Justicia busca una soluci¨®n legal para los beb¨¦s de ¡®vientre de alquiler¡¯
Decenas de familias espa?olas, seg¨²n la asociaci¨®n que las representa, est¨¢n atrapadas desde hace cuatro meses en un gran embrollo legal que mantiene a sus beb¨¦s reci¨¦n nacidos en un limbo, sin padres oficiales en Espa?a y sin ning¨²n derecho como ciudadanos espa?oles. Son parejas heterosexuales y homosexuales que hab¨ªan recurrido en el extranjero a la t¨¦cnica de gestaci¨®n subrogada (vulgarmente conocida como vientre de alquiler) y que, tras una sentencia del Tribunal Supremo en febrero, han visto c¨®mo los consulados dejaban de inscribir a sus hijos en el Registro Civil, lo que les priva de la nacionalidad espa?ola y los derechos que comporta. Ahora conf¨ªan en que la reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha condenado a Francia por una situaci¨®n similar, les abra una puerta. El Gobierno admite que esa sentencia vincula a Espa?a y est¨¢ estudiando f¨®rmulas legales para aplicarla, seg¨²n ha confirmado a este peri¨®dico el subsecretario de Justicia, Juan Bravo.
El Ministerio de Justicia se hab¨ªa comprometido ya ¡ªantes del pronunciamiento de Estrasburgo¡ª a intentar resolver la situaci¨®n de estas familias con una modificaci¨®n legal que facilitase el registro de los beb¨¦s (al menos de los nacidos en EE UU, donde la t¨¦cnica de gestaci¨®n subrogada es legal y supervisada judicialmente). De hecho, el Consejo de Ministros aprob¨® hace dos semanas un anteproyecto de ley en el que aparentemente se daba un paso en ese sentido. Pero las familias afectadas sostienen que ese paso es insuficiente e incluso contraproducente. Y piden una soluci¨®n definitiva. Entre tanto, los ni?os viven en Espa?a con pasaporte estadounidense, administrativamente en tierra de nadie.
La gestaci¨®n subrogada o gestaci¨®n de sustituci¨®n no es legal en Espa?a, seg¨²n la ley de Reproducci¨®n Asistida de 2006. Esa ley declara nulo el contrato que se establezca con una mujer para que geste a un ni?o a cuya filiaci¨®n renunciar¨¢ a favor de los contratantes, medie o no compensaci¨®n econ¨®mica. A pesar de ello, la demanda ha aumentado en los ¨²ltimos a?os por parte de parejas que sortean la ley espa?ola contratando esa t¨¦cnica en pa¨ªses extranjeros donde es legal. Unas 800 parejas espa?olas recurren cada a?o a un vientre de alquiler solo en EE?UU, seg¨²n estima la asociaci¨®n Son Nuestros Hijos.
El Gobierno admite que tendr¨¢ que cambiar la ley para aplicar una sentencia de Estrasburgo
El dilema que se plantea es: si es ilegal en Espa?a pero se realiza en pa¨ªses en los que es legal, ?c¨®mo registrar despu¨¦s a esos ni?os en Espa?a para que tengan derechos como espa?oles? Durante a?os, cuando quienes recurr¨ªan a esta t¨¦cnica eran solo parejas heterosexuales, muchos ni?os fueron inscritos sin demasiados problemas, seg¨²n la asociaci¨®n y distintos abogados y funcionarios consultados. Las embajadas transcrib¨ªan directamente la partida de nacimiento estadounidense, en la que ya figuraban como padres los llamados padres de intenci¨®n (los contratantes), y nadie preguntaba nada. Pero, tras aprobarse en Espa?a en 2005 la ley del matrimonio gay, que permit¨ªa la adopci¨®n conjunta, la situaci¨®n cambi¨®: parejas homosexuales empezaron a recurrir a la gestaci¨®n subrogada, y el hecho evidente de que los beb¨¦s eran fruto de un vientre de alquiler empez¨® a generar dudas en los consulados.
¡°En Espa?a, nuestro hijo no tiene padres¡±
Iago naci¨® el pasado 28 de abril en un hospital de Chicago. Lo hab¨ªa gestado Michelle, la mujer estadounidense que prest¨® su vientre para que la pareja espa?ola que la hab¨ªa contratado, Jorge Hierro y Alberto Murcia, pudieran ser padres tras mucho tiempo so?ando con ello. Ahora ya est¨¢n de vuelta los tres en Ciudad Real, pero Iago es oficialmente un ciudadano estadounidense, no espa?ol. Y Jorge y Alberto no son legalmente sus padres. Al menos, no en Espa?a.
¡°Hace una semana nos lleg¨® la comunicaci¨®n del consulado espa?ol en Chicago denegando la inscripci¨®n de nuestro hijo en el Registro Civil, que hab¨ªamos solicitado nada m¨¢s nacer ¨¦l. El consulado alega que, despu¨¦s de la sentencia del Supremo, no puede inscribirlo¡±, cuenta Jorge. Iago no tiene ni DNI ni libro de familia ni ning¨²n derecho como espa?ol.
