El reto de la convivencia
Tres a?os despu¨¦s del cese del terrorismo, los concejales no nacionalistas del Pa¨ªs Vasco han perdido el miedo a los atentados. La presi¨®n y el acoso social persisten
Ma?ana har¨¢ tres a?os que ETA anunci¨® el cese del terrorismo. Desde entonces, algo ha cambiado sustancialmente en el Pa¨ªs Vasco: el miedo a los atentados ha desaparecido de la escena. Pero permanecen las secuelas. A¨²n quedan muchas heridas abiertas, sobre todo en los municipios donde se produjeron las ¨²ltimas acciones terroristas. Para desconcierto de las v¨ªctimas, Bildu, el referente de la izquierda abertzale, que tuvo complicidades pol¨ªticas con ETA, obtuvo el mejor resultado de su historia en las elecciones municipales de 2011, justo al ser legalizados. Gobierna en 58 de los 88 municipios guipuzcoanos y en 30 de los 112 vizca¨ªnos.
Los concejales socialistas y del PP con los que ha hablado EL PA?S, que fueron objetivo preferente de la banda armada, admiten que, en general, el comportamiento de los actuales ediles de Bildu ha cambiado respecto a sus antecesores. Opinan que el rechazo al terrorismo es general, aunque los comportamientos var¨ªan. Algunos son muy excluyentes, sobre todo los que tienen familiares presos o han vivido de cerca en sus casas la influencia de ETA. Los ediles del PSE y PP denuncian falta de empat¨ªa con las v¨ªctimas por parte del mundo abertzale.
Patxi Elola, jardinero, concejal socialista del Ayuntamiento de Zarautz (Gipuzkoa) e icono de la resistencia contra ETA, ha conseguido cumplir su reto durante los a?os de plomo: ¡°Vivir para contarlo¡±. Tres a?os despu¨¦s de que ETA anunciara el cese definitivo del terrorismo, Elola sale a la calle a comprar el pan y el peri¨®dico sin temor de que atenten contra ¨¦l, sin contemplar la angustia de su familia, sin tener que mudarse de vivienda precipitadamente y sin andar pendiente de los escoltas. Se los retiraron, a petici¨®n suya, hace ahora dos a?os, al cumplirse el primer aniversario del cese definitivo de la banda.
Elola ha recuperado una libertad de la que no gozaba pr¨¢cticamente desde que fue elegido concejal en 1999 y los terroristas le quemaron su almac¨¦n y le amenazaron de muerte. Fue el primer edil al que pusieron escolta, junto con Estanis Amuch¨¢stegi, de Andoain (Gipuzkoa), en la primavera de 2000. ¡°Viv¨ª un verdadero p¨¢nico¡±, recuerda. Pero ahora ni tiene ¡°miedo¡± ni entiende que haya hoy pol¨ªticos y periodistas que dicen que todo sigue igual en el Pa¨ªs Vasco: ¡°Se nota que no viven aqu¨ª¡±.
Elola ha recuperado
una libertad de la que no gozaba desde que fue elegido concejal y le quemaron su almac¨¦n
Tambi¨¦n se ha modificado la relaci¨®n de los concejales j¨®venes de la izquierda abertzale con ¨¦l y los socialistas en el Ayuntamiento de Zarautz, donde gobierna Bildu. ¡°Se acercan a nosotros. Hemos ido, incluso, a tomar vinos y han asistido a charlas en nuestra sede. Llegan a reconocer, a modo de autocr¨ªtica, que no es f¨¢cil gobernar¡±, remarca Elola. ?Por qu¨¦ este cambio? ¡°Les atemper¨® la legalizaci¨®n y nosotros rebajamos nuestro discurso contra ellos cuando apoyaron el cese de la violencia de ETA. Tambi¨¦n han reconocido el valor de quienes resistimos al terrorismo etarra¡±.
