Fern¨¢ndez Villa: la mano de hierro del sindicalismo minero en Asturias
El sindicalista que ocult¨® 1,4 millones lider¨® tres d¨¦cadas una legi¨®n de militantes ugetistas
Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa (Tuilla, Langreo, 22 de diciembre de 1944) dirigi¨® con mano de hierro el socialismo asturiano y el poderoso e influyente sindicato minero SOMA-UGT durante tres d¨¦cadas, y lo hizo como si en ello le fuese la vida. No ha habido horas ni vacaciones ni descansos que haya sustra¨ªdo desde 1978, y hasta su retirada definitiva de la secretar¨ªa general del sindicato en junio de 2013, a la lucha por el poder pol¨ªtico y sindical.
Combativo y audaz, poli¨¦drico y astuto, Fern¨¢ndez Villa se forj¨® luchando contra todo y contra todos. Desde que en 1978 se hizo con el control del hist¨®rico Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA), fundado en 1910 tras la gran derrota de los mineros en la ¡°huelgona¡± de 1906, impuso en la organizaci¨®n un modelo de direcci¨®n fundamentado en un acusad¨ªsimo dirigismo personal que impuso hasta disipar cualquier nimio esbozo de oposici¨®n interna. Y lo hizo recurriendo a su capacidad natural de liderazgo, un acusado carisma, una personalidad combativa y capaz de conjugar de forma casi simult¨¢nea la dureza implacable con la emotividad sensiblera, un talento innato para manejar de forma muy eficaz los resortes de poder y un sentido del tacticismo que le permiti¨® no hacer jam¨¢s un solo movimiento sin tener previsto de antemano la respuesta del contrario para cercenarle en la respuesta cualquier salida.
El control absoluto e incontestado del SOMA-UGT, en el que fue reelegido con mayor¨ªas del 95% y sin votos en contra en muchos de sus congresos, le permiti¨® disponer de la capacidad de movilizaci¨®n de una legi¨®n de militantes ugetistas y socialistas cuando, a comienzos de la Transici¨®n, a¨²n hab¨ªa en Asturias m¨¢s de 30.000 mineros, con una tasa de afiliaci¨®n de casi al 100% y que se repart¨ªan de forma muy mayoritaria el SOMA y CC OO.
Condicion¨® las listas electorales auton¨®micas y los gobiernos regionales
Con este volumen de militantes, herederos de una acusada cultura de la disciplina, capacidad de resistencia, sentido de la organizaci¨®n y esp¨ªritu de compromiso, que se hab¨ªan ido transmitiendo de generaci¨®n en generaci¨®n como valores distintivos de una cultura forjada en las comarcas hulleras durante siglo y medio de movimiento obrero y numerosas etapas de cruda represi¨®n, Fern¨¢ndez Villa dispuso de una capacidad ins¨®lita de influencia pol¨ªtica y social en el devenir asturiano como ning¨²n otro dirigente en ese tiempo.
Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurr¨ªa en el seno de su organizaci¨®n y en los territorios carboneros -que, pese al declive cr¨®nico y a la grave crisis estructural y decadencia del sector, convirti¨® en un feudo de poder sociopol¨ªtico-, su proyecci¨®n regional y nacional no fue pl¨¢cida, sino tensa. La forj¨® combatiendo con facciones antag¨®nicas, tanto en el seno de la Federaci¨®n Socialista Asturiana (FSA-PSOE), como en la UGT regional. Nunca logr¨® controlar el sindicato, en poder de los metal¨²rgicos, pero s¨ª fue determinante en el partido, como l¨ªder de la facci¨®n mayoritaria, la corriente guerrista, y en el que se impuso durante tres d¨¦cadas a los sectores cr¨ªticos, vinculados a las comarcas mar¨ªtimas y a los municipios sider¨²rgicos.
La influencia en el partido la manej¨® siempre desde la segunda fila. Nunca asumi¨® la secretar¨ªa general y se limit¨® a controlar de forma mayoritaria el comit¨¦ regional y la comisi¨®n ejecutiva, desde cuyos ¨®rganos condicion¨® los liderazgos org¨¢nicos, las listas electorales auton¨®micas y los gobiernos regionales. Para ello se vali¨® del control de las nutridas agrupaciones hulleras y de su predicamento y relaciones en las esferas nacionales del PSOE, de cuya comisi¨®n ejecutiva federal fue vocal entre 1979 y 1994.
Cmbin¨® la conflictividad dur¨ªsima con el pacto tras negociaciones agotadoras
Que nunca quisiera asumir la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, pudiendo haberlo hecho, explica la compleja estructura de poder que estuvo vigente en la vida pol¨ªtica regional entre 1977 y 2011, y que tambi¨¦n reprodujo el PP regional la ¨²nica vez que gobern¨®. El poder en Asturias se bas¨® en ese largo periodo en un sistema de tricefalia por el cual el presidente del Gobierno auton¨®mico no controlaba la jefatura del partido y el dirigente nominal de la formaci¨®n pol¨ªtica tampoco era el verdadero poder f¨¢ctico de la organizaci¨®n. La decisi¨®n ¨²ltima siempre estaba en la plaza de la Salve, en Sama de Langreo, sede del SOMA.
