Paella entre polic¨ªas e inmigrantes en la comisar¨ªa de La L¨ªnea
Los agentes pagan de su bolsillo una comida para despedir a 25 subsaharianos Comerciantes, religiosas y una edil de Izquierda Unida aportan ingredientes
Los tres kilos de arroz, los pollos, el colorante y los pimientos, los pagaron de su bolsillo polic¨ªas de la comisar¨ªa de La L¨ªnea de la Concepci¨®n. A los fogones se coloc¨® el detenido Gerry Kotto, un camerun¨¦s de 22 a?os que lleg¨® junto a los otros 25 arrestados en la oleada de lanchas de juguete de esta semana y que ya tiene experiencia en la cocina espa?ola, tras trabajar durante 34 meses sin papeles en un restaurante de Granada preparando tortillas. De los refrescos se encarg¨® la tendera y a la vez concejal de Izquierda Unida en el municipio gaditano, Ceferina Pe?o. Sor Magdalena, una monja voluntaria del centro Contigo que atiende a drogodependientes, aport¨® toallas para las duchas. De traductora, para que el grupo se entendiese, hizo Sandra, reci¨¦n licenciada en Interpretaci¨®n. El bar Sonia puso el caf¨¦.
As¨ª se prepar¨® la paella en el patio de la comisar¨ªa de polic¨ªa de La L¨ªnea de la Concepci¨®n que degustaron los 25 inmigrantes?que permanecen en dependencias policiales desde el jueves pasado. Sin mascarillas, todos juntos. Polic¨ªas y arrestados (esa es la condici¨®n legal de los inmigrantes hasta que ma?ana se cumplan las 72 horas de arresto desde su llegada a La L¨ªnea el jueves procedentes de un pabell¨®n de Tarifa que les dio cobijo tras ser rescatados en alta mar) coincidieron en que al arroz le faltaba un punto de sal. ¡°De hecho, creo que ni siquiera le echaron¡±, asegura entre risas uno de los agentes. ¡°A m¨ª me parece que est¨¢ bueno¡±, le contradice la edil de Izquierda Unida que pide ser citada como mera ¡°ciudadana¡±. Pe?o ha llegado cargada con cepillos de dientes, pan de molde y fiambre para que este mediod¨ªa cuando los 25 subsaharianos atraviesen las rejas de la comisar¨ªa se lleven provisiones. Est¨¢ impresionada ¡°por la empat¨ªa que demuestran los polic¨ªas con los inmigrantes¡± y el aluvi¨®n de solidaridad que provoc¨® el boca a boca en La L¨ªnea. Todo el que tiene m¨ªnimo contacto con la comisar¨ªa se ha prestado a colaborar.
Esouaime, camerun¨¦s, 32 a?os, agradece el trato de todos. Es pintor, en su pa¨ªs cobraba 100 euros al mes por chapuzas puntuales, y explica que solo buscan aqu¨ª un futuro que en ?frica es imposible. All¨ª quedaron sus padres y su hijo, que no llega al a?o de edad. ¡°No fue una traves¨ªa f¨¢cil, no es cierto que supi¨¦ramos que no hab¨ªa gendarmes en T¨¢nger. Por el camino los vimos pero conseguimos escondernos¡±.
Los agentes -tambi¨¦n el comisario, que ped¨ªa ayer que no se le involucrase mucho en la iniciativa- han querido que su ¨²ltima comida antes de que los inmigrantes alcancen hoy su libertad y pasen a centros de ONG fuese caliente. El grupo de los 25 ¨Cque ha disfrutado de un arresto aliviado, fuera del calabozo, en el patio de la comisar¨ªa, se permite ciertas bromas con los agentes en un ambiente de camarader¨ªa. Todos son varones, la mayor¨ªa senegaleses pero hay tambi¨¦n procedentes de El Chad, Sierra Leona y Rep¨²blica Centroafricana. Comen en el suelo pero agradecen olvidarse por un d¨ªa del rancho que se sirve al resto de detenidos. Las noches las pasan al raso sobre esterillas en una zona cubierta del patio. Tras el almuerzo, se suceden las risas y hasta los regalos: gafas de sol, cinturones y zapatillas de deporte que pasan de manos de los agentes a los j¨®venes subsaharianos.
Kotto, el cocinero al que muchos han felicitado por la receta, chapurrea en castellano su plan para volver a un restaurante, aunque sea sin papeles. Por tel¨¦fono, uno de los agentes que lo custodia, se sincera: ¡°Les echaremos de menos¡±.
Ser¨¢ por poco tiempo, el lunes tienen aviso de que llegan nuevos inmigrantes a la comisar¨ªa.
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