Pero la desaparici¨®n del miedo a ETA y la aproximaci¨®n de los concejales j¨®venes de Bildu a los socialistas ¡ªel PP no tiene ediles en este municipio¡ª no significa que en Zarautz y otros pueblos vascos se viva con normalidad. ¡°Una cosa es la actitud de los concejales j¨®venes y otra la de quienes nos acosaron en los a?os duros cuando ETA atentaba contra nosotros y nuestras sedes. Ni ellos ni nosotros nos saludamos. Hace poco uno escupi¨® al suelo a mi paso. Nadie olvida nada y con algunos de ellos la convivencia va a ser imposible¡±, afirma Elola.
El despacho de un edil asesinado lo ocupa la cu?ada de su verdugo, que lo adorna con carteles propresos
Un hecho ilustra el momento. El Ayuntamiento de Zarautz decidi¨® el pasado noviembre homenajear a las v¨ªctimas del terrorismo en el paseo de la Rosaleda, lugar habitual de recuerdo a las v¨ªctimas locales del terrorismo etarra, como el concejal Jos¨¦ Ignacio Iruretagoyena, del PP, asesinado en 1998. ¡°Los concejales de Bildu aceptaron una propuesta de m¨ªnimos. Pero cuando consultaron a la direcci¨®n, les obligaron a desmarcarse del homenaje. Les cuesta reconocer a las v¨ªctimas del terrorismo etarra y siguen funcionando militarmente. Se ve que les han dado la consigna de rechazar la violencia. Pero les han fijado l¨ªmites. Act¨²an por conveniencia electoral, no por convicci¨®n, aunque hay excepciones¡±, a?ade el edil del PSE.
Jes¨²s Zaballos, exalcalde socialista de Lasarte y actual concejal, comparte esa misma opini¨®n. Cree que Bildu, que gobierna su municipio, no muestra una empat¨ªa real con los que han sufrido el terrorismo de ETA. S¨®lo en Lasarte cuentan con ocho v¨ªctimas. All¨ª apareci¨®, en 1997, el cad¨¢ver del edil del PP de Ermua Miguel ?ngel Blanco y fue asesinado, tres a?os despu¨¦s, su teniente de alcalde, el socialista Froil¨¢n Elespe.
Zaballos aporta un testimonio desgarrador: ¡°Cuando perdimos el Ayuntamiento hace tres a?os, reclamamos a los gobernantes de Bildu que nos dejaran mantener el despacho de Froil¨¢n. No s¨®lo no nos lo dejaron, sino que en ese despacho se instal¨® la cu?ada del asesino de Froil¨¢n, nueva concejal de Bildu, y lo adorna con carteles en favor de los presos de ETA. Eran conscientes del da?o que nos iban a causar¡±.
Admite que ¡°ha recuperado la libertad¡±. Desde hace un a?o ya no lleva escolta y pasea por lugares que antes ten¨ªa prohibidos, aunque en su entorno le siguen insistiendo en que se cuide. Pero sigue percibiendo un serio problema de convivencia. ¡°Muchos vecinos que antes acud¨ªan al Ayuntamiento con los problemas m¨¢s diversos, no lo hacen desde que gobierna Bildu¡±.
El concejal socialista es claro: ¡°En un municipio como Lasarte, donde ETA ha provocado tanto dolor, no se puede pasar p¨¢gina sin m¨¢s. Desde que Bildu se ha hecho con la alcald¨ªa han proliferado las pancartas a favor de los presos. Su alcalde se preocupa m¨¢s por ellos que por sus v¨ªctimas. Sortu debe pedir perd¨®n a las v¨ªctimas porque las familias lo necesitan para dar un paso adelante en la convivencia¡±.
Zaballos no cree que haya un cambio generacional con Bildu. ¡°No se puede generalizar. Cuentan con gente joven que es peor, incluso, que los veteranos. Los comportamientos de los j¨®venes dependen mucho de lo que han mamado en su casa¡±.
¡°En un municipio como Lasarte, donde ETA ha causado tanto dolor, no se puede pasar p¨¢gina sin m¨¢s¡±, dice Zaballos
Aunque el miedo al terrorismo est¨¢ superado, algunos concejales todav¨ªa sufren secuelas. Como Mari Carmen Mu?oz, edil socialista de Elorrio (Bizkaia) durante ocho a?os. ¡°Soy incapaz de estar rodeada de mucha gente. No puedo. Tambi¨¦n me sucede que al poner en marcha el coche, me entra un gran temblor. No tengo superado el miedo. Sigo en tratamiento psicol¨®gico¡±.
