Los gansos del Capitolio
Podemos es una alerta para que la sociedad, de la que los empresarios son parte, despierte
El empresariado anda inquieto con Podemos. Como un fen¨®meno cu¨¢ntico surgido de la nada, ha aparecido en Espa?a un movimiento contestatario que en pocos meses ha llegado a encabezar las encuestas de intenci¨®n directa de voto. Parece tener una ideolog¨ªa paternalista de izquierdas; sus ideas econ¨®micas, difusas cuando no confusas, parecen a priori casar mal con la libertad de empresa, de mercado y de comercio. M¨¢s ominoso a¨²n: Podemos considera que las organizaciones empresariales forman parte de La Casta, ¨¦lite extractiva de la que Espa?a debe ser liberada. Cunde, pues, la alarma empresarial.
No es que los empresarios espa?oles no sepan adaptarse a distintos reg¨ªmenes pol¨ªticos, no. Se adaptaron bien al franquismo, hasta el punto que muchas empresas actuales nacieron al abrigo de las restricciones a la libertad econ¨®mica que impuso la dictadura. Se adaptaron bien a la Transici¨®n, hasta el punto de conseguir, junto a los sindicatos, un papel privilegiado de interlocuci¨®n con el Gobierno en temas econ¨®micos y sociales, papel que va mucho m¨¢s all¨¢ de lo establecido en la Constituci¨®n. Patronales y sindicatos han logrado perpetuar hasta hoy mismo pr¨¢cticas propias del sindicato vertical franquista con las que se sienten particularmente c¨®modos. Este lugar prominente de los llamados ¡°interlocutores sociales¡± y estas pr¨¢cticas son caracter¨ªstica important¨ªsima del r¨¦gimen pol¨ªtico del 78 y una de las razones principales que explican por qu¨¦ Espa?a tiene, desde la Transici¨®n misma, una tasa de paro estructural aberrante, la m¨¢s elevada del mundo occidental. Dicho de otra manera: la Transici¨®n, la consolidaci¨®n de la democracia y la entrada en Europa no hubieran sido posibles sin el apoyo decidido de sindicatos y patronales. Pero ese apoyo tuvo un precio. Ese precio se refleja hoy en d¨ªa en una tasa de paro del 25%, una tasa de temporalidad del 24% y una tasa de desempleo juvenil del 55%. Estas cifras pavorosas no son un accidente: son una consecuencia directa de la arquitectura de nuestro sistema pol¨ªtico e institucional.
Podemos no sabe qu¨¦ tipo de pol¨ªtica econ¨®mica elegir¨ªa adoptar. Se lo est¨¢n pensando, parece
Y ahora aparece con estr¨¦pito Podemos y dice que quiere cambiar las cosas, que quiere cambiar el r¨¦gimen del 78 por un r¨¦gimen nuevo, diferente. La ciudadan¨ªa no sabe muy bien de qu¨¦ tipo de r¨¦gimen est¨¢ hablando, pero su hartazgo con el r¨¦gimen vigente es colosal y las encuestas revientan de apoyo al nuevo movimiento. Tampoco Podemos sabe qu¨¦ tipo de r¨¦gimen quiere o qu¨¦ tipo de pol¨ªtica econ¨®mica elegir¨ªa adoptar. Se lo est¨¢n pensando, parece. Los empresarios, tan adaptables al cambio pol¨ªtico, son presas de un ataque de horror al vac¨ªo ¡ª?C¨®mo se le entra a Podemos? ¡ª y se unen a la carga de los poderes establecidos contra los j¨®venes indignados: chavistas, ignorantes, estalinistas, populistas, inconsistentes, corruptillos, peligrosos¡ Los b¨¢rbaros est¨¢n en las puertas. Dios m¨ªo.
Podemos no es una enfermedad: es un s¨ªntoma. El r¨¦gimen del 78, que tan eficaz fue para consolidar la democracia y para acceder a Europa, ha llegado a una situaci¨®n de esclerosis en la que es incapaz de dar respuesta a los principales problemas actuales de la sociedad espa?ola. No es capaz de combatir una corrupci¨®n que ha devenido sist¨¦mica; no es capaz de hacer las reformas necesarias para superar las grav¨ªsimas anomal¨ªas de nuestro mercado laboral; no es capaz de ofrecer una educaci¨®n de calidad que haga empleables a los millones de espa?oles que hoy en d¨ªa no lo son; no es capaz de ofrecer un futuro esperanzador a una generaci¨®n entera de j¨®venes que no lo tienen; no es capaz de afrontar de manera constructiva las tensiones territoriales que amenazan la estabilidad del pa¨ªs¡ Espa?a ha llegado a una situaci¨®n de fin de r¨¦gimen que recuerda la del franquismo tard¨ªo. Las principales instituciones son disfuncionales, est¨¢n excesivamente politizadas y parecen vivir en una realidad virtual ¡ª?Qu¨¦ cuentas controla el Tribunal de Cuentas, por ejemplo?¡ª cada vez m¨¢s alejada de las necesidades y de los problemas reales de los espa?oles. De toda esta situaci¨®n es testimonio estent¨®reo la emergencia de Podemos.
En el a?o 390 a. C. los galos destruyeron Roma y los romanos se refugiaron en las fortificaciones del Capitolio. Por la noche y en sigilo, los b¨¢rbaros intentaron escalar los parapetos, lo que provoc¨® una gran algarab¨ªa de graznidos de los gansos sagrados que moraban en las laderas de la colina. Esto despert¨® a los romanos que consiguieron repeler el ataque. Espa?a est¨¢ sitiada por la corrupci¨®n, el desempleo, la crisis territorial, la falta de un proyecto solvente de futuro y un r¨¦gimen pol¨ªtico inoperante. En este s¨ªmil los de Podemos son los gansos, no los b¨¢rbaros. No hay que decirles que se callen para que podamos seguir durmiendo. Ser¨ªa suicida. La sociedad civil, de la que los empresarios son parte importante, debe despertar y presionar para la reforma y regeneraci¨®n de nuestras instituciones. No s¨®lo la econom¨ªa y las empresas: todo el pa¨ªs est¨¢ en jaque.
C¨¦sar Molinas, matem¨¢tico y economista, est¨¢ escribiendo un libro sobre el futuro del empleo en Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.