Condici¨®n necesaria

La celebraci¨®n de un refer¨¦ndum en Catalu?a, a fin de que los ciudadanos de dicha comunidad manifiesten su voluntad de mantener su integraci¨®n dentro del Estado o de constituirse en Estado independiente, es condici¨®n necesaria para que la competici¨®n pol¨ªtica pueda desarrollarse con arreglo a las normas de lo que se considera que es una competici¨®n democr¨¢tica en cualquier pa¨ªs civilizado.

Una vez que el porcentaje de la poblaci¨®n partidaria de que se celebre el refer¨¦ndum alcanza el 80%, no es posible que se pueda abrir un debate pol¨ªtico normalizado en ausencia del mismo. Sin refer¨¦ndum falta el ox¨ªgeno imprescindible para que exista vida pol¨ªtica. El ¨²nico discurso posible es el de reclamaci¨®n de que el refer¨¦ndum se celebre. O dicho de otra manera: el ¨²nico discurso posible es el independentista.

Mientras no se celebre el refer¨¦ndum, los no independentistas est¨¢n privados de la palabra y condenados, por tanto, a la esterilidad. Lo acabamos de comprobar en la convocatoria del 9-N. La ¨²nica voz que se ha o¨ªdo ha sido la del independentismo. Una voz que pr¨¢cticamente no hab¨ªa estado presente en el sistema pol¨ªtico catal¨¢n en democracia, ha sido escuchada por un tercio del cuerpo electoral, que, proyectado en unas elecciones al Parlamento de Catalu?a, supondr¨ªa una mayor¨ªa absoluta.

Enfrente no hay nada. Puede haber una mayor¨ªa social que no quiere la independencia. Pero se trata de una mayor¨ªa que no puede expresarse pol¨ªticamente en cuanto tal. Se ve obligada a expresarse de una manera fragmentada e inconexa, convirti¨¦ndose de esta manera en pol¨ªticamente irrelevante.

Mientras la posici¨®n del Gobierno de la naci¨®n siga siendo la que es respecto del refer¨¦ndum, no hay debate pol¨ªtico posible en Catalu?a. Los partidos de Gobierno de Espa?a, PP y PSC-PSOE, cuya presencia relevante en el subsistema pol¨ªtico catal¨¢n es indispensable para que dicho subsistema pueda considerarse parte del sistema pol¨ªtico espa?ol, est¨¢n condenados a la marginalidad. Y cada vez m¨¢s. El Estado no puede estar ausente pol¨ªticamente de Catalu?a. No puede estar presente exclusivamente como ¡°enemigo¡±, como lo ha calificado Artur Mas.

Hay que darle la posibilidad a la mayor¨ªa social no independentista de que se exprese pol¨ªticamente en cuanto tal, restaur¨¢ndose de esta manera las condiciones que hagan posible un debate pol¨ªtico digno de tal nombre. Ya no hay posibilidad de dar marcha atr¨¢s y parar la historia en un momento en el que no hubiera sido necesario la celebraci¨®n del refer¨¦ndum. No hay debate pol¨ªtico posible, en Catalu?a y en Espa?a, sin la celebraci¨®n del refer¨¦ndum. Hubiera sido preferible no llegar a este punto. Pero hemos llegado.