Vive en el Duranguesado y le gusta regresar a Elorrio, donde mantiene una ¡°gran amistad¡± con la alcaldesa del PNV, Ana Otadui, ¡°forjada en los tiempos dif¨ªciles en que ambas fuimos concejalas¡±. En esta legislatura no es edil, pero sostiene un contencioso judicial pendiente con algunos colegas de la izquierda abertzale. ¡°Me insultaban cada vez que se debat¨ªan en los plenos asuntos conflictivos, sobre todo relacionados con los presos de ETA. Pero decid¨ª ir al juez cuando en un pleno me llamaron asesina, a mi partido y a m¨ª, de forma reiterada. Est¨¢ pendiente de decisi¨®n y eso me ha generado mucha hostilidad entre la izquierda abertzale¡±. La exconcejal de Elorrio concluye: ¡°No puedo olvidar y me cuesta mucho perdonar. He visto c¨®mo se alegraban cuando hab¨ªa asesinatos. He visto sufrir a mi madre por lo que yo pasaba. Es posible que si pidieran perd¨®n viera las cosas de otra manera¡±.
Javier N¨²?ez, concejal del PP de Elgoibar, se siente ¡°m¨¢s libre y con menos miedo¡± que hace tres a?os. Pero cree que ¡°a¨²n existe mucha presi¨®n¡± sobre los no nacionalistas como ¨¦l. Lo ilustra con un dato esclarecedor: ¡°De los 300 votantes que el PP tuvo en Elgoibar en las municipales de hace tres a?os, hoy d¨ªa a¨²n no se me ha dirigido nadie. Y eso que me he anunciado a trav¨¦s de un apartado de Correos para que la gente pueda darse a conocer discretamente¡±. La presi¨®n la sufre tambi¨¦n a trav¨¦s de correos electr¨®nicos con insultos y expresiones como ¡°fachas¡± e ¡°iros (sic) de Euskadi¡±.
Pero la relaci¨®n que mantienen con ¨¦l los concejales de Bildu es ¡°educada y respetuosa¡±, aunque critica que ¡°no aceptan ninguna propuesta del PP¡±. ¡°Aqu¨ª est¨¢ mal visto defender la unidad de Espa?a y decir que los terroristas deben cumplir sus condenas. Se nota en el vac¨ªo que mucha gente te hace en la calle¡±.
Elgoibar, pese a la fuerte presencia de Bildu, tiene alcalde del PNV: Alfredo Etxeberria, un hombre comprometido con los movimientos pacifistas. Etxeberria muestra orgulloso en las escaleras del Ayuntamiento sendos cuadros. En uno de ellos, con la simbolog¨ªa del ¨¢rbol de Gernika, aparecen los nombres de todas las v¨ªctimas del terrorismo de la localidad. Y en el otro, la ikurri?a que despleg¨® en el consistorio el d¨ªa de su legalizaci¨®n su alcalde, Jaime Arrese, de UCD, asesinado en 1980 por los Comandos Aut¨®nomos (una escisi¨®n de ETA), con una rese?a del propio Arrese, en la que apela a la ikurri?a como s¨ªmbolo de convivencia de los vascos.
No fue el ¨²nico muerto a manos de ETA entre los vecinos de la localidad. El empresario ?ngel Berazadi fue asesinado en 1976. Tambi¨¦n Elgoibar es el municipio natal de Arnaldo Otegi, el l¨ªder de la izquierda abertzale que impuls¨® su rechazo a la violencia y que lleva cinco a?os en prisi¨®n, pese a la petici¨®n de libertad del PNV, PSE, adem¨¢s de la izquierda abertzale, que consideran ¡°desproporcionada¡± su condena.
Etxeberria ha intentado crear una mesa de di¨¢logo en Elgoibar, siguiendo la pauta de otros municipios, pero N¨²?ez se niega. Valora el esfuerzo de Etxeberria, pero, seg¨²n dice, ¡°no quiere participar en una farsa¡±, pues ¡°Bildu se niega a condenar los ataques a otros partidos y mantiene una ambig¨¹edad con su pasado, que no condena¡±.