¡°Nos han dado una tarjeta sanitaria provisional, pero vence en un mes. En Espa?a, nuestro hijo no tiene padres. Si a nosotros nos pasara algo, Iago no tendr¨¢ herencia, por ejemplo¡±, prosigue. Jorge dice que la ¨²nica opci¨®n que les deja el Supremo es iniciar un procedimiento de adopci¨®n, pero ellos se niegan. ¡°No vamos a adoptar a nuestro propio hijo. No hemos hecho nada ilegal¡±.
Marina, la hija de Ram¨®n Coniglio y Carlos Mat¨ªas, est¨¢ en una situaci¨®n parecida. La ni?a naci¨® por gestaci¨®n subrogada en Illinois el 7 de marzo, y a¨²n no ha sido inscrita. ¡°Nos dieron largas durante dos meses y luego lo denegaron¡±, cuenta Ram¨®n. Vive en Santander con pasaporte estadounidense. ¡°Nos dicen que tramitemos una tarjeta de residencia como familiar, pero al mismo tiempo no nos reconocen como padres¡±.
Patricia y Sof¨ªa, mellizas, nacieron en California el 10 de marzo. Ahora viven con sus padres, Eduardo Mu?oz y Hern¨¢n Cort¨¦s, en Plasencia. Tampoco son, oficialmente espa?olas. ¡°O solicitamos un permiso de residencia como extranjeras o ser¨¢n inmigrantes ilegales en Espa?a¡±, afirma Eduardo. ¡°Nos sentimos en un bucle legal. Solo confiamos en que la sentencia de Estrasburgo cambie esta situaci¨®n¡±.
En octubre de 2010 el Ministerio de Justicia dict¨® una instrucci¨®n interna a todos los registros para establecer ciertas garant¨ªas, ante el aumento de demanda de esa t¨¦cnica en pa¨ªses como India o Ucrania, donde no media una resoluci¨®n judicial y por tanto es m¨¢s dif¨ªcil saber si la madre gestante act¨²a libremente o empujada por un estado de necesidad. Se decidi¨® entonces que los ni?os nacidos de vientre de alquiler pod¨ªan ser inscritos como espa?oles, hijos de los padres de intenci¨®n, siempre que el contrato fuese ratificado por sentencia judicial en el pa¨ªs de nacimiento del ni?o. Aquella instrucci¨®n facilit¨® mucho las cosas a las familias que recurr¨ªan a esa t¨¦cnica en EE UU.
Pero en febrero de este a?o todo volvi¨® a cambiar: el Tribunal Supremo resolvi¨® que los beb¨¦s fruto de gestaci¨®n subrogada no pueden ser inscritos en el Registro Civil, porque eso supondr¨ªa burlar por la v¨ªa de los hechos la ley de 2006 que no permite en Espa?a la gestaci¨®n subrogada. Esa sentencia solo deja a los padres la posibilidad de que uno de los dos inscriba al ni?o (si es que puede acreditar gen¨¦ticamente su paternidad) y el otro lo adopte. Desde ese momento, las inscripciones en los consulados se han paralizado o denegado.
El pasado 13 de junio, el Gobierno aprob¨® una modificaci¨®n legal para intentar resolver la situaci¨®n, dando fuerza de ley a la instrucci¨®n de 2010 que s¨ª permit¨ªa la inscripci¨®n de los ni?os. Pero la soluci¨®n encontrada ¡ªque se ha incluido en un anteproyecto de ley que reforma algunos aspectos del Registro Civil¡ª no gusta a las familias, porque la redacci¨®n de 2010 ha sido modificada y ahora obliga a los padres a pasar por un procedimiento judicial de exequ¨¢tur (el reconocimiento en Espa?a de una sentencia extranjera) antes de la inscripci¨®n.
¡°Exigimos que el procedimiento sea administrativo, no judicial. Que sea el encargado del registro del consulado el que avale la resoluci¨®n del juez de EE?UU, como se hac¨ªa desde 2010, y no haya que iniciar otro proceso judicial en Espa?a, porque eso lo complica y lo alarga todo¡±, afirma Antonio Vila-Coro, presidente de Son Nuestros Hijos. La asociaci¨®n ha reunido 73.000 firmas de apoyo.
Juan Bravo, subsecretario de Justicia, afirma que si hay que limar el anteproyecto en la tramitaci¨®n parlamentaria se har¨¢. ¡°Estamos dispuestos a recoger la redacci¨®n que ten¨ªa la instrucci¨®n de 2010. Si no lo hemos hecho es porque consider¨¢bamos que t¨¦cnicamente no era necesario¡±, dice. Bravo admite, adem¨¢s, que ahora hay que tener en cuenta otro elemento: la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos que el 26 de junio conden¨® a Francia exactamente por lo mismo: por no reconocer la paternidad de parejas francesas con ni?os nacidos en EE?UU de vientre de alquiler. La argumentaci¨®n de Estrasburgo ¡ªesto es, que los derechos del menor est¨¢n por encima del respeto al orden p¨²blico legal¡ª es la opuesta a la que hace el Supremo. ¡°Estamos obligados a introducir modificaciones legales para ajustar nuestro ordenamiento jur¨ªdico a la interpretaci¨®n de Estrasburgo, y lo haremos¡±, dice Bravo.
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