Inquietud en Mallorca por la continuidad del veraneo real
La estancia de los Reyes en Marivent est¨¢ a¨²n en el aire
La abdicaci¨®n de Juan Carlos I ha sembrado la inquietud entre las fuerzas vivas de Baleares, que sospechan que el rey Felipe VI no continuar¨¢, o reducir¨¢ al m¨¢ximo, la tradici¨®n de pasar sus d¨ªas de descanso veraniego en el palacio de Marivent, adonde la Familia Real lleva acudiendo sin interrupci¨®n desde 1973. Empresarios y pol¨ªticos insulares est¨¢n ejerciendo una presi¨®n discreta para que Mallorca conserve su condici¨®n de destino vacacional preferente de los Reyes de Espa?a. El hecho de que Palma dejara de ser capital oficiosa de Espa?a durante el mes de agosto ir¨ªa m¨¢s all¨¢ de lo puramente simb¨®lico y se traducir¨ªa en un impacto negativo para el turismo y la econom¨ªa de la isla.
¡°Hay que hacer lo posible para que el Rey venga a la isla¡±, afirma Gabriel Escarrer hijo, consejero delegado de Meli¨¤ Hotels. ¡°Nos lo tenemos que ganar¡±. Desde el Gobierno balear se mantiene la preocupaci¨®n, pero al mismo tiempo se conf¨ªa en que los lazos sentimentales que unen a don Felipe a Mallorca, al sol, al mar y a las regatas, hagan que todo siga m¨¢s o menos igual. En Palma se supone que tendr¨¢ mucha influencia la opini¨®n de la reina Letizia, no acostumbrada de ni?a, como su marido, al ambiente de regatas y navegantes. Los hosteleros temen que do?a Letizia prefiera, por costumbre y por su origen asturiano, frecuentar zonas menos c¨¢lidas y visitar, m¨¢s de inc¨®gnito, otros destinos con sus hijas. La Zarzuela, de momento, no se ha pronunciado. Durante el reinado de Juan Carlos I muchos otros destinos espa?oles se ofrecieron para acoger a la familia real, pero la costumbre y los imperativos de seguridad pesaron para evitar los cambios.
Este a?o se da por descontado que las visitas oficiales de los nuevos Reyes al extranjero y a otras comunidades aut¨®nomas obligar¨¢n a recortar su estancia en las islas. En los ¨²ltimos a?os, la presencia de don Felipe en Marivent ya se hab¨ªa visto reducida, en parte por sus viajes a Latinoam¨¦rica para asistir a tomas de posesi¨®n de mandatarios.
Con las estancias del Rey en el complejo de Marivent, cedido por las instituciones baleares y que cuenta con tres residencias aut¨®nomas, Mallorca ha disfrutado de un notable escaparate internacional. Cada agosto fluy¨® un notable caudal de im¨¢genes por las visitas de personalidades de rango internacional y las tradicionales actividades deportivas de todos los regios personajes y de sus parientes. Adem¨¢s, las audiencias y las posteriores declaraciones de los presidentes del Gobierno, en sus despachos fijos de Marivent, generaron noticias de calado.
Este a?o se da por descontado que los viajes oficiales ocupar¨¢n a los Reyes
El palacio palmesano, que tiene un coste de mantenimiento anual de 1,4 millones de euros, es mucho m¨¢s que una residencia veraniega. Don Juan Carlos trasladaba all¨ª su despacho y ejerc¨ªa desde ¨¦l las funciones de jefe del Estado. Cada verano, el Rey despachaba una o dos veces en Marivent con el presidente del Gobierno. La Zarzuela esquivaba el t¨¦rmino ¡°vacaciones¡± e invitaba a los cronistas a resaltar que se trataba de una ¡°estancia¡± privada y de descanso. Desde all¨ª el Monarca saliente mantuvo m¨²ltiples reuniones y comunicaciones, por radio y tel¨¦fono, para cuidar sus fluidas relaciones internacionales.
El Rey recibi¨® como hu¨¦spedes VIP en Mallorca a grandes personalidades, mandatarios y figuras mundiales, desde el pr¨ªncipe Carlos y lady Di hasta Michelle Obama, Bill Clinton, el exl¨ªder ruso Gorbachov, el heredero del emperador del Jap¨®n, los antiguos Reyes de B¨¦lgica, el excanciller alem¨¢n Gerhard Schr?der y el extinto Hugo Ch¨¢vez, entre muchos otros. Las relaciones con otras casas reales europeas y ¨¢rabes se cuidaron especialmente.
La preocupaci¨®n se extiende a la presencia de don Juan Carlos
La inquietud se extiende a la presencia del propio don Juan Carlos, al que su debilitada salud alej¨® de las competiciones de vela hace ya dos a?os. El Monarca saliente renunci¨® en 2013 a su yate Fortuna, pagado por un grupo de empresarios y el Gobierno balear para agradecerle su presencia y promoci¨®n de las islas. Cerca del mar, pero sin barcos, el Rey se siente desplazado, recluido en Marivent.
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