Origen y remedio (parcial) de la corrupci¨®n
Ante todo, hay que decir que los resortes del Estado est¨¢n funcionando, lentamente, pero el trabajo de jueces, fiscales, polic¨ªas, guardias civiles e inspectores de Hacienda contra la corrupci¨®n es admirable. Tambi¨¦n el de los medios de comunicaci¨®n. La corrupci¨®n absoluta ser¨ªa que estos resortes no funcionaran, pero lo est¨¢n haciendo.
En estos d¨ªas descubrimos que la corrupci¨®n se ha transformado. Hace a?os estaba ligada a la financiaci¨®n de los partidos y, de ella, algunos espabilados lograban ping¨¹es beneficios y los partidos dinero para retribuir a sus excesivos empleados y pagar campa?as electorales. Ahora, emerge otra corrupci¨®n cartelizada, ramilletes de desaprensivos de todos los partidos y sindicatos saquean cajas de ahorro o trucan concursos p¨²blicos o acciones urban¨ªsticas. Y, en paralelo, hay otra corrupci¨®n silente, la de colocar a ¡°propios¡± en las Administraciones, en puestos de trabajo injustificables, que sirven para conseguir votos en las organizaciones partidarias y sindicales.
Los partidos y sindicatos se rasgan ahora las vestiduras. Unos con rapidez, otros con una lentitud que da que pensar qu¨¦ ramificaciones tendr¨¢n sus casos de corrupci¨®n. Expulsan sumariamente a sus presuntos, como si eso fuera una absoluci¨®n que lavara sus culpas.
Pero es que durante a?os sus organizaciones y dirigentes han consentido esto, porque les ven¨ªa bien. S¨®lo c¨ªnicamente pueden los dirigentes de los partidos y sindicatos afirmar que desconoc¨ªan esto. El uso discrecional de las tarjetas de Caja Madrid era conocido, que los consejos de las cajas los hab¨ªan llenado de personas que no reun¨ªan las cualificaciones para estar ah¨ª lo sab¨ªan porque ellos los nombraron, que se dedicaban a cobrar por no hacer nada tambi¨¦n lo sab¨ªan, que en algunas promociones de Cartagena o Valdemoro pasaba algo era conocido, por ce?irnos a lo reciente.
?Ha terminado esto? No, en alg¨²n momento se gener¨® una avaricia enloquecida en la que gente que ten¨ªa acceso al dinero decidi¨® qued¨¢rselo. El problema es que los partidos y sindicatos no controlaron, ni controlan, a estas gentes. Los sistemas de control de los partidos y sindicatos (congresos, parlamentos internos, elecci¨®n nominal de los dirigentes y de todos los candidatos a cargos p¨²blicos, no s¨®lo los cabezas de lista) fueron inutilizados en los ochenta y noventa para permitir a las direcciones hacer lo que quisieran con su organizaci¨®n, entre otras cosas, para nombrar a muchos discrecionalmente. La inmensa mayor¨ªa de los afiliados y cargos de los partidos son personas honestas, sorprendidos y asqueados de todo esto (cr¨¦anme).
En Alemania y Reino Unido se vota, aqu¨ª se designa, ese es el origen y la diferencia de todo
Ellos saben que en los partidos los corruptos son siempre los m¨¢s leales a la direcci¨®n (no al rev¨¦s necesariamente). Estos ¡°leales¡± fueron agraciados con estas canonj¨ªas, se les permiti¨® olisquear en el urbanismo y en los concursos p¨²blicos, tentaron a pol¨ªticos y funcionarios (estas cosas no ser¨ªan posibles sin la complicidad de algunos funcionarios, v¨¦anse los fraudes en los cursos de formaci¨®n en varias comunidades que tienen como denominador com¨²n la falta de supervisi¨®n). Pero los partidos los promocionaron porque con ellos controlaban sus organizaciones, o ca¨ªan bien a algunos dirigentes. Muchos de estos caraduras son simp¨¢ticos.
?C¨®mo desenredar esto? Podemos pensar que el caos es inevitable. Mejor confiar en que el PP y el PSOE tendr¨¢n altura de miras para sanear sus organizaciones y aprobar una ley de partidos igual que la alemana (que la copien) que regula su actividad interna con contrapesos al poder de los dirigentes. En Alemania o Gran Breta?a los dirigentes est¨¢n alerta para que no pasen ciertas cosas a su alrededor. Y, si pasan, act¨²an sin contemplaciones, porque los mecanismos internos los obligan a competir con otros compa?eros capaces y ambiciosos que tienen el respaldo de afiliados para exigirles cuentas. All¨ª se vota, aqu¨ª se designa. Esa es la diferencia y el origen de todo.
Jos¨¦ Antonio G¨®mez Y¨¢?ez es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Carlos III y miembro de MasDemocracia.
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