, explica un amigo de don Juan Carlos, que liga la posibilidad de recuperaci¨®n de la Corona a la del resto del sistema pol¨ªtico y la situaci¨®n econ¨®mica. Al nuevo rey le preocupa el desencanto general y especialmente, la distancia con una generaci¨®n de espa?oles que no oy¨® el ruido de sables ni tuvo miedo el 23 de febrero de 1981, cuando don Juan Carlos legitim¨® su reinado. Esa generaci¨®n post- 23-F fue la ¨²nica franja de edad que en una encuesta publicada por este peri¨®dico contest¨® mayoritariamente que preferir¨ªa una rep¨²blica presidida por una figura relevante a una monarqu¨ªa con don Felipe como rey. Y a esa generaci¨®n se ha dirigido el Pr¨ªncipe en muchos de sus ¨²ltimos discursos para pedirles reiteradamente que no se dejen arrastrar por la frustraci¨®n. Para intentar acercarse a los m¨¢s j¨®venes, la Corona ha recurrido a las herramientas que estos utilizan: ha estrenado nueva web, con un ¨¢rea especial para ni?os; un canal de televisi¨®n en el popular YouTube y cuenta en Twitter. El nuevo rey consulta habitualmente la red social as¨ª como los comentarios que los lectores hacen en las webs de los principales medios de comunicaci¨®n.
La otra gran inquietud es el desaf¨ªo soberanista. El 23-F del Pr¨ªncipe es Catalu?a, una de sus primeras preocupaciones, como muestran las seis visitas que ha hecho este a?o a la comunidad, cuando ya conoc¨ªa la decisi¨®n de su padre de cederle el trono. Don Felipe ser¨¢ proclamado rey a menos de cinco meses de la fecha fijada para la consulta, que el presidente de la Generalitat asegura que se va a celebrar, y el del Gobierno descarta rotundamente. El reto del nuevo rey es lograr que ambas partes dialoguen y se entiendan, pero sin sobrepasar el escaso margen de maniobra que le otorga la Constituci¨®n cuando dice que el Rey ¡°arbitra¡± o ¡°modera¡±.
r¨ªncipe de Asturias
La entrega de estos premios, creados en 1981 para dar visibilidad al Pr¨ªncipe y ponerle en contacto con intelectuales, brindaba cada a?o la oportunidad de escuchar el pensamiento de don Felipe en el ¨²nico de sus discursos del a?o que se escribe en La Zarzuela y no en el Gobierno. En la ¨²ltima edici¨®n, el pasado octubre, el Pr¨ªncipe declar¨® la guerra al desencanto en un discurso que probablemente se parezca mucho al que pronunciar¨¢ el d¨ªa de su proclamaci¨®n. Pidi¨® a los espa?oles que intentaran sobreponerse a las dificultades, que hicieran frente al pesimismo, a la frustraci¨®n y a la desconfianza. ¡°No podemos permanecer indiferentes o inm¨®viles: debemos reaccionar. Me gustar¨ªa animar a que todos ayudemos a superar, y s¨¦ que no es f¨¢cil, ese estado de ¨¢nimo. Lo que de verdad necesitamos es recuperar la ilusi¨®n¡±, dijo. Para el nuevo rey son esos espa?oles que ¡°cada d¨ªa batallan para salir adelante con honestidad, con esfuerzo, con valent¨ªa y con humildad¡± los que hacen que Espa?a sea ¡°una naci¨®n por la que vale la pena luchar¡±.
quipo
En la Zarzuela no hay Casa del Pr¨ªncipe, solo una Casa del Rey que dirige las actividades de toda la familia real. En otras casas reales europeas s¨ª existe una oficina espec¨ªfica del heredero, pero la espa?ola ha descartado siempre esta opci¨®n para evitar duplicidades, descoordinaci¨®n o incluso competici¨®n de equipos. Cuando don Felipe regres¨® de EEUU tras completar su formaci¨®n acad¨¦mica, La Zarzuela contrat¨® a Jaime Alfons¨ªn (Lugo, 1956), abogado del Estado, para empezar a perfilar la figura y funciones del heredero, que no estaban escritas en ning¨²n sitio. De eso hace 19 a?os. Antes de entrar en palacio, Alfons¨ªn, un hombre discreto, casi invisible, y temeroso de los medios de comunicaci¨®n, hab¨ªa trabajado en Hacienda, el Ministerio de la Presidencia, el Tribunal Supremo, un banco y un despacho de abogados. La Constituci¨®n establece que el Rey ¡°nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa¡± y lo m¨¢s probable es que Felipe VI no prescinda de quien ha sido su sombra en los ¨²ltimos 19 a?os para formar a su nuevo equipo, en el que pretende incluir alguna mujer ¨Cahora no hay ninguna en los puestos de alta direcci¨®n- y responder al deseo del monarca que, al anunciar su decisi¨®n de abdicar, explic¨® que lo hac¨ªa convencido de que lo mejor para Espa?a era ¡°dejar la primera l¨ªnea a una nueva generaci¨®n¡± .
