El Tribunal Supremo insta a reducir el n¨²mero de aforados

Una reciente sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo se ha metido de lleno en el debate sobre el elevado n¨²mero de aforados existente en Espa?a. La resoluci¨®n habla de una ¡°necesaria reducci¨®n de aforamientos¡± en el ordenamiento jur¨ªdico, apunta a la ¡°naturaleza privilegiada de todos los aforamientos¡±, y a?ade que esta cuesti¨®n ¡°solo puede resolverse desde la necesaria reforma legislativa residenciada en el [poder] legislativo¡±.

La sentencia, dictada el pasado 3 de junio y de la que ha sido ponente el magistrado Joaqu¨ªn Gim¨¦nez tiene por objeto una cuesti¨®n de competencia: si unos agentes de la Guardia Civil juzgados por delito doloso ¡ªestando de servicio, hab¨ªan simulado un accidente y colisionaron con otro veh¨ªculo para autolesionarse y conseguir la baja en el servicio¡ª deb¨ªan haber sido procesados por la Audiencia Provincial o por un juzgado de lo Penal.

El alto tribunal, tras criticar el excesivo n¨²mero de aforados, se?ala, sin embargo, que los jueces est¨¢n obligados a aplicar la ley hasta que esta se reforme. Y, dicta, por tanto, que a estos guardias civiles debe juzgarlos la Audiencia Provincial como aforados. La sentencia argumenta que los hechos se cometieron ¡°cuando los agentes se hallaban en el ejercicio de sus funciones, de uniforme y patrullando en un veh¨ªculo oficial¡±; es decir, cuando ¡°formalmente estaban desempe?ando sus funciones oficiales¡±.

La resoluci¨®n a?ade que el aforamiento ¡°tiene un car¨¢cter de privilegio¡± y no debe ser objeto de una interpretaci¨®n extensiva, pero que tampoco puede interpretarse de forma tan restrictiva que vac¨ªe de contenido la propia ley. Junto a Gim¨¦nez firman la sentencia los magistrados Juli¨¢n S¨¢nchez-Melgar, Juan Ram¨®n Berdugo, Antonio del Moral y Andr¨¦s Palomo.

El presidente del Tribunal Supremo y del Poder Judicial, Carlos Lesmes, se pronunci¨® el pasado mi¨¦rcoles en el mismo sentido. Declar¨® en una rueda de prensa que el n¨²mero de aforados en Espa?a es ¡°excesivo¡± y que, al menos en lo que se refiere a jueces y fiscales, deber¨ªan buscarse ¡°medidas alternativas de protecci¨®n¡±.

En Espa?a no solo caen bajo el paraguas del aforamiento las figuras m¨¢s conocidas: jueces y fiscales, ministros, diputados y senadores, vocales del Consejo General del Poder Judicial, magistrados del Tribunal Constitucional y de Cuentas, consejeros de Estado, el Defensor del Pueblo y sus dos adjuntos, miembros de los Gobiernos y Parlamentos aut¨®nomos y defensores del pueblo auton¨®micos. Tambi¨¦n lo hacen los guardias civiles y los polic¨ªas nacionales, auton¨®micos y locales. En total, hay m¨¢s de 200.000 aforados a tribunales especiales.

El aforamiento no existe en los pa¨ªses de nuestro entorno. El proceso contra el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi por inducci¨®n a la prostituci¨®n de menores, por ejemplo, se sigui¨® en un tribunal ordinario de Mil¨¢n. Lo mismo ocurre ahora en Francia con la instrucci¨®n iniciada contra el expresidente Nicolas Sarkozy.