Los obispos piden perd¨®n ¡°a las posibles v¨ªctimas¡± de pederastia
Francisco y el arzobispo de Granada ignoraron a la Conferencia Episcopal ¡°Las v¨ªctimas son lo primero si esto se confirma¡±, afirma el portavoz Gil Tamayo
Perd¨®n. Verg¨¹enza. Tolerancia cero. Las v¨ªctimas son lo primero si esta denuncia se confirma. No fuimos informados... La Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) vive conmocionada por las noticias del ¨²ltimo esc¨¢ndalo de abusos sexuales a menores por parte de eclesi¨¢sticos, esta vez en la archidi¨®cesis de Granada, pero asegura que se ha enterado por los medios de comunicaci¨®n. Lo asegur¨® esta ma?ana su portavoz, Jos¨¦ Mar¨ªa Gil Tamayo. Pese a que el papa Francisco llam¨® en agosto pasado, por tel¨¦fono, al joven que ha sufrido abusos durante a?os, y volvi¨® a comunicarse con ¨¦l en la segunda semana de octubre, nadie del Vaticano avis¨® de la investigaci¨®n en marcha al ¨®rgano que coordina a los prelados espa?oles. Tampoco les alert¨® el arzobispo de Granada, Francisco Javier Mart¨ªnez, uno de sus miembros. En realidad, no ten¨ªan obligaci¨®n de hacerlo, matiza Gil Tamayo. La CEE es solo un ¨®rgano de asistencia a los obispos, sin poder alguno sobre ellos. ¡°La Conferencia Episcopal no manda en los obispos; los obispos solo dependen del Papa. No hay nada que obligue a la Conferencia Episcopal a saber algo antes. Somos un ¨®rgano colegiado, no un ¨®rgano de gobierno, sino de servicio. Nos duele y nos produce verg¨¹enza si esta denuncia se confirma. Tenemos que tener un respeto exquisito por las personas, primero por las v¨ªctimas y segundo por las personas implicadas para que sus derechos no sean conculcados¡±, sostiene Gil Tamayo, tambi¨¦n secretario general del organismo que coordina al episcopado.
Visiblemente apenado, con voz apagada pese a su habitual buena capacidad comunicativa, el portavoz episcopal arranc¨® la conferencia de prensa con ese asunto, antes de dar cuenta de los trabajos despachados por los 79 prelados (sobre 80 en activo) presentes en la asamblea plenaria que comenz¨® el lunes pasado. Le grababan trece c¨¢maras de televisi¨®n y lo escuchaban medio centenar de periodistas. ¡°Las v¨ªctimas son lo primero. Tolerancia cero¡±, dijo. M¨¢s tarde, ponder¨® ¡°el dolor que producen estos hechos en la comunidad cristiana y cat¨®lica, y a cualquier persona con sensibilidad y ¨¦tica¡±.
El portavoz de la CEE respondi¨® as¨ª a las numerosas preguntas sobre el asunto. ¡°Quiero reiterar el dolor, el pesar y al mismo tiempo la repulsa por los supuestos delitos denunciados. Son una ofensa a la dignidad de las v¨ªctimas, a Dios y un grave da?o a la Iglesia, a la comunidad diocesana y a la sociedad. Esta persona [se refiere al joven denunciante], que es de convicciones religiosas profundas, est¨¢ siendo acompa?ada. Todos los pastores de la Iglesia quieren expresar la solidaridad con las v¨ªctimas, que est¨¢n en un proceso bajo investigaci¨®n para verificar las denuncias. Tambi¨¦n quiero expresar nuestra cercan¨ªa a la comunidad diocesana de Granada. Desde su pastor a su presbiterio y sus fieles, se trata de una comunidad eclesial viva, con una historia fecunda a la que es de justicia hacer referencia, sin que esto suponga olvidar el dolor y sufrimiento y la cercan¨ªa a quienes han sufrido estos hechos, que las autoridades judiciales tanto en el ¨¢mbito can¨®nico como civil tienen que determinar. Aunque hubiera solo un caso, ser¨ªa demasiado. Tolerancia cero en todos los ¨¢mbitos, y que esto nos ayude a una mayor concienciaci¨®n y que esto se erradique y se evite. Hay una confianza absoluta en la justicia. Esto no admite median¨ªas. Las responsabilidades no son negociables en este sentido. Si es un grupo de sacerdotes que es pernicioso, se toman responsabilidades y se extirpan, porque no viven como sacerdotes. Esa no es la forma de vivir sacerdotal".
Sobre la actuaci¨®n del arzobispo de Granada, Gil Tamayo llam¨® a ser prudentes y a no hacer tribunales paralelos. A?adi¨®: ¡°?l ha hablado y manifestado a los obispos lo mismo que se viene publicando en los medios de comunicaci¨®n. No hay una manifestaci¨®n suya a los obispos y otra a los medios. Ni yo ni los obispos tenemos conocimiento de m¨¢s. Es l¨®gico que mantenga una confidencialidad. Que los tribunales diluciden lo que haya que decir. Nuestra misi¨®n es de denuncia y de exigencia de justicia, as¨ª como de respeto a las personas, aunque nada podr¨¢ reparar el da?o".
Tambi¨¦n opin¨® sobre el comportamiento de los medios de comunicaci¨®n, criticados por algunos prelados. Lo hizo a petici¨®n de un periodista. Dijo: ¡°Tengo un enorme respeto por la profesi¨®n period¨ªstica, pero s¨ª creo que hay que delimitar los ¨¢mbitos competenciales. Hay un derecho a la informaci¨®n, pero los periodistas no somos los sacerdotes de una nueva sociedad, ni los jueces. Tenemos que respetar los procedimientos, esperar los tiempos, y trabajar con las certezas. Quien tiene una exclusiva, operar¨¢ comprobando la veracidad de esas fuentes¡±.
La plenaria de obispos no ha podido aprobar en peor momento una llamada ¡®Nota pastoral¡¯ sobre la salud moral de la sociedad espa?ola, con el t¨ªtulo ¡°Una llamada a la solidaridad y a la esperanza¡±. Su portavoz la ley¨® con poco entusiasmo. Esto dice en tres de sus p¨¢rrafos: ¡°Junto a eficaces pol¨ªticas de concertaci¨®n social y de desarrollo sostenible, necesitamos una verdadera regeneraci¨®n moral a escala personal y social y con ella la recuperaci¨®n de un mayor aprecio por el bien com¨²n, que sea verdadero soporte para la solidaridad con los m¨¢s pobres y favorezca la aut¨¦ntica cohesi¨®n social de la que tan necesitados estamos¡±.
¡°La regeneraci¨®n moral nace de las virtudes morales y sociales, y para un cristiano viene a fortalecerse con la fe en Dios y la visi¨®n trascendente de la existencia, lo que conlleva un irrenunciable compromiso social en el amor al pr¨®jimo, verdadero distintivo de los disc¨ªpulos de Cristo¡±.
¡°A todos nos es necesario recordar que sin conducta moral, sin honradez, sin respeto a los dem¨¢s, sin servicio al bien com¨²n, sin solidaridad con los necesitados nuestra sociedad se degrada. La calidad de una sociedad tiene que ver fundamentalmente con su calidad moral. Sin valores morales se apodera de nosotros el malestar al contemplar el presente y la pesadumbre al proyectar nuestro futuro. ?Cu¨¢nto despiertan, vigorizan y rearman moralmente la conciencia, el reconocimiento y el respeto de Dios!¡±.
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