Euskadi busca su relato sobre ETA
Historiadores preparan, por encargo del Gobierno vasco, un dictamen sobre el pasado terrorista
A los dos a?os y medio del cese definitivo del terrorismo etarra, muchos se preguntan lo mismo que la madre de Jorge Diez Elorza, el ertzaina asesinado por ETA en febrero de 2000 junto con el dirigente socialista vasco Fernando Buesa, durante un acto de homenaje a las v¨ªctimas de aquel crimen: ¡°?Qui¨¦n escribir¨¢ la historia? ?Dejaremos que sean quienes mataron a Jorge los que la escriban? ?Esas decenas de a?os ser¨¢n recordadas como un tiempo de horror o de lucha heroica, como pregona el que fue entorno de ETA?¡±.
Para conformar un relato democr¨¢tico, el Gobierno vasco ha encargado a un grupo de historiadores de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) que elaboren para final de a?o un dictamen sobre los ¨²ltimos 50 a?os de la vida en Euskadi, marcada por el protagonismo del terrorismo etarra. La etapa analizada abarcar¨¢ desde 1968, a?o en el que la banda cometi¨® su primer asesinato, hasta hoy, un tiempo marcado por el cese definitivo de la violencia terrorista.
La iniciativa se une a otras, surgidas tras el cese definitivo de ETA, como el Plan de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, el mapa de v¨ªctimas del terrorismo ¡ªen el que trabaja la asociaci¨®n Covite¡ª, un informe sobre v¨ªctimas policiales y otras iniciativas que confluir¨¢n en el Instituto de la Memoria.
Nuestro papel es evitar un cierre en falso Antonio Rivera, catedr¨¢tico
¡°No se puede pasar p¨¢gina sin m¨¢s con el argumento de que hay que mirar hacia adelante¡±, se?ala Antonio Rivera, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, exviceconsejero de Cultura del Ejecutivo socialista de Patxi L¨®pez, y uno de los encargados de elaborar el dictamen. ¡°El papel de los historiadores es evitar un cierre en falso. El terrorismo no ha sido el resultado de un conflicto entre vascos. Ha socavado las bases de la democracia. Ha habido un totalitarismo de ETA, que ha querido imponer su proyecto a la sociedad, y eso hay que dejarlo claro si queremos asentar la sociedad del futuro. Tenemos que dar una respuesta para las generaciones futuras a la interrogante de por qu¨¦ pudo pasar lo que pas¨®¡±, sostiene.
Rivera forma parte del Instituto de Historia Social Valent¨ªn de Foronda, el centro adscrito a la UPV, responsable de elaborar el dictamen. El encargo del Ejecutivo vasco se formaliz¨® a trav¨¦s de una enmienda a los presupuestos generales de la comunidad aut¨®noma que fue presentada por el Partido Socialista de Euskadi y asumida y aprobada por el Ejecutivo del PNV, y que preve¨ªa la financiaci¨®n necesaria para la elaboraci¨®n del informe. En el proyecto trabajan fundamentalmente, junto a Rivera, el catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea Luis Castells y los investigadores Jos¨¦ Antonio P¨¦rez y Ra¨²l L¨®pez Romo.
El dictamen, que pretende ser breve, por debajo del centenar de folios, se centrar¨¢ en el impacto social del terrorismo en cinco etapas: dictadura (1968-1975), Transici¨®n (1976-1981), consolidaci¨®n democr¨¢tica (1982-1994), socializaci¨®n del sufrimiento (1995-2011) y final de ETA, desde 2011 hasta hoy. Ir¨¢ acompa?ado de relaciones bibliogr¨¢ficas exhaustivas, fondos audiovisuales, fotogr¨¢ficos y una base de datos actualizada que identificar¨¢ a cada v¨ªctima y el tipo de comportamiento que desarrollaron la sociedad y las diferentes entidades (Administraciones, partidos) como protesta.
Rivera cree necesario hacer historia de los a?os de plomo. ¡°Si la memoria es personal, los poderes p¨²blicos deben definirse sobre si en el Pa¨ªs Vasco asistimos con el terrorismo de ETA a un movimiento de liberaci¨®n nacional o a uno totalitario y a partir de ah¨ª fijar las bases de la sociedad del futuro¡±, sostiene. ¡°El que gane la batalla de la memoria, ganar¨¢ la batalla de estos 50 a?os¡±.