Peio Achucarro, militante del PP de Tolosa, vive tambi¨¦n con una ¡°gran tranquilidad¡± en lo que se refiere al riesgo de atentados. ¡°Pero el hecho de que hayan dejado de matar por razones estrat¨¦gicas y no por convicci¨®n deja pendiente de resolver un problema de convivencia, en el que queda mucho camino por recorrer¡±, recalca.
Achucarro se?ala que algunos le siguen mirando mal por la calle. ¡°Entre ellos, antiguos amigos, porque me han puesto la etiqueta de espa?ol, como si fuera ciudadano de segunda. La izquierda abertzale tiene pendiente reconocer la distinta identidad de los vascos y su complicidad con el pasado porque mientras no lo haga, seguir¨¢ justificando las atrocidades el terrorismo¡±.
Distingue entre unos municipios y otros. Por ejemplo, en Oiartzun, su localidad de origen y m¨¢s reducida que su municipio de residencia, las posiciones son m¨¢s duras. En las fiestas del pueblo le espetaron: ¡°T¨². ?Qu¨¦ haces aqu¨ª?¡±. Sin embargo, en Tolosa participa en un grupo de di¨¢logo plural, animado por la organizaci¨®n pacifista Lokarri, donde est¨¢ presente el exalcalde de la izquierda abertzale Ant¨®n Izaguirre, miembro de su misma cuadrilla. No ve una distinci¨®n generacional en la izquierda abertzale: ¡°Ya no est¨¢n con el terrorismo. Ni los mayores, ni los j¨®venes. Pero a los j¨®venes los veo tan excluyentes como a los otros en sus planteamientos nacionalistas¡±.?
Maider Lainez, concejala socialista de Andoain, tambi¨¦n comparte la misma opini¨®n sobre el miedo y la convivencia. Andoain es el municipio donde ETA protagoniz¨® algunos de sus ¨²ltimos asesinatos: el del socialista y fundador del Foro de Ermua, Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle, y el del exjefe de la polic¨ªa local, socialista y militante de Basta Ya, Joseba Pagazaurtundua.
Pese a todo ello, en el Ayuntamiento que gobierna Bildu las mociones dedicadas a los presos de ETA, incluidas las ayudas a sus familias, monopolizan el inter¨¦s pol¨ªtico del equipo gobernante, denuncia Lainez. Como en otros municipios, las relaciones de los concejales de Bildu con los socialistas son ¡°normales¡±, pero sin extenderlo al terreno personal.
Lainez resalta la ¡°insensibilidad¡± del Ayuntamiento de Bildu hacia las v¨ªctimas de ETA, en un municipio con las heridas tan recientes, al reivindicar a los presos etarras no s¨®lo en sus mociones, sino durante las fiestas patronales. ¡°Es muy duro para los familiares de las v¨ªctimas ver estos espect¨¢culos en las fiestas. A los de Bildu en el pueblo todav¨ªa no les he o¨ªdo reconocer el da?o causado, ni pedir a ETA que se disuelva, ni reconocer la memoria de las v¨ªctimas¡±.
Marian Mu?oz, concejala de Iurreta, municipio desanexionado de Durango (Bizkaia), tambi¨¦n resalta la ¡°insensibilidad¡± de Bildu hacia las v¨ªctimas del terrorismo. Le irrita especialmente que igualen su situaci¨®n a la de los presos etarras. Pero s¨ª distingue entre los concejales j¨®venes de Bildu y los veteranos de HB y aquellas familias que tienen presos de ETA. ¡°Recientemente, en un pleno, tuve un conflicto con los de la izquierda abertzale por su asunto local. Los veteranos de HB me rodearon durante media hora y me echaron en cara que estuviera en el pleno. Pero los concejales j¨®venes no me acosaron. Con algunos de ellos mantengo relaciones normales. Son m¨¢s radicales los que tienen familiares de ETA presos, incluidos los j¨®venes¡±.