isto desde fuera
Dos d¨ªas despu¨¦s del anuncio de la abdicaci¨®n, Marruecos manifest¨® en un comunicado su intenci¨®n de reforzar las ¡°estrat¨¦gicas relaciones¡± entre ambos pa¨ªses y el ministro portavoz del Gobierno de Rabat, Al Jalfi, se mostr¨® convencido de que ¡°es voluntad de los dos reyes¡± continuar con las excelentes relaciones que don Juan Carlos ha tenido tradicionalmente con Mohamed VI. Marruecos ser¨¢, probablemente, uno de los primeros pa¨ªses que visite el nuevo rey. El presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, declar¨® que el Pr¨ªncipe ¡°est¨¢ en condiciones de asegurar la continuidad y la estabilidad en Espa?a¡± y el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, asegur¨® que ser¨¢ ¡°un modelo de cohesi¨®n y confianza¡± y mantendr¨¢ ¡°el compromiso de Espa?a para una Uni¨®n Europea fuerte¡±.
El pasado enero, tras la angustiosa intervenci¨®n del Rey en la Pascua Militar, que ley¨® con muchas dificultades un discurso de apenas tres folios, algunos diarios extranjeros escribieron art¨ªculos sobre la situaci¨®n del monarca y el papel del heredero. Por ejemplo, el alem¨¢n Der Spiegel le describ¨ªa de esta manera: ¡°M¨¢s aburrido en comparaci¨®n que su carism¨¢tico padre pero puede que precisamente por eso sea el rey adecuado para un pa¨ªs que est¨¢ cansado de sus extravagancias¡±. The Financial Times le present¨® como ¡°un pr¨ªncipe diligente que goza de amplia popularidad¡± y el franc¨¦s Lib¨¦ration le situ¨® como la esperanza de la monarqu¨ªa. ¡°Se ha ganado el afecto de los espa?oles a medida que estos se alejan de su padre¡±, dec¨ªa. Tras el anuncio de la abdicaci¨®n de don Juan Carlos, The New York Times destac¨® que don Felipe hab¨ªa logrado permanecer ajeno a los esc¨¢ndalos de la familia real; El franc¨¦s Le Figaro titul¨® la noticia de la abdicaci¨®n: ¡°Felipe y Letizia, los salvadores de la Monarqu¨ªa espa?ola. En la misma l¨ªnea, el brit¨¢nico The Guardian le describi¨® como ¡°la mejor esperanza de la monarqu¨ªa espa?ola¡±; en Holanda, el diario De Telegraaf subray¨® el ¡°perfil humano¡± del nuevo rey; el portugu¨¦s Jornal de Noticias titul¨®: ¡°Un trono moderno para Espa?a¡± con una foto en la que parec¨ªa junto a su esposa, la primera reina de clase media. Y el austriaco Der Standard le calific¨® como ¡°comprometido, humilde y trabajador¡±.
beroam¨¦rica
Los viajes a Latinoam¨¦rica para asistir a cada una de las tomas de posesi¨®n de los nuevos mandatarios fueron una de las primeras asignaciones del Pr¨ªncipe para perfilar su imagen de heredero. Desde 1996, ha acudido a 69 ceremonias de transmisi¨®n del mando presidencial de los jefes de Estado iberoamericanos. El d¨ªa que su padre explic¨® en un mensaje televisivo su decisi¨®n de abdicar, el Pr¨ªncipe acababa de regresar de la ceremonia de toma de posesi¨®n del nuevo presidente de El Salvador, Salvador S¨¢nchez Cer¨¦n. Solo este a?o, don Felipe ha viajado a Honduras, Chile, Brasil, Costa Rica y El Salvador, para asistir a la toma de posesi¨®n de Juan Orlando Hern¨¢ndez, Michelle Bachelet, Luis Guillermo Sol¨ªs y S¨¢nchez Cer¨¦n, respectivamente. Don Felipe, como ha recordado su padre, mantendr¨¢ ¡°firme¡± su compromiso con Latinoam¨¦rica y con la cita que don Juan Carlos impuls¨® en 1991, la primera cumbre iberoamericana de jefes de Estado y Gobierno para estrechar v¨ªnculos econ¨®micos y culturales.
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