Moverse o no... a golpe de proclamas
Dos formas de ver el desaf¨ªo catal¨¢n con diferentes consecuencias
En tiempos de crisis y confusi¨®n, y estos lo son, muchos echan de menos un papel m¨¢s activo de los intelectuales como faro que ilumine los debates p¨²blicos. Desde el famoso J¡¯accuse de Emile Zola en el caso Dreyfus, se han publicado muchas proclamas y manifiestos, y algunos han tenido un gran impacto sobre el curso de los acontecimientos. Forman parte de la muy leg¨ªtima libertad de expresi¨®n colectiva. Pero ¨²ltimamente, conforme las siglas y los partidos tradicionales pierden autoridad ante una poblaci¨®n cada vez m¨¢s desconfiada y descre¨ªda, la firma de manifiestos se ha revelado como una forma de instrumentalizar la autoridad normalmente bien ganada de los abajo firmantes para causas que, de presentarse bajo siglas, perder¨ªan credibilidad. Y tambi¨¦n como un instrumento para influir o condicionar a quienes han de tomar decisiones. Por esta raz¨®n, los manifiestos han entrado tambi¨¦n en zona de sospecha: qui¨¦n los promueve y con qu¨¦ prop¨®sitos es tan importante como el contenido.
La coincidencia de dos manifiestos en relaci¨®n al llamado ¡°desaf¨ªo catal¨¢n¡± ha agitado las aguas en los ¨²ltimos d¨ªas. La comparaci¨®n es inevitable. Tanto las formas como los contenidos ofrecen significativas diferencias.
Ciudadela asediada. Aunque ambos se proponen salvar la unidad de Espa?a y evitar un proceso de ruptura en una parte del territorio, difieren radicalmente en la forma de hacerlo. El de Libres e iguales reconoce que hay un problema, pero no su legitimidad ni la de quienes lo plantean. La respuesta que se propone excluye cualquier negociaci¨®n en aras a una legalidad p¨¦trea concebida m¨¢s como ciudadela defensiva que como marco din¨¢mico en el que ejercer la dial¨¦ctica de la pol¨ªtica. Con un estilo perentorio, defiende un inmovilismo proactivo, es decir, la movilizaci¨®n de la autoridad y la fuerza en defensa de un statu quo amenazado.
El de Una Espa?a federal en una Europa federal reconoce el problema y la legitimidad de quien lo plantea ¡ªhay base para un malestar¡ª, pero lo inscribe en el contexto de una crisis general del modelo territorial que afecta e incumbe a todos los espa?oles. La soluci¨®n al ¡°desaf¨ªo catal¨¢n¡± es abordarlo como un reto de la Espa?a diversa, el de definir conjuntamente unas nuevas reglas que permitan el acomodo de cada una de sus partes en beneficio de todas. La palabra clave es ordinalidad. Con estilo reflexivo y reposado, propone un modelo federal en el que se garantice la solidaridad entre los territorios, pero de forma que esta no implique el empobrecimiento de los que la ejercen.
¡°Ellos contra nosotros¡±. Tambi¨¦n los efectos son diferentes. El primer manifiesto trata de anclar al Gobierno en una estrategia inmovilista, ahora que se abren por primera vez oportunidades para el di¨¢logo. El texto pretende actuar como un cordel sobre las mu?ecas de Rajoy. Su efecto sobre el ecosistema pol¨ªtico catal¨¢n puede ser el contrario del que se dice pretender. Lejos de debilitar al secesionismo (la elecci¨®n de la palabra no es casual cuando se pod¨ªan utilizar independentismo o soberanismo) refuerza a quienes sostienen que ya no hay nada que hablar con Espa?a porque Espa?a no est¨¢ dispuesta a hablar de nada. En realidad, ambas posiciones se basan en la dial¨¦ctica del ¡°Ellos contra nosotros¡±, donde ellos son los malos y nosotros los buenos, un discurso con el que se alimentan mutuamente en sus respectivos territorios de influencia emocional.
El manifiesto federalista, por el contrario, debilita las unanimidades soberanistas y refuerza la idea de que una tercera v¨ªa es posible. Durante mucho tiempo, los sectores soberanistas hab¨ªan desacreditado la tercera v¨ªa federal con el argumento de que carec¨ªa de avaladores en Espa?a con fuerza suficiente para hacerla veros¨ªmil. ?D¨®nde est¨¢n los federalistas de Espa?a?, ?d¨®nde est¨¢n los intelectuales por el federalismo?, clamaban. Pues bien, hay federalistas ¡ªel PSOE y otras fuerzas lo incorporan en sus propuestas¡ª y hay intelectuales que creen que la forma de salir del atolladero es justamente superar la dial¨¦ctica del ¡°ellos contra nosotros¡± y abrir un proceso de cambio basado en la negociaci¨®n y el di¨¢logo.
Semi¨®tica de la escenograf¨ªa. Los escenarios tienen tambi¨¦n su importancia. Trat¨¢ndose de intelectuales, la forma de presentar los manifiestos ¡ªmuy estudiada¡ª tiene su simbolog¨ªa. Al escoger la escalinata del Congreso de los Diputados para leer el manifiesto y fotografiarse, los promotores de estaba claro que la voluntad de los promotores de Libres e Iguales dejaban claro su deseo de influir sobre las estructuras de poder. Y el que eligieran como presentadora a Cayetana ?lvarez de Toledo, diputada muy activa del PP y miembro de la direcci¨®n de FAES, la fundaci¨®n del partido, no puede ser m¨¢s expl¨ªcito respecto de c¨®mo se ha gestado y qui¨¦n impulsa el manifiesto. Como tambi¨¦n tiene su lectura semi¨®tica que el lugar donde se convoc¨® a la prensa fuera el conocido restaurante Lhardy, un ¡°espacio lleno de historia y belleza que transporta a otra ¨¦poca¡±, seg¨²n se define en su p¨¢gina web.
El manifiesto federalista se gest¨®, seg¨²n uno de sus impulsores, en el emblem¨¢tico Caf¨¦ Gij¨®n ¡ª¡°m¨¢s de 126 a?os albergando cultura¡±, destaca su publicidad¡ª y para su presentaci¨®n se eligi¨®, no sin intenci¨®n, otro lugar de solera c¨ªvica donde los haya: el C¨ªrculo de Bellas Artes. Entre los presentadores, personalidades como Nicol¨¢s Sartorius, Fernando Vallesp¨ªn o ?ngel Gabilondo, y entre los firmantes, bastantes vinculados a la Fundaci¨®n Alternativas, que aglutina el amplio espectro del pensamiento de izquierda. As¨ª pues, tambi¨¦n en lo formal, la semi¨®tica aporta claves bastante di¨¢fanas.
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