La Infanta exige que se le aplique la ley como a ¡°cualquier ciudadano¡±
El abogado de Cristina de Borb¨®n recurre y pide su exculpaci¨®n La hermana del Rey considera "desconcertante" la imputaci¨®n del juez Castro
La infanta Cristina afirma que?el juez del caso N¨®os, Jos¨¦ Castro, adopt¨® ¡°una decisi¨®n que resulta desconcertante¡±, sin base, tras un radical cambio de criterio para mantener viva ¡°a toda costa¡± su imputaci¨®n. Castro quiere que la hermana del Rey Felipe VI sea juzgada por dos delitos fiscales y uno de blanqueo de dinero, por manejar fondos sucios generados por su esposo?I?aki Urdangarin. En la causa se investiga la supuesta malversaci¨®n de 6 millones de fondos p¨²blicos, a trav¨¦s del Instituto N¨®os que capt¨® esas partidas en las administraciones de Baleares y la Comunidad Valenciana.
La estrategia de la defensa de la infanta, dirigida por Miquel Roca y el bufete Silva-Molins, se centra en desbaratar, por imposible, su responsabilidad directa o colateral en el supuesto fraude a Hacienda cometido por Urdangarin y, en especial, intenta desmontar las pistas sobre el delito de blanqueo.
¡°Ninguna de las tales imputaciones est¨¢ debidamente fundamentada¡± para adoptar ¡°tama?a decisi¨®n¡±, dice la defensa, que no ve ning¨²n indicio incriminatorio contra la esposa de I?aki Urdangarin. El auto judicial de cierre de la instrucci¨®n de Castro es tildado de ¡°precipitado¡± e ¡°ins¨®lito¡±. I?aki Urdangarin ¨Cacusado por ocho delitos- present¨® tambi¨¦n su escrito de defensa.
En el recurso formulado en apelaci¨®n para que lo resuelva la Audiencia de Palma, la Infanta da a entender que es discriminada en el juez, en la l¨ªnea expresada por? el fiscal Pedro Horrach que la vio imputada ¡°por ser quien es¡±. As¨ª, Cristina de Borb¨®n exige que se le aplique la ley como a ¡°cualquier ciudadano en la misma situaci¨®n procesal¡±. Los abogados resaltan que en la historia penal de Espa?a nunca se ha condenado a una esposa/socia no administradora por supuestos delitos contra la Hacienda.
La mujer de Urdangarin sostiene que no dispuso ¡°jam¨¢s¡±, ni pudo disponer de ¡°dinero sucio¡± ¨Cseg¨²n la hip¨®tesis de la Audiencia- porque ¡°carec¨ªa de cualquier poder de disposici¨®n sobre los fondos de Aizoon¡±, la empresa familiar cuya propiedad comparten al 50% los esposos.
Aizoon, creada en 2003, ¡°de reducidas dimensiones¡± canaliz¨® los ingresos del Instituto N¨®os y, a partir de 2006 ¨Ctras ver la?Casa del Rey problemas de ¡°imagen¡± en las contrataciones de Urdangarin con entes p¨²blicos- ingres¨® las remuneraciones por trabajos de asesor¨ªa que percibi¨® el exjugador del Bar?a de balonmano y luego consejero de Telef¨®nica.
Aizoon, para su copropietaria, contra el criterio de la Audiencia y el juez, no fue una ¡°pantalla¡± para defraudar. ¡°Constituir una sociedad familiar por razones fiscales, per se, no es un dato indicativo de voluntad de defraudar, m¨¦todo leg¨ªtimo de ahorro fiscal¡±, se indica.
La infanta rese?a que no gestionaba la empresa ni los fondos, ni era apoderada de la compa?¨ªa privada de la familia Urdangarin-Borb¨®n. Adem¨¢s se escuda en que su ¡°desconocimiento¡± del tema interno, ¡°motivado por la total confianza en su marido¡±. Sus letrados solo asumen que ¨²nicamente se le podr¨ªan reprochar por ¡°una actuaci¨®n en exceso confiada¡± en aqu¨¦l.
La arquitectura defensiva est¨¢ trabada para intentar refutar el relato de indicios yargumentos del instructor Jos¨¦ Castro al que se lanzan algunas puyas por el ¡°radical cambio de criterio¡± y de ¡°opini¨®n¡±, entre su auto 2012 contrario a la primera petici¨®n de imputaci¨®n por una acusaci¨®n popular (Manos Limpias) y su actual posici¨®n de 2014.
Destacan los letrados una supuesta paradoja en el juez: ¡°?C¨®mo es posible que, al valorar varias diligencias, todas ellas de signo exculpatorio, pueda haberse resuelto en sentido favorable al mantenimiento de la imputaci¨®n?¡±. Los abogados se manifiestan sorprendidos de ¡°que la declaraci¨®n exculpatoria parezca haberse convertido en ausencia de mayores indicios¡± en ¡°la principal raz¨®n¡± para ¡°mantener la imputaci¨®n¡±.
Resulta ¡°dif¨ªcilmente comprensible¡±, insiste la defensa de Cristina de Borb¨®n, que una investigaci¨®n ¡°con resultado abiertamente exculpatorio se pretenda extraer serios indicios de criminalidad¡±. Es decir que ¡°los indicios cambien de sentido¡±. Subraya ¡°flagrantes¡± contradicciones en el juez al que atacan por convertir la declaraci¨®n de la Infanta (1000 pregunta, en cien folios con 200 contestaciones vac¨ªas) en un elemento de carga contra ella, por sus silencios e inconcreciones.