El no tan sorprendente ¨¦xito de Bildu
Los concejales vascos consultados no se muestran sorprendidos del ¨¦xito electoral de Bildu hace tres a?os, cuando se alz¨® con la mayor¨ªa de las alcald¨ªas en Gipuzkoa ¡ª58 de 88¡ª y 30 de 112 en Bizkaia. El concejal socialista Patxi Elola lo atribuye a que en Euskadi "ha calado la identidad entre violencia y liberaci¨®n nacional, desde los inicios de ETA en los a?os sesenta, y que, pese a las barbaridades cometidas, no se ha hecho suficiente pedagog¨ªa para combatir la idea de que ning¨²n objetivo pol¨ªtico puede lograrse por v¨ªas violentas. As¨ª, cuando la izquierda abertzale decidi¨® rechazar la violencia, encima, tuvo premio".
Las tambi¨¦n socialistas Maider Lainez y Marian Mu?oz a?aden que se gestion¨® mal desde las instituciones el proceso de legalizaci¨®n de la izquierda abertzale en 2011 con todo el ruido pol¨ªtico y medi¨¢tico a favor de mantener la ilegalizaci¨®n de Bildu hasta la v¨ªspera de las elecciones municipales. "Bildu hab¨ªa expresado su rechazo a la violencia a bombo y platillo, y aquella inc¨®gnita de si los tribunales les legalizaba o no, con todo el foco medi¨¢tico puesto, especialmente desde Madrid, a favor de mantener la ilegalizaci¨®n, les dio una enorme publicidad en Euskadi. As¨ª que cuando los tribunales avalaron la legalizaci¨®n de Bildu, las urnas se volcaron a su favor. Una vez m¨¢s, les funcion¨® bien la publicidad y el victimismo". Con el tiempo, creen, las cosas se colocar¨¢n en su sitio. "Se les juzgar¨¢ por la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos y tendr¨¢n el correspondiente desgaste".
La concejala pas¨® 14 a?os escoltada, la sede local de su partido fue atacada siete veces, hasta que decidieron no reabrirla. Ahora conf¨ªa en que no se repita la situaci¨®n que le llev¨® a su aislamiento y al de su familia. ¡°Ten¨ªamos muchos amigos, pero no sal¨ªamos con ellos porque les incomodaba nuestra escolta. Otra gente nos dej¨®, incluso, de hablar. Se nos fueron afiliados del partido que no aguantaban la situaci¨®n y que ahora est¨¢n volviendo¡±.
El pasado les ha marcado a ella y a su familia. Pero cree que la convivencia ser¨¢ una realidad en otra generaci¨®n. ¡°Me cuesta cambiar. No estoy en contra del acercamiento al Pa¨ªs Vasco de los presos de ETA que se arrepientan, pero dudo que sientan de verdad lo que hicieron. Ser¨¢ otra generaci¨®n la que lo haga. Esta est¨¢ muerta¡±.
Alberto Borobia tambi¨¦n resalta la distinci¨®n entre j¨®venes y veteranos de la izquierda abertzale. Fue durante 24 a?os concejal socialista en Amorebieta, pas¨® 12 a?os escoltado y durante alg¨²n tiempo residi¨® en Alicante. Amorebieta, que hoy dispone de ocho ediles del PNV, siete de Bildu y dos del PSE, es el municipio donde vivi¨® el portavoz de HB Jon Id¨ªgoras hasta su fallecimiento hace unos a?os. ¡°Trabaj¨¦ en la misma empresa que Id¨ªgoras. Hace mucho tuve un enfrentamiento con ¨¦l y algunos de sus amigos siguen enemistados conmigo. Pero con los concejales de ahora me llevo bien y hablo con ellos con normalidad sobre los asuntos vecinales en las asambleas de barrio. Tengo que decir que entre ellos hay buena gente¡±.
A Borobia los que m¨¢s le irrita son los loque ¡°empujaron a algunos j¨®venes, que ahora est¨¢n en la c¨¢rcel, a hacer barbaridades, pero el que la hace la tiene que pagar y el delito de sangre no puede tener impunidad¡±.?
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