El anuncio refleja la profunda divisi¨®n de Gobierno y PP sobre la ley
Gallard¨®n se qued¨® pr¨¢cticamente solo en la defensa de una reforma sin consenso interno
El consenso sobre la ley del aborto dise?ada por el departamento de Alberto Ruiz-Gallard¨®n, el argumento m¨¢s empleado para defender la reforma, empez¨® a fallar desde la presentaci¨®n del proyecto las pasadas navidades. La falta de acuerdo qued¨® reflejada desde el primer momento tanto en el Gobierno como en el seno de la direcci¨®n del Partido Popular. La norma entr¨® en el orden del d¨ªa del Consejo de Ministros en varias ocasiones, pero en el Ejecutivo nunca se sentaron las bases para lograr ese consenso a pesar de las presiones del ministro de Justicia, que esperaba aprobar la reforma en el Congreso de los Diputados antes de agosto y luego puso el final del verano como plazo l¨ªmite. Finalmente, Gallard¨®n se qued¨® pr¨¢cticamente solo en la defensa de su proyecto y qued¨® desautorizado.
La reforma de la ley del aborto no gustaba a ninguna formaci¨®n, ni siquiera al PP. El n¨²mero tres de los populares, el secretario de Organizaci¨®n Carlos Floriano, ha asegurado esta ma?ana en su partido, que tuvo 11 millones de votantes, hay ¡°gente de todas las sensibilidades¡±. El portavoz parlamentario, Alfonso Alonso, ha vuelto a reclamar ¡°consenso¡±. Horas despu¨¦s, Mariano Rajoy ha confirmado la retirada de la reforma, un anuncio del que Gallard¨®n estaba al tanto, seg¨²n fuentes de su departamento, y que llevaba semanas coci¨¦ndose incluso con amagos de dimisi¨®n. El titular de Justicia ha renunciado formalmente a su cargo de ministro y a su esca?o la tarde de este martes.
A pesar de que los principales dirigentes del partido ¨Csalvo el presidente de Extremadura, Jos¨¦ Antonio Monago y la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos- nunca hab¨ªan criticado abiertamente la reforma, antes del verano se produjo un giro. La direcci¨®n de la formaci¨®n admiti¨® presiones para que se modificara la norma en aras del ¡°mayor consenso¡± que han reclamado p¨²blicamente destacados barones territoriales. Villalobos ha manifestado hoy que esta decisi¨®n representa un triunfo no solo para las mujeres y para los ciudadanos, sino para el propio Rajoy.
El objetivo de parte del Gobierno y de G¨¦nova consist¨ªa en ¡°invitarle a que se volviera a mirar el anteproyecto¡±. Las presiones, internas y externas, forzaron algunas modificaciones relacionadas con el aspecto m¨¢s duro y pol¨¦mico de la norma. En el texto modificado antes del verano, las anomal¨ªas fetales graves, aunque no sean incompatibles con la vida, volv¨ªan a ser un motivo admitido por ley para poder abortar, aunque formalmente no se introducir¨¢ un supuesto espec¨ªfico para la malformaci¨®n.
Para muchos, incluso en la formaci¨®n conservadora, ese cambio no era suficiente. Villalobos, que nunca hab¨ªa ocultado su oposici¨®n a la norma y en m¨¢s de una ocasi¨®n ha roto la disciplina de voto del PP sobre el aborto, confi¨® en repetidas ocasiones en que la ley nunca llegara al Congreso. El argumento de los cargos de la formaci¨®n que rechazan la ley es que la base social de los votantes y simpatizantes del partido ¡ªque perdi¨® 2,6 millones de apoyos en las elecciones europeas del 25 de mayo¡ª no piden una reforma m¨¢s dura de la que estuvo en vigor entre 1985 y 2010, cuando el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero reform¨® la norma.
A estas presiones hay que a?adir la inquietud por la aprobaci¨®n de una ley que, ante el pr¨®ximo calendario electoral, movilizar¨ªa votos de la izquierda. Por esta raz¨®n, preocupaban los tiempos. ¡°O en julio o nunca¡±, se convirti¨® antes del verano en una de las reflexiones m¨¢s extendidas en el PP. A pesar de eso, y a pesar de las dudas de la propia Mar¨ªa Dolores de Cospedal, la secretaria general de los populares dijo que no se pronunciar¨¢ hasta conocer el texto definitivo de la norma. ¡°Vamos a esperar a que la presente el Gobierno¡±, ha venido manteniendo. El Gobierno no la presentar¨¢.
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