La estrategia sobre la ignorancia acerca de los supuestos negocios ¡°sucios¡± y en la confianza delegada en el marido es uno de los ejes defensivos. ¡°La acci¨®n (en la trama de las cuentas y negocios) le incumb¨ªa exclusivamente al esposo en el marco de la m¨¢s absoluta confianza¡± de la Infanta, la socia que se le ve ¡°carente de conocimiento espec¨ªficos en materia contable y fiscal¡±. As¨ª, la infanta de ninguna manera ¡°exige explicaciones al esposo/administrador de los gastos imputados a la empresa¡±.
Los abogados rechazan la tesis acusatoria del juez para implicar responsabilidades en delitos fiscales o de blanqueo de la hermana del Rey Felipe VI. No pudo¡± actuar a sabiendas de que bienes utilizados o consumidos por ella, o servicios prestados por ella, eran presuntamente sufragados con fondos de origen delictivo¡±.
En 58 folios resume el argumentario defensivo de la hija de don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa. El recurso es fruto de una estrategia jur¨ªdico dirigida por Miquel Roca y elaborada por el equipo de penalistas del bufete Molins Silva. El abogado de Palma, Jaume Riutord ¨Cinterlocutor habitual del juez Jos¨¦ Castro y del fiscal Pedro Horrach.
La delegaci¨®n de la "total confianza, emp¨ªrica" de la Infanta en I?aki Urdangarin? se basa en una teor¨ªa social sustentada en extensa bibliograf¨ªa. La infanta ten¨ªa una ¡°absoluta falta de la capacidad de sospechar siquiera que se pod¨ªa estar incurriendo en alguna irregularidad¡± en su entorno.
Adem¨¢s se expresa su falta de capacitaci¨®n t¨¦cnica para entender los pormenores del negocio y por la absoluta falta de tiempo para interesarse para tales cuestiones ¡°confiadas plenamente a su esposo¡±.
No ten¨ªa tiempo para preguntar y confi¨® plenamente en su esposo, se insiste. Adem¨¢s, las tareas institucionales en la Familia Real, el trabajo profesional y la dedicaci¨®n a sus cuatro hijos le imped¨ªan atender las cuentas de la casa y de la empresa propia. Nunca se hizo la declaraci¨®n de la renta y ¡°solo tiene conocimientos muy b¨¢sicos de fiscalidad¡± que le impiden ¡°entrar a valorar cuestiones tan complejas como el tributo aplicable a determinados ingresos o la deducibilidad de ciertos gastos¡±.
"Permaneci¨® en la ignorancia¡±
Cristina de Borb¨®n ¡°no conoci¨® pr¨¢cticas delictivas¡±, no pag¨® ni orden¨® pagos; ella no hizo facturas, reiteran los abogados. Estuvo en la junta del Instituto N¨®os de la que sali¨® y es copropietaria de Aizoon, las dos sociedades por las que se bombearon los 6 millones de euros ganados por I?aki Urdangarin y su socio Diego Torres en las Administraciones.
Desde 2006, Urdangarin us¨® Aizoon para canalizar las ingresos de las empresas privadas cuando, por cuestiones de ¡°imagen¡±, la casa del Rey le indic¨® que deb¨ªa dejar de figurar en los negocios de N¨®os. Pudo haber irregularidades no il¨ªcitos, dicen los letrados al socaire de este episodio. Irrelevancia penal de lo que se le atribuye.
La Infanta carg¨® gastos personales y de bienes a Aizoon pero desconoc¨ªa ¡°el origen delictivo¡± de esos fondos. Los ¡°peque?os pagos¡± con la tarjeta de la empresa fueron ¡°irrelevantes¡±, un m¨¢ximo de 1.000 en un a?o. ¡°No existe en lo actuado indicio alguno que permita sostener que Cristina de Borb¨®n favoreciera la realizaci¨®n de las defraudaciones¡± de su esposo, los delitos fiscales de 2007 y 2008. ¡°En nada facilit¨® [ni por acci¨®n ni por omisi¨®n] la comisi¨®n estos presuntos delitos¡±. Un cooperador o c¨®mplice debe conocer el hecho y su propia actuaci¨®n ha de ser una contribuci¨®n a la realizaci¨®n del delito se rese?a.
¡°No [existe] ni un solo indicio que permita albergar la menor sospecha de que Cristina de Borb¨®n pudiera haber estado al corriente de las irregularidades tributarias¡± de su esposo como administrador de Aiz¨®on. Ella ¡°no era remotamente consciente¡± ni ¡°alberga siquiera la sospecha¡± de que su esposo pudiera estar cometiendo un delito, ¡°ni que con sus actuaciones personales estuviera favoreciendo la comisi¨®n de tal delito¡±,
¡°Permaneci¨® en la ignorancia¡± sobre lo que suced¨ªa en Aizoon, tanto en su actividad general como en lo tributario Confi¨® en su pareja: ¡°siempre con la mayor confianza en el buen hacer de su marido¡±.
"Nunca¡± la Infanta ¡°dio indicaciones de pago¡± del servicio prestado o recibido, ni tramit¨® las contrataciones de empleados dom¨¦sticos ni tramit¨® facturas de Aizoon.
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