Castells abunda en la necesidad de un relato com¨²n sobre la base de otras experiencias hist¨®ricas: ¡°El Holocausto en Alemania, la resistencia al Gobierno colaboracionista de Vichy en Francia o ante el fascismo en Italia constituyen hitos sobre los que se construy¨® una conciencia antifascista que contribuy¨® a que el terrorismo de los a?os setenta y ochenta (Baader-Meinhof, Brigadas Rojas) fuera marginal¡±.
¡°Hay mucha literatura sobre ETA, pero no est¨¢ articulada¡±, a?ade Rivera. ¡°Lo que pretendemos es poner una pica en Flandes para proyectar todo un futuro de investigaciones como las que han desarrollado colectivos universitarios en lugares como Irlanda del Norte y que se echan en falta en nuestra universidad p¨²blica vasca. Aunque ha pasado poco tiempo desde el cese definitivo de ETA, ya es momento de empezar a hacer historia. La gente en el Pa¨ªs Vasco quiere olvidarse del drama del terrorismo porque tard¨® mucho tiempo en reaccionar; reaccion¨® de manera masiva a partir de la segunda mitad de los a?os noventa, cuando todo el mundo se sinti¨® amenazado por la estrategia de ETA de socializar el sufrimiento¡±.
El informe estar¨¢ concluido a final de a?o y abarcar¨¢ desde 1968 hasta hoy
Para Castells, la cifra de m¨¢s de 800 v¨ªctimas mortales que ha provocado ETA da prueba de ¡°la intensidad con que se vivi¨® la violencia que gener¨® ETA principalmente¡± y de ¡°un terrorismo que ha dejado muchos traumas en su siniestro recorrido, de manera que ser¨ªa propio de una sociedad abyecta e inmoral considerar que no ha ocurrido nada extraordinario en nuestra reciente historia¡±.
Un problema que se ha planteado en Euskadi y en Irlanda tras el final del terrorismo, a diferencia de lo ocurrido en Alemania, Francia o Italia tras la Segunda Guerra Mundial, es que ¡°las formaciones pol¨ªticas herederas de grupos terroristas tienen una s¨®lida presencia parlamentaria¡±, se?ala Castells. ¡°No se sale de una ¨¦poca traum¨¢tica con una interpretaci¨®n consensuada sobre lo que ha supuesto la violencia en nuestro pa¨ªs sino con varias visiones sobre el pasado y sobre la funci¨®n desempe?ada por organizaciones como ETA, que ha sido derrotada policialmente, pero no lo ha sido su discurso¡±.
Rivera explica que ¡°ya suced¨ªa en el pasado con las treguas de ETA que la izquierda abertzale sub¨ªa espectacularmente en las elecciones. (...) Siempre tuvieron un apoyo social y yo a?adir¨ªa que hoy la integraci¨®n de Eusko Alkartasuna en Bildu-EH le ha abierto la puerta a las clases medias nacionalistas¡±, opina. ¡°La violencia de los grupos terroristas parapoliciales o los abusos policiales hay que condenarla como vulneraci¨®n de los derechos humanos, pero la violencia de ETA tiene la singularidad de responder a un proyecto pol¨ªtico totalitario, de imposici¨®n a la sociedad vasca y, m¨¢s all¨¢ de que su n¨²mero de v¨ªctimas fue muy superior, ejerci¨® un car¨¢cter troncal en el terrorismo en el Pa¨ªs Vasco y fue quien marc¨® el inicio y el final de la etapa terrorista¡±.
Otra cuesti¨®n clave es si el recuerdo de los a?os de plomo puede ser negativo porque puede reabrir heridas y obstaculizar la convivencia. Castells considera que la izquierda abertzale debe realizar un reconocimiento autocr¨ªtico de su complicidad con ETA en el pasado para contribuir a una necesaria deslegitimaci¨®n del terrorismo que ayude a cerrar las heridas. ¡°Tiene muchas dificultades para hacerla porque supone reconocer el error de su trayectoria durante muchos a?os. Pero es el ¨²nico camino¡±.
Las v¨ªctimas del terrorismo, finalmente, son otra clave de la historia. Todos coinciden en que los planteamientos de las v¨ªctimas del terrorismo son plurales y en la necesidad de que la izquierda abertzale haga un reconocimiento del da?o causado, como antesala para la convivencia. A la par, consideran que los poderes p¨²blicos, instituciones y partidos, deben contribuir con su discurso a la convivencia sin buscar rentabilidad pol¨ªtica del dolor de las v¨ªctimas.
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