El turismo isl¨¢mico llama a la puerta de Al Andalus
El inter¨¦s de los viajeros musulmanes se topa con la falta restaurantes y hoteles halal


Acaba de anochecer en Granada. Badiaa Lafdaili y Said Jellal dejan los b¨¢rtulos en el hotel y salen con su peque?o a disfrutar del primer paseo tur¨ªstico por la ciudad. La pareja marroqu¨ª viene de ¡°Bin al Mad¡¯in¡±, es decir, Benalm¨¢dena, donde han visitado la estatua de Ibn al Baitar, el c¨¦lebre farmac¨¦utico del siglo XII. ¡°Andaluc¨ªa es la cuna de los grandes poetas ¨¢rabes, del arte¡¡±, informa Lafdaili. Ella, profesora de literatura ¨¢rabe, y ¨¦l, funcionario, rebosan emoci¨®n. De la gastronom¨ªa espa?ola apenas hablan. Su dieta se ha ce?ido al pescado. No les ha resultado f¨¢cil dar con restaurantes con comida halal, la permitida por las leyes del islam.
Puede que Lafdaili y Jellal no lo sepan, pero forman parte del bum tur¨ªstico global que protagonizan los musulmanes, que en los ¨²ltimos a?os han salido en masa a conocer el mundo. Las razones son simples: suman casi un cuarto de la poblaci¨®n mundial y crecen a un ritmo m¨¢s fuerte que el resto. Son m¨¢s, pero sobre todo son cada vez m¨¢s ricos y m¨¢s asertivos para exigir el respeto de sus costumbres. Espa?a es para ellos un destino ¨²nico; un puente entre Europa y el mundo musulm¨¢n en el que, adem¨¢s de pasear y comprar, se recrean en los cap¨ªtulos m¨¢s brillantes de su historia.

¡°La gente cree que el turismo isl¨¢mico es mitad viajar, mitad rezar, y no es eso. Los musulmanes quieren visitar lo que les interesa, pero sin sacrificar sus pr¨¢cticas religiosas¡±, explica Fazal Barhadeen, director de Crescent Rating, la agencia de calificaci¨®n para hoteles y restaurantes seg¨²n su adherencia al islam. El negocio les ha ido tan bien, que ahora ultiman un Trip Advisor isl¨¢mico.
Espa?a tiene un enorme potencial, pero tambi¨¦n un largo camino por delante, advierten los principales expertos internacionales reunidos recientemente en Granada en el primer congreso mundial de turismo halal. Mientras en otros pa¨ªses occidentales, restaurantes con certificado halal u hoteles con espacios para rezar o ejemplares del Cor¨¢n en la mesilla son comunes, en Espa?a son todav¨ªa una rareza. Aun as¨ª, los turistas de pa¨ªses musulmanes van en aumento. Los saud¨ªes, por ejemplo, crecieron un 85% en 2013 respecto al a?o anterior y rondaron los 42.000 ¡ªen 2011 eran apenas 17.267¡ª, seg¨²n el Ministerio de Industria, Energ¨ªa y Turismo, que no dispone de datos anteriores. Los argelinos subieron casi un 30% y los turcos un 57% hasta alcanzar 182.351 visitantes, lejos de los m¨¢s de 60 millones de visitantes y lejos de los 10 de alemanes que recibi¨® Espa?a el a?o pasado. Los indonesios casi triplicaron sus llegadas en los ¨²ltimos dos a?os. El im¨¢n que supone Espa?a para el mundo musulm¨¢n es tan potente, que una delegaci¨®n empresarial de Oriente Pr¨®ximo y Malaisia visitar¨¢ en breve Andaluc¨ªa para sondear la apertura de negocios isl¨¢micos.
Detectar la traza del cerdo
Determinar si algo es halal es un proceso complejo que var¨ªa seg¨²n la interpretaci¨®n preferida de la ley isl¨¢mica. Hay productos como el jam¨®n o las bebidas alcoh¨®licas, que claramente no lo son, pero hay muchos otros que dependen de su fabricaci¨®n. Por ejemplo, un yogur. Los auditores certificar¨¢n que no se ha fabricado con gelatina de cerdo y si es de origen animal, que ¨¦ste ha sido sacrificado seg¨²n establece el islam: en direcci¨®n a La Meca, de un solo corte de cuchillo en la yugular y las car¨®tidas, y a manos de un matarife musulm¨¢n que alaba a dios. La omnipresencia del cerdo en la cultura culinaria espa?ola complica bastante el proceso, seg¨²n los expertos.
¡°En Espa?a estamos todav¨ªa en pa?ales¡±, estima Hilene Gal¨¢n, de Instituto Halal de Espa?a. En Francia o Reino Unido, la comida halal est¨¢ en estanter¨ªas lineales en los grandes supermercados, igual que los productos sin gluten. En Espa?a, apenas hay media decena de restaurantes y un hotel con certificaci¨®n internacional, asegura Hilene. Es la pescadilla que se muerde la cola. ¡°Los negocios no quieren invertir hasta no tener clientes que lo pidan y no tienen clientes que lo pidan porque no tienen certificado halal¡±, un tr¨¢mite que asciende a 2.500 euros. Pero si la emisi¨®n de certificados sirve de indicador, el auge del sector es indiscutible. Si en 2007, el Instituto Halal ten¨ªa a 70 empresas como clientes, ahora supervisa a 300.
El turismo musulm¨¢n factur¨® unos 1.000 millones de euros en el mundo en 2012, seg¨²n la consultora estadounidense Dinar Standard, y las proyecciones ascienden a 1.400 millones en 2018. El mundo compite por hacerse con un pedazo de la tarta. En Espa?a, los ingresos de este turismo son proporcionalmente peque?os (los visitantes europeos y americanos concentran el 93%), pero el potencial crecimiento es enorme. Adem¨¢s, el gasto de turistas musulmanes suele estar por encima de la media, que es de unos 980 euros por estancia en Espa?a. As¨ª es en el caso de saud¨ªes (2.287 euros), egipcios (1.703), turcos (1.501) o argelinos (1.340), aunque no en el de marroqu¨ªes (847).
¡°Espa?a se encuentra en un momento crucial si no quiere dejar escapar este tren¡±, estima Tariq Mahmood, fundador de Andalucian Routes, agencia espa?ola dedicada al turismo isl¨¢mico. Mahmood lleg¨® a Espa?a desde Reino Unido hace 28 a?os con la mochila a cuestas. Cuando vio La Alhambra comprendi¨® que este era el lugar ideal para j¨®venes como ¨¦l; musulmanes criados en Occidente, a los que los pa¨ªses de sus padres les resultaban ajenos, pero deseosos de conectar con sus ra¨ªces. ¡°Ning¨²n pa¨ªs puede competir. Ninguno puede construir una nueva Alhambra o una mezquita de C¨®rdoba¡±. La Alhambra les deja boquiabiertos. Unos lloran al verla. Otros se preguntan por qu¨¦ el mundo musulm¨¢n dej¨® de ser un faro universal. Y los hay incluso que insisten en que a¨²n les pertenece. Para casi todos es un momento inolvidable.
El exmochilero, hoy trajeado, conoce perfectamente las carencias espa?olas. ¡°Tenemos m¨¢s demanda de la que podemos atender. No hay suficientes restaurantes ni hoteles con comida halal. Tenemos que rechazar a grupos¡±. No se trata s¨®lo de viajeros del mundo ¨¢rabe, donde reside apenas el 25% de los musulmanes del mundo. ¡°Espa?a tiene que ir m¨¢s all¨¢. No se est¨¢n haciendo campa?as efectivas en Nigeria, Sud¨¢frica, Asia o entre musulmanes europeos¡±, piensa Rafi-Uddin Shikoh, director de Dinar Standard. Desde la Diputaci¨®n de Granada, dicen ¡°apostar firmemente por la captaci¨®n¡± de estos turistas y citan un reciente seminario en el que 120 hosteleros andaluces aprendieron sobre halal.

