Vida temeraria y desaparici¨®n de El Nene

Mientras el mar no devuelva el cuerpo de Mohamed Taieb Ahmed, la leyenda de este narcotraficante, apodado El Nene por su precocidad en el delito, permanecer¨¢ viva durante a?os, quien sabe si durante d¨¦cadas. Y si, finalmente, ha muerto, si la emboscada que parece sufri¨® el pasado domingo, cobra certeza, habr¨¢ tenido un final propio de una vida temeraria, permanentemente aliada con el riesgo. Ning¨²n aspecto de su biograf¨ªa es irrelevante desde que a los 14 a?os diera sus primeros pasos en el mundo del narcotr¨¢fico. El d¨ªa 27 de agosto cumplir¨ªa (o cumplir¨¢) 39 a?os.

Dos d¨ªas despu¨¦s de su cumplea?os se estrenar¨¢ en Espa?a El Ni?o, una pel¨ªcula que parece inspirarse en su carrera, si bien la productora lo rechaza (el t¨ªtulo no parece fortuito) y ¨¦l mismo ha negado haber tenido alg¨²n grado de colaboraci¨®n. Cierto o no, nadie supera su fama en el Estrecho, la principal ruta de hach¨ªs en el mundo. Cualquier referencia al narcotr¨¢fico en ese punto del mapa no escapa a este personaje.

Porque El Nene era un icono, un ¨ªdolo para la juventud musulmana de los barrios humildes de Ceuta durante los dif¨ªciles a?os ochenta, en los que la corrupci¨®n y el hach¨ªs campaban por sus respetos. En un mundo sin ley, El Nene se hizo un hueco siendo un adolescente, violando c¨®digos del negocio y demostrando sobre todo una gran audacia en el pilotaje de las Phantom, las lanchas que hicieron furor en la zona.

El tr¨¢fico de hach¨ªs hacia Europa estaba monopolizado por los narcos espa?oles, quienes subcontrataban el transporte a los pilotos gibraltare?os, gente como Alan Parker y Alberto Parodi, muy experimentados gracias al contrabando de tabaco, pilotos que sorteaban con facilidad las lanchas de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera. Ese era el estado de la cuesti¨®n hasta que los narcos marroqu¨ªes decidieron formar a sus propios pilotos y hacerse con los beneficios del transporte. Y ah¨ª apareci¨® El Nene, capaz de hacer tres traves¨ªas en una sola noche o de navegar en las m¨¢s adversas condiciones. El Nene trabajaba para uno de los principales capos de Ceuta hasta que decidi¨® establecerse por su cuenta.

Con 20 a?os ya era un padrino en Ceuta. Y su liderazgo no era discreto. En una ocasi¨®n regal¨® varias decenas del ¨²ltimo modelo del Volkswagen Escarabajo entre sus amigos, hecho que no pas¨® desapercibido en una capital peque?a. Tampoco lo era su comportamiento violento con los agentes del orden a quienes atropell¨® y golpe¨® en p¨²blico; en una ocasi¨®n lleg¨® a ponerle un cuchillo en el cuello a un guardia civil durante un control. Fue detenido 17 veces por el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y 15 por la Guardia Civil, imputado y condenado en varias causas por tr¨¢fico de drogas, tenencia de armas e incluso intento de asesinato. Sin embargo, se enorgulleci¨® de que nunca le cogieron un gramo de droga.

Ingres¨® por primera vez en prisi¨®n en el a?o 2000 por una causa menor, pero en el oto?o de 2001, cumplida parte de su pena, obtuvo el tercer grado gracias a la presentaci¨®n de un contrato de trabajo como gerente de una empresa de compraventa de autom¨®viles (Niegler) que hab¨ªa creado ¨¦l mismo a trav¨¦s de un testaferro.