Este modelo, que permit¨ªa a Villa manejar el PSOE desde el comit¨¦ y fiscalizar desde su esca?o en el parlamento auton¨®mico (fue diputado regional entre 1983 y 2006, y senador por representaci¨®n auton¨®mica) a los Gobiernos socialistas ¨Ccon todos los cuales tuvo fricciones-, reproduce la personalidad de un dirigente calculador y reservado, que siempre se movi¨® con soltura en la administraci¨®n de los tiempos, en la dosificaci¨®n revisable de las alianzas t¨¢cticas y en la escenificaci¨®n medida y premeditada de gestos de complicidad y de desd¨¦n hacia sus colaboradores, correligionarios e interlocutores, en una suerte de repertorio de se?ales que le facilitaban el control de las situaciones sin verbalizar sus posiciones.
Es capaz de conjugar de forma casi simult¨¢nea la dureza implacable con la emotividad sensiblera
Esta suerte de esgrima gestual y dial¨¦ctica la utiliz¨® con sus ¡°lugartenientes¡± ¨Cque fue dejando caer uno tras otro-, la emple¨® con CC OO en la tenaz lucha por el control de la mayor¨ªa sindical en el sector minero -una pugna enconada en la que ambas organizaciones pasaron de la colisi¨®n frontal y de la animadversi¨®n rec¨ªproca a los acuerdos de unidad de acci¨®n y a la amistad de sus dirigentes-, la utiliz¨® en la negociaci¨®n colectiva en la gran empresa p¨²blica minera Hunosa -combinando la conflictividad dur¨ªsima con el pacto tras negociaciones agotadoras durante meses y sesiones hasta las seis de la ma?ana en medio de una humareda de cigarrillos y habanos- y lo emple¨® contra los gobiernos nacionales de uno y otro color pol¨ªtico en los tensos acuerdos de planes sectoriales, en los que se bati¨® en las barricadas y protagoniz¨® encierros como el ¨¦pico que se produjo en un pozo minero contra el Gobierno Felipe Gonz¨¢lez para arrancarle inversiones y prejubilaciones generosas a cambio de los cierres de explotaciones.
Con su esmerado sentido del pragmatismo y del valor esc¨¦nico de los gestos, su gradual p¨¦rdida de poder en el socialismo a partir de los a?os 90 lo compens¨® desplegando una sinton¨ªa rec¨ªproca con algunos dirigentes nacionales y locales del PP, que, encaramados al Gobierno nacional en 1996, pasaron de la noche a la ma?ana de vituperarlo a elogiarlo hasta el encomio. Villa se dej¨® halagar, rentabiliz¨® ante los mineros los abrazos de la derecha como armas para la conquista de logros sociales y los us¨® ante sus correligionarios como factor de tensi¨®n. Y todo ello mientras manten¨ªa al tiempo el discurso mitinero de las esencias obreristas y de izquierdas, con una ret¨®rica contundente y combativa de frases dilatadas y encabalgadas.
Fue dejando caer a sus lugartenientes uno tras otro
Casado y padre de dos hijos, aquejado de algunas dolencias de espalda y card¨ªacas por las que operado en 1998 y 2009, cedi¨® todos los poderes y, como estaba previsto, se repleg¨® al SOMA y los territorios mineros, donde finalmente tambi¨¦n dej¨® sus cargos el a?o pasado.
Nacido en Tuilla (Langreo) en una familia minera y cuyos padres regentaban un bar, el otrora todopoderoso dirigente de la miner¨ªa asturiana, con una formaci¨®n acad¨¦mica breve, se form¨® de forma autodidacta a base de lecturas y con los veteranos de la miner¨ªa m¨¢s concienciados y comprometidos. Comenz¨® a trabajar en la construcci¨®n y explotaciones mineras, sufri¨® algunos despidos por sus acciones sindicales (tuvo alg¨²n protagonismo a partir de 1969) y se fue a Madrid a trabajar antes de regresar a Asturias, donde se emple¨® en las empresas p¨²blicas Ensidesa y Hunosa. Algunos testimonios lo acusaron de haber mantenido contactos con la polic¨ªa franquista pero ¨¦l siempre lo neg¨® y uno de los fundadores del sindicato minero asturiano de CCOO, Marino Artos, escribi¨® en 2004 que ¨¦l fue testigo de c¨®mo Villa sufri¨®, como otros activistas sindicales, incluido Artos, el ¡°secuestro¡± por polic¨ªas de la brigada pol¨ªtico-social dirigida por el comisario Claudio Ramos y que, como los dem¨¢s, fue sometido a ¡°presiones¡±.
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