Einur Seyidli preside Halalbooking.com, una empresa creada en 2009 y en la que ahora clientes de 73 pa¨ªses reservan sus vacaciones en 45 divisas. Ofrecen, por ejemplo, hoteles con playa s¨®lo para mujeres en Turqu¨ªa con bar con moctails (c¨®ctel musulm¨¢n, sin alcohol). ¡°Los musulmanes prefieren pagar m¨¢s a cambio de no transgredir sus normas¡±. Las encuestas le dan la raz¨®n.
El fen¨®meno avanza r¨¢pido tambi¨¦n en Espa?a. Cuando hace dos a?os, Flora S¨¢ez, directora de Nur y Duha, el ¨²nico touroperador con certificado halal espa?ol, llamaba a un hotel para preguntarles si ten¨ªan certificado halal, al otro lado del hilo no sab¨ªan de qu¨¦ hablaba. ¡°Hoy muchos saben que es una de las tendencias con mayor proyecci¨®n en el turismo mundial¡±. S¨¢ez destaca adem¨¢s: ¡°Gastan m¨¢s y sus vacaciones se rigen por el calendario lunar; cambian de fecha cada a?o, y eso le conviene al sector¡±.
Mientras los expertos departen, en el c¨¦ntrico restaurante Al fresco sirven paella y carne halal. La cocina isl¨¢mica ha permitido al comercio capear la crisis, dice Francisco P¨¦rez Segoviano, uno de los socios. Metros m¨¢s all¨¢, los alba?iles dan los ¨²ltimos retoques a un inmenso local con moc¨¢rabes y arcos de herradura en el antiguo edificio de la Telef¨®nica granadina. Ser¨¢ El rey del Shawarma; un templo de comida halal para recibir a los que obedezcan la sura 6.11 del Cor¨¢n; la que invita a los fieles a recorrer el mundo.
reportajes@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