Fue detenido 17 veces

Se refugi¨® en Marruecos, en una lujosa residencia en Marina Smir, desde donde dirigi¨® su negocio. Su leyenda hab¨ªa alcanzado tal magnitud que se lleg¨® a publicar que 1 de cada 10 kilos de hach¨ªs que cruzaba el Estrecho pertenec¨ªa a su organizaci¨®n. All¨ª adquiri¨® la nacionalidad marroqu¨ª bajo el nombre de Mohamed el Ouazzani para evitar una extradici¨®n a Espa?a.

En el verano de 2003 se produjo un incidente oscuro. Una noche, a la salida de una discoteca en Emarrach, hubo un tiroteo entre bandas rivales que afect¨® a unos guardaespaldas del rey Mohamed VI. Consecuencia de este incidente, lleg¨® la orden del rey de detener a los implicados, entre quienes estaba El Nene, que fue condenado a ocho a?os.

Con el tiempo se supo que su estancia en la prisi¨®n (Sal¨¦), era algo m¨¢s que confortable. El periodista Al¨ª Lmrabet (detenido por sus cr¨ªticas a Mohamed?VI y luego indultado) describi¨® en un art¨ªculo c¨®mo le conoci¨® en la c¨¢rcel: ¡°Viv¨ªa como un pach¨¢, trataba a los guardias como criados y cada d¨ªa se hac¨ªa servir del exterior platos combinados de todo tipo, postres refinados y el caf¨¦ que uniformados funcionarios de prisiones tra¨ªan corriendo por los pasillos de la c¨¢rcel antes de que se enfriara (...) De vez en cuando sol¨ªa salir discretamente a la calle¡±. Trasladado a Kenitra sigui¨® viviendo entre favores, hasta que el 7 de diciembre de 2008, durante un permiso, decidi¨® no volver.

Ha sido un ¨ªdolo

Regres¨® a Ceuta sabedor de que sus causas en Espa?a hab¨ªan prescrito. El mismo d¨ªa en el que se divulg¨® su fuga de la c¨¢rcel marroqu¨ª, estaba en M¨¢laga sac¨¢ndose el carn¨¦ de conducir, naturalmente sin examinarse. La decisi¨®n no era est¨²pida: acostumbrado a campar por sus respetos al volante de sus deportivos, la ley hab¨ªa cambiado y conducir sin carn¨¦ era delito.

Su forma de proceder hab¨ªa sido una provocaci¨®n para las autoridades espa?olas y marroqu¨ªes, de tal manera que el 24 de abril de ese a?o fue detenido por una orden de Interpol. Parec¨ªa el final: estuvo en la c¨¢rcel en Madrid y fue extraditado a Marruecos, luego de despojarle de su nacionalidad espa?ola. Hubo varias manifestaciones en Ceuta exigiendo su libertad. Sin embargo, cuando todo el mundo le auguraba una muy larga estancia entre rejas en Marruecos, regres¨® dos a?os despu¨¦s por Ceuta. Nadie sabe muy bien c¨®mo se las apa?¨®.

Sus ¨²ltimos tiempos en Espa?a fueron m¨¢s discretos. Abri¨® una cafeter¨ªa en Ceuta y dej¨® atr¨¢s algunos signos de ostentaci¨®n, como si hubiera madurado. Algunas preocupaciones rondaban su cabeza durante la ¨²ltima semana antes de desaparecer. Hablaba de trasladarse a Marruecos para criar a su hija de 40 d¨ªas. Su hermano Laarby afirma que recibi¨® un aviso, ¡°duerme con un ojo abierto¡±, que era toda una se?al.

El domingo, su embarcaci¨®n estaba fondeada en el mar junto a otras dos mientras disfrutaba de una jornada con amigos. Un par de lanchas se acercaron al lugar. De una salieron varios disparos y los agredidos se lanzaron al mar. Nadie ha vuelto a ver a El Nene desde ese momento, una versi¨®n sobre la que la polic¨ªa espa?ola no est¨¢ muy convencida y, dados sus antecedentes, no es extra?o que cunda el rumor de que ¨¦l mismo ha decidido ser el guionista de su propio final.