La vuelta a la vida lejos del esca?o
Cinco expol¨ªticos que retomaron su antigua profesi¨®n cuentan su 'descenso' a lo privado


El d¨ªa que Gerardo Iglesias volvi¨® a picar carb¨®n en la mina asturiana, tras 12 a?os de excedencia dedicados a dirigir el Partido Comunista e Izquierda Unida, trabaj¨® como uno m¨¢s, sin que sus antiguos compa?eros le recibieran de forma especial. ¡°La gente de la mina es parca en palabras¡±, zanja. Iglesias, que aquel 20 de noviembre de 1989 ten¨ªa 44 a?os, s¨ª not¨® que el pico parec¨ªa pesar bastante m¨¢s que antes, y que el duro trabajo f¨ªsico en el subsuelo poco ten¨ªa que ver con el de las alturas pol¨ªticas. ¡°Uno se da cuenta hasta qu¨¦ punto se vive en un mundo irreal¡±. El minero volvi¨® a su vida anterior a la pol¨ªtica, como a partir de septiembre har¨¢ Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, cuando regrese a las aulas universitarias que abandon¨® hace casi tres d¨¦cadas. Cinco expol¨ªticos que no utilizaron la puerta giratoria (que no se valieron de su cargo p¨²blico para lograr un trabajo) relatan c¨®mo es ese descenso a lo privado.
Gerardo Iglesias (Asturias, 1945) no tuvo mucha fortuna en su regreso a la mina. Al poco tiempo sufri¨® un accidente mientras trabajaba que le oblig¨® a retirarse y a someterse a cinco operaciones de espalda. Pero ese era su lugar. ¡°Era el destino que me dio la vida, por nacer en una familia de mineros. Era mi profesi¨®n, yo no ten¨ªa t¨ªtulos. Mi universidad hab¨ªa sido la c¨¢rcel¡±, recuerda. El exdirigente comunista sinti¨® que la vuelta al trabajo le ¡°refresc¨® las ideas¡±. ¡°Cuando uno pasa mucho tiempo dentro del sistema de los partidos pierde la perspectiva. La militancia condiciona mucho el pensamiento individual¡±.
En ese cambio en la visi¨®n de las cosas coinciden varios de los exdirigentes. ¡°Yo no soy un c¨ªnico pero evidentemente tu posici¨®n en el mundo interfiere en tu capacidad de an¨¢lisis¡±, reflexiona Octavio Granado, exsecretario de Estado de la Seguridad Social entre 2004 y 2011, hoy profesor de secundaria. Granado (Burgos, 1959), que fue tambi¨¦n senador por el PSOE durante 18 a?os, regres¨® a un instituto de Burgos donde sigue dando clase. Rechaza con vehemencia la pol¨ªtica profesional. ¡°Me cabrea profundamente eso que hacen algunos de transitar de un despacho a otro. Es ofrecer a los ciudadanos la parte m¨¢s mezquina de la pol¨ªtica. Deber¨ªa estar prohibido. Siembran vientos, y luego recogemos tempestades¡±, se queja. En sus pupilos ha percibido esas tempestades. Una alumna le pregunt¨® una vez cu¨¢nto dinero hab¨ªa gestionado y, a su respuesta de que m¨¢s de un bill¨®n de euros, inquiri¨®: ¡°?Y no has robado nada?".? "Cuando les contestas que no, se te quedan mirando como si fueras un tonto¡±.

De esa inc¨®moda sensaci¨®n de estar bajo sospecha tambi¨¦n se liber¨® Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, despu¨¦s de ocupar la presidencia de la Junta de Extremadura durante 24 a?os. Su caso es similar al de Rubalcaba, ya que tras casi tres d¨¦cadas de responsabilidad p¨²blica volvi¨® a la universidad, a impartir Filolog¨ªa espa?ola como hizo en los ochenta. ¡°Cuando era profesor, antes de ser presidente de Extremadura, era un se?or profesor; despu¨¦s pas¨¦ a ser un se?or sospechoso. Y ahora vuelvo a ser un se?or profesor¡±, defiende.
Ibarra aprovech¨® los seis meses que le dieron para reciclarse para estudiarse el temario de nuevo. ¡°Estaba como un reci¨¦n licenciado¡±, recuerda. ¡°No fui recibido con bandas de tambores¡±. De su experiencia p¨²blica aprovech¨® varias cosas: el ¡°atractivo¡± que ten¨ªa para los estudiantes, que quer¨ªan que les contara c¨®mo hab¨ªa vivido muchos acontecimientos, y su agenda. ¡°Eso tambi¨¦n podr¨¢ hacerlo Rubalcaba. Una de mis clases la imparti¨® Felipe Gonz¨¢lez¡±. Ibarra, que a sus 66 a?os ya est¨¢ jubilado, no echa de menos el foco: ¡°Alfredo va a estar encantado, va a dejar de ser un cuidadano sospechoso para poder ser un ciudadano decente, ?va a poder llamar al fontanero y no pagar el IVA, como hace todo el mundo!¡±.
Manuel Pimentel (Sevilla, 1961), ministro de Trabajo con el PP, secretario general de Empleo y l¨ªder del PP de Andaluc¨ªa a finales de los noventa, tampoco a?ora la repercusi¨®n p¨²blica. Tras su abrupta salida, en el a?o 2000, Pimentel, que es ingeniero agr¨®nomo y abogado, decidi¨® volver a su actividad como empresario de la ingenier¨ªa, mont¨® una editorial y se fue especializando en la resoluci¨®n de conflictos. Coca-Cola acaba de ficharle para mediar en el conflicto laboral de la empresa. ¡°Ni echo de menos la vida p¨²blica, ni la busco, al rev¨¦s, no quiero ning¨²n cargo. Prefiero estar tranquilo en lo privado¡±, admite.
Todos rechazan los conceptos de puerta giratoria, sospecha, casta, porque ellos son de los que no se aferraron al cargo. Lo primero que hizo Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall antes de reincorporarse como docente de Sociolog¨ªa pol¨ªtica en la Universidad Complutense, la misma que hab¨ªa sido escenario de las feroces huelgas estudiantiles de los ochenta que acabaron con su dimisi¨®n como Ministro de Educaci¨®n del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, fue aparecer en la cafeter¨ªa de la facultad. ¡°Me sent¨¦ en una mesa y se produjo un shock. Pero yo me com¨ª mi tortilla tranquilamente¡±. El campus acab¨® por aceptar su presencia y a Maravall, hoy jubilado a sus 72, pasaron a agradecerle el gesto. ¡°Me sorprendi¨® que la gente me felicitara por haber dejado la responsabilidad p¨²blica¡±. Maravall, como Rubalcaba ¡ªque es doctor en Qu¨ªmica¡ª, tiene tambi¨¦n un abultado curr¨ªculum: es doctor en Derecho y Sociolog¨ªa. Y le molesta profundamente el concepto de casta. ¡°Es humillar a la pol¨ªtica, que tambi¨¦n tiene servidores p¨²blicos extraordinarios¡±, razona. A su colega Rubalcaba le env¨ªa un consejo sobre su vuelta a empezar: ¡°Alfredo tiene que tomarse con algo de calma la vida normal. A veces no es f¨¢cil, pero cuando se consigue la recompensa es incre¨ªble¡±.
¡°La qu¨ªmica ha evolucionado espectacularmente¡±
?Puede alguien volver a dar clase en la universidad casi 30 a?os despu¨¦s? Alfredo P¨¦rez Rubalcaba va a retomar la docencia en la Universidad Complutense de Madrid en un ¨¢rea compleja, la de la Qu¨ªmica Org¨¢nica, que ha sufrido una ¡°evoluci¨®n espectacular¡± estos a?os, seg¨²n explica Juan Jos¨¦ Vaquero, catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Org¨¢nica de la Universidad de Alcal¨¢, en Madrid. El profesor cita entre esos cambios el avance en la s¨ªntesis (¡°ahora podemos abordar la s¨ªntesis de cualquier mol¨¦cula por muy compleja que sea¡±), las nuevas reacciones org¨¢nicas que hace 30 a?os no se conoc¨ªan (los Nobel de Qu¨ªmica de 2001, 2005 y 2010 se concedieron por nuevas reacciones), las t¨¦cnicas recientes como la utilizaci¨®n de microondas o el avance en materiales org¨¢nicos, como el grafeno (Nobel de F¨ªsica de 2010). El catedr¨¢tico opina que son cambios en ¡°la frontera del conocimiento¡± y no en ¡°el corpus del conocimiento¡±, por lo que para alguien con la formaci¨®n de Rubalcaba no representar¨¢ un problema asimilarlos ¡°con un periodo de adaptaci¨®n y estudio¡±.
Su colega Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Qu¨ªmica en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y compa?ero de estudios de Rubalcaba, coincide en que el pol¨ªtico socialista no tendr¨¢ dificultades en su vuelta a las aulas, sobre todo porque no era un qu¨ªmico m¨¢s. ¡°Era un estudiante brillante y un cient¨ªfico francamente bueno¡±, destaca. ¡°De su tesis doctoral hizo alguna publicaci¨®n en revistas internacionales importantes, algo que en aquella ¨¦poca no era f¨¢cil¡±, recuerda. Rubalcaba, adem¨¢s, no ha perdido la conexi¨®n con la materia. ¡°Est¨¢ casado con una qu¨ªmica con muy buena reputaci¨®n cient¨ªfica, y ha seguido participando en actividades docentes como cursos de doctorado¡±, apunta el catedr¨¢